miércoles, 22 de abril de 2020

Previsión y manejo del tiempo: cómo afronta Noruega la crisis del coronavirus


La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, en una conferencia en Oslo el 16 de marzo | Lise Aserud (EPA\EFE)
 
 
 
El país escandinavo ha reaccionado pronto a la llegada del Covid-19 a Europa, con la aplicación de medidas estrictas desde una fase temprana del brote 
 
 
 
Modelo mundial en seguridad, salud y educación, Noruega es considerado por muchos un paradigma de Estado de bienestar. Ha sido de los primeros en reaccionar a la eclosión del coronavirus en el Viejo Continente, pese a encontrarse lejos del epicentro del brote. Mientras algunos de sus vecinos europeos se mostraban reacios a aplicar medidas drásticas, Noruega ha impuesto normas severas desde fases tempranas de la pandemia.


Cuando Italia ordenó el cierre de negocios el 12 de marzo con 12.839 casos confirmados, a saber, 212 enfermos por cada millón de habitantes (ppm), los noruegos anunciaron una medida similar con 702 positivos (132 ppm). España suspendió el Tratado de Schengen y clausuró sus fronteras el día 17, cuando registraba 11.748 infectados (252 ppm). El país nórdico lo hizo un día antes, con 1.333 en total (251 ppm).


Este martes 24 de marzo, Noruega reportó un total de 2.866 contagios, de los cuales 6 se han recuperado y 12 han fallecido. La nación escandinava de 5,3 millones de habitantes –casi nueve veces menos que España– es el décimo país europeo y el decimocuarto en el mundo con el brote más avanzado de Covid-19.

¿Cuándo se detectó el primer caso?


El coronavirus eclosionó en Noruega el 26 de febrero. Una mujer residente en la localidad de Tromsø dio positivo después de regresar de China la semana anterior. El mismo día, el Instituto Noruego de Salud Pública (FHI) llamó a la calma, explicó que estaban rastreando los posibles contactos previos y anunció que existía un bajo peligro de infección. La mujer se sometió a cuarentena voluntaria en su propio domicilio.


“Estamos trabajando para evitar que muchas personas se contagien al mismo tiempo con el fin de mantener nuestro objetivo de que cada residente en Noruega pueda recibir atención médica sólida. El servicio de salud está preparado, pero será una situación exigente si no logramos mantener el número de infectados en un nivel moderado”, anunció entonces el ministro de Salud noruego, Bent Høie.


Al día siguiente del primer caso, el FHI detectó tres positivos más. Y veinticuatro horas después, otros dos. El domingo 1 de marzo se confirmaron un total de 19 infectados en el país y más de 100 enfermos potenciales en el hospital Ullevål de Oslo. El día 4, pasada una semana de la aparición del brote, la cifra de positivos se elevaba a 56. A partir de entonces, Noruega experimentó una escalada de casos y, el 10 de marzo, superó la barrera de los 400 contagiados.


Dos días después, la primera ministra noruega, Erna Solberg, anunció la primera muerte por Covid-19 en el país escandinavo. Esa misma jornada, con 621 positivos confirmados, su Ejecutivo publicaba “las medidas de mayor alcance adoptadas por Noruega en tiempos de paz”. 
  

¿Qué medidas se han adoptado?


“Las guarderías, escuelas primarias y secundarias, colegios técnicos y universidades del país quedan suspendidos”, anunció la primera ministra el 12 de marzo. El Ejecutivo también ordenó el cierre inmediato de peluquerías, gimnasios y piscinas y prohibió la celebración de eventos culturales y deportivos. Todos los establecimientos del sector hotelero tuvieron que cesar su actividad, incluidos bares, pubs y discotecas, con excepción de los comedores y restaurantes que pudieran garantizar a los visitantes mantenerse a un metro de distancia.


Asimismo, la Dirección de Salud de Noruega (SHdir) desaconsejó encarecidamente los viajes de ocio, recomendó evitar el transporte público e instó a las empresas a que adoptaran el teletrabajo. La institución, dependiente del Ministerio de Salud, también pidió limitar el contacto cercano con personas de los grupos de riesgo.


Las autoridades noruegas endurecieron sus medidas el sábado 14 de marzo, apenas 48 horas después de dictar las primeras normas. En ese espacio de tiempo, el país había pasado de 702 casos confirmados a 1.090. El Gobierno de Solberg decidió entonces decretar el cierre temporal y parcial de fronteras, puertos marítimos y aeropuertos a partir del lunes 16.


 Solo los ciudadanos con nacionalidad noruega o con permiso de residencia podían entrar en el país nórdico, que comparte divisoria con Suecia y Finlandia. No se prohibió el tráfico de mercancías.


“Estos últimos días han sido completamente irreales para mí y ciertamente ha sido igual para todos ustedes”, confesó la jefa de Gobierno al anunciar las nuevas medidas. “Esto afecta a nuestra vida cotidiana, a nuestro sistema de salud y a nuestra economía. Agradezco a todos los que están en la línea del frente, en el sistema de salud y en todos los demás lugares”, sentenció.

¿Cuál es la situación actual?


La crisis generada por el Covid-19 y la consiguiente caída del precio del petróleo han golpeado con dureza la economía de Noruega, principal exportador de crudo y gas de Europa occidental. En una semana, el índice de paro se ha disparado un 128%, pasando del 2,3 al 5,3%. Su divisa, la corona noruega, ha perdido un tercio de su valor respecto al dólar, la mayor depreciación en las últimas tres décadas. Y su fondo de pensiones estatal, el más grande del mundo, se ha reducido una quinta parte desde finales de año.


“Esta crisis nos está golpeando con una fuerza momentánea y violenta. Pero es solo el principio”, alertó hace una semana el economista jefe de la patronal noruega NHO, Øystein Dørum, quien teme que se pueda superar el récord de 6% de paro alcanzado en 1993, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial.


El Banco Central de Noruega (Norges Bank) declaró el viernes pasado una bajada de 0,75 puntos porcentuales de los tipos básicos de interés, hasta el 0,25%. Un día antes, anunció que estudia intervenir en el mercado para comprar coronas noruegas, hecho cuyo último precedente se remonta a 1999, dos años antes de que el país escandinavo abandonara el cambio fijo por uno fluctuante.


 El Gobierno también aprobó la semana pasada ofrecer garantías de crédito a empresas y, en especial, un rescate a sus aerolíneas.


 






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