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martes, 6 de diciembre de 2022

ABAJO la MONARQUIA

 Transmitido en directo.

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jueves, 22 de septiembre de 2022

La maldición de Felipe VI

 

La maldición de Felipe VI En La Moncloa hace décadas que se guarda bajo siete llaves un dossier con la letra f de funeral de Juan Carlos I, un documento que se ha ido actualizando a los tiempos y las circunstancias, pero que en todo caso otorga al emérito los honores de Estado y el tratamiento de Majestad de forma vitalicia 

 En España tenemos dos reyes y dos reinas, los tenemos porque el R78 tuvo que echar al pisha brava por ladrón, porque amenazaba en caer el R78 con la monarquía a la cabeza y había que hacer algo, así que se decidió ECHAR AL LADRÓN antes de que se viniese abajo el chiringuito que dejó montado el franquismo. 

Pero a pesar de echarlo, no se podía repudiar ni quitarle el título porque eso hubiese supuesto reconocer de forma explícita que el jefe de Estado era un ladrón y se mermaba la autoridad y legitimidad del nuevo monarca, así que se optó en tiempo récord dirigido por Sainz de Santamaría de crear un Decreto infame para blindar al exjefe de Estado para que no se pudiera juzgar por sus latrocinios después de dejar de ser Jefe de Estado, conservaba por tanto su título de rey y para diferenciarlo del título de rey de su hijo se inventaron el de Emérito un título que no existe en la realeza europea y que era todo un sarcasmos porque nada más alejado de los cuarenta años de latrocinios del pisha brava que el tratamiento de emérito, la excusa era blindarlo ante la justicia, porque con todo lo que había robado era evidente que iban a salir pufos a punta pala como así ha sido y había que blindarlo para que no se juzgarán sus latrocinios una vez que ya no era Jefe de Estado y la infame interpretación  de la constitución que hacía al monarca inviolable, impune e inmune al latrocinio había que mantenerla para el pisha brava para que no terminara con sus huesos en la cárcel por ladrón. 

Su hijo y toda la familia que han estado 40 años beneficiándose de los latrocinios del padre, ya que en el latrocinio ha participado toda la familia, yernos incluidos, ahora se tienen que comer el sapo mientras no se muera el pisha brava de tener un padre ladrón señalado por todo el mundo mundial como un ladrón, también se lo tienen que comer los gobiernos del R78 mamporreros reales tener un monarca LADRÓN y a su retoño cómplice como Jefe de Estado. 



El mundo entero vio al Jefe de Estado de España junto a su padre el  REY LADRÓN, esa cruz la va a llevar toda su vida el Preparao, su padre ES UN LADRÓN Y ÉL ESTÁ EN CIENTO Y LA MADRE DE SOCIEDADES OFF SHORE (SOCIEDADES EN PARAÍSOS FISCALES) como el primer beneficiario de todo lo robado por la famiglia que él ha asumido como heredero. 

La monarquía en España está sentenciada ya pero dure lo que dure el preparao y toda la familia van a tener que asumir que son una FAMILIA DE LADRONES y van a ser señalados por allí por donde vayan como los ladrones que son, en España pueden estar blindados por el franquismo y el R78 para ser intocables pero para el resto del mundo son LADRONES 

Y ESO NO VA A CAMBIAR, ni ahora ni en 100 años, al igual que lo fueron sus antepasados. EN ESPAÑA NOS HA GOBERNADO Y REINADO Y NOS GOBIERNA Y REINA UNA FAMILIA DE LADRONES Y eso es incuestionable, por mucha cara de circunstancia que ponga el preparao cada vez que tiene a su padre el LADRÓN CERCA eso no va a cambiar.

 Por nuestra dignidad, libertad, igualdad, fraternidad, justicia, verdad, memoria y reparación  

 Proceso Constituyente  República https://www.eldiario.es/.../maldicion-felipe-vi_129...




viernes, 19 de agosto de 2022

ISABEL II

 

ISABEL II

Cuando Isabel II contaba con 16 años, el Gobierno arregló un matrimonio con su primo, el infante Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz. 

Los cónyuges eran primos carnales por vía doble, pues el padre de él, el infante Francisco de Paula, era hermano de Fernando VII, mientras que su madre, Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, era hermana de la regente María Cristina.

 El matrimonio hizo aguas muy pronto, y nunca sería feliz. 

La boda de la Reina fue una cuestión de importancia nacional e internacional, ya que los diferentes países europeos maniobraron para que la nacionalidad del nuevo rey no perjudicase sus alianzas e intereses.​

 Hubo numerosos candidatos rechazados en su mayoría por diferentes grupos de presión. 

Así los carlistas moderados propusieron a Carlos Luis de Borbón y Braganza, conde de Montemolín, hijo de Carlos María Isidro, que había abdicado para facilitar el enlace. Montemolín fue rápidamente descartado por los liberales. 

El general Narváez propuso a Francisco de Paula de las Dos Sicilias, conde de Trápani, al que vetaron los progresistas, que preferían al infante Enrique, duque de Sevilla.

 María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, madre de la reina, propuso a Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Saalfeld, pariente de la reina Victoria, y Luis Felipe de Francia apoyó las candidaturas de cualquiera de sus hijos Enrique de Orleans, duque de Aumale o Antonio, duque de Montpensier,​ que acabó casándose con la infanta Luisa Fernanda de Borbón, hermana de Isabel II.

 Rápidamente Francia e Inglaterra, en la Conferencia de Eu, renunciaron a sus candidatos y exigieron a Isabel II que se casase con un Borbón. 

Finalmente se optó por Francisco de Asís de Borbón, que era tenido por ser un hombre apocado y de poco carácter, que no iba a interferir en política.

 La boda se celebró el 10 de octubre de 1846 en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid, el mismo día que Isabel cumplía 16 años.

 Fue una boda doble, pues al mismo tiempo su hermana, la infanta Luisa Fernanda de Borbón, contrajo matrimonio con el príncipe Antonio de Orleans, duque de Montpensier e hijo menor de Luis Felipe I de Francia. 

Tal y como relató posteriormente al embajador Fernando León y Castillo durante su exilio parisino, Isabel II no se llevaba bien con su primo y marido Francisco, cuya homosexualidad ha sido afirmada por algunos autores.

 La misma reina parece haber comentado en una ocasión sobre su propia noche de bodas:

 «¿Qué podía esperar de un hombre que en la noche de bodas llevaba más encajes que yo?».

 Por encima de tales anécdotas, la historiografía (Pabón) o escritores próximos a los hechos (Baroja) refieren que el consorte de la reina era padre de varios hijos ilegítimos y que se le conocían diversas amantes. 

Oficialmente, Isabel II y Francisco de Asís fueron padres en doce ocasiones, aunque varios embarazos acabaron en abortos o los neonatos fallecieron al cabo de muy poco tiempo.

 Infante Luis Fernando (1849-1849), nacido muerto (20 de mayo de 1849).

 Infante Fernando Francisco (1850-1850), fallecido cinco minutos después de nacer (12 de julio de 1850). 

Infanta María Isabel Francisca de Asís Cristina Francisca de Paula Dominga (1851-1931), princesa de Asturias (1851-1857 y 1875-1880), condesa de Girgenti, conocida posteriormente como la Chata, casada (1868-1871) con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias (1846-1871), conde de Girgenti, sin descendencia. 

Infanta María Cristina (1854-1854), nacida (5 de enero de 1854) y fallecida con dos días de vida (7 de enero de 1854). Infanta Margarita (1855-1855), nacida prematura (23 de septiembre de 1855) y fallecida con un día de vida (24 de septiembre de 1855). 

Infante Francisco de Asís Fernando (1856-1856), nacido muerto (21 de diciembre de 1856).

 Infante Alfonso Francisco de Asís Fernando Pío Juan María de la Concepción Gregorio Pelayo (1857-1885), príncipe de Asturias (1857-1874), después rey Alfonso XII (1874-1885), casado (1878-1878) con María de las Mercedes de Orleans (1860-1878) y después (1879-1885) con María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858-1929), con descendencia de su segundo matrimonio. 

Infanta María de la Concepción Francisca de Asís (1859-1861), falleció prematuramente (21 de octubre de 1861). Infanta María del Pilar Berenguela Isabel Francisca de Asís Cristina Sebastiana Gabriela Francisca Caracciolo Saturnina (1861-1879), fallecida soltera y sin descendencia (5 de agosto de 1879).

 Infanta María de la Paz Juana Amelia Adalberta Francisca de Paula Juana Bautista Isabel Francisca de Asís (1862-1946), casada (1883-1946) con Luis Fernando de Baviera (1859-1949), con descendencia.

 Infanta María Eulalia Francisca de Asís Margarita Roberta Isabel Francisca de Paula Cristina María de la Piedad (1864-1958), duquesa de Galliera, casada (1886-1930) con Antonio de Orleans y Borbón (1866-1930), duque de Galliera, con descendencia. 

Infante Francisco de Asís Leopoldo María Enrique (1866-1866), nacido (24 de enero de 1866) y fallecido con tres semanas de vida (14 de febrero de 1866).



miércoles, 17 de agosto de 2022

El rey y la espada de Bolívar

 

El rey y la espada de Bolívar 

Los demócratas debemos tomar nota de la osadía de Felipe VI en Bogotá porque significa muchas cosas. 

No fue, ni mucho menos, un gesto improvisado de soberbia senil como el tristemente famoso “por qué no te callas”

* Que lo de Felipe VI ayer en Bogotá es un gesto político no admite discusión. 

De hecho, recuerda mucho al que hizo José Luis Rodríguez Zapatero en el desfile del 12 de octubre de 2003 al paso de la bandera de Estados Unidos. 

Al permanecer sentado al paso de la bandera de las barras y estrellas, el entonces líder del PSOE escenificó con éxito su rechazo a la política belicista de EE.UU. en un contexto de amplio rechazo popular a la guerra de Irak

. De hecho, Zapatero reivindicó públicamente su gesto como una protesta contra el Gobierno por haber hecho desfilar a los países cuyas tropas estaban en Irak y dijo que la guerra estaba dividiendo a la sociedad española. 

  Si quedaba alguna duda sobre si el gesto del rey es político, las reacciones no han hecho sino confirmarlo.

 Las derechas y ultraderechas políticas y mediáticas han defendido el gesto del rey presentando a Simón Bolívar como un asesino de españoles y un traidor, mientras que Podemos, con la ministra Belarra a la cabeza, y las izquierdas independentistas, así como la escasa prensa de izquierdas, lo han definido como una falta de respeto institucional a un símbolo de la libertad latinoamericana. 

  Nos quedaremos con la duda de qué quiso expresar Felipe VI al no ponerse en pie. 

No creo que la Casa del Rey nos explique el porqué 

 Por su parte, el PSOE y el ala socialista del Gobierno han vuelto a representar su rol habitual en estas situaciones. 

Ni siquiera un ministro con tablas y registros como Iceta ha sabido disimular nuestro ridículo como país y ha venido a decir que el gesto del rey se justificaría porque la decisión del presidente Petro de traer la espada al acto no habría estado consensuada con el saliente Iván Duque (visto lo visto, quizá Felipe VI haga crecer el apellido del expresidente de Colombia y lo convierta en un duque de verdad) y no le habría sido comunicada al rey.

 “Si me pasan una espada por delante sin avisar yo no sé qué haría”, ha llegado a decir Iceta. 

Respeto la inteligencia y la ironía de Iceta y, precisamente por eso, sé que cuando se escuche se dará cuenta de que, esta vez, ha hecho el idiota al haber convertido el gesto de Felipe en un mensaje político del Estado español.

 Las empresas españolas que operan en Colombia y que necesitan de la mejor relación con el nuevo Gobierno colombiano deben estar hoy encantadísimas.

 Por muy de derechas que sean sus directivos, su trabajo consiste en hacer buenos negocios y, para eso, lo de ayer ya les digo yo que no ayuda mucho.  

 Nos quedaremos con la duda de qué quiso expresar concretamente Felipe VI al no ponerse en pie.

 No creo que la Casa del Rey se aparte de la tradicional cobardía borbónica y nos explique el porqué.

 ¿Le molesta al rey que las naciones latinoamericanas se independizaran de España y que los patriotas derrotaran a los realistas? 

Lo podemos deducir, pero tenemos un jefe de Estado que no da entrevistas (y eso que tampoco habría muchos periodistas dispuestos a hacerle preguntas difíciles).

     Pero lo verdaderamente importante del incidente provocado por Felipe VI no es su significado, sino la inquietante pregunta que deja: ¿quién diablos se ha creído el rey que es para dar mensajes políticos en nombre de España?  

 Ser republicano hoy no solo es una cuestión de identidad política, es la única forma de defender la democracia y la justicia social en España 

 He hablado con Felipe VI muchas veces y siempre encontré en él un hombre amable y culto, con mucha formación política, aunque quizá también con más interés por la política del que cabría esperar en alguien que, según la legalidad constitucional vigente, no debería jamás influir en ella. 

No puedo revelar detalles de las conversaciones que mantuve con él cuando fui secretario general de Podemos y vicepresidente, pero sí decir que no pienso que el rey sea un ultraderechista. 

Pero sí creo que es un conservador español y, por eso, aunque no le entusiasme Vox y la ultraderecha, siempre estará más cerca de ella que de lo que representan Podemos y las izquierdas independentistas y más si la necesita para salvar a la monarquía.

 Felipe VI no me parece un botarate preocupado por aventuras de esas que la prensa rosa llama “amorosas”, ni creo que sea un tipo obsesionado con enriquecerse ilícitamente, ni con matar a tiros animales drogados. 

Creo, por el contrario, que tiene plena conciencia de ser un operador político crucial y de ser también la figura política más respetada por buena parte de las élites judiciales, militares e incluso empresariales que viven en Madrid.

 Y precisamente por todo eso es una figura política mucho más peligrosa para el futuro de la maltrecha democracia española que su patético progenitor. 

Los demócratas debemos tomar nota de la osadía de Felipe VI en Bogotá porque significa muchas cosas; no fue, ni mucho menos, un gesto improvisado de soberbia senil como el tristemente famoso “por qué no te callas”. 

 Del PSOE, por mucho que sus juventudes vayan a cada Congreso con la matraca de que son republicanos, no cabe esperar mucho.

 Están convencidos que su otanismo y su cobardía con las élites empresariales, judiciales y militares les servirán de salvoconducto si la reacción ocupa el Consejo de Ministros. Ingenuos aquellos que piensen que la represión reaccionaria se conformará con indepes y podemitas.  

 Pero hoy tiene más sentido que nunca construir un horizonte republicano para los pueblos y naciones del Estado español. 

Ser republicano hoy no solo es una cuestión de identidad política, es la única forma de defender la democracia y la justicia social en España y, de paso, honrar a las naciones latinoamericanas a las que sólo una república podrá llamar hermanas.





martes, 9 de agosto de 2022

Las redes estallan contra Felipe VI de España por quedarse sentado ante el paso honorífico de la espada de Bolívar en Colombia

 

   

La espada de Simón Bolívar en la toma de posesión de Gustavo Petro, en Bogotá, Colombia, el 7 de agosto de 2022.

Las redes estallan contra Felipe VI de España por quedarse sentado ante el paso honorífico de la espada de Bolívar en Colombia 

   Durante la toma de posesión de Gustavo Petro como mandatario, el monarca español fue abucheado. 

  El rey Felipe VI de España ha quedado en el centro de la polémica por protagonizar lo que ha sido considerado como un gesto irrespetuoso durante los actos protocolares de la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro.

  El domingo pasado, en el masivo acto realizado en Bogotá, el monarca no se levantó de su silla cuando los efectivos de Casa Militar y custodios de la espada de Simón Bolívar, símbolo de la independencia de Colombia y otros países latinoamericanos, pasaron frente a él para colocarla en un espacio de la tarima donde Petro ofreció su primer discurso como mandatario. 



 El gesto del Felipe VI ha sido ampliamente difundido en redes sociales, donde le llovieron las críticas porque fue el único de los líderes extranjeros presentes en el acto que se quedó sentado mientras se le rendían honores a la espada que utilizó el Libertador Simón Bolívar.

 El arma fue utilizada contra las tropas españolas durante la gesta independentista en los países bolivarianos, y que ahora representa un símbolo anticolonial y de unidad latinoamericana. 

 El episodio habría podido evitarse si el gobierno saliente hubiera llevado con antelación la espada de Bolívar a la toma de posesión de Petro, quien semanas antes había anunciado que el arma del Libertador estaría presente en el evento.

 Sin embargo, Iván Duque se negó a sacar la espada de la Casa de Nariño, al alegar supuestos motivos de seguridad. 

 Para cumplir con su promesa de que la espada de Bolívar estuviera presente en los actos simbólicos de la toma de posesión, Petro —minutos después de tomar juramento como Presidente de Colombia— ordenó al Ejército que buscara el arma y la llevara hasta el evento protocolar, decisión que se convirtió en su primer mandato como Jefe de Estado. 

 "Como presidente de Colombia, le ordeno a la Casa Militar traer la espada de Bolívar. Una orden del mandato popular y de este mandatario ante el pueblo, ante el Congreso y ante el Estado", expresó Petro. 

 Minutos después, al llegar la espada que empuñó Bolívar hace más de 200 años, todos los presentes se pusieron de pie menos Felipe VI, quien además fue abucheado cuando Petro mencionó su nombre entre las personalidades invitadas al evento. 

 Críticas en redes  La ola de críticas y memes contra Felipe VI se viralizaron en Twitter junto al video del momento. 

En la red social, varias personas señalaron como irrespetuosa y maleducada la postura del rey de España y otros recordaron roces que tuvo su padre, Juan Carlos I de España, con líderes latinoamericanos como el venezolano Hugo Chávez. 

 El político Juan Carlos Monedero fue uno de los que criticó al monarca: "Los generales valientes, aún cuando son derrotados, rinden homenaje a los que les han vencido en buena lid.

 Que el Rey Felipe VI se quede sentado cuando todo el pueblo decente de Colombia vibra de pie cuando llega la espada de Bolívar es triste.

 Respeto", escribió.

  "Hay que ir a un acto de posesión y no pararse cuando pasa la espada del prócer que liberó a un país de ser una colonia de tu reino.

 Momentazo del Rey Felipe VI en la juramentación de Gustavo Petro. 

Casi en la misma antología del 'por qué no te callas' de su padre, Juan Carlos", dijo otro de los usuarios. 

 "Lamentable la actitud irrespetuosa de Felipe VI, sentado en su silla mientras todos los líderes de la región mostraban su respeto de pie a la espada de Bolívar.

 Merecidos abucheos para una institución medieval que no representa nada en América Latina, y cada vez menos en España", escribió otra persona. 

 Además, otra usuaria comentó que con la llegada de la espada de Bolívar al acto, Petro colocó al Libertador en lugar de la historia que merece en Colombia. 



 

El momento de Felipe VI con la espada de Bolívar en la toma de posesión de Gustavo Petro que ha generado una gran polémica

 


 El momento de Felipe VI con la espada de Bolívar en la toma de posesión de Gustavo Petro que ha generado una gran polémica

Felipe VI ha sido uno de los protagonistas de la ceremonia de posesión de Gustavo Petro como nuevo presidente de Colombia.

Ha sido en el momento en el que arribaba a la ceremonia la espada de Simón Bolívar, cuando todos los dirigentes invitados al acto se han levantado como muestra de respeto y el rey de España se ha quedado sentado. 

 La espada en cuestión es una con las que Simón Bolívar lideró las campañas que dieron la independencia a varias naciones americanas, entre ellas Colombia. Independencia, evidentemente, del imperio español.

Además, esta espada ha sufrido una especie de resignificación a lo largo de los años. Ya que la guerrilla colombiana Movimiento 19 de abril robó la espada en 1974 como forma de protesta frente al Estado. 

 El momento de la llegada de la espada ha sido muy comentado entre los tuiteros y la reacción de Felipe VI ha dado mucho que hablar. 

 Los generales valientes, aún cuando son derrotados, rinden homenaje a los que les han vencido en buena lid.

 Que el Rey Felipe VI se quede sentado cuando todo el pueblo decente de Colombia vibra de pie cuando llega la espada de Bolívar es triste. 

Respeto. 

El momento de Felipe VI con la espada de Bolívar en la toma de posesión de Gustavo Petro que ha generado una gran polémica





miércoles, 27 de julio de 2022

martes, 7 de junio de 2022

'Financial Times' habla de un posible fin de la monarquía española

 


'Financial Times' habla de un posible fin de la monarquía española y el periódico italiano 'La Repubblica' resalta los datos españoles de empleo y paro. 

  El 'Financial Times' define con dos palabras: la historia reciente de España a muchos no les va a gustar.

 El pasado fin de semana coincidió con el 70 aniversario de la monarca Isabel IIª, soberana de la dinastía británica en el trono, 70 años, que el famoso diario británico Financial Times  analiza, comparándola con la española y la holandesa. 

En un artículo titulado “¿Te estás volviendo holandés?

 Por qué la monarquía británica tendrá que modernizarse”, el medio define a la familia real holandesa como una familia “bastante corriente, pero muy rica, que tiene una corona”. 

Explica cómo la monarquía británica tendrá que lidiar con la fase posterior a Isabel IIª no dentro de mucho tiempo, y expone que para ello puede fijarse en las familias reales holandesa y española.  

El Financial Times, sin embargo, no ignora los problemas que han enfrentado ambas casas reales recientemente, y los aborda. 

En el caso español, el medio menciona los escándalos del rey emérito Juan Carlos I e indica cómo su hijo Felipe VI “trata desesperadamente de reparar el daño hecho a la monarquía por su padre”.

 Del mismo modo, el diario destaca las acciones del actual monarca para lograr que la Casa Real sea más comedida y transparente, con medidas como hacer públicas sus cuentas. 

Sin embargo, cree que “Felipe tiene más preocupaciones que los Windsor o los Oranjes”. 

 El artículo explica: “El predominio republicano en las encuestas, sobre todo entre los más jóvenes, hace pensar que la monarquía española puede llegar a ser abolida en un referéndum, como fue el caso de Italia, en 1946, y Grecia, en 1974”. 

Y lanza un mensaje a Felipe VI: “Es probable que los Windsor mantengan su trono mientras exista Inglaterra. 

Pero la lección española es que todo monarca debe ganarse la corona de nuevo”.

  Por otra parte, el periódico 'La Repubblica', el más importante de Italia, alaba los datos de empleo y paro de España y destaca “el interés” de este país. 

“España -advierte-, contratos estables y por primera vez en 14 años por debajo de los 3 millones de parados”. 

Y asegura que gracias a una reforma laboral que ha “desmantelado la precariedad” con un “récord histórico” de puestos fijos desde comienzos de año.

 “Cifras nunca conocidas en la historia española”, asegura en el artículo. 

Unos datos registrados “a pesar de la guerra” de Ucrania y la “superinflación” que ésta ha provocado a nivel mundial. 

“Una reforma laboral forma laboral impulsada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que sigue cosechando grandes éxitos y que están despertando la atracción del Ejecutivo italiano y el ministro de Trabajo, Andrea Orlando, quienes -afirma- siguen “con interés” la evolución y “esperan con ansia” acometer una legislación similar.



sábado, 4 de junio de 2022

Los valores se arrodillan ante el dinero, y la ética se divorcia de la política, de María Márquez Guerrero


 (DE TAL PALO TAL ASTILLA ) 

  Los valores se arrodillan ante el dinero

  El marco que ha impuesto la propaganda de guerra occidental para justificar el envío de armas y el apoyo a las sanciones económicas a Rusia ha sido el de la lucha del Frente Democrático europeo -difuminando el papel determinante de la OTAN- frente al régimen autocrático del sátrapa Putin. 

Se trataba, según nos han dicho, de “hacer prevalecer el proyecto de democracia, Libertad y progreso que llamamos Unión Europea”. 

 El propio Sánchez en su comparecencia en el Congreso llegó a decir que las bombas sobre Ucrania son “la expresión de una lucha encarnizada entre dos modos de ser y de estar en el mundo: por un lado, las democracias liberales, de los derechos humanos, y, de otro, el autoritarismo que no respeta los derechos humanos ni la libertad de su propio pueblo”. 

 Aparte de que en la Unión Europea hay regímenes que distan mucho de ser ejemplos de democracia y defensa de los DDHH -como Hungría y Polonia, por ejemplo-, lo que más llama la atención es ese “fundamentalismo democrático”, que lleva a la destrucción de países enteros en nombre de la democracia. 

Es lo que ha hecho siempre EEUU, como lo demuestra con datos rigurosos N. Chomsky en “Los guardianes de la libertad”.

  Por eso, Luciano Canfora denunciaba la utilización arrogante, yo diría que cínica, del término democracia. 

Y lo señalaba Monereo, que recordaba que esta guerra es la expresión de la transición hacia un mundo multipolar, lo cual implica una redistribución sustancial del poder a nivel mundial: EEUU, primera potencia económica con un claro dominio político-militar, por un lado, y las potencias que le disputan la hegemonía, China y Rusia. 

 Ni la democracia ni la Libertad son los motores de este exitoso negocio de la muerte, sino el dinero. 

Por eso, no me extraña nada, aunque sí me causa una enorme vergüenza, ver al rey Felipe VI inclinándose ante el emir de Qatar, monarquía absoluta muy difícil de integrar en ningún frente democrático, con violaciones constantes de los derechos de los trabajadores, de las mujeres, del colectivo LGTBI, y de cualquiera que se atreva a expresar su opinión crítica con el régimen. 

 Los valores se arrodillan ante el dinero, y la ética se divorcia de la política cuestionando la esencia misma de la democracia.  

“Madre, yo al oro me humillo…” 

 4720 millones de euros de inversión terminan con toda la retórica democrática y nos muestran el lado cínico de la política. 

 “España” se ha comprometido con la OTAN a duplicar su gasto militar en esta década”, hasta llegar al 2% del PIB, ¿Quién defenderá nuestra salud, nuestra educación, a nuestros mayores y dependientes, la dignidad de la vida y del trabajo? 

 Conceptos como soberanía nacional, derechos humanos, democracia, libertad… se encogen en ese gesto de real sumisión.





viernes, 4 de marzo de 2022

La Fiscalía aprovecha la guerra de Putin para dar carpetazo a las causas del emérito

 

   La Fiscalía aprovecha la guerra de Putin para dar carpetazo a las causas del emérito 
 
 La Fiscalía cierra el caso del patrimonio de Juan Carlos I cuando el mundo se encuentra al borde de la Tercera Guerra Mundial 
 
 En medio de la terrible guerra en Ucrania, los españoles se enteran de que la Fiscalía ha dado carpetazo al sumario sobre el patrimonio de Juan Carlos I en el extranjero. 
 
No ha podido escoger la Justicia española un mejor momento para archivar las causas del emérito. 
 
Justo cuando el mundo contiene la respiración ante la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, cuando Putin vuelve a amenazar con apretar el botón nuclear y volar el planeta por los aires, los señores fiscales del Tribunal Supremo meten el expediente regio en un cajón, se sacuden las manos, respiran hondo como quitándose un peso de encima y a otra cosa. 
 
  Pocas maniobras judiciales tan burdas se han visto.  Hace apenas un mes, los negocietes del emérito al margen de Hacienda nos parecían el mayor escándalo de la historia, un delito tremendo, algo intolerable. 
 
  Hoy, cuando nos encontramos al borde del apocalipsis nuclear y Pedro Sánchez anuncia que España enviará armas para ayudar a la resistencia ucraniana (metiéndonos de lleno en las harinas del conflicto), nada nos resulta importante, ni la inviolabilidad del monarca, ni los cien millones de dólares de regalo para Corinna Larsen, ni siquiera el archivo de las diligencias, pese a que ha quedado demostrado que Juan Carlos escamoteaba sus ganancias al fisco. 
 
 Todos estamos empezando a relativizar los problemas cotidianos y los asuntos de Estado, todos hacemos examen de conciencia por lo que pueda pasar si estalla la “World War Three”, como diría Borrell, cuyo nivel de inglés parece que mejora por fin ahora que el mundo se acaba.   
 
Mientras asistimos con horror a las imágenes espeluznantes de la primera guerra televisada en directo, a pelo y sin filtro, comenzamos a entender que quizá haya llegado la hora de desprendernos de nuestros bienes materiales, de la casa eternamente hipotecada, de la factura de la luz impagable, del coche gripado que no da para más, de los viejos libros, de los álbumes familiares y del odio irracional de primates que llevamos dentro para esperar tranquilamente que nos caiga encima el hongo aniquilador, el infierno total, el final de los tiempos.  
 
 Nunca antes una generación de seres humanos había estado tan cerca del fin del mundo como la nuestra.
 
 Eso lo saben en Fiscalía, donde han decidido aprovechar el pánico nuclear, con astucia y cálculo, para pasar página a un asunto, el de los vicios ocultos del rey emérito, que ahora se nos antoja (de la misma manera que la decapitación política de Pablo Casado), una minucia, algo ridículo y sin importancia, cosa trivial.  “El Ministerio Público concluye que no cabe perseguir penalmente a Juan Carlos de Borbón por su condición de inviolable mientras fue jefe del Estado, por la prescripción de los hechos delictivos, por las regularizaciones fiscales y por falta de indicios de delito en otros casos”, publica el periódico El Mundo.
 
 De esta manera, las tramas investigadas en España y Suiza, desde las posibles comisiones del AVE a La Meca hasta los negocios con los testaferros, pasando por la fortuna del emérito en la isla de Jersey, acabarán como esqueletos polvorientos del viejo mundo cuando caiga sobre nosotros el último telón de acero, la bomba rusa, el frío invierno nuclear.  
 
Al igual que aquellos fósiles del Jurásico quedaron grabados en las rocas tras la caída del meteorito que acabó con la vida en la Tierra hace 65 millones de años, una vez que el loco Putin apriete el botón de sus arsenales atómicos también el papelamen judicial del emérito, los audios rayados del CNI, las cuentas en bancos de Ginebra y las comisiones de los jeques árabes terminarán pulverizados o atrapados para siempre en el olvido, como los insectos en el ámbar.  
 
 Poco o nada quedará de esa turbia página sobre el Borbón que hoy nos parece una broma de la historia y que nadie leerá porque no quedará ni un solo humano sobre la faz de la Tierra.  
 
 Quizá, dentro de un millón de años, un astronauta extraviado en una curva espacio-temporal se estrelle en este maldito planeta (ya en manos de los simios, como le ocurrió al personaje aquel de Charlton Heston), y encuentre no solo la cabeza de la Estatua de la Libertad seccionada y semienterrada en la arena de una solitaria playa, sino el busto del rey emérito con una placa herrumbrosa cuya inscripción diga: “Lo siento, me he equivocao no volverá a ocurrir”.   
 
Para entonces tampoco importará demasiado el grito desgarrado del viajero en el tiempo contra los malnacidos capaces de convertir el maravilloso punto azul pálido en el espacio del que hablaba Carl Sagan en una roca yerma, estéril y radiactiva. 
 
 Cuenta la prensa que Putin se ha atrincherado con su juguete diabólico (el maletín nuclear) en un desconocido búnker de Siberia. Ahora que el rey emérito ya está libre de todo pecado, todo delito y toda culpa, quizá sea un buen momento para que suba a su jet privado, se plante allí y trate de convencer al perro loco de que no lo haga. 
 
  Ya dejó caer el periodista Manuel Cerdán que entre ambos siempre hubo feeling, al menos en el pasado. De hecho, Corinna Larsen llegó de decirle al comisario Villarejo que, tras su ruptura sentimental con el monarca, Juan Carlos quiso desacreditarla ante el sátrapa del Kremlin. 
 
“El émérito ha llamado a Rusia.  
 
 En Rusia me quieren mucho.
 
Me lo ha contado el propio Serguéi Lavrov [ministro de Asuntos Exteriores moscovita]”, confesó la amiga entrañable.  
 
 No se lo piense majestad, quede con Putin, comparta un vodka con él, emborrachen al pobre Mitrofán si es preciso, pare este sindiós como hizo con el 23F y los españoles se lo perdonaremos todo.
 
 Hasta sus pufos con Hacienda.  
 




viernes, 11 de febrero de 2022

Breve historia de nuestra monarquía contada a niños y niñas

 


    Breve historia de nuestra monarquía contada a niños y niñas

 Érase una vez una vez un rey nombrado por un ogro. Un ogro sanguinario y enano, un ogro terrible que devoraba hombres, mujeres, niños, niñas y animales. 

Entonces, el ogro, como se iba a morir, nombró al rey por lo que nombran a los reyes todos los ogros, para que les obedezcan después de morirse. 

Y así fue.

 El rey nombrado por el ogro, al que quería mucho, se había casado con una princesa, pero eso no importa. Tuvieron primero una hija, después otra hija, y por fin un hijo. Respiró tranquilo entonces, porque no querían que reinara una mujer. 

Ya tenía un heredero. 

Mientras el heredero creció, el rey hizo todo aquello que le había mandado el ogro asesino.

 Fíjate, que lo que más le gustaba era ir al bosque y matar animales. 

Pero también le gustaba robar monedas a las gentes de su pueblo, sí, como el príncipe Juan de Robin Hood, solo que en nuestra historia, lamentablemente, no existe ningún Robin Hood.

 Para que te hagas una idea de lo que era ese rey, uno de sus mejores amigos se dedicaba a dar armas a los malos del mundo para que mataran a otras personas. 

Animales y personas, todos asesinados.

 Total, que la hija mayor, llamada Elena, se casó con un hombre rico del que solo sabemos que se vestía de cortesano para ir en patinete por las calles. 

Sus hijos, como ya todo el mundo iba en patinete, se dedicaron a bailar. La segunda hija, llamada Cristina, se casó con un jugador de balonmano.

 

 Y tú dirás que todos los deportistas son buenos, algo de lo deberíamos hablar en otra ocasión. Este no.

 Al llegar a palacio, el jugador de balonmano, que se sentía un poco raro allí, decidió no llamar la atención. 

Y, ¿cuál es la mejor manera de no llamar la atención? Hacer como todos. Así que el deportista, siguiendo las costumbres del rey, se dedicó a robar. 

Lo que pasa que no tenía siglos de tradición y se le notaba, así que al final decidieron meterle en la cárcel para disimular y conseguir que el resto de la familia no pareciera tan mala  

 Así que el deportista, justo cuando el pueblo iba a olvidar al rey ogro e incluso parecía que le permitían finalmente volver al reino sin devolver ninguna de las monedas robadas, justo cuando el pueblo era más pobre que nunca, el jugador de balonmano agarró de la mano a una mujer del pueblo y se echó a andar por una playa para que todos lo vieran. 

Te dirás que es una forma muy rara de vengarse, sí, pero es que los reyes y las reinas son así, y los pueblos pobres y obedientes se olvidan de todo cuando ven una historia de amores traicionados.

 

CRISTINA FALLARÁS



martes, 1 de febrero de 2022

martes, 25 de enero de 2022

Urdangarin y la familia irreal

Urdangarin y la infanta Cristina, en una imagen de archivo. 

   Urdangarin y la familia irreal

 * Seguramente nadie esté trabajando más por el advenimiento de la Tercera República que Iñaki Urdangarin, si exceptuamos al rey Juan Carlos. 

Lo de trabajar, ya me entienden, es una metáfora.

 Urdangarin y la familia irreal

*

 Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene son los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Muy parecidos en algunos aspectos, muy distintos en otros, pues cada uno ha seguido su propio camino. Viven en ciudades distintas, cursan diferentes estudios y tienen personalidades dispares, desde el discreto Juan, el primogénito, hasta la estilosa Irene, la benjamina, pasando por el bromista Miguel o el deportista Pablo, que ha decicido seguir los pasos de su padre en el campo de balonmano e incluso en su mismo equipo. ¿Quieres conocer mejor a los cuatro hijos de doña Cristina e Iñaki Urdangarin?

 

 

 Al igual que en el famoso cuento del traje nuevo del emperador, en el que el emperador iba en pelotas y nadie se atrevía siquiera a pensarlo, las monarquías se mantienen en pie merced a una especie de acto de fe continuo de sus súbditos, una suspensión de la incredulidad semejante a la de los lectores al leer una novela. 

Haz como que esto que escribes es verdad y yo haré como que me lo creo.    

La incredulidad, sin embargo, empieza a naufragar desde el momento en que se traspasan ciertos límites, se mezclan géneros sin ton ni son y los personajes se ponen a desparramar como si no hubiera un autor omnisciente a los mandos.

 Imaginen la risión si Emma Bovary se despertara un día convertida en un monstruoso insecto o si Gregor Samsa saliera por la ventana trepando por la pared del edificio merced a sus poderes arácnidos.

 Otro tanto ocurriría si el rey Juan Carlos, en lugar de acudir puntualmente a los toros, liarse con rubias estupendas o participar en regatas, se hubiera dedicado todos estos años a leer en una biblioteca. 

En el pacto constitucional por el regreso de los borbones venía implícito, además de muchas otras cosas explícitas, el peculiar folklore del borboneo. 

 Ese folklore lleva aparejada la creencia de que las mujeres son muebles decorativos o ceros a la izquierda. 

Ahí está la reina Sofía, que lleva décadas soportando la fantasía de un matrimonio que no existe ya ni siquiera en las páginas de la prensa rosa. 

Ahí está la infanta Elena, que no sabe, no contesta. 

Ahí está la infanta Cristina, quien, en el juicio por el caso Nóos, esgrimió dos novedosas líneas de defensa que en realidad eran una sola: que estaba enamorada y que no se enteraba de nada. 

Las fotos de una revista de casquería en las que se ve a Urdangarin paseando con una amiga muy especial (decir "una amiga entrañable" tal vez habría resultado irrespetuoso) muestran a las claras que sus abogados sabían lo que se hacían. 

 El romance extramatrimonial de Urdangarin vuelve a golpear los cimientos de esa credulidad a fondo perdido en la que se sustenta la monarquía. 

Una cosa es que traicionara (vamos a dejarlo así) a todos los españoles desviando millones de euros a su propio bolsillo y otra cosa muy distinta es que traicione a su esposa, una licencia que parecía reservada en exclusiva al patriarca de la familia.

 Lo he dicho ya unas cuantas veces, pero no está de más repetirlo: no hay que confundir la realidad con la realeza. 

 


En aquella serie involuntariamente cómica de 2010, Felipe conoce a Letizia en una fiesta y le dice que va a acompañarla a casa. 

"Vivo en las afueras", dice ella. "Yo también", responde él. 

Cuando Felipe le pregunta si vive con sus padres, Letizia responde que no, que vive sola, en un piso de 80 metros que acaba de comprarse en Valdebernardo.

 "Tu piso entero cabría en mi dormitorio", sentencia Felipe. La Tercera República, quién iba a imaginarlo, era la de Ikea.

 

 * David Torres