domingo, 19 de agosto de 2018

Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden



Pensionistas de Bizkaia llaman a que la manifestación del día 20 en Bilbao sea "intergeneracional" por "solidaridad"
Pensionistas de Bizkaia llaman a que la manifestación del día 20 en Bilbao sea "intergeneracional" por "solidaridad" 


La demanda de 1.080 euros de pensión mínima no procede de un cálculo cabalístico. Se basa en recomendaciones de la Carta Social Europea
 


El título de este artículo coincide con la consigna difundida por la Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones (CEDSPP), sustituyendo en las movilizaciones  al “Rajoy dimisión” y “Ni un día más de gobierno del PP”. Es un eslogan que responde al cambio de situación motivado  por el relevo gubernamental. Es el lema coreado por el  colectivo de pensionistas, mientras se sigue  gritando: “Esta batalla la vamos a ganar”.

Produjo asombro al comenzar el año el espontáneo arranque de las concentraciones de pensionistas en Bilbao. Ocho meses después no deja de sorprender  su  tenacidad  y capacidad de convocatoria.


No  detuvo esa marea el 22 de mayo el acuerdo presupuestario PP – PNV que recogía algunas reivindicaciones de forma parcial y temporal. El 26 de mayo se volvieron a inundar de gente las calles de Bilbao. Tampoco ha frenado las movilizaciones el 4 de julio la entrada en vigor de medidas favorables, pero insuficientes.


 Ni siquiera sirve como muro de contención el compromiso adquirido en el Pacto de Toledo para volver a revalorizar las pensiones en función del IPC, siendo esa la demanda frente al mísero incremento del 0,25 %.



El 1 de junio la situación política dio un vuelco inesperado al aprobarse la moción de censura que ha llevado a Pedro Sánchez a La Moncloa. Para la lucha de los pensionistas la realidad actual tiene dos ejes: 1) las expectativas creadas por un Gobierno que parece dispuesto a garantizar pensiones dignas, 2) superada la amenaza del 0,25 %, pasa a primer plano la exigencia de una pensión mínima de 1.080 €.

Cuando los pensionistas despertaron, el dinosaurio ya no estaba allí


El estrepitoso cese de Mariano Rajoy, arrastrando en su caída a la ministra del 0,25%, sitúa  al frente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social a Magdalena Valerio, experta en materia de pensiones y comprometida con esa causa. Son acontecimientos que producen satisfacción.


 Tres días después de triunfar la moción censura, en la concentración del lunes 4 de junio en Bilbao, una de las intervenciones remarcó ese cambio de paradigma: 

“Los pensionistas no volveremos a recibir más cartas de Fátima Báñez anunciando miserables subidas de 0,25%. Esa pesadilla se acabó para siempre. Con nuestras movilizaciones hemos contribuido a la caída del gobierno de la corrupción. Se abre un nuevo periodo político. En el discurso de la moción de censura Pedro Sánchez citó expresamente las movilizaciones de pensionistas del País Vasco, pero no sabemos hasta dónde será capaz de llegar.


 Ignoramos si está en condiciones de asumir el nuevo reto que le vamos a plantear: fijar una pensión mínima de 1.080 euros para cerrar la brecha entre pensiones bajas y altas, y entre mujeres y hombres. 


A pesar de las mejoras que se van a aplicar, más de tres millones de pensionistas, un tercio del total, seguirán en situación de pobreza. La lucha tiene que continuar, pero la próxima manifestación ante la Delegación del Gobierno no va contra nadie, es para advertir que, gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden”.

Pensión mínima 1.080 €, una esperanzadora utopía


El partido que gobierna las instituciones vascas cuestiona demandas sociales que afectan a la cuarta parte de la población y son compartidas por un amplio sector de la ciudadanía. El PNV habría acertado si en vez de presentar las mejoras presupuestarias en materia de pensiones como un logro propio adoptase una actitud más humilde, admitiendo que es mérito de las movilizaciones de pensionistas.


Pudiendo apuntarse un tanto, erró la táctica, despertando el rencor de mucha gente, arriesgándose incluso a defraudar a parte de su electorado. 

Conocido su carácter pragmático e interclasista, sorprende que el PNV descalifique la reivindicación de 1.080 € de pensión mínima. Comenzó la campaña el propio Lehendakari, conforme recogía el titular de Noticias de Gipuzkoa el 8 de mayo: “Urkullu no ve viable las pensiones mínimas de 1.080 euros”. Siguieron otros líderes jeltzales, culminando la acometida un artículo de opinión de Koldo Mediavilla “Ganancia de pescadores” (Deia, 19 de mayo), donde para llevar al absurdo la petición, se preguntaba: “¿Por qué 1.080 y no 1.500?”

La demanda de 1.080 eurs de pensión mínima no procede de un cálculo cabalístico. Se basa en recomendaciones de la Carta Social Europea,  se calcula sobre el nivel salarial intermedio, es equivalente al 60% de esa retribución media, su objetivo es evitar la exclusión social de los pensionistas que cobran menos de los 8.200 euros anuales que fijan en el Estado español el umbral de la pobreza. Por tanto, es una aspiración legítima y necesaria. Su viabilidad depende de la voluntad de quienes gobiernan y tienen competencias para aplicarla.

Entre la utopía y la realidad puede haber un abismo o un paso. Caben múltiples ejemplos de utopías hechas realidad: voto de la mujer, jornada de trabajo de ocho horas, sanidad universal, enseñanza gratuita, pensiones públicas.  Los derechos hoy reconocidos  antaño supusieron una ilusión, un ideal, una utopía. Resulta más fácil conseguir ahora una pensión mínima de 1.080 € que hace un siglo, en 1919, legislar el Retiro Obrero Obligatorio.

Más utópico que reclamar una pensión mínima de 1.080 € es soñar, como hace el PNV, con una Europa federal de las naciones, capaz de superar el modelo del estado decimonónico. Sin embargo, es una aspiración que respetamos y compartimos.  Hasta en un acto sobre pensiones convocado en la sede de Sabin Etxea personas vinculadas al PNV se interesaron por la reivindicación de los 1.080 €. Significa que esa cifra se  ha convertido en un referente, en un símbolo. Para  hacerlo realidad falta un trámite, el de la inequívoca voluntad política.


Con el cambio de gobierno el porvenir se torna más esperanzador para los pensionistas

Sabemos de dónde vienen las suspicacias del PNV hacia dicha reivindicación. Mientras en las concentraciones de pensionistas se reclamaban los 1.080 € a Rajoy, en el Parlamento Vasco la oposición se los demandaba a Urkullu. Algo cabría decir al respecto sobre respeto a los cauces que el colectivo de pensionistas sigue en sus reivindicaciones.


Dejaremos ese episodio de lado, este artículo va de aspiraciones sociales, no de cálculos partidistas. 


En términos políticos apoyar los presupuestos del  partido de la corrupción resultaba reprobable, el planteamiento varía en materia de pensiones: era la subida que se reclamaba, aunque sólo durase dos años. O sea, es una mejora insuficiente, pero  no negativa. Es más, si no se hubiese aplicado, causaría frustración y angustia entre las personas que sobreviven con pensiones de miseria.


Reprochable es utilizar la mejora limitada de pensiones para intentar frenar las movilizaciones. Ha ocurrido lo contrario: el colectivo de pensionistas encaja sus demandas en los Presupuestos Generales del Estado.


 Ese triunfo parcial  estimula la lucha en defensa de pensiones dignas, representada en  los 1.080 euros. 


También es  reprobable la difusión de anónimos y la propagación en las redes sociales de mensajes tendenciosos sobre personas comprometidas con el movimiento de pensionistas que desde la juventud están implicadas en las luchas sociales.

En la moción de censura motivada por la corrupción del PP, el actual Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo referencia expresa a las movilizaciones de pensionistas del País Vasco y se comprometió a mantener el poder adquisitivo de las pensiones.


Esto significa que se aleja la pesadilla del 0,25%. A diferencia del PNV, otras  formaciones políticas, entre ellas el PSOE, su socio institucional, acuden a las movilizaciones tras la pancarta que proclama la ilusionante utopía de los 1.080 €.


Reclamar la presencia del Lehendakari en manifestaciones con motivaciones sociales, en absoluto partidistas, implica  reconocer su legitimidad. Verlo de diferente manera supone otro error. El PNV se ha creado un problema desautorizando al movimiento de pensionistas.


 Si en el corto plazo de 10 días fue capaz de votar  a favor y en contra de Rajoy, cabe suponer que cambie de actitud ante nuevos procesos electorales.

Frente a Rajoy resultaba fácil mantener la unidad


Al mejorar las condiciones para alcanzar los objetivos previstos, la situación se vuelve más compleja, varían los posicionamientos. Con el cambio de gobierno el porvenir se torna más esperanzador para los pensionistas. Basta fijarse en las declaraciones de las ministras de Economía y de Trabajo y Seguridad Social.


Son partidarias de la revalorización tanto de los salarios como de las pensiones, pero una cuestión es querer  y otra poder.  El nuevo Gobierno advierte que no tomará decisiones por decreto como el PP, se basará en las recomendaciones del Pacto de Toledo y en los acuerdos entre asociaciones patronales y sindicatos.

Puede que los sindicatos vean la ocasión propicia para desvincularse de las plataformas de pensionistas, disponiéndose a negociar sin trabas asamblearias. Está por ver si los sindicatos defienden con firmeza la pensión mínima de 1.080 € que hoy asumen. Por otra parte, comienzan a aflorar demandas nacionalistas en el ámbito laboral y de las pensiones, pudiendo generar un efecto disgregador del movimiento.


En esa línea va la demanda de la transferencia de la gestión de la seguridad social que el Gobierno Vasco reclama al Gobierno Central.  

El 0,25% representaba una afrenta, por eso el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones se convirtió en  argumento irrebatible. Las mejoras porcentuales intensifican las desigualdades. El  incremento del 1,6% de una pensión máxima duplica la subida del 3% de la pensión mínima. Dicha constatación lleva a reclamar, como ocurre con los salarios, mejoras lineales.


 La pensión mínima de 1.080 euros tiene carácter solidario y conjuntamente con el incremento del Salario Mínimo Interprofesional favorece un reparto más equitativo de la riqueza. El acuerdo entre sindicatos y patronal que el 5 de julio fijó un SMI de 1.000 €,  facilita el objetivo de equiparar ambas retribuciones. 

El movimiento  de pensionistas tiene poder de convocatoria real, pero carece de la capacidad de interlocución legal de los sindicatos. Este dilema, frecuente en la historia del movimiento obrero, se reproduce en  la defensa de las pensiones públicas. Las experiencias y los resultados son desiguales. Mientras en la generalidad de los territorios falta sintonía, una de las claves del éxito del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia es la unidad en la pluralidad, de tal modo que en las movilizaciones no aparecen símbolos partidistas ni sindicales.

PSV versus Pensiones Públicas                 


El PNV reclama a Pedro Sánchez transferir competencias pendientes, destacando la seguridad social. Si se trata de la gestión administrativa, sin cuestionar el alcance global y solidario de la “caja única de las pensiones”, no hay motivos para plantear objeciones. Otra cuestión es que a través de esa operación se intenta expandir, todavía más, las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV), modelo autóctono de pensiones privadas instaurado con aval sindical en instituciones y empresas públicas dependientes de la administración autonómica.

Destacados dirigentes del PNV, entre ellos el Lehendakari Urkullu, están desvelando que su proyecto soberanista en materia de protección social pasa por las EPSV. La iniciativa la tomó el Diputado General de Bizkaia con una propuesta que el 26 de julio resumía el diario Deia con este titular: “Rementeria aboga por impulsar una EPSV para todos los trabajadores de Bizkaia”.

La respuesta ha sido inmediata, tanto en las concentraciones de pensionistas  como desde sus asociaciones. La Coordinadora Estatal rechaza desde Bizkaia dicha iniciativa en estos términos: El modelo social del PNV socava el Sistema Público de Pensiones con las EPSV”. Incluso el sindicato nacionalista ELA, que forma parte de las comisiones gestoras de las EPSV, desautoriza el proyecto con rotundidad: “ELA desea llamar la atención sobre un hecho.


Desgraciadamente, la prioridad de cada vez más personas que tienen empleo no es contratar una EPSV; es llegar a fin de mes con un mínimo de dignidad.”

De modo que la oposición a las EPSV de empleo, modelo promovido desde las instituciones que gestiona el PNV como alternativa al sistema público de pensiones, marca una nueva línea de confrontación del partido jeltzale con el movimiento de pensionistas.

El movimiento de pensionistas no se ha ido  de vacaciones


En julio no se paralizaron la mayoría de las concentraciones ante los ayuntamientos del País Vasco. Al contrario, se refuerzan convirtiendo las fiestas veraniegas en espacios reivindicativos.


Concretamente en Bilbao, el 20 de agosto, lunes de la Aste Nagusia (semana grande), habrá una nueva manifestación, contando con el apoyo de la Coordinadora de Comparsas y de otros colectivos sociales. También se han celebrado actividades reivindicativas durante las fiestas patronales  en diversos municipios de Bizkaia, entre ellos Barakaldo y Santurtzi.  


En algunas localidades se ha decidido que las concentraciones proseguirán todo el verano. Es caso de Bilbao, referente esencial del movimiento de pensionistas. Pese a bajar la participación se mantiene la cita de los lunes, en la perspectiva de reactivar las movilizaciones a comienzos de setiembre. 


Además, la gente que sale de vacaciones lleva el compromiso de apoyar las acciones de pensionistas en los lugares de veraneo.   

Abundan las pruebas de la vitalidad del movimiento de pensionistas, sobre todo en el País Vasco, más en concreto en Bizkaia. Lo evidencia la presencia en las concentraciones de Bilbao de pensionistas de otras zonas; por ejemplo, Sevilla y Madrid. Desde Asturias y La Rioja se anuncia la participación en la manifestación del 20 de agosto. 


Junto a la problemática general se plantean reivindicaciones de sectores específicos, como la asistencia domiciliaria o el colectivo afectado por la penalización de las jubilaciones anticipadas. Toma auge el rechazo a los fondos de pensiones privados y sus beneficios fiscales. Hay otras actuaciones, como las movilizaciones contra el intento  de demoler el centro de pensionistas Romo (Getxo).

El movimiento de pensionistas mantiene su fuerza y arraigo. Acudir a las concentraciones se convierte en una tarea más para quienes tiempos atrás adquirieron el hábito de la disciplina laboral.


Se ha tomado conciencia de que lograr pensiones dignas requiere una lucha firme y prolongada. Las acciones en la calle prosiguen, mientras se va acercando la hora de defender las pensiones en las urnas.


Por eso, en las concentraciones se recaudan fondos para cubrir gastos de megafonía, pancartas o cartelería.


Basta aportar menos de un euro por persona para crear un fondo económico que recuerda las cajas de resistencia de antaño.


En definitiva, gobierne quien gobierne y negocie quien negocie, las pensiones se defienden.


                
* Luis Alejos es sociólogo y pensionista




Obreros despedazados, quemados y muertos: la negra pesadilla de la fábrica de automóviles Tesla


 
La inspección de trabajo de California ha iniciado tres expedientes contra el fabricante de automóviles Tesla, a raíz de las denuncias presentadas por los trabajadores de la planta de ensamblaje de la empresa en Fremont.
 
 
 A pesar de que la fábrica levantra olas de entusiasmo entre los papanatas de las nuevas tecnologías, está considerada como uno de los 12 lugares de trabajo más peligrosos de Estados Unidos.


En los últimos años la planta, que emplea a más de 10.000 trabajadores, ha demostrado ser un lugar de trabajo extremadamente peligroso, donde los obreros han sido cortados en pedazos por máquinas, aplastados por carretillas elevadoras, quemados en explosiones eléctricas y rociados con metal fundido.


En 2014 la tasa de lesiones relacionadas con el trabajo, es decir, las lesiones que requieren tratamiento médico más allá de los primeros auxilios, fue un 15 por ciento más alta que la tasa promedio de la industria automotriz. Al año siguiente, cuando la tasa promedio de estas lesiones en la industria aumentó del 7,3 al 6,7 por cada 100 trabajadores, pasó del 8,4 al 8,8 por ciento, una tasa un 31 por ciento más alta que el promedio de la industria.


Las cifras de lesiones graves -las que requieren días libres o un horario de trabajo limitado o un traslado a otro puesto- pintan un cuadro mucho más oscuro de la peligrosidad del trabajo de Tesla para sus trabajadores. Al igual que con las lesiones registradas, el índice de lesiones graves también disminuyó en toda la industria en 2015. Sin embargo, en el caso de la planta de Tesla, la tasa se disparó al 103 por ciento del promedio de la industria (1).


En 2016 el índice de lesiones registradas fue un 31 por ciento más alto que el promedio de la industria, mientras que el índice de lesiones graves fue un 83 por ciento más elevado. El año pasado, se reportaron 722 casos de lesiones relacionadas con el trabajo en la fábrica, 600 de los cuales fueron graves.


Las cifras de obreros heridos o muertos son mayores que las registradas oficialmente. Una de las víctimas cuyas lesiones laborales no se registraron fue un ingeniero técnico al que le exigieron que quitara el exceso de pintura de una tubería obstruida debajo de una cabina de pintura.


Con el pie clavado en la pintura, sufrió un accidente que dejó la cara cortada e hinchada y cortes y contusiones en el brazo izquierdo y en el codo con cortes y contusiones. A pesar de que no ha podido volver a trabajar, el acccidente no se registró porque inicialmente sólo recibió primeros auxilios.


Otro caso es el de Tarik Logan. Encargado de ensamblar los paquetes de baterías Tesla con un adhesivo tóxico, Logan inhaló vapores tóxicos. El primer mareo dio paso a fuertes dolores de cabeza que no cesaron y tuvo que ingresar en una clínica.


El médico que le atendió aseguró que el trabajador sufrió una reacción aguda al pegamento para coches que le causó dolores de cabeza, mareos y molestias respiratorias, pero la empresa no registró el accidente de trabajo como tal porque dijo que no estaba de acuerdo con el diagnóstico médico.


Entre 2012 y 2017 Tesla fue sancionada por la OSHA, el organismo que en California se encarga de la higiene y seguridad en el trabajo, a causa de más de 30 violaciones de la normativa laboral de seguridad e higiene en el trabajo (2).


El más grave fue un accidente ocurrido en 2012, cuando tres trabajadores sufrieron quemaduras graves después de haber sido rociados con aluminio fundido en un accidente que resultó de un fallo de la empresa en el mantenimiento adecuado de una máquina. La multa fue de sólo 71.000 dólares.


Un obrero de la empresa escribió el año pasado: “A menudo siento que estoy trabajando para una empresa del futuro en condiciones de trabajo pasadas. La mayoría de mis más de 5.000 colegas trabajan más de 40 horas a la semana, incluyendo un número excesivo de horas extraordinarias. El duro trabajo manual que hacemos para que Tesla tenga éxito, se hace con gran riesgo para nuestros cuerpos”.


Para alcanzar los objetivos de producción, los trabajadores de la fábrica están bajo presión para que trabajen más rápido. El trabajo en las máquinas de la fábrica, que implica demasiadas torsiones y giros y movimientos físicos adicionales, y la presión constante sobre los obreros para que trabajen más rápido, son las que provocan las lesiones.


“Lo peor de todo”, escribe el trabajador, “es que oigo a mis compañeros decir en voz baja que están sufriendo, pero que tienen demasiado miedo de denunciarlo por temor a que la dirección los califique de llorones o malos trabajadores”.


Las condiciones de trabajo tampoco son seguras en otros proyectos de Tesla. En diciembre del año pasado, en el campo solar de la empresa en Hampshire College, cuatro obreros resultaron electrocutados por una corriente de 13.000 voltios cuando entraban en una estación de control en vivo para mostrar una imagen del transformador en su interior.


Los obreros estaban equipados con guantes de protección eléctrica de clase 0 para una tensión nominal máxima de 1.000 voltios. La formación en el uso de equipos eléctricos se impartía a los trabajadores a través de internet, pero no se les exigía demostrar su competencia después de la formación para obtener un certificado.


Casi dos meses después del incidente, en febrero de este año, los inspectores de la OSHA descubrieron que ninguno de los trabajadores certificados entrenados por la empresa conocía las distancias mínimas de aproximación para trabajar cerca de una fuente de 138.000 voltios.


Tras las violaciones de la normativa de seguridad en el trabajo, la OSHA impuso a Tesla una multa de 110.863 dólares, la multa más elevada relacionada con la seguridad en el trabajo.


Así de “apasionantes” son las condiciones de trabajo en las empresas de nuevas tecnologías.

 
 
 
 
 
 
 

Rescatando a Llarena



El Estado delinque para proteger a su adalid, para que nadie se lo piense si se vuelve a dar el caso y en agradecimiento por los servicios prestados.


Hasta la fecha el sufrido contribuyente español se ha visto abocado a rescatar bancos y concesionarios de autopistas varios, pero no se había dado el caso hasta el momento de que se nos pidiera que rescatáramos a un juez. 

Sin embargo, eso es exactamente lo que está sucediendo. 


El magistrado Llarena, con el dudoso apoyo de su amigo Lesmes, el amo del calabozo del CGPJ, pretende que se utilice dinero público para pagar la representación legal de Pablo Llarena en un pleito civil en Bruselas y, además, que en caso de que éste se pierda y sea condenado, se utilice el dinero de todos para pagar la indemnización, que sería simbólica, y hacer frente a las costas, que no lo serían tanto.


Ya saben, era esa demanda civil presentada por Puigdemont y los ex consellers Serret, Comin, Puig y Ponsatti de protección del honor por manifestaciones privadas realizadas por el magistrado en conferencias (patrocinadas por BMW, en FAES y en universidades de verano) en las que se habría vulnerado su derecho a la presunción de inocencia por parte del juez que instruye su caso. 


Esa demanda civil que le partía la caja a Llarena y al resto del mundo y que el entonces juez decano de Madrid consideró que no debía ni de hacerle llegar. Esa demanda que ha seguido su curso legal y que mantiene su citación para septiembre. Lo que era una coña y una ocurrencia hace dos meses ha terminado poniendo en marcha mecanismos inauditos para el rescate de Llarena. Con el dinero de todos. 


Y ojo a eso. Porque lo que se sustancia en Bruselas -lugar de residencia de los demandantes- es si el magistrado Llarena, que en sus escritos judiciales considera presuntos autores de un delito de rebelión y malversación a los catalanes, ha cometido un ilícito civil al dar por hecho en manifestaciones privadas que lo han cometido.


 Se preguntarán ¿y qué tiene que ver el CGPJ y el Ministerio de Justicia y, sobre todo, nuestro dinero con lo lenguaraz que sea Llarena o lo que se le escape el subconsciente cuando va por ahí de gira? 


Pues eso mismo me pregunto yo y me parece que también Justicia debe de estudiar muy bien la situación antes de tomar una decisión que pudiera suponer una mala utilización de fondos públicos, ya que esto tiene un nombre muy feo. Ya saben.


 Estábamos en que Llarena y los demás reían a mandíbula batiente hace dos meses la demanda y que éste desestimó rápidamente la recusación que se le hizo por considerar que tenía pleito con estas personas, lo cual es motivo legal para abandonar el caso. ¡A él no le interfería nada! 


Hace unos días, sin embargo, el juez presentó una petición de amparo ante el CGPJ al encontrarse perturbado en su independencia. ¿Y cómo puede uno no tener interés alguno y desestimar una recusación por un tema y semanas después afirmar que ese tema le perturba tanto que precisa amparo? Pues ya ven. Voy a intentar explicárselo. 


El imperturbable magistrado se ha dado cuenta de que el procedimiento civil belga sigue adelante y que podía optar por estar representado o en ausencia. Esto último no permite ninguna defensa así que ¿tenía que contratar un abogado y pagarlo de su bolsillo? Vaya faena.


 Además, pensándolo bien, incluso podía perder y aunque las indemnizaciones ascendieran a cinco euros, el pago de las costas incluyendo los honorarios de los abogados podía dispararse a un pico. 


Con el bolsillo propio amenazado, Llarena ha pedido sopitas. Estas sopitas no eran de fácil cocción. Me cuentan que el propio Lesmes afirmó en la Permanente que tuvo una conversación con la Abogada General del Estado para ver cómo se podía hacer que fuera la Abogacía la que se hiciera cargo de la situación. 


Esta le dijo que así, sin que se excitara la cuestión desde el Consejo, iba a ser más bien imposible. Así que, se pusieron a excitar y la excitación ha consistido en la utilización espuria de la figura del amparo que está pensada para preservar la independencia judicial respecto a otros poderes del Estado.



No acaban ahí las invenciones y las anomalías. De facto para conceder el amparo se vivió una sesión de alta tensión de la Comisión Permanente del CGPJ en la que no faltaron literalmente los gritos. Y es que la solicitud de amparo de Llarena no debería de haber sido ni siquiera tramitada. 


La ley recoge un plazo preclusivo de diez días para presentarlo desde el momento en que se produzca el hecho perturbador. Se ha llegado a rechazar la tramitación de peticiones de amparo por pasarse un día del plazo. Pues bien, la de Llarena se ha pasado no un día sino casi dos meses. Este motivo fue alegado por una de las vocales que se negaba siquiera a estudiar la petición al considerarlo ilegal. 


Nada importó al bulldozer Lesmes. Además, la petición de amparo conlleva un error conceptual dado que el mecanismo para garantizar la independencia poco tiene que ver con las acciones privadas de un magistrado y la posibilidad de que éstas le cuesten la pasta. 


Así que se habla de proteger frente a inmisiones del extranjero la indemnidad de la jurisdicción española cuando ningún riesgo sufre en un procedimiento personal, pero es que, además, eso no constituiría tampoco motivo de amparo. 


Lo cierto es que en la tumultuosa reunión llegó a resonar la frase: “A ver, que estamos hablando de dinero respecto de una persona que vive de su sueldo”. Así que se exige el rescate del magistrado Llarena y así se lo ha hecho llegar el CGPJ al Ministerio de Justicia.


La demanda civil presentada en Bélgica dice textualmente: “el juez Llarena ha cometido una falta AL MARGEN DE SU FUNCIÓN JURISDICCIONAL”.


 Ahora Lesmes ha decidido que, si el magistrado ha sido un bocazas, lo tenemos que pagar todos. 


El Ministerio ya ha dicho que la Abogacía del Estado no puede actuar y que, en todo caso, habría que contratar abogados. 


Ojo con esto. Ojo. Usar fondos públicos para pagar abogados en asuntos privados es algo no aceptable. De nombre feo.


No hay motivos para que los ciudadanos rescatemos a un magistrado bocazas.


 A ver cómo lo explican.



 Elisa Beni | El Diario | 18/08/2018










Catalunya no quiere al rey

 
Es obvio. Basta ver que todas las fuerzas parlamentarias en Catalunya, salvo PP y C’s –el PSC está entre Pinto y Valdemoro, como es habitual--, se reclaman republicanas, y son más del 60% (sin contar al PSC).
 
Pues bien, lo lógico es pensar que si el rey va a Catalunya puede encontrar reacciones en su contra. Al igual que hay ciudadanos que a su paso gritan: “Viva el rey”. Por lo tanto debería darse una normalidad a este hecho, siempre dentro del derecho a la libertad de expresión.
 
Cierto es que Ada Colau dio una lección digna de elogio. Pidió que el 17-A fuera el día de las víctimas y que las actitudes de todos, sobre todo de los partidos políticos, estuvieran encaminadas a dignificar a las víctimas del atentado magnicida. 
 
Creo que la alcaldesa tenía razón pero, sin querer enmendarle la plana, también creo que el rey o cualquier político puede ser increpado, y que tal hecho entra dentro de su cargo, por cierto bastante bien pagado. 
 
 
Por lo que hacer de esta crítica, razón para defender al rey como si fuera un monarca medieval, como ha hecho la derecha centralista, es propio de un fanatismo y un seguidismo de tiempos lejanos. 
 

El rey tiene derecho a ir a Catalunya, pero la gente tiene derecho a expresar su rechazo al monarca. Esto es democracia. Los tiempos de alabar a  personajes como dioses, incluidos los reyes, es algo pasado y más cuando hay motivos para ese rechazo.
 
El lamentable discurso del rey el tres de octubre pasado ha provocado esta situación. De aquellos polvos, estos lodos. En una situación tan crítica como la provocada el uno de octubre, cómo es posible soltar un discurso regio incapaz de buscar un consenso.
 
No hay nadie que piense que el rey tendría que haberse puesto del lado de los independentistas, eso era esperable. Defender la Constitución, según está, es defenderse a sí mismo, su jefatura de Estado. 
 
 
Ahora bien, de eso a soltar una letanía en contra de la mitad de los catalanes, sin hacer ninguna mención al diálogo y, sobre todo, sin acordarse de centenares de heridos de dos días antes, es propio de un personaje que destila odio y que está incumpliendo su misión como Jefe del Estado, tratar de tender puentes. 
 
 
Él los destruyó. Podía haber defendido lo mismo y haber buscado posibles encuentros y el recuerdo de las víctimas.
 
El rey debería haber recordado que el asunto se empezó a quebrar cuando Rajoy y sus muchachos rompieron la baraja llevando al Tribunal Constitucional amigo, un estatuto que había aprobado el parlamento nacional, el parlament catalán y los propios catalanes en referéndum. 
 
 
Y no digo que no haya habido errores graves por parte de nacionalistas después, pero ponerse sólo al lado de una parte, hace que la otra le vea como un enemigo.
En fin, nada de exagerar, la defensa que hacen desde Ciudadanos y Partido Popular al rey es más religiosa que otra cosa, basada en la fe.
 
 
Y perdonen ustedes este país debería ser aconfesional y creer más en la libertad de expresión. 
 
 
Al menos eso dice esa Constitución que tanto aman algunos.
 
Salud y República


 




Los niños robados por el Franquismo

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 Los niños robados por el Franquismo



Arrimadas no sabe que Francia y Alemania son REPÚBLICA


Declaraciones de Inés Arrimadas el día del homenaje a las víctimas de los atentados en Barcelona y Cambrils:



El Rey desde que dice que no está invitado a Cataluña pues yo ahí no veo ningún tipo de respeto la verdad eso sería impensable en otro país de nuestro entorno estoy convencida que Merkel Macron ninguno de nuestros países cercanos a aceptar y a este tipo de enfrentamientos este tipo de faltas de respeto pero bueno yo lo único que digo es que esto no es normal.
 
 
  

Arrimadas no sabe que Francia y Alemania son REPÚBLICA




  Y no tiene rey (a pesar de su Erasmus)



Los centros sociales se defienden, no se desalojan




Pamplona se despertaba sobresaltada, este viernes de madrugada, con la noticia de que la Policía Foral del Gobierno de Navarra desalojaba el Centro Social Autogestionado de Alde Zaharra, el Gaztetxe Maravillas. 


Contradiciendo las declaraciones, efectuadas el mismo viernes al mediodía, por la portavoz María Solana, el desalojo se producía con varias cargas policiales y, según informaciones del vecindario del barrio, terminó con varias personas contusionadas y, como mínimo, dos de ellas en el hospital debido a los porrazos de la policía.


Tampoco se han cuidado las formas con las vecinas y vecinos, a quienes se les impedía su libre circulación por el barrio. Algunas se quejaban, rato después, de que se les  dificultó el paso al Centro de Salud, rodeado por la Policía Foral y la Policía Nacional, fuerzas que también acompañaban graciosamente la ‘operación desalojo’. Según declaraciones también recogidas entre el vecindario, durante la huida de las cargas policiales varias personas se refugiaron en diferentes espacios sociales.


La Policía Foral trató de entrar por la fuerza en dos de estos espacios para identificar a varias de las personas que se refugiaban de la violencia policial.


Por otro lado, a los cargos públicos se nos impidió ejercer nuestro derecho y deber de protección de la ciudadanía, al no dejarnos entrar al Gaztetxe Maravillas para comprobar el estado de salud y el bienestar de las personas que se encontraban dentro. En resumen: ni diálogo, ni pacifismo.


En su lugar, durante toda la jornada del viernes nos desayunamos con violencia y desproporción por parte de Gobierno de Navarra y su responsable más directo, Geroa Bai. Pero los días anteriores ya habían marcado la línea de acción…


No fue de recibo que la propia Presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos, utilizara la Memoria Histórica para chantajear al Gaztetxe, a las asociaciones memorialistas, y a la ciudadanía de Pamplona.


En el más puro estilo de UPN, como con la creación de “El centro de interpretación de las huertas” en el meandro de Aranzadi, tras el desalojo de las huertas y los hortelanos originarios.


No fue de recibo que Manuel Ayerdi y María Solana hablaran de la obligatoriedad que para el Gobierno de Navarra supone el cumplimiento de la legislación vigente. Curiosamente, la legislación vigente favorece mecanismos que se utilizan para favorecer que unas pocas manos gestionen la riqueza local, lo público de todas y de todos, dejando en los márgenes a nuestras vecinas.


 Ahí están el PSIS de Salesianos o el reciente PSIS de la Misericordia, éste impulsado por La Morea S.A. Ambos de la época UPN. Todo legal. Muy curioso.


Tampoco fue de recibo que desde Gobierno de Navarra hablaran de diálogo, dados los términos que impusieron de partida: denuncia por usurpación de bien inmueble, un sumario abierto con cinco imputadas y con solicitud de medidas cautelares.


 El juez derivó el caso a una mediación, que se convirtió en la ‘antimediación’: exigencia de abandono del edificio y pago de unos desperfectos inexistentes.


Y mientras tanto, EH Bildu, ahora dentro de las instituciones, se ha olvidado de la dignidad y la autonomía de los movimientos y el tejido social. Ha dado la espalda a la filosofía y al trabajo colectivo que les ha llevado donde están ahora y ha unido su destino político a Geroa Bai que ya camina sin careta por Iruña y Nafarroa, practicando el estilo de la derecha más rancia.


 Después de los hechos represivos y violentos de este viernes, el alcalde y su grupo deberían replantearse continuar en el gobierno municipal mano a mano con Geroa Bai.


Quisiera traer a nuestro presente un recuerdo de hace algún tiempo: “La bola de cristal”, ése programa semanal dirigido por la audaz Lolo Rico durante los años 80´, que removió tiernas conciencias y reforzó las expectativas de transformación abiertas en La Transición.


Llegó con sus versos ácidos y canciones insólitas para alimentar la insubordinación a la rigidez, la opulencia y la cerrazón de las estructuras de poder como el Estado y las oligarquías económicas.


 La Bruja Avería, Los Electroduendes y demás personajes de lo más ingenioso y variopinto alunizaron sorpresivamente en la Televisión Pública para hacer explotar los convencionalismos y para abrir las mentes a esa idea de que el mundo puede ser más justo para todas y que se puede luchar desde abajo y con alegría para lograr horizontes de libertad en los que cabemos todas.


 Una lección de saludables valores subversivos que hoy sigue compartiendo gran parte de nuestra juventud, pero que han olvidado algunos jóvenes de ayer -que okuparon los primeros gaztetxes de Iruñea- y que hoy, ya adultos y responsables, parecen hechizados por aquella Bruja Avería, cuando soltaba:


Cuando hablo de economía me siento en el firmamento.
Por Gimnoto y Farat, mis turbinas tiemblan de felicidad.
Ergios, cátodos y palanganas,
hoy soy más rica que ayer pero menos que mañana.
Fundir, gripar y averiar, ése es mi programa.
¡Qué mala, pero qué mala soy!


Estos mismos valores son los que propugna un Centro Social Autogestionado como el Gaztetxe Maravillas. Y es que, los Centros Sociales Autogestionados (CSA) son herramientas fundamentales para combatir las injusticias del sistema, que genera pobreza, precariedad y violencias. Un sistema social que pasa por encima de los barrios y desplaza  a “las nadies” fuera de sus comunidades vitales.


Que mal paga los cuidados de la vida, que subordina y violenta a las mujeres. Que es elitista, racista y LGTBifóbico. Por el contrario, en menos de un año el Gaztetxe Maravillas ha sabido generar comunidad en el barrio y en la ciudad. 


Los Centros sociales no se desalojan, se defienden. Ahora toca seguir trabajando entre todas por la transformación social: Maravillas Aurrera!


Artículo firmado por Laura Berro, concejala de la Candidatura Ciudadana Aranzadi Iruñea Denon Artean en el Ayuntamiento de Pamplona.



  nuevatribuna.es | Laura Berro




sábado, 18 de agosto de 2018

La tristeza








Escarbé en la belleza y solo encontré tristeza. Supongo que será culpa mía, pues suelo ser hábil al buscar y torpe cuando toca  encontrar. Me ha causado mucha triste gracia el discurso mediático que decían todos nuestros periódicos antes del 17-A: que no hay que politizar los actos de homenaje a las víctimas de los atentados de hace un año en Catalunya. 


 Quien dice que no hay que politizar, está politizando, pues el silencio también es política. Los actos, los homenajes y las víctimas también son políticas. Como lo serían los actos de exaltación de los terroristas en algún lejano país antiaznariano que considere enemigo a España, y el atentado una estrategia de gloriosa guerra. No hay que olvidar que nosotros también matamos, y no poco.


Hay víctimas medianas que nunca recibimos o damos homenajes ni los queremos. Tú y yo. Soy español, y me consiero terrorista por no haber parado la matanza de unos cuantos cientos o miles de niños el día en que Bush y Aznar bombardearon Irak porque les dieron ganas de mear petróleo.


 Soy español, y me considero víctima del terrorismo por los asesinatos de Cambrils. ¿Soy español o no soy español? ¿Soy víctima o no soy víctima? ¿Soy un simple asesino o un simple asesinado?
¿Cómo no se va a politizar el asesinato?


Matamos porque nos matan y nos matan porque matamos. Nadie elige matar por un gracioso impulso yihadista o franquista o xenófofo o comunista o machista o neonazi u homófobo.


 Es política y educación. Incluso el asesinato homófobo o machista es político.


 De hecho, se usa la politica para frenarlo. Leyes e ideas. De momento, tenemos menos leyes que ideas, y más cartuchos que hueco en las cananas.


Voy a explicar muy brevemente las causas de mi tristeza con unas cuantas portadas de nuestros periódicos despolitizados en estos días de despolitización de los muertos.



La Razón: “El Rey da ejemplo y arropa a las víctimas frente a la politización”.



El País: “La política cede a las víctimas el protagonismo en Barcelona”.


ABC: “Con las víctimas”.


El Mundo: “El Rey lidera el tributo del 17-A y Torra fracasa en su desplante”.


Si alguna de vosotras aun estudia gramática a escondidas de las fuerzas de seguridad, se dará cuenta de que en ninguno de estos titulares las víctimas son el sujeto.


 Las víctimas  siempre son objeto: directo o indirecto, pero objeto


. ¿Entendéis la tristeza? Yo no, pero la tengo. Dentro.

 

La ceremonia inútil * La idea de "todos unidos frente al terrorismo"



Como estaba previsto, el acto homenaje oficial español a las víctimas del 17-A ha sido una manifestación de nacionalismo español. Los convocantes -autoridades y adláteres como la SCC- habían pedido que no se exhibieran símbolos de partido porque el acto era nacional. La cuestión reside en que lo que ellos consideran nacional es partidista en Catalunya. El acto sería -y fue- netamente partidista. 

 La idea de "todos unidos frente al terrorismo", válida en otros lugares, se convierte aquí en un absurdo (que no se salva ni aduciendo pobreza de espíritu), una provocación y un insulto. Porque en ese "todos" subyace una idea nacional que los independentistas rechazan. A esta razón general se suman las particulares de que se hayan bloqueado en el Parlamento las indagaciones sobre un atentado muy sospechoso y los responsables de haber acabado con el foco de terrorismo estén procesados y uno de ellos, encarcelado.

No había duda posible. El homenaje del Estado español era un homenaje unionista y como tal se viviría. El todos unidos contra el terrorismo escondía la pepita de la unidad nacional. Y el homenaje fue, por este orden, a España y al rey. Las víctimas eran el pretexto para un acto de Estado, impuesto, a la fuerza. Pero resultó un fracaso absoluto de asistencia, como se muestra en la foto, que tomo del TL de tuiter de Xavier Antich. Menos gente que en las manifas del 12 de octubre.

Prácticamente cuatro gatos; tres, si descontamos las autoridades catalanas, Govern, Ayuntamiento, Parlament que, en su mayoría lo hicieron de mala gana. 

Fue un acto partidista enclenque. Aunque trajeron gente de fuera en autobús con refresco y bocadillo, no dieron aforo. De un lado, las fuerzas de seguridad sellaron el recinto y requisaron símbolos y material independentista, en un ataque a la libertad de expresión.


También pancartas con lemas inocentes como "paz, justicia, libertad" mientras dejaban pasar banderas españolas y hasta fantasmagóricos "servicios del orden", tocados con unos gorros blancos encintados de rojigualda que se dedicaron a vociferar y atacar a la gente.

Es decir, de homenaje en serio, nada; al ser unionista, un festival esperpéntico-monárquico español, con gritos, abucheos y agresiones de todo tipo y ralea e intentos de tumulto y pelea con manifestantes antimonárquicos de los CDR. Sin contar los abucheos y berridos por el hecho de que Gemma Nierga hablara en catalán.


 Por supuesto, la guinda del pastel de este acto ridículo fue que la ceremonia, estuviera presidida por una gran pancarta en la fachada de un edificio en la que se explicaba en inglés que el rey de España no es bienvenido en los Països Catalans.



En la humillante soledad de la Tortosa barcelonesa, El Borbón había venido a imponerse sin pedir el perdón que se le exige por el discurso del 3-O. Y tanto él como sus cortesanos hubieron de pasar por las horcas caudinas de estrechar la mano de Laura Masvidal, la esposa del ex-conseller Quim Forn. Estrechar la mano de alguien a quien no te atreves a mirar a los ojos debe de ser una experiencia amarga y explica mucho de cómo andan las cosas por estos pagos.

 Que el vicepresidente del Parlament niegue la mano a Felipe VI eleva la amargura a resentimiento. Pero, ¿de qué se extraña? Catalunya es republicana y no lo acepta como rey. Eso no se disimula poniendo borsalinos cutres, adornados con la estanquera, sobre cabezas que embisten. El acto ha sido un fracaso rotundo del unionismo.


Los medios nacionales lo tienen crudo a la hora de fabricar la noticia que no pudieron presenciar: Cataluña unida bajo el Rey homenajea a las víctimas.  

Lo redacto como lo hubieran hecho ellos.

 La censura tendrá que actuar a pleno rendimiento: nada de imágenes de tabarnios monárquicos berreando, atacando a la gente o vestidos para la feria de abril; nada de imágenes de pancartas antimonárquicas; nada de planos generales en que se vea la nula asistencia o la pancarta en inglés.


El País trata de mitigar el fracaso sin caer en la propaganda unionista/falangista hablando de una breve tregua política. De ser cierto, sería un resultado  irrisorio; y, además, es falso. ¿En dónde ve el periódico la tregua? Ni los tabarnios, ni los fascistas de C's, si es que no son los mismos, dan tregua alguna.
 

Y los independentistas tampoco en su lucha por sus objetivos. Los actos verdaderamente importantes de homenaje, los serios, los ha organizado el bloque independentista, singularmente los multitudinarios como el de Lledoners, en el que el presidente Torra se compromete a atacar este Estado español injusto y a continuar con la construcción de la República Catalana. Todos contra el terrorismo; pero, de unidos, nada.


 Lo dos actos -el de Las Ramblas y el de Lledoners- han evidenciado una vez más que hay dos países y que Felipe VI quizá sea el rey de los españoles (está por ver) pero no lo es de los catalanes. Y quien diga que eso también está por ver solo precisa convocar un referéndum que los catalanes llevan tantos años pidiendo como los españoles negando.


Lo que los medios españoles transmitirán a sus audiencias será la consabida patraña nacional, mintiendo de la cruz a la fecha. El acto ha sido, una vez más, un triunfo de la línea independentista en todos los aspectos. 


No se ha politizado el acto español (eso lo han hecho los españoles), se ha respetado el protocolo, se han encajado los rebuznos tabarnios, se ha dicho al rey lo que este debía oír y se ha realizado un homenaje ejemplar tanto a las víctimas del atentado como a las del Estado español en su delirante política de perseguir a los responsables catalanes de haber acabado con la célula terrorista, mandada, al parecer, por un confidente del CNI.

Pero, a la hora de los parabienes, hay que atender a las críticas. Las redes han protestado mucho por los episodios del intento de descolgar la pancarta en inglés y las requisas de mensajes independentistas. Lo del descuelgue de la pancarta, especialmente llamativo, porque fueron los mossos. La explicación posterior de Quim Torra de que iban a comprobar la seguridad no es creíble.


Quizá sea de buena fe, pero no es creíble. De esas cosas de seguridad se ocupan los bomberos. Otros problemas legales aparte. Por eso y por lo que se ve como una extraña permisividad, si no negligencia frente a los ataques fascistas, muchas voces piden la dimisión de Miquel Buch, el conseller de Interior y explicaciones de Quim Torra.


De los errores se aprende. Colaborar con el invasor, aunque sea con la mejor voluntad del mundo, más allá de lo estrictamente protocolario puede ser más que un error. Se comprende que las autoridades catalanas, sometidas a mucha presión, tiendan a magnificar la repercusión de posibles iniciativas populares, como la famosa pancarta.


 Pero por mucho que sea su temor, no puede llegar a reprimir la libertad de expresión en Catalunya a cambio de la inexistente "tregua" con el unionismo. En esto, como en todo, el pueblo marca el camino.


Al día de hoy, como consecuencia del 155 y sus secuelas y la actividad planificada de desestabilización de las organizaciones fascistas, en Catalunya solo tienen libertad de expresión (e intimidación) los unionistas.


Los indepes carecen de ella, tienen a sus dirigentes en la cárcel y pleno derecho a exigir de sus autoridades una implicación más eficaz y decidida en la lucha contra las agresiones y a favor de los derechos de los catalanes.



No basta con establecer la República Catalana. Hay que defenderla.


No lo conseguí, mamá, Pero no se lo digas a los hermanos, Ni a papá.

La imagen puede contener: una o varias personas, océano, agua y exterior
  
No lo conseguí, mamá 

Pero no se lo digas a los hermanos,
 

Ni a papá.

Diles que llegué a ese lugar
del que tanto nos hablaba el abuelo
donde los tanques echan agua
y las balas son de caramelo
que aquí no falta el pan
ni el dinero para pagar.

Que sigan luchando


Por un mundo mejor.

Diles que vivo en Italia



Y que mi barco no se hundió.


Poema de Patricia Vitorique



El mar quedó teñido de rojo. Eran litros y litros de sangre de las ballenas muertas que se acumulaban en la playa.


 
 Masacre de ballenas en las islas Feroe, Dinamarca

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El mar quedó teñido de rojo. Eran litros y litros de sangre de las ballenas muertas que se acumulaban en la playa. Es parte de un ritual centenario en el que incluso los niños participan.


 La tradicional matanza de ballenas se celebró una vez más en la islas Feroe, en Dinamarca, dejando un saldo de 180 ejemplares masacrados. Los habitantes de esta región, ubicada en el Atlántico Norte, realizan cada verano el denominado “Grindadráp”, donde cientos de ballenas piloto y delfines son dirigidos a las playas para ser acuchillados y arponeados.


Tras este exterminio, donde participan adultos y niños, las aguas de la bahía de Sandavágur, en la isla de Vágar, quedan totalmente teñidas de rojo.


La finalidad de esta evento, con siglos de antigüedad, es la de distribuir carne y grasas de estas especies entre los habitantes. Sin embargo, debido a la contaminación de las aguas, expertos consideran que su carne es desechada.

¿Cómo ocurre?

 


Pescadores atraen a las ballenas a la orilla de las Islas Feroe, Dinamarca.


Las manadas de ballenas y delfines nadan cerca de la orilla en su época de migración. Los pescadores se aprovechan, las rodean y las conducen hacia aguas poco profundas de la bahía.


Allí quedan atrapadas y comienza el aniquilamiento, en el que participan incluso niños de cinco años.


Los testigos han relatado escenas crueles de estos mamíferos decapitados retorciéndose de dolor entre aguas teñidas de sangre.



 Para los habitantes de las islas Feroe, un pequeño archipiélago en el Atlántico Norte, la caza de ballenas forma parte de sus tradiciones. 

A pesar de ser un tema polémico, no consideran que sea una tragedia en absoluto y creen que los feroeses deben decidir por sí mismos si quieren cazar ballenas o no hacerlo.
 
 

Masacre de ballenas en las islas Feroe, Dinamarca. Foto: Alastair Ward/Triangle News/Daily Mail.


Masacre de ballenas en las islas Feroe, Dinamarca. Foto: Alastair Ward/Triangle News/Daily Mail.
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Masacre de ballenas en las islas Feroe, Dinamarca. Foto: Alastair Ward/Triangle News/Daily Mail.


 
Masacre de ballenas en las islas Feroe, Dinamarca. Foto: Alastair Ward/Triangle News/Daily Mail