Sálvame ha provocado este martes la indignación unánime de la audiencia.
El programa de Telecinco ha creído buena idea poner a sus colaboradores
a hablar sobre el franquismo, y el espacio se ha convertido, dadas las
opiniones de algunos de ellos, en una apología del dictador que gobernó
con mano de hierro en España durante cuarenta años, tras dar un golpe de
Estado y provocar una guerra civil.
Al hilo de un reportaje sobre el patrimonio y las inversiones de la
familia Franco, Belén Esteban se ha desmarcado del franquismo pero se ha
dirigido directamente a Pedro Sánchez para pedirle una votación sobre
si exhumar o no los restos del dictador del Valle de los Caídos:
"Votación. ¡Lo que diga el pueblo!", ha exclamaba la colaboradora del
programa.
Eso no ha sido lo peor. El periodista Jesús Manuel ha asegurado que
desenterrar los restos de Franco para resignificar el Valle de los
Caídos es gastar "un dinero innecesario" y le ha colgado al dictador la
medalla de la Sanidad pública: "Tenemos sanidad gracias a Franco, todo
el mundo tenía trabajo en esa época y a los presos les hacía trabajar y
cobraban un sueldo".
La presentadora, visiblemente enfadada por los comentarios fascistas
Otro colaborador del programa, Antonio Montero, ha asegurado que todos
aquellos favorables a la exhumación de Franco tienen "lavado el
cerebro".
Las manifestaciones de estos colaboradores de Sálvame ha enfadado a Paz
Padilla y a Chelo García Cortés, que han acusado a sus compañeros de
blanquear ese período negro de la historia de España.
El enfado de la presentadora del programa, a la que muchos han aplaudido
por tratar de poner cordura ante las aseveraciones de sus compañeros de
plató, no ha sido nada comparado con el que se ha hecho patente en
redes sociales, donde muchos han cargado contra Sálvame por hacer
apología del franquismo e incluso han preguntado a la Policía si eran
denunciables algunas de las aseveraciones que los colaboradores del
programa han hecho en directo.
Uno de los indicadores que evidencia con mayor rotundidad el nivel de democracia interna de un país, es el que se refiere a la gestión y cumplimiento de las normas fundamentales de las radios y televisiones públicas,
neutralidad, objetividad y pluralidad, deberían ser respetadas
escrupulosamente por los gobiernos, cualquiera que sea su signo
político.
Según esta premisa deberíamos preguntarnos qué ha hecho el partido Popular con el nivel de calidad de nuestra democracia.
Naturalmente es una pregunta retórica que se responde por sí misma.
El
servicio público de radio y televisión de titularidad del Estado es
esencial para la sociedad, hoy más que nunca teniendo en cuenta la
cantidad de medios privados tras los que se esconden grandes poderes
económicos, conocedores de todas las tácticas y estrategias cada vez más
estudiadas para crear opinión e influir en el imaginario colectivo
. La
finalidad es evidente, convertirse con más fuerza si cabe, en el cuarto
poder; poner y quitar rey, alarmando, creando cortinas de humo o
simplemente dirigiendo las emociones de la gente.
Se puede afirmar sin género de duda que la manipulación a la que se
ha visto sometida nuestra RTVE durante el gobierno de Rajoy ha sido un
escándalo de proporciones titánicas.
El pasado febrero, el Parlamento Europeo admitió la solicitud del Consejo de Informativos de TVE para someter a examen la imparcialidad de los espacios de información de
la televisión pública española.
La Comisión de Peticiones de la
eurocámara encargó además un informe para evaluar si los contenidos
emitidos en los informativos de la cadena cumplían los principios de objetividad, pluralidad e imparcialidad a
los que está obligado el ente tanto por la legislación española como
por la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y la
directiva europea 2010/13/UE.
El Consejo emitió un comunicado en el que denunciaba el
incumplimiento reiterado “desde hace más de cinco años” de su deber de
emitir una información independiente de los intereses partidistas,
“privando a millones de ciudadanos de un derecho básico y fundamental” y
calificaba la situación como “la etapa más negra de la manipulación y
la censura en la televisión pública”.
El bochorno ante Europa estaba servido.
La aprobación de la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la radio y la
televisión de titularidad estatal, supuso dotar a los medios de
comunicación audiovisual de un régimen jurídico que garantizara su
independencia, neutralidad y objetividad y que estableciera estructuras
organizativas y un modelo de financiación que les permitiera cumplir su
tarea de servicio público con eficacia, calidad y reconocimiento
público.
Pues bien, el gobierno del PP no sólo se ha saltado a
la torera la ley, sino que ha conseguido poner en pie de guerra a los
trabajadores del otrora llamado “ente público”, hartos de sufrir presiones y presuntas veladas amenazas.
La importancia del asunto no puede ni debe despreciarse, téngase en
cuenta que los informativos de TVE han sido los más vistos en los
últimos 19 meses.
Como todo el mundo sabe, existe en el Congreso la Comisión de Control
Parlamentario de RTVE, a la que pertenecí en calidad de secretaria
primera (VI L).
Si la gente leyera las intervenciones en esa Comisión
(puede hacerse en la web del Congreso), muy posiblemente verían los
informativos desde otra perspectiva, porque hay detalles nimios,
tácticas que no lo parecen, cuestiones como quién y cuánto tiempo
aparece sobre determinada noticia; quiénes aparecen en qué lugar,
cuántos minutos se explaya el Gobierno y cuántos dejan a la oposición, y
sobre todo de qué forma se maneja el maniqueísmo que convertía al gobierno y el partido que lo sustentaba, el PP, en salvadores del país y al PSOE en una panda de villanos.
En definitiva, es preciso devolver la dignidad a la RTVE y el respeto a sus trabajadores, hemos de aspirar a ser la admiración del mundo en la recuperación de cultura democrática.
La excusa de que la BBC es ejemplo de lo que debe ser una cadena
pública porque está en un país de larguísima trayectoria democrática no
nos sirve, porque no es el tiempo el que marca el hábito democrático,
sino la consciencia y la voluntad de la gente, grabadas ya en el ADN de
la ciudadanía española.
En el artículo 3.2 de la antes mencionada Ley se determinan los
principios que deben regir el ejercicio de la función de servicio
público de RTVE, y en uno de sus párrafos: “La función de servicio
público debe garantizar el respeto a dichos principios y a los derechos y
libertades que en ellos se reconocen, en especial el respeto al pluralismo político, cultural, lingüístico, religioso y social.”
“Garantizar la información objetiva, veraz y plural,
que se deberá ajustar plenamente al criterio de independencia
profesional y al pluralismo político, social e ideológico presente en
nuestra sociedad, así como a la norma de distinguir y separar, de forma clara y perceptible, la información de la opinión. Facilitar el debate democrático y la libre expresión de opiniones.”
Quien haya visto y oído la RTVE de forma analítica, no automática,
habrá caído en la cuenta de la involución creciente -en ocasiones
rozando el esperpento- de un medio que pagamos todas y todos,
y que difícilmente puede apreciarse cumplimento de ninguno de los
principios de la Ley.
Rajoy afirmaba, en un ejercicio de cinismo, hace
un par de años que aspiraba a que la nuestra se pareciese a la
británica; como de costumbre actuó de forma contraria a lo que predicó,
acabó con el nombramiento democrático del presidente de RTVE que había
impulsado el gobierno de Zapatero y desaparecieron de un plumazo los
informativos plurales e independientes también impulsados por el
presidente socialista.
Por cierto, que fue éste quien suprimió la
publicidad y diseñó un nuevo sistema de financiación.
Hay mucho por hacer y puede hacerse, comenzando por la elaboración a través de un proceso participativo, en la línea del libro blanco de David Cameron, en el que se recojan las opiniones de la gente, organizaciones sociales y expertos y que se convierta en la guía indiscutible que apoye la ley de la radio y televisión de titularidad estatal.
Y es verdaderamente necesario actuar, no sólo para velar por los
derechos de los receptores de la información, sino también como única
forma de garantizar las libertades de los informadores frente a posibles injerencias de los titulares de los medios o grupos de presión,
como advierte la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y como se
recoge en la ley 17/2006, de 5 de junio, art.24, evidentemente puesto
en duda su cumplimiento a tenor de las últimas manifestaciones y
reivindicaciones de los trabajadores de RTVE.
Finalmente, la esperanza de la que muchos hablábamos durante las primarias del PSOE se ha convertido en una realidad.
En todas sus intervenciones, el ahora presidente Sánchez siempre dejó bien claro su objetivo de dignificar nuestra democracia en todos los ámbitos, y ha predicado con el ejemplo, empeñado en conciliar ética y política, por ello sabemos que hará posible ese acercamiento al modelo BBC tan admirado en el mundo.
El muy servicial Antonio García Ferreras
se lo va a pensar dos veces antes de volver a ofrecerle un micrófono en
directo a Guillermo Toledo, por muy foco de la noticia que sea. Porque
en esta ocasión ya se las ha comido de todos los colores, pero si es
verdad que, como dice pero no ha querido concretar y comprometerse en
directo, lo vuelve a invitar, no me lo pienso perder, porque aún va a
cobrar más.
Bravo, Guillermo. Y di que sí: nos guste
o no nos guste lo que quieras decir, no dejes nunca de hacerlo, porque
si dejamos que la expresión de una opinión o sensación esté tipificada
como delito (como sentir satisfacción al ver cómo volaba un criminal
como Carrero Blanco y decirlo), o decir que te cagas en la Pantera Rosa
(y quien dice en la Pantera Rosa dice en otro ser de ficción, y Dios
mientras no se demuestre lo contrario lo es) te pueda llevar a prisión,
solo nos librará de entrar en la cárcel que todavía no sepan leer los
pensamientos.
Gracias, Guillermo
*
Por eso, por arriesgar tu libertad para defender los derechos de todos:
gracias. Y por el mal rato que le has hecho pasar a este pelele del
poder, que no sabe dónde meterse cuando se enfrenta a alguien decente,
también.
La decisión del comité de Informativos de la UER es debido a los negativos informes de organizaciones profesionales internacionales sobre la independencia de los informativos de TVE, lo que se traduce en una “manipulación de la información”, según el sindicato de CCOO de RTVE.
El Comité de Informativos de la Unión Europea de Radiodifusión (UER),
reunido hace una semana, ha decidido excluir al Comité de RTVE al
rechazar la propuesta de nombramiento realizada por el presidente de
CRTVE, José Antonio Sánchez, tras su decisión de expulsar del Comité de
Informativos de la UER a Asunción Gómez Bueno, quien presidía hasta el
pasado mes de enero el organismo. RTVE se queda así sin plaza en este
comité europeo, el más importante de los medios de comunicación.
La nueva candidata de Sánchez, María Díaz Ibáñez, no ha conseguido la
confianza del Comité de Informativos de la UER debido a los negativos
informes de organizaciones profesionales internacionales sobre la
independencia de los informativos de TVE, tal y como recoge Infolibre,
lo que se traduce en una “manipulación de la información”, según el
sindicato de CCOO de RTVE.
La causa que se dio desde RTVE para apartar a la anterior presidenta
de la UER, que había sido premiada con varios galardones y cuya
presencia prestigiaba a RTVE y le aportaba reconocimiento, era que se
prefería tener a “alguien más cercano a la actual dirección”.
Cabe
destacar que Asunción Gómez fue elegida por unanimidad entre los
miembros de la UER y que este organismo instó a TVE a “reconsiderar su
decisión de retirar a Asuncion Gómez Bueno de su puesto antes de la
finalización de su mandato”.
Ya debería estar claro para cualquiera
que sepa y quiera atar cabos que no hay un solo gran medio de
comunicación (y casi ninguno mediano) que no esté pringado hasta el
tuétano en la defensa del sistema plutocrático español. Solo hay que
preguntarse cómo es posible que estos programas tengan en plantilla a
ciertos elementos para saber que algo no está claro.
Pero como todavía
hay gente que bien por exceso de bondad o bien por defecto de formación
política confía en esos vendedores de humo que son más actores que
periodistas y que se dedican a confundir al personal, está muy bien que
algún periodista de verdad señale a los farsantes.
Y más que los señale
como verdaderos responsables de la creación de esas ‘fake news’ que
otros se encargan de publicar.
Se puede decir más alto, pero Patricia
López lo dice muy claro (y se agradece el compromiso y esa valentía de
la que hoy casi nadie hace gala): Antonio García Ferreras forma parte
del núcleo duro de los falsificadores de noticias, de los creadores de
opinión pública al servicio de la oligarquía.
Los Inda, Marhuenda,
“Chani” y compañía (también la compañía que interpreta ser de izquierdas
y sabiendo todo esto calla), no dejan de ser mercenarios relativamente
baratos.
Tan baratos que algunos ni cobran y se conforman con poder
promocionar sus medios.
En la Frontera - Miércoles, 24 de enero de 2018
*
En fin, no sé si es demasiado acertado
ni serio hacerse el incrédulo para insistir en la información y dar
mayor relevancia a la noticia. En cualquier caso la protagonista es esta
periodista que merece tan digno e importante título.
La revelación se encuentra casi al final
del programa y viendo el número de visualizaciones compruebo que ha
pasado bastante desapercibida, pero valga para que la recordemos la
próxima vez que, aunque sea por casualidad, veamos a Ferreras o a sus
acólitos opinando o dando presunta información de cualquier asunto (el
vídeo empieza automáticamente al inicio del comentario de Patricia):
José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.─ Hace unos días,
centenares de personas saqueaban supermercados en Bogotá y en tres
departamentos de Colombia (1). El Gobierno imponían el toque de queda
(2). La noticia no la hemos leído en la gran prensa española.
La misma
que, apenas hace un mes, titulaba que “los militares controlan los
supermercados tras los saqueos en Venezuela”, y lanzaba una “alerta
internacional” debido a la “grave crisis económica y social” de ese país
(3).
Leemos que Colombia, además, es origen del 92% de la cocaína incautada
en EEUU, cuyo gobierno ha alertado del “alarmante aumento de la
producción” en aquel país (4). Pero, increíblemente, a quien acusan los
grandes medios internacionales de ser un “narcoestado” es... a Venezuela
(5).
Los medios nos dicen que el Gobierno de Brasil ha comenzado la
intervención militar de la ciudad de Río de Janeiro (6). Si esto hubiera
ocurrido en Venezuela, tendríamos ya en la prensa completos análisis
sobre la crisis social del país (7). Pero como es en Brasil, nos dicen
que es solo una medida para “atajar la ola de violencia” (8). Mientras,
el presidente golpista Michel Temer, con todos los grandes medios
brasileños a su favor, trata de reducir su impopularidad con un gesto de
mano dura, y de apartar el foco de las masivas protestas contra su
política antisocial (9).
Donald Trump sugiere armar a un 20 % del profesorado de EEUU (10), para
evitar matanzas en las escuelas, con el apoyo de la Asociación Nacional
del Rifle (11). La prensa europea realiza un relato crítico acerca de la
venta de armas en aquel país (12). Pero jamás un análisis sobre la
salud democrática de una sociedad que admite esto como un “derecho
constitucional”. Por contra, ¿se imaginan qué dirían si fuera en Cuba
donde, en mes y medio, se hubieran producido casi dos mil muertes por
armas de fuego (13)?
En los últimos días leemos mucho sobre libertad de expresión en la
“democracia española”. Una jueza prohibía la impresión y
comercialización de nuevos ejemplares de “Fariña”, un libro sobre el
narcotráfico en Galicia (14). Y el músico rapero Valtonyc era condenado a
tres años y medio de cárcel, acusado de enaltecimiento del terrorismo e
injurias graves a la Monarquía (15).
Los principales medios españoles
defendían esta sentencia (16) (17). Los mismos, por cierto, que tan
detalladamente nos informan de cada caso de supuesta “censura” en Cuba
(18).
Además, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid retiraba una exposición
denominada “Presos políticos en la España contemporánea” (19). Los
principales medios españoles quitaban hierro a este evidente acto de
censura (20). Y los pocos que denunciaban su gravedad apenas mencionaban
a una pequeña parte de los “presos políticos” que reivindicaba la
citada exposición: los vinculados al proceso independentista catalán
(21).
Pero en la obra también aparecían otros casos, que la prensa
española se cuidaba de no airear, y a los que aplicaba una segunda
censura, como el del político vasco Arnaldo Otegi, los tuiteros de la
operación ‘Araña’, los jóvenes de Altsasu o la dirección del clausurado
diario ‘Egin’ (22).
Para que ahora gobierno, políticos y medios españoles vayan dando
lecciones por el mundo sobre libertad de expresión, artística o de
prensa (23).
*
Centenares de personas saqueaban supermercados en Colombia y el Gobierno
imponían el toque de queda. La noticia no la hemos leído en la gran
prensa española. La misma que, apenas hace un mes, titulaba que “los
militares controlan los supermercados tras los saqueos en Venezuela”, y
lanzaba una “alerta internacional” por la “grave crisis económica y
social”.
El músico Valtonyc era condenado a tres años y medio de cárcel,
con el aplauso de los medios que, tan detalladamente, nos informan de
cada supuesta “censura” en Cuba.
La libertad de expresión está en juego en España y en el mundo sin que parezca que a nadie le importe
La libertad de expresión está en juego. La gravedad de la
frase no parece sin embargo, importar al mundo. Y, sin embargo, es la
causa de que la tierra entera, nuestro continente y la sociedad pierdan
derechos, privilegios ya adquiridos, crezcan las desigualdades entre
territorios y aumentan los extremismos.
Desde que los grandes monopolios económicos, como los financieros,
marcan el rumbo del Periodismo el mundo es mucho peor. Los grandes
medios para sobrevivir, especialmente los del papel, pero también muchos
digitales, necesitan el apoyo del poder económico y del político a
través de la publicidad.
Contar con ese respaldo publicitario de la oligarquía implica, en
España y en el mundo, escribir al dictado, perder la independencia,
deber favores al poderoso y olvidarse de la verdad.
Y así están las cosas. Grave de por sí, pero que tampoco ha servido
para que el titular de la información, el periodista, tenga mejores
condiciones de vida. Aquí sólo viven bien los consejeros de los grandes
medios que son los que han sabido enriquecerse de esa falta absoluta de
libertad.
El periodismo en términos de combate, por esa libertad de expresión y
prensa, lo representan muy pocos medios, entre los que se encuentra
Diario16 y todo su grupo editorial.
“La independencia tiene un precio”, decía hace años un político
mediocre, que ahora aspira a presidir una comunidad autónoma, a una
periodista represaliada por no escribir al dictado de los intereses de
su partido. Y así es.
La pregunta sobre la razón de ser del periodismo cobra especial
vigencia cuando los medios no solo están sometidos a un escrutinio cada
vez más crítico del público, sino que la globalización de la
información, el predominio creciente de lo audiovisual, el todo vale de
las redes sociales y la consolidación de grandes consorcios
internacionales de telecomunicaciones, parecen amenazar el alma misma de
una profesión que se ha preciado de su independencia para fiscalizar a
los poderes públicos y privados.
Toda esta situación explica la vigencia de Diario16.com y de todo
nuestro grupo de comunicación. El esfuerzo de todo un equipo, que
traspasa cualquier interés económico y personal, la apuesta y riesgo de
nuestro editor Manuel Domínguez Moreno, y una lucha por mantenernos
independientes y libres.
En este combate celebramos en el Grupo16 el Día
del Periodista. Va por ellos!
El Telediario de TVE ha contado, transcurridos 10 minutos
desde su inicio, que el PP ha sido encausado por la destrucción de los
ordenadores de Bárcenas, aunque no contenían información relevante.
La dirección daba prioridad a otro tema: las noticias falsas son desde
ahora una amenaza a la seguridad de España y del mundo entero.
Las Fake news que,
según ellos, se distribuyen a través de las redes sociales en
ciberataques. Cualquiera podría aceptar, si se trata de evitar un
atentado terrorista o daños similares, un programa de actuación
gubernamental. Pero no es bondad todo lo que reluce.
El PP avanza en la extensión de las mordazas con la
colaboración de su prensa empotrada, sin que opongan obstáculos sus
socios. La iniciativa, no por casualidad, la lleva el ministerio de
Defensa. La nueva Ley de Seguridad Nacional, consensuada con PSOE y Ciudadanos, incluye
por primera vez la desinformación como amenaza. Si se mira bien, la
desinformación daña gravemente no solo las estructuras del Estado sino a
la sociedad y a la propia democracia, pero me temo que no entendemos lo
mismo por desinformación.
Ni mucho menos. Ellos piensan en las redes
sociales. Algún indicio les ha debido llegar del Capitalismo 3.0, el auténtico motor de las campañas, mercenario más que político, pero todo es susceptible de ser aprovechado.
“El Gobierno ha sido extremadamente cauto al
evitar atribuir a Moscú la autoría de las noticias falsas que inundaron
las redes sociales en los últimos días de septiembre y principios de
octubre”, nos dice una de las reseñas más activas. El agente Cipollino y
la invasión masiva de rusos que le colaron a la ministra Cospedal unos
humoristas del país en cuestión, ha debido aconsejar no tentar más la
suerte.
El campo de batalla es aquí, en España, con la información libre
en momentos muy críticos. Hay noticias realmente sensibles.
El Partido Popular va a hacer historia sentándose en el
banquillo acusado por la jueza Rosa María Freire de destruir los
ordenadores de Bárcenas dado que, según atestigua la magistrada, el
borrado torpedeó “una causa criminal de indudable transcendencia”.
Por corrupción. Y están unas elecciones en Catalunya que deben ganar
“los buenos” para no tener que repetir las votaciones como anuncian
algunos cargos del PP. En este momento no sabemos de riesgos añadidos de
terrorismo, salvo la poca tranquilidad que da enterarse –aunque no se
le ha dado gran difusión mediática tampoco- que el CNI mantuvo
contactos a lo largo de 4 años con el imán de Ripoll, considerado el cerebro de los atentados en Catalunya este verano.
El PP tiene un concepto muy peculiar de lo que es
desinformación e información veraz. No hay más que ver -si el cuerpo
aguanta- TVE a diario para saberlo. Desde Los Desayunos a cada
telediario -con excepción de la minoritaria, por la hora, La 2 noticias-
y darse el festín monumental de manipulación en el programa que
mantiene el nombre de Informe Semanal los sábados. Más aún, el
presidente de la Corporación RTVE se mofa a diario de las críticas.
Cospedal lo explicó con toda claridad cuando criticó a la
periodista Ana Pastor quien, a continuación, fue expulsada de Los
Desayunos precisamente.
Su modelo de televisión autonómica en
Castilla-La Mancha no deja lugar a dudas. Se llevó de director a uno de
los tertulianos de la Caverna Mediática más tendenciosos: Nacho Villa. Tanto él como su jefa de informativos fueron condenados por hitos de su gestión. Sobre todo de maltrato al personal.
Es alarmante que clamen por la veracidad de las noticias
cuando han sido acusados, en diversas tramas de corrupción, de montar
campañas para dañar la imagen de sus adversarios o para lavar y
promocionar las suyas. Con perfiles falsos evidentemente. Y, ni siquiera
mediando amor al partido, sino pagados con dinero público.
Los
dirigentes del PP saben cuánta Púnica les ha ayudado. Botella o González para mejorar su imagen, según la acusación. Aguirre para, además, desprestigiar a la Marea Verde por la sanidad pública. Sí, la desinformación es perniciosa.
La pasión por la transparencia informativa del PP se
aprecia en su afán de evitar se sepa cómo distribuye la publicidad
institucional -ese gran eufemismo-. Saber, sabemos, de vez en cuando se publica el desproporcionado y nada inocente reparto.
Este medio, eldiario.es, ha logrado una primera sentencia favorable, de los 8 recursos interpuestos por el PP para mantener el secreto de su propaganda (institucional) con dinero público.
Cospedal, desde una tribuna tan solvente como La Razón,
el diario que dirige Francisco Marhuenda, ha planteado crear un comité
que reunirá a diputados y editores de medios para acabar con el riesgo
de la desinformación. Muchos de ellos son de los que ven un ordenador y
les entran palpitaciones.
Las redes les quitan el sueño, han destruido
la placidez en la que vivían. No pueden con la información horizontal
que se les escapa.
Porque los medios concertados son los mismos que hurtan
noticias, al punto de no contar ni media palabra de exclusivas que sacan
los periódicos de Internet. Los que manipulan portadas y titulares a
diario. Muestran una realidad paralela y tan uniforme en sus mensajes
como aquel histórico día en el que todos llevaban la misma portada: un
anuncio del banco de Santander.
Se comieron los papeles de Blesa cuanto pudieron y la
presencia que se le atribuyó en los paraísos fiscales de Panamá. Nada se
supo tampoco de la referencia a la segunda mujer de un conocido
político en esa misma revelación. Ni de las vacaciones caribeñas de José
Manuel Soria que acabaría dimitiendo por los negocios offshore. Opaco
silencio acerca de las maniobras del juez Alba contra su colega Victoria
Rosell.
A remolque en informar de los muertos de El Tarajal o los
mensajes de los reyes al compi yogui López Madrid.
En general la manga ancha que funciona en un sector de la justicia
(cuando se trata de hacer cumplir la sentencia a Urdangarin, por
ejemplo) tiene su equivalente en los medios adosados -prensa, radio y
televisión-. Guante de seda para Rato y otros imputados de postín.
El PP
incluido, primer partido juzgado en el contexto de um caso por
corrupción. Rajoy incluido, pieza fundamental de ese partido a través de
los años.
Un rápido vistazo de los últimos días. No llevaron a
portada las amenazas vertidas en el chat de la policía municipal de
Madrid. Al día siguiente, ninguno; el resto del tiempo, casi ninguno.
La condena por corrupción a ex miembros de la Xunta de Galicia no la
incluyeron en primera página ni los diarios gallegos. Vean el día que
Eduardo Inda soltó sus cosas en el Senado, qué titular, y qué foto. Y la diferencia con el día en el que jefe de la UDEF dijo en el Congreso que Rajoy cobró sobres en negro de la caja B del PP que es “corrupción en estado puro”.
El bochorno es diario. Juicios de valor continuos en los
titulares de noticias. Todos con su hilo y su puntada bien precisa. Un
sobresalto cada noche en las portadas.
Les invito a seguir este perfil que
las enlaza a diario. Claro que hay una batalla contra la información,
enormemente dañina, pero no la llevan a cabo las redes y los medios de
Internet.
Por el contrario, es el poder quien los quiere controlados.
El
asunto es tan grave que daría para varias tesis doctorales como mínimo.
Y les quedan pendientes las normas que avanzan para controlar Internet e
“impedir el anonimato”. Teórico, detrás de cada usuario hay como mínimo
un ID.
Una medida así solo se entiende para coaccionar a los usuarios.
Mal los insultos y amenazas, A todas y todos, no solo si se dirigen a
dirigentes de PP y Ciudadanos, porque el resto de políticas y
periodistas no les ocupa en absoluto. La Turquía de Erdogan, cada vez
más cerca como modelo.
Peor aún, más cerca…. de China. La dictadura
asiática ha endurecido su acreditada censura con la obligación desde
octubre de registrarse con los datos personales verdaderos para publicar
un comentario. Era el último reducto de la crítica.
De buena fe o por pereza, muchas personas solo se
informan por los medios concertados. Los Telediarios de TVE que desdeñan
displicentes en las Redes, congregan a cerca de 2 millones de personas.
Más o menos las mismas que Antena 3 y Telecinco que tampoco se quedan
mancos en su servicio a la causa.
Con meritorias excepciones, en las
radios es un bombardeo constante. Para una generación anclada en los
felices 80´, El País aún sigue siendo un referente. Y el resto de esta
prensa desgarradora tiene su público, que en bien suyo y los demás
debería agudizar su sentido crítico.
La desinformación es acumulativa y letal. La sociedad no
llega a calibrar cuánto. Es como si alguien padeciese un cáncer y le
dijeran que tiene un resfriado y se limitara a tomar analgésicos. Es la
guerra.
Habrán de ser los propios ciudadanos quienes pongan los medios
de selección para evitar sus daños colaterales.
En este caso ni entro a valorar
cuestiones políticas respecto al affaire España-Cataluña, porque para lo
que nos ocupa, más allá de quién sea el protagonista del vídeo, es
irrelevante. Lo importante aquí es hasta qué punto de infantilización y
despropósito se ha podido llevar a uno de los programas insignia de
RTVE.
Y fundamentalmente hay que preguntarse a qué público se dirige
actualmente este espacio y hasta qué nivel de indigencia intelectual es
posible que siga siendo interesante (políticamente rentable) hacerlo, y
por qué han llegado los voceros del Gobierno a concluir que hoy, a pesar
de estas prácticas, todavía lo es.
Como broma o dejando muy claro un perfil
partidista o ideológico concreto, no digo que esté mal editar el tono
de la voz de Puigdemont o cualquier otro político, y ponerle de fondo la
música de El Exorcista.
En el 15M hicimos cosas similares con muchos
políticos y estaba bien, aunque lógicamente nunca lo hicimos pasar por
cierto, no teníamos por qué responder a criterios de imparcialidad, ni
éramos medios públicos.
Estaba claro que estábamos contra esos políticos
y partidos y no lo ocultábamos en ningún caso.
El problema es que vayas de servicio
público, serio, plural, informativo, formativo y periodístico, y que te
atrevas con cosas así.
Y que inmediatamente después no dimita en bloque
la plantilla del programa al completo.
Qué país nos está quedando…
Señoras y señores, con todos ustedes: Informe Semanal.
*
*
El Consejo de Informativos de TVE ha pedido explicaciones por el uso de
la música de "El Exorcista" para hablar de Puigdemont en Informe
Semanal.
IU denuncia en Bruselas la “manipulación sistemática” del Gobierno en los informativos de TVE
La portavoz en el Parlamento Europeo, Marina Albiol,
registra una pregunta parlamentaria en la que explica cómo está
vulnerando la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, poniendo como
ejemplo la cobertura de la situación en Catalunya.
La portavoz de Izquierda Unida en el Parlamento Europeo, Marina
Albiol, ha denunciado ante la Comisión Europea la “manipulación, la
censura y el doble rasero” que el Gobierno de Mariano Rajoy ha
instaurado en los programas informativos de Televisión Española, una
“práctica sistemática” que además de haber sido denunciada por el
Consejo de Informativos de la Corporación y estar documentada en los
informes que elaboran desde hace varios años, vulnera la Carta de
Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
“Los informativos de la televisión pública están rebasando todos los
límites posibles, con claras manipulaciones e informaciones sesgadas que
se han convertido en un arma propagandística del Gobierno de Rajoy, tal
y como evidencian los informes que elaboran los propios trabajadores”,
afirma Albiol, que incide en una pregunta parlamentaria en el
tratamiento que la televisión pública está haciendo de la situación en
Catalunya.
“El relato que está haciendo TVE de la crisis en Catalunya es muy
peligroso para nuestra sociedad”, ya que “oculta aquellas voces y
opciones políticas que no sean marcadamente centralistas” y porque en
las tertulias y debates sobre el tema “jamás aparece nadie defendiendo
que haya un referéndum en Catalunya y no digamos ya la independencia”.
Pero es que “además”, añade la eurodiputada de IU, “esa inexistencia
de pluralidad va acompañada de constantes mensajes dirigidos a exacerbar
y movilizar al nacionalismo español más primario, muchas veces
profundamente anticatalán y xenófobo, poniendo en peligro la
convivencia”.
Albiol recuerda que hay “multitud de ejemplos de manipulación y de
cómo la dirección de informativos diseña sus escaletas y coberturas en
función de las prioridades del Gobierno”, lo que ha provocado numerosas
protestas de los profesionales de la Corporación en la redacción de
informativos.
“A raíz del 1-O, sin ir más lejos, hubo una protesta de los
trabajadores por la cobertura de la jornada, en la que ni siquiera se
llegó a emitir el discurso de Puigdemont al cierre de los colegios
electorales”, señala. Como también trascendió la protesta de los
profesionales de la Corporación pública al emitirse la información de la
comparecencia ante el juez de Rajoy por el caso Gürtel: “Gracias a las
denuncias de los propios profesionales se supo que los responsables de
informativos editaron la información en base a un argumentario del PP”.
“Y todo ello”, continúa la portavoz de IU en la Eurocámara, “después
de que hace unas semanas TVE quedara excluida del Comité de Informativos
de la Unión Europea de Radiodifusión por ejercer la manipulación, tras
los informes negativos emitidos por organizaciones profesionales
internacionales”.
Según Albiol, “las autoridades europeas han de velar por el
cumplimiento de unas mínimas reglas democráticas, y actualmente TVE es
un instrumento al servicio del PP que oculta los casos del partido más
corrupto de Europa y ensalza a los líderes de la derecha”.
En la pregunta formulada a la Comisión Europea, la eurodiputada
indica que las malas prácticas por parte de TVE “vulneran
sistemáticamente los principios deontológicos recogidos en el Estatuto
de Información de la Radio Televisión pública, que es la norma que
desarrolla la Ley 17/2006”.
En cuanto a la legislación europea, Albiol no tiene dudas de que se
está vulnerando el artículo 11.1 de la Carta de Derechos Fundamentales,
al no respetarse “la libertad de opinión y la libertad de recibir o
comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de
autoridades públicas”.
Además, la eurodiputada también cree que se están
incumpliendo los puntos 8 y 94 de la Directiva 2010/13/UE sobre
servicios de comunicación audiovisual.
Secesionistas, rupturistas... necesitábamos nuevos adjetivos asegura su director.
Esta mañana, los lectores del diario el País se han encontrado por su sorpresa, un titular donde se referían a los independentistas
catalanes como 'hijos de puta'.
Este adjetivo, aplaudido por muchos y
criticado por muchos otros, ha dado pie a que Antonio Caño, su director,
tuviera que aclarar: 'Es que ya habíamos usado secesionistas,
rupturistas, sediciosos y así un largo etcétera de descalificativos. Nos
estábamos repitiendo más que Aquí no Hay Quién Viva en los canales de
AtresMedia'.
Pero el adjetivo no es casual. Según fuentes de El País, este era el
nombre de la carpeta donde se guardaban las noticias relacionadas con
los independentistas catalanes. 'Pero no es solo esa carpeta' nos cuenta
un redactor 'Para Podemos la carpeta se llama mugremitas y para Felipe González se titula Sexy Daddy Hard Porn'.
De momento, la redacción de política de El País se encuentra escuchando
canciones de trap para inspirarse en nuevos insultos pero parece que
están habiendo complicaciones.
'Somos tan pollaviejas que no conseguimos
diferenciar qué es un insulto de qué es argot' confiesa un redactor.
'Para solucionarlo hemos pensando en ofrecerle el cargo de jefe de
redacción a Pimp Flaco. Aunque no encontramos su teléfono en la guía
telefónica ¿Cuál es su apellido? ¿Pimp o Flaco?'
La Generalitat estudia poner una demanda por injurias. Antonio Caño le
quita hierro al asunto sobre si ese adjetivo podría ser ofensivo: 'Sí,
soy consciente de ello. No queremos ofender a nadie pero entiendo que
sea un poco irrespetuoso.
Patricia López: “Esto se resolverá cuando haya un juez que les procese a todos”
La PERIODISTA Patricia López habla de
‘periodistas’ como parte de una organización criminal, de un entramado
político-mediático-policial (y aunque ella no lo especifica en este
caso, también judicial), de un vertedero de la ética y la decencia: de
las cloacas del Estado.
Unas cloacas que tienen una parte bien visible
en el exterior, que no es otra que la de los medios que se dedican a
reescribir la realidad al servicio de los corruptos.
Una realidad que no
tiene nada que ver con la verdad, con lo que está ocurriendo de hecho,
pero que es la que va a quedar en el consciente y en el subconsciente
del espectador, y es la que valdrá para explicar el entorno y cerrar el
círculo.
Patricia no se esconde, y utiliza
nombres concretos, algunos muy evidentes para la mayoría y otros no
tanto, desde Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta hasta Susanna Griso y
Antonio García Ferreras. Cada cual con su grado de responsabilidad, pero
todos implicados sí o sí en la desinformación pública.
También quedan otros nombres en el aire,
algunos casi intocables en este lodazal tan bien alimentado de
desechos. Tan complejo, con tantas ramificaciones, deudas, compromisos,
ataduras y conveniencias. Tan sucio y tan incómodo de afrontar.
Por eso, por responsabilidad y
agradecimiento hay que tomarse un tiempo para escuchar lo que tienen que
decir aquell@s periodistas que se juegan el trabajo, la libertad y
hasta la salud para informar de verdad. Para que sepamos dónde vivimos.
Gracias, Patricia.
Las cloacas en el diván: del periodismo a la pantalla
En 13TV, emitían el programa-tertulia El Cascabel,
presentado por Antonio Jiménez.
En un momento dado, el presentador
anuncia que ha habido “alguna explosión en el estadio del… ¿Manchester
Arena?”. Y continúa: “¿Este qué estadio es? ¿Este no es el del United
no?” El reportero continúa: “Era un concierto de Ariana Grande y se ha
oído lo que la gente define como dos explosiones…” para seguir narrando
lo que se conocía en esos momentos.
Antonio Jiménez, vuelve a tomar la palabra: “Manchester Arena. Este
estadio no tiene nada que ver con el del Manchester United ni el del
Manchester City, verdad? ¿Me da la impresión?”.
Tras unos segundos donde
nadie de los presentes le responde, continúa: “¿No? ¿No? Los
que somos futboleros no tenemos constancia de que el Manchester Arena
sea el estadio de los dos equipos de la ciudad…”
En esos momentos, interviene Francisco Marhuenda, presente en el
plató, riéndose: “Te voy a dar una lección, querido hermano.
Hay algo
más aparte del fútbol…” En ese momento, Jiménez le replica, también riéndose: “No señor, el fútbol es lo más importante.
Una idea que no concuerda con las últimas
decisiones que se han tomado dentro del ente público.
Este martes que
conocía que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha sido citado
como testigo por el tribunal de la Gürtel, una noticia histórica que en
TVE han preferido trasladar por detrás de varias noticias de carácter
internacional.
Mientras las privadas como Cuatro y laSexta han abierto con esta información en su informativo de las 14:00 horas, en el Canal 24 Horas han pasado la información a la cuarta plaza de su recién estrenado Hora 14.
Por delante, en la pública han preferido informar sobre las elecciones
anticipadas en Reino Unido, la detención de dos yihadistas en Francia y
las protestas en Turquía. La citación de Rajoy no ha sido narrada hasta
las 14:17 horas.
Se trata de una decisión que quería ser trasladada de la misma manera al informativo principal del grupo, el Telediario 1de
La 1 a las 15:00 horas. En un principio, la directiva de informativos
quería poner por delante de la noticia nacional las elecciones en Reino
Unido y la detención de los dos yihadistas. La redacción ha comenzado a
realizar numerosas quejas sobre el tratamiento de la información en
cuanto se han dado cuenta de lo que estaba pasando.
Finalmente, la presión de la redacción ha conseguido adelantar la información sobre Mariano Rajoy a la segunda plaza del Telediario.
El sumario de las 15:00 horas ha dado prioridad a la decisión de
Theresa May de adelantar las elecciones de Reino Unido al próximo 8 de
junio. Después, en la información post sumario, la declaración ha
aparecido en primer lugar.
La citación se conocía a las 12:56 de este mismo martes por la mañana.
A las 13:02 se ha dado un adelanto de la noticia de 15 segundos para
seguir hablando después de otras informaciones. No ha sido hasta que han
pasado 20 minutos cuando el Canal 24 Horas ha ofrecido a los
espectadores la primera pieza sobre la decisión del tribunal de la
Gürtel.
En sólo meses, el contenido de los medios de difusión nacionales e
internacionales ha sufrido un profundo cambio en Occidente. Estamos
siendo testigos del nacimiento de una “Entente” cuyos verdaderos
iniciadores y objetivos reales aún se desconocen pero cuyas
consecuencias directas contra la democracia ya son palpables.
Así lo ha denunciado la Red Voltaire,
pero la denuncia ha tenido menos repercusión que lo que debía esperarse
siendo un asunto de tanta trascendencia, y con ello se confirma que sí,
que ese pacto existe y no es posible ignorarlo o desconcerlo. Así lo
explica la Red:
Occidente está atravesando una crisis sistémica sin precedente:
poderosas fuerzas están orientando poco a poco a todos los medios de
difusión en una dirección única. Simultáneamente, el contenido de los
medios se transforma. El año pasado todavía mostraban cierta lógica y
tendencia a la objetividad. Y se aportaban mutuamente la contradicción
en una sana emulación. Ahora actúan como manada, basan su coherencia en
la manipulación de emociones y arremeten con saña contra las personas a
las que denuncian.
La idea de una Entente de los medios de
difusión es la prolongación del experimento del International Consortium
for Investigative Journalism (ICIJ) («Consorcio Internacional para el
Periodismo de Investigación»), un ente que no reúne medios de difusión
sino sólo periodistas a título individual y que se hizo célebre
publicando información robada en la contabilidad de dos oficinas de
abogados de las Islas Vírgenes Británicas, el gabinete
PricewaterhouseCoopers (PwC), el banco HSBC y la oficina panameña
Mossack Fonseca.
Si bien algunas sacaron a la luz verdaderos
delitos de una que otra personalidad occidental, esas revelaciones
fueron utilizadas principalmente para desacreditar a dirigentes chinos y
rusos. Lo más importante es que, con el pretexto de contribuir a la
lucha contra la corrupción, la violación de la confidencialidad de
abogados y bancos perjudicó gravemente a miles de clientes honestos sin
suscitar reacción alguna de parte de la opinión pública.
Desde
hace alrededor de 40 años puede verse un reagrupamiento paulatino de los
medios de difusión en trusts internacionales. Hoy en día, más de dos
terceras partes de la prensa occidental pertenece a sólo 14 grupos (21st
Century Fox, Bertelsmann, CBS Corporation, Comcast, Hearst Corporation,
Lagardère Group, News Corp, Organizações Globo, Sony, Televisa, The
Walt Disney Company, Time Warner, Viacom y Vivendi). En este momento, la
alianza montada entre Google Media Lab y First Draft está creando
vínculos entre esos grupos, que ya se hallaban en posición dominante.
En
esa Entente mediática están además las 3 principales agencias de prensa
del planeta –Associated Press (AP), la Agence France-Presse (AFP) y
Reuters–, lo cual le garantiza una posición hegemónica en materia de
información. Es evidente que se trata de un caso de «entendimiento
ilícito» [1]. Pero su objetivo no es uniformizar precios sino
uniformizar las mentes, imponer un pensamiento ya dominante.
Puede
observarse que todos los miembros –sin excepción– de la Entente de
Google ya han venido presentando, durante los últimos 6 años, una visión
unívoca de lo que sucede en el Medio Oriente ampliado. Pero no existía
entre ellos ninguna forma de concertación previa… o no se conocía. Es
interesante ver que en esa Entente también se encuentran 5 de las 6
televisiones internacionales que participaron en el equipo de propaganda
de la OTAN (Al-Jazeera, BBC, CNN, France24, Sky, sólo parece faltar
Al-Arabiya).
En Estados Unidos, Francia y Alemania, Google y
First Draft (expresión del inglés que significa «primer borrador» o
«version uno») han reunido bajo su tutela medios localmente presentes en
esos países y medios de alcance internacional, supuestamente para
“verificar” la veracidad de ciertos argumentos. Además de que se
desconoce quién se esconde detrás de First Draft y qué intereses han
llevado una firma comercial especializada en informática a asumir el
financiamiento de esta iniciativa, lo cierto es que el resultado no
tiene mucho que ver con un regreso a la objetividad.
En primer
lugar porque las imputaciones que esos entes “verifican” no se
seleccionan en función de su importancia en el debate: se seleccionan
porque las mencionan individuos a quienes esta Entente quiere denunciar.
Esas verificaciones supuestamente deberían acercarnos a la verdad, pero
no es así: lo que hacen es tratar de convencer al ciudadano de que los
medios de la Entente son honestos y que las personas que los denuncian
no lo son. El objetivo no es una mejor comprensión del mundo sino
destruir la reputación de los individuos “incómodos”.
En segundo
lugar porque una regla no escrita de esta Entente de medios es que se
verifican solamente las afirmaciones de fuentes exteriores a esa
Entente… pero sus miembros no se critican entre sí. Lo que buscan es
reforzar la idea de que el mundo se divide en dos bandos: «nosotros»,
–que decimos la verdad– y «los otros» –obligatoriamente mentirosos.
Esta
manera de proceder viola el principio del pluralismo, elemento básico
de la democracia, y abre el camino a la imposición de una sociedad
totalitaria. Pero eso no es nada nuevo porque ya vimos su aplicación en
la cobertura de las primaveras árabes y de las guerras contra Libia y
Siria. La diferencia es que ahora se aplica, por vez primera, a una
corriente occidental de pensamiento.
Y, finalmente, porque las
imputaciones que esa Entente califica de «falsas» nunca serán vistas
como errores, siempre serán consideradas como mentiras. O sea, se trata a
priori de atribuir a «los otros» intenciones maquiavélicas, para
desacreditarlos. Con ello se viola la presunción de inocencia, principio
básico de la justicia.
Por todas esas razones, el funcionamiento
del Consorcio Internacional para el Periodismo de Investigación y el de
la Entente creada por Google y First Draft contradicen la Carta de
Munich de la Organización Internacional de Periodistas (OIP),
concretamente los artículos 2, 4, 5 y 9, de su título II.
No por
casualidad vemos como avanzan acciones judiciales descabelladas
precisamente contra los mismos que ya son blanco de la Entente de medios
de difusión. En Estados Unidos desenterraron la ley Logan para
utilizarla contra el equipo de Donald Trump, un texto que nunca llegó a
aplicarse desde su adopción, hace 2 siglos. En Francia, han recurrido a
la ley Jolibois contra los tweets políticos de Marine Le Pen, un texto
que la jurisprudencia había limitado a la difusión (por demás posible
bajo ciertas condiciones) de algunas revistas ultrapornográficas.
La
erradicación del principio de presunción de inocencia, en los casos de
los individuos a eliminar, permite llevarlos al banquillo de los
acusados con cualquier pretexto jurídico. Es importante observar que las
acusaciones que se esgrimen recurriendo a esas leyes contra el equipo
de Trump (en Estados Unidos) y contra Marine Le Pen (en Francia),
podrían servir también contra muchas otras personalidades… pero nadie lo
hace.
Por otro lado, la ciudadanía ya no reacciona cuando es la
Entente mediática quien divulga acusaciones falsas. Por ejemplo, en
Estados Unidos ese ente inventó que los servicios secretos rusos tenían
un expediente comprometedor sobre Donald Trump y que lo estaban
chantajeando. En Francia, esa misma Entente inventó que es posible
emplear ficticiamente a una asistente parlamentaria, delito que atribuyó
a Francois Fillon… candidato “incómodo” a la presidencia.
En
Estados Unidos, los miembros, grandes o pequeños, de la Entente
mediática están arremetiendo contra el presidente. Sus informaciones
provienen de las intercepciones telefónicas que la administración Obama
ordenó indebidamente contra el equipo de Trump. Todo eso demuestra que
existe una coordinación entre la Entente mediática y los magistrados que
utilizan las alegaciones que esta divulga para bloquear la acción
gubernamental de la actual administración. Se trata, indiscutiblemente,
de un sistema mafioso.
Los medios estadounidenses y franceses
están atacando implacablemente a dos candidatos a la presidencia de
Francia: Francois Fillon y Marine Le Pen. Al problema general de la
Entente mediática se agrega en este caso la impresión errónea de que
ambos blancos son víctimas de una conjura franco-francesa, cuando en
realidad las órdenes vienen de Estados Unidos. Los franceses están
comprobando que sus medios emiten información sesgada, creen
–erróneamente– que se trata de una campaña contra la derecha y buscan
–también erróneamente– a los manipuladores en su propio país.
En Alemania, esta Entente todavía no resulta efectiva, sólo debería serlo durante las elecciones legislativas.
En
tiempos del Watergate, ciertos medios dijeron ser un «Cuarto Poder»,
después del poder ejecutivo, el legislativo y el judicial. Afirmaron que
la prensa ejercía sobre el gobierno una función de control en nombre
del Pueblo. Ni siquiera entraremos a mencionar aquí el hecho que lo que
en aquel momento se imputó al presidente Nixon fue haber ordenado
interceptar los teléfonos del partido de oposición, lo mismo que ha
hecho Obama.
Hoy se sabe que «Garganta Profunda», la fuente del
escándalo del Watergate, lejos de ser un denunciante ciudadano –los
españoles dirían un “alertador”– era nada más y nada menos que Mark
Felt, alto responsable del FBI que incluso se había convertido en número
2 de esa agencia federal a finales de los años 1960. El manejo de aquel
escándalo en realidad fue parte de la lucha entre una facción de la
administración y la Casa Blanca y los electores fueron simplemente
manipulados por ambos bandos a la vez.
Aceptar la idea del
«Cuarto Poder» sería reconocer a los 14 trusts que poseen la gran
mayoría de los medios de prensa occidentales la misma legitimidad que al
conjunto de la ciudadanía. Sería confirmar el reemplazo de la
democracia por una oligarquía.
Queda un punto por aclarar. ¿Cómo
elije la Entente mediática los blancos de sus ataques? Lo único que
Donald Trump, Francois Fillon y Marine Le Pen tienen en común es que
quieren reanudar los contactos con Rusia y luchar a su lado contra la
matriz del yihadismo, que es la Hermandad Musulmana. Aunque Francois
Fillon ya fue primer ministro de un gobierno que estuvo implicado en
esos acontecimientos, los tres encarnan la corriente de pensamiento que
contradice la versión dominante sobre las primaveras árabes y sobre las
guerras contra Libia y Siria.