Al hacerse a un lado Iglesias descolocó por completo a los Socialistas, no se lo esperaban, fue así que al no tener más remedio tuvieron que hacer el esperpento de un «remedo de negociación, déspota y tiránica», con una duración de menos de 48h, una burla hacia la sociedad, demostrando ineptitud e improvisación.


Esa es la experiencia de gestión en política a la que hacía referencia Aitor Esteban en la sesión de investidura, más parece el espectáculo de un circo de mala muerte con unos payasos que dan vergüenza ajena.