viernes, 17 de agosto de 2018
miércoles, 15 de agosto de 2018
Condenas en Australia tras discurso antiinmigración con referencia al nazismo
Un
discurso a favor de un plebiscito contra la inmigración de los
musulmanes y personas de habla no inglesa del “tercer mundo” con
referencias al nazismo generó hoy una ola de condenas en Australia.
El
nuevo senador Fraser Anning, del partido Katter’s Australia, causó el
escándalo anoche al proponer el plebiscito como “solución final” a la
inmigración, expresión que remite al plan de exterminio de judíos del
Tercer Reich.
“La
solución final al problema de la inmigración es por supuesto el voto
popular”, dijo Anning, representante de una zona rural del noreste
australiano.
El
senador, que debutaba en la Cámara Alta, invocó también el retorno de
la política de la Australia Blanca, que se implementó entre 1901 hasta
finales de la década de 1960.
“Como
nación tenemos derecho a insistir que quienes vienen aquí reflejen
predominantemente la histórica composición europea-cristiana de la
sociedad australiana”, señaló.
El
senador también aseguró en su intervención que existe un alta tasa de
criminalidad, terrorismo y dependencia de las ayudas sociales por parte
de los musulmanes.
Sus
palabras motivaron hoy una serie de condenas en el Parlamento,
incluidas las del primer ministro, Malcolm Turnbull, y del líder de la
oposición, Bill Shorten, que se unieron para defender la
multiculturalidad del país.
“Aquellos
que tratan de demonizar a los musulmanes debido a los crímenes de una
pequeña minoría solo ayudan a los terroristas”, dijo Turnbull que
defendió la necesidad de “condenar al racismo” pese a que ello pueda dar
“oxígeno a la estupidez”.
“La
plaga de la discriminación y el racismo no es nueva”, añadió Shorten,
que criticó el uso del término “solución final” porque alude “a la
deshumanización y asesinato de millones y son palabras que evocan miedo,
dolor y trauma en la diáspora de familias en todo el mundo”.
En
la sesión en la Cámara Baja la laborista Anne Aly, nacida en Egipto,
derramó lágrimas al decir que está “cansada de luchar contra el odio” y
el ministro de Inmigración, Peter Dutton, defendió “la bondad” de la
vasta mayoría de personas de todo el mundo que se afincan en Australia.
Ante
las críticas, Bob Katter, líder de Katter’s Australia y cuyo abuelo
paterno era libanés, salió en defensa de su partido al asegurar que “no
somos racistas, somos australianos”, y elogió a su compañero.
“Su discurso fue absolutamente magnífico y es todo lo que este país debería estar haciendo”, dijo Katter a la prensa.
A
la vez, Anning negó hoy que quisiera hacer ninguna referencia al
régimen nazi con la expresión “solución final” y aseguró que ni se
arrepiente ni piensa disculparse por lo dicho.
El
debate sobre la inmigración está presente de forma habitual en la vida
política de Australia, donde en los últimos años ha habido una escalada
de ataques a la comunidad musulmana provocada por varios atentados
cometidos por extremistas islámicos.
Australia
tiene 25 millones de habitantes, de los cuales un 49 % nació en el
extranjero o uno o ambos padres son foráneos, y un 2,6 % se identifica
como musulmana, según el censo de 2016.
Datos
oficiales de 2017 muestran que India y China aportan la mayoría de
inmigrantes en las dos últimas décadas en Australia, donde existe una
cuota anual de aceptación de inmigrantes de 190.000 personas pero que el
año pasado rondó los 165.000.
¿Amas a tu madre? …
La compra de la democracia
No solo en España sino en el resto del
mundo, sobre todo en los países sometidos a una democracia pervertida,
no habrá que olvidar a quienes, con voluntad enferma, ocupan
obscenamente el poder convirtiéndolo en beneficio doloso.
Hay que
eliminar a quienes están exhibiendo triunfalmente sus apetencias, que no
son sino una explotación monstruosa del mundo.
La labor requiere la creación, aunque sea con esfuerzos en apariencia perdidos, de islas de libertad.
Hay que mover una propuesta popular para enfrentar
públicamente a quienes tienen a las ciudadanías aplastadas por su bota.
No cabe soñar con un futuro medianamente confortable si no se resuelve
este problema sanitario.
Porque no se trata de negociar políticas sino
de neutralizar enfermos, que una vez y otra repetirán su locura.
2018/08/13
Pero hablemos hoy de España porque ha resucitado sin pudor alguno su
violencia histórica, que hace del gobierno una cruel exhibición de
inhumanidad. España es en este momento un mercado de democracia
prostituida. Quizá haya de ser un pequeño pueblo, demográficamente
hablando, como es el catalán, el que rompa con la fuerza de su presencia
en la calle el cascaron del fascismo dominante.
Pero procedamos punto por punto a airear este mercado de artículos
seudoembarcaciones.
Empecemos por la Corona –el rey como persona no me importa– de la que tengo el derecho a hablar libremente porque en teoría representa mi poder democrático, mi libertad en la cumbre, mi dignidad. Mas la Corona española es ilegítima hablando en términos democráticos y se comporta como tal.
Esto lo escribí ya en “Interviú” en el año 1976. Si hay algo que
demuestre la ilegitimidad democrática de esta Corona, alumbrada por el
gran Genocida, son las actuaciones que el Gobierno ha protagonizado en
tierras catalanas, convirtiendo la adecuada intervención moderadora en
una reprobable tarea policial de la que han participado sin reparo
alguno una serie de deudoras instituciones financieras, un intervenido
mundo de la información, un conjunto de poderes intermedios que viven de
los presupuestos nacionales y unas organizaciones partidarias y
sindicales que pasan por caja a fin de no morir de inanición.
¿Tengo o no derecho a hablar como ciudadano de estas realidades
desordenadas por la actuación corrupta de los estamentos encargados
precisamente de hacer frente a la corrupción? Al menos eso denuncian las
noticias y comentarios que trasmiten unos medios informativos que se
están autodestruyendo con sus falsedades.
Sí, lo escribí ya en 1976, poco antes de que un antiguo e íntimo amigo
en la batalla antifranquista me ofreciese un acta de diputado y un
puesto ministerial en las únicas elecciones que ganó Adolfo Suárez,
pronto abatido por los ávidos manipuladores de la gran estafa de
Suresnes ¿Es así o no es así, Sr. Guerra, que ahora pide una expeditiva
eliminación de los que buscan la libertad? No puedo creer en una Corona
que designó el gran perjuro de banderas haciendo sucesor suyo «a título
de rey» a un joven que invalidó a su padre tras jurar los Principios del
Movimiento Nacional ante un pueblo emborrachado e hipermétrope por
sufrir una prisión inicua durante cuarenta años.
Esto, repito, lo escribí ya en 1976 y seguí escribiéndolo en los
siguientes años «constitucionales» alzados en andas por un referéndum
sin alternativas y aupado a la «perfección» democrática por comunistas
desleales, por socialistas mensajeros y por liberales que siempre
subrayaban la lealtad cívica de todos los uniformados al poder civil
¿Puedo repetir todo esto amparado por una democracia que, se diga lo que
se diga, fue gestada en vientres de alquiler? Esa democracia que ante
el primer envite auténticamente democrático se ha ido por los famosos
desagües del Estado en los que está situado, al parecer, el cauce del
Tribunal Constitucional, cuyos protagonistas han conseguido cambiar la
augusta toga por un prudente traje de empleado.
Sigamos planeando sobre la situación antidemocrática que padecemos. Al
Tribunal Constitucional le ha bastado un recurso firmado por el
atropellado mimosín que lidera el extinguible Partido Socialista de
Cataluña para suspender solemnemente un pleno de las Cortes catalanas
para declarar la independencia de Catalunya, pleno que al parecer
barajaban como posibilidad algunos diputados de ese Parlament, con lo
que tan alta magistratura española ha creado nada menos que el delito de
ideación política, figura que no acierto a encajar en ninguna doctrina
de la filosofía del derecho
. ¿Qué pensarán esos magistrados de la «justicia» que aplicaron para suspender un pleno parlamentario no convocado con el argumento especioso de que se trataba de impedir una posible medida que contendría una «relevante y general repercusión social y económica»?
. ¿Qué pensarán esos magistrados de la «justicia» que aplicaron para suspender un pleno parlamentario no convocado con el argumento especioso de que se trataba de impedir una posible medida que contendría una «relevante y general repercusión social y económica»?
¿Aquí quién legisla? Porque lo que hizo el Constitucional fue legislar
preventivamente. ¿Cómo explicarán en su momento esos jueces ese
comportamiento de fondo penal sobre un hecho no consumado? Porque
llegará un día en que todo eso será juzgado si arriba por fin la ley
como cierta y la libertad como fundamento de la conciencia. ¿O siempre
será punible que quienes leemos a Kant sostengamos que en ocasiones la
ley puede estar vacía de moral y también sus servidores?
Vayamos al hecho que luce el gobierno español como una victoria
antinacionalista: la resituación fuera de Catalunya, aunque sea sólo
gestualmente, de algunas relevantes entidades financieras , cuya
decisión es tan frágil que sus grandes figuras no han tenido la
elemental fuerza para emigrar a Madrid a fin de consolidar su voluntad
unitaria y la teoría financiera en que se apoyan. Llevar la fachada de
la sede principal a Alicante o a Mallorca, mientras se conserva el gran
aparato director en el lugar de origen, resulta absolutamente ridículo.
Pero hay en este ademán algo muy fácil de explicar: la posibilidad de
que Madrid, ante una desobediencia como la que enfrenta, exija la
devolución del préstamo multimillonario que hizo a esas entidades el
Estado con dinero de los presupuestos públicos cuando crepitaba su
solidez por administración lesiva.
Ayudas de cuyo retorno ha dejado de hablarse porque lo urgente es ahora encontrar recursos para sostener, entre otras cosas, unas miserables pensiones y unos arruinados mecanismos de asistencia social, como la ayuda anti desahucios o el mantenimiento de la energía en los hogares mártires del invierno.
Conste que algunos ingenuos ya avisamos sobre la trampa cuando observamos la malicia de un Gobierno que no deseaba comprometerse con el Banco Central Europeo en el rescate de la banca, como hicieron los restantes Estados comunitarios, porque prefería tener en sus manos una deuda con la que amenazar si se hacía políticamente necesario. En eso consistió el triunfo Rajoy cuando explicó a la sociedad española su brillante idea patriótica, de la que, como es lógico, no volvió a hablarse.
Ayudas de cuyo retorno ha dejado de hablarse porque lo urgente es ahora encontrar recursos para sostener, entre otras cosas, unas miserables pensiones y unos arruinados mecanismos de asistencia social, como la ayuda anti desahucios o el mantenimiento de la energía en los hogares mártires del invierno.
Conste que algunos ingenuos ya avisamos sobre la trampa cuando observamos la malicia de un Gobierno que no deseaba comprometerse con el Banco Central Europeo en el rescate de la banca, como hicieron los restantes Estados comunitarios, porque prefería tener en sus manos una deuda con la que amenazar si se hacía políticamente necesario. En eso consistió el triunfo Rajoy cuando explicó a la sociedad española su brillante idea patriótica, de la que, como es lógico, no volvió a hablarse.
Y mientras otros prestatarios pueden negociar con el BCE su deuda España
anda huída por Bruselas.
Unos bancos catalanes pagan ahora su sumisión
financiera antisocial con una ayuda que parece extraída de «La ópera de
dos centavos»: irse a veranear una temporada a Palma o Alicante.
Lo que
yo me pregunto es si los catalanes en guerra por su libertad no
decidirán prescindir de esos bancos.
Las ideas españolistas están hundiendo hasta el lenguaje: condenan la «secesión unilateral» de Catalunya ¡Claro que es unilateral, ya que una secesión bilateral, que es irse uno del otro a la vez, es una invención magnífica que se llama acuerdo!
martes, 14 de agosto de 2018
TRAGEDIA EN GENOVA ( ITALIA )
En
2016, el ingeniero antonio brencich, profesor asociado de construcción
de hormigón armado de la universidad de Génova, había lanzado una alarma
sobre el puente Morandi
No soy un técnico ni un experto en el sector, pero no se necesita tanto para poner en duda la edificio de este puente!
*
Non sono un tecnico ne tantomeno un esperto del settore ma non ci
vuole tanto a mettere in discussione l'agibilità di questo ponte!
SEGUIR LEYENDO ....
Una turista británica denuncia a su agencia porque había "demasiados españoles" en sus vacaciones en Benidorm
La mujer, de 81 años, viajó a España con una amiga y asegura que los españoles "arruinaron sus vacaciones": "¿Por qué no viajan a otro sitio?"
Una mujer británica de 81 años ha denunciado a su agencia de viajes porque sus vacacines en Benidorm (España) se vieron "arruinadas" porque había "demasiados españoles".
Freda Jackson, cuenta The Mirror, reservó sus vacaciones en un hotel de Benidorm a través de una plataforma de viajes baratos muy conocida en Reino Unido. La mujer, de avanzada edad, sufre problemas de movilidad y asegura que la plataforma le recomendó ese hotel.
Pero lo que iban a ser unas maravillosas vacaciones junto a una amiga se convirtieron en una pesadilla, por culpa de los españoles. "El hotel estaba lleno de veraneantes españoles que nos arruinaron el viaje porque fueron maleducados".
Freda asegura que un individuo llegó a golpearla y ni siquiera le pidió disculpas. Además, lamenta que el "las actividades del hotel estaban totalmente centradas en los españoles. ¿Por qué no van a otros sitios para sus vacaciones?".
La mujer pagó alrededor de 1.270 euros por sus vacaciones y reclama que le sean devueltos porque sus vacaciones "fueron una pesadilla de principio a fin".
La plataforma le ofreció inicialmente un ticket descuento de 80 euros como "compensación por las molestias" y después mejoró la oferta con 630 euros a dividir entre Freda y su amiga.
La mujer todavía no ha contestado a la oferta.
lunes, 13 de agosto de 2018
Descubre mi error al responder el acertijo de Fidel en 1969
Este acertijo es un humilde homenaje a Fidel en la fecha de su
cumpleaños; se basa en un hecho real el 20 de julio de 1969, en que
luego de alunizar la nave norteamericana Apolo 11, dos astronautas
(Armstrong y Aldrin) caminaran sobre la superficie lunar. Yo tuve el
honor de estar en la sala del rectorado de la UH en que se siguió por un
televisor a color aquel acontecimiento trascendental.
Para balancear,
un ejercicio de creatividad.
I
Después de observar y comentar aquella trasmisión televisiva, Fidel y los demás compañeros bajamos hasta el portal del rectorado. Fidel con su estilo amistoso compartió con los estudiantes y profesores que se encontraban estudiando en la Biblioteca de la UH y acudieron a su encuentro.
Yo era miembro del Buró UJC-FEU y acababa de terminar el tercer año de la carrera de Matemática en la especialidad de Análisis Numérico y Computación.
Fidel en broma dijo que sería un día histórico, ya que se formaría el equipo de estudio para el viaje de Cuba a la Luna. Comenzó diciendo: “Hace falta un Físico; un Químico; un Biólogo; y aparecieron osados voluntarios.
Luego de seleccionar a esos estudiantes; preguntó por un matemático, nadie respondió y Chomi-nuestro rector-, me echó “palante”.
Fidel me puso su brazo por encima y me dijo: calcula el tiempo que nos demoraremos en llegar a la luna suponiendo que viajemos a una velocidad de 3000 km/h y que la distancia a la luna sea 4,06*10-8 de un año-luz.
El acertijo no me asustó; le pregunté si era velocidad media y me dijo que sí.
Me aparté unos minutos para razonar y calcular, y al responderle que nos demoraríamos 5,33 horas, me dijo de inmediato que estaba mal.
Miró mis
cálculos y me señaló el error.
¿Cuál fue mi error?
Fundamente su respuesta.
II
Completar e interpretar creativamente el siguiente refrán:
Cuando el dedo del sabio señala la luna el _________________ mira al dedo.
Recuerden que:
“Es preferible una solución insignificante salida de cabeza propia; que una genial copiada de otro, sobre todo sin entenderla”. NGPA
¡Manos y mente a la obra!
Inquietantes fotos, antes y después de la ciudad devastada por la guerra, Alepo, Siria
Los archivos secretos de Francisco Franco.
La revista TIEMPO publicó durante 18 semanas consecutivas una de esas
exclusivas que cambian la historia: los archivos secretos de Francisco
Franco. Miles de documentos y decenas de fotos inéditas hasta entonces
que fueron puestos en orden por el periodista Víctor Salmador. He aquí
el primer capítulo de aquella extraordinaria serie.
Los archivos secretos de Francisco Franco.
Escena íntima de Franco junto a su mujer y su hija en el palacio de El Pardo
Tenemos a la vista los famosos documentos y memorias de Franco, por los
que se han ofrecido hasta 500 millones de pesetas.
Apretados en más de 200 legajos, estos papeles contienen el pensamiento de Franco, la clave de sus aptitudes, los secretos de Estado de toda una época y la historia entera de 40 años del régimen.
Los originales y los manuscritos, que fueron retirados de El Pardo por sus familiares, se encuentran en paradero desconocido. Quizá, los más importantes estén en el extranjero
Es de suponer que algún día todos ellos sean entregados a los archivos de la nación, puesto que es al Estado a quien corresponde su custodia. Las carpetas a las que hemos tenido acceso, ahora en poder de la Fundación Francisco Franco, contienen fotocopias en cuya recopilación, ordenación y clasificación ha trabajado un grupo de expertos.
Para dar a estas síntesis un cierto orden y advirtiendo que los documentos y apuntes no están situados en los legajos por orden cronológico –puesto que temas del mismo periodo, y aun papeles referentes a un mismo tema, suelen aparecer en carpetas de muy alejada numeración– hemos de comenzar por los escritos de puño y letra de Franco, que pueden considerarse la base o armazón de sus memorias.
Anticipamos desde ahora mismo una opinión puramente subjetiva: de los 20.000 folios a los que hemos tenido acceso, los más trascendentales (a nuestro juicio) se refieren al tema de la sucesión del propio Franco.
El capítulo rigurosamente inédito es el del cambio de actitud que en algún momento se operó en Franco, cuando pasó a considerar que, a su muerte, en lugar de sucederle “el Príncipe de mejor derecho”, como decía la ley de sucesión, pudiera establecerse una regencia que ejerciese la jefatura de Estado por periodos de diez años.
Esto es: en el año 1959 Franco no quería oír hablar de que, desaparecido él, tomase el poder un regente. Esto está claro. El 7 de marzo de 1959 el almirante Carrero Blanco, inspirador de muchas sugerencias a Franco y considerado la eminencia gris del régimen, entregó en El Pardo uno de sus periódicos informes.
Dos de ellos
aparecen en los legajos 138 y 167. Allí se lee: “Si el Rey recoge los
poderes que tiene S.E. es para sentirse alarmados, porque lo cambiará
todo.
Hay que ratificar al mismo tiempo [se refiere a la ley de sucesión] el carácter vitalicio de la magistratura de S.E. que es Caudillo, más que Rey, porque funda Monarquía”. “Una vez hecho esto, se podrá decir a Don Juan, ¿acepta sin reservas? Si dice ‘no’, resuelto el problema, se pasa a su hijo.
Si este dice ‘no’, se busca un Regente”.
Pues bien, al costado del último párrafo Franco escribió “NO” en muy grandes caracteres.
Sin embargo, en el año 1962, después de que se realizó el Congreso del Movimiento Europeo en Múnich, al que concurrieron personalidades de la oposición monárquica junto con representantes del socialismo y del exilio, Franco piensa en el establecimiento de una regencia; de la regencia que solo tres años antes había motivado el “NO” rotundo.
Ello ocurrió, probablemente, como consecuencia de un informe de fecha 20 de junio de aquel año, que está en el legajo 98, en el que se afirma que la asistencia a Múnich fue acordada en Atenas durante reuniones celebradas con motivo de la boda de los príncipes Juan Carlos y Sofía. Craso error.
En Atenas no se habló sustancialmente del Congreso de
Múnich, ni hubo reunión alguna en la que se tratara de este tema.
Don Juan de Borbón y, por supuesto, su hijo don Juan Carlos, eran completamente ajenos al Congreso. Los miembros del consejo privado de don Juan que concurrieron a Múnich lo hicieron a título exclusivamente personal u ostentando otras representaciones.
Pero (y esto es lo de mayor importancia), en unas notas manuscritas de Franco (legajo 30), bajo el título Divagaciones,
se leen dos palabras muy claras: “Sucesión, ¿reformarla?”
. Y luego los párrafos que transcribimos textualmente: “La carencia de arraigo en el pueblo de la Institución [se refiere, obviamente, a la institución monárquica], la falta de unidad entre los diversos sectores, la exigencia de autoridad en la Jefatura del Estado, aconsejan el demorar la resolución en la designación del Príncipe de mejor derecho y establecer para un periodo de diez años la institución de la Regencia”.
Don Alfonso, de reserva
Seguimos copiando: “En lo sucesivo, y mientras por Ley refrendada por el pueblo no se establezca lo contrario, se seguirá en el Reino el sistema de Regencia por periodos de diez años a partir de su designación”. “La falta de unidad de criterio entre los sectores monárquicos integrados en el Movimiento, el claro desvío liberal de alguno de los candidatos.
Plantearle el problema de la abdicación a don Juan y a don Juanito [se refiere a don Juan Carlos, al que su familia y muchas personas llamaban -y llaman aún- así] la identificación absoluta con el régimen y la entrega”. Franco siguió escribiendo: “Consultar a los grupos tradicionalistas llamándolos a la unidad bajo don Juanito...
Si no, por
falta de acuerdo, se puede plantear lo de don Alfonso. Ponerle a prueba
identificación”.
“Sistema de Regencia por periodos de diez años”. “Por falta de acuerdo se puede plantear lo de don Alfonso”. ¿Cuál don Alfonso? ¿El primo de don Juan Carlos, hoy duque de Cádiz, que años después contraería matrimonio con la nieta del propio Franco, María del Carmen Martínez Bordiú?...
En estos capítulos, al llegar a nuevos
aportes documentales, volveremos sobre este tan sugestivo tema, que pudo
haber cambiado la historia de España.
Podemos divagar en paralelo con
las divagaciones del propio Franco, el cual refleja sus dudas en los
párrafos del escrito, al saltar de unas hipótesis a otras.
En la mente de Franco se revela el propósito de que don Juan fuese eliminado del orden sucesorio y para conciliar esto con el orden de la sucesión dinástica, Franco pensaba en la abdicación de don Juan. Mediante este arbitrio aparecería don Juan Carlos como “el Príncipe con mejor derecho”, lo que debía conciliarse, a su vez, con la “identificación absoluta con el Régimen y la entrega”.
Por alguna razón o indicio,
Franco sospechó que en don Juan Carlos pudiera no existir esa
identificación y de ahí que escribiera: “Se puede plantear lo de don
Alfonso”.
Aparece otra sospecha en el ánimo de Franco. Que no le sirva ninguno de los candidatos. Entonces no se declara, como hizo don Ángel Osorio en 1931, “monárquico sin Rey al servicio de la República”, Franco descarta la república y se aferra a la idea de la monarquía. ¿Solución?: la misma de los coroneles griegos al destronar a Constantino; o sea, el nombramiento de un regente.
Franco tampoco desea
que los poderes del regente estén en una sola mano: por eso habla de “la
Regencia”, a la que ve como una trilogía: un capitán general, un
arzobispo y un magistrado.
Si Franco se hubiese decidido por esta fórmula, la hubiese impuesto y es probable que el príncipe Juan Carlos hubiese terminado en el exilio, como su padre don Juan. El caso es que no lo hizo, pero está probado que reflexionó y escribió sobre ello.
La
historia de España y la corona del actual rey estuvieron entonces
pendientes de un hilo.
La presencia del Príncipe en los legajos que integran el archivo de Franco, empieza desde antes de que don Juan Carlos tuviese uso de razón. Esto es, el Príncipe era un protagonista, digamos pasivo.
Se le veía como una pieza clave en la partida que habría de jugarse en el futuro. Se especulaba con sus relaciones sentimentales, con las princesas que tenía cerca; una de ellas podría convertirse, en su día, en la reina de España. Se discutía acerca de sus estudios. Su formación, sus profesores, su entorno.
El propio
Príncipe, que aún no había cumplido 10 años, percibió ese tejemaneje en
torno suyo.
He aquí una carta manuscrita dirigida por él a su preceptor
Eugenio Vegas Latapié: “Estoril 3-9 de 1948.
Querido Eugenio. Muchas gracias por tu carta, parece que son las mismas que escribías cuando estabas malo en Friburgo.
Pero solo hay una diferencia y es que el papel era blanco. Yo estoy muy triste que se haya puesto malo tu padre y espero que se ponga pronto bueno. También que vayas, si puedes, a hacer una visita a Don Ventura.
Y también a León y a José María Cervera. Eugenio, ¿es verdad que voy a ir a España en octubre para estudiar? Porque mira, todo el mundo me dice que voy a ir a estudiar a España. Es papá que me lo ha dicho porque ha hablado con el Generalísimo Franco.
Y Franco quería que yo fuese a estudiar a España. Sabes que he ido al museo militar de Lisboa, era muy divertido porque había una bomba que echaba agua para beber. Y también había ametralladoras.
Esta página te la reservo para los estudios. Ahora estudio tres horas al día y casi todos los días no podemos ni estudiar tres horas, siempre tiene que ser menos. Haré todo mi posible para estudiar bien y también para darte gusto. Un abrazo muy fuerte de Juan”.
El buzón de El Pardo actuaba como
un embudo para recoger y llevar a Franco todo cuanto se relacionase con
don Juan Carlos.
Lo mismo hay una protesta formal del jefe del Requeté de Madrid, Rafael Rivas Benito, dirigida al ministro José Solís, enviada por este al general Muñoz Grandes y renviada por Muñoz Grandes a Franco, como también se encuentra la descripción de una tertulia-cena que tuvo lugar el 27 de mayo de 1966 en casa de Joaquín Garrigues Walker.
En el primer documento se rechaza la presencia de don Juan Carlos en el desfile de la Victoria y la protesta se centra en que: “Dicho Príncipe solo representa a la Monarquía liberal que nos empujó a derramar tanta sangre”.
En la tertulia de Garrigues Walker (que fue,
años más tarde, uno de los ministros de UCD) estuvo presente el
Príncipe.
Se cuenta con pelos y señales lo que se habló, destacándose que hubo unanimidad en un punto: el régimen que sucediera a Franco había de ser “un Estado de Derecho con instituciones democráticas de tipo europeo y actual”, concepto con los que el Príncipe estuvo de acuerdo.
En
el legajo 38 aparece una carta de Gregorio Marañón Moya (hijo del
famoso doctor).
En ella Marañón cuenta a Franco que ha tenido una entrevista en Lausanne con la reina Victoria Eugenia (viuda de Alfonso XIII, abuela de don Juan Carlos), y que esta le ha dicho que su papel era muy difícil, colocada entre su hijo y su nieto.
Doña Victoria había agregado: “De todos modos, si las cosas siguen así, Rusia gobernará en Europa.
No quisiera estar en el pellejo de mis nietos, pues cuando sean mayores gobernarán los que hoy son sus porteros y sus chóferes”.
Una de las fotos del archivo personal de Franco publicadas por Tiempo
Al
terminar el curso 1960-61, Franco quiso tener una entrevista larga con
Juan Carlos y se preparó para ella mediante un guión con una mezcla de
pedagogía entre Fenelón y Maquiavelo.
17 de diciembre de 1984
Balsero cubano quiere repatriarse a Cuba tras 26 años en Miami: "Estoy en el peor país del mundo"
*
Emigrantes regresan a Cuba y contribuyen a su desarrollo
La nostalgia, la familia y las modificaciones en las normas migratorias se han convertido en incentivos para que muchos migrantes cubanos regresen a la Isla, según explicó el periodista oficialista Oliver Zamora en un reportaje para RT.
Este es el caso de Federico Fajardo Mustelier, quien llegó a territorio estadounidense en la década de los 90 huyendo de la crisis económica de la Isla.
"Estoy en el peor país del mundo", aseguró este balsero
que pronto regresará a su tierra natal.
Su retorno le permitirá disfrutar de su familia. "Tenemos la satisfacción de estar con nuestros hijos y ver a nuestro nietos ir a la escuela porque en Cuba, a diferencia de Estados Unido son seguras", afirmó.
"Aquí los padres cuando envían a sus hijos a la escuela tienen la gran preocupación de si lo vuelven a ver vivo", agregó.
Su testimonio recuerda a Orlando Pazo Toro, quien mostró su deseo de volver a la Isla al mismo tiempo que rechazó vivir en EE.UU. "Estoy loco por irme pa’ Cuba.
No quiero saber nada de
Estados Unidos y menos de Miami", indicó.
Se trata de casos distintos al de Maurcio Estrada Río, un cheff que en la actualidad tiene su propio restaurante en La Habana tras haber estado más de 10 años viviendo en España.
"Recuerdo que mi hermano y yo nos sentábamos por la noche a tomarnos una cervecita y siempre pensábamos en regresar y abrir un restaurante", aseguró.
Según cifras que maneja la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en Cuba, solamente en los últimos dos años se han repatriado 25 mil 176 personas.
https://www.cibercuba.com/videos/noticias/2018-08-09-u157374-e157374-s27061-balsero-cubano-quiere-repatriarse-cuba-tras-26
El proceso de capitalización de la montaña pirenaica
Cuando los bárbaros invadieron la periferia ——— Miquel Amorós
Mercantilización y destrucción del
Pirineo catalán
En un mundo globalizado, luego en una
sociedad urbanizada, donde buena parte de la población tiene
bastante capacidad adquisitiva, vehículo propio y suficiente tiempo
“libre”, los servicios de relax y evasión llegan a ser el sector
de la economía más expansivo. En la sociedad de consumo el ocio
ocupa un lugar cada vez más importante en la vida alienada. En la
periferia, al colapsarse la producción industrial por falta de
competitividad y escasa innovación tecnológica, la economía se
refugia en otras actividades con menor valor añadido, por ejemplo,
la logística, la construcción y por encima de todo el turismo de
masas. Este es el caso del Estado español, y como corolario, el de
Cataluña. Una vez pasada la crisis de 2008-2014, concretamente en el
ámbito catalán, el turismo industrial se ha convertido en el motor
económico principal, lo que supone inevitablemente un impacto y una
alteración profunda del territorio, cualitativamente superiores a
todo lo sucedido hasta ahora. Una huella ecológica superlativa.
El
turismo “es una fuente de riqueza” y un “impulsor del
crecimiento”, dice un tecnócrata de la Generalitat, pero también
es una industria que ocasiona trastornos inmediatos; es un factor de
desequilibrio y de trivialización de primera magnitud, además de un
yacimiento de trabajos basura y un promotor vigoroso de la
construcción y de la alimentación industrial. Las inversiones
foráneas, la edificación de nuevas urbanizaciones, equipamientos e
infraestructuras, la sobreexplotación del patrimonio histórico,
cultural y paisajístico, el despilfarro de energía, la
contaminación y la acumulación de residuos a gran escala, etc., son
los heraldos de una nueva realidad territorial. Estas señales tan
bárbaras revelan el verdadero significado de lo que los dirigentes,
técnicos, expertos y asesores llaman “poner en valor” el
territorio, “optimizar” sus recursos, “rentabilizarlo”, y
como colofón, “fomentar tejido emprendedor” y “ejercitar
liderazgos”. Este léxico, pedido prestado al márketing, revela
claramente la transformación del territorio en mercancía. En
consecuencia, patrimonio, costumbres, historia y naturaleza
constituyen un capital de nuevo tipo. Cuando acabe el proceso de
valorización, que también es de reglamentación, cualquier otra
actividad que no encaje en la “oferta” territorial, o sea, que no
acarree beneficios pecuniarios, como por ejemplo, la agricultura y la
ganadería tradicionales, la cooperación desinteresada, el trueque,
la hospitalidad y el esparcimiento gratuito, tienen los días
contados. Pagaremos por todo, tanto por las setas recogidas, como por
acampar o contemplar de cerca un salto de agua. La rentabilidad del
negocio del esparcimiento obligará a ello si es que no lo ha hecho
ya. La gestión del territorio como si se tratara de una empresa, o
dicho de forma más técnica, su transformación en “marca”,
dejará a sus habitantes fuera de las decisiones, expropiados, puesto
que las únicas necesidades que importan son las exigidas por la
acumulación de capitales y las dinámicas de poder, no las del
vecindario. La vida en las comarcas de montaña quedará entonces
totalmente redefinida por las jerarquías políticas, administrativas
y financieras que determinan en cada momento el uso del territorio,
uso fijado por continuos planes de desarrollo, a cada cual peor.
La cosa viene de lejos. Lo que
contemplamos hoy no es más que la integración de un mercado
regional en un mercado global. El proceso de mercantilización en las
montañas pirenaicas empezó durante los años sesenta con la
construcción de las estaciones de esquí de Baqueira-Beret y La
Masella (ya existían las de La Molina y Vall de Núria). Dicho
proceso no tomó nuevos bríos hasta mediado los años ochenta con el
boom de las segundas residencias, disparándose una década más
tarde con la apertura de nuevas pistas (actualmente son diecisiete),
la nieve artificial, la popularidad de los deportes de aventura y la
práctica del alojamiento rural.
La primera fase no tuvo gran
impacto, pues el coche utilitario no daba para mucho y el televisor,
que hacía su aparición en los hogares proletarios, mantenía
pegados los individuos a sus sillones.
La segunda fue peor, ya que la
motorización general acrecentó sobremanera la movilidad ciudadana y
la frecuentación multitudinaria. El ocio se “democratizaba”; un
primer plan de ordenación de las estaciones trataba de perfilar el
negocio de la montaña mientras la despoblación se detenía en esas
alturas. La decadencia de la ganadería y la agricultura de siempre,
la crisis definitiva del textil y el cierre de la minería, abrieron
la puerta de par en par a la explotación intensiva de la nieve, los
ríos, los prados, los bosques, las cumbres, las masías y los
senderos.
La tercera fase, correspondiente a la creación de la marca
Pirineos, requirió la ayuda del Estado y la inyección de capitales.
La conectividad con los centros emisores de turistas se volvió
esencial. Por eso eran necesarios grandes gastos en carreteras,
pistas, accesos, líneas de alta tensión, canalizaciones,
vertederos, túneles, viaductos, etc. Hoy, miles de vehículos
circulan a diario por la zona provocando embotellamientos durante los
fines de semana y los periodos vacacionales, lo cual exige
perentoriamente nuevos carriles, desdoblamientos, variantes, nuevos
enlaces y mejoras diversas. Urgían desembolsos de consideración en
equipos, suministros y servicios complementarios, como por ejemplo
aparcamientos, telesillas, gasolineras, depósitos de agua para los
cañones de nieve, caballerías, garajes, almacenes, hangares,
comercios, etc. El tramo de autopista Barcelona-Manresa quedó
dispuesto en 1994 y la autovía Manresa-Berga, en 1999, favoreciendo
como nunca la llegada del alud urbanita. Barcelona engullía a
Cataluña: las condiciones barcelonesas de vida se habían extendido
por todas partes. En las comarcas, la población entera se convertía
en rehén de una economía caníbal irradiada desde la metrópolis.
La cuarta fase, la de la internacionalización de la marca, está
relacionada con la llegada masiva de turistas de otras regiones
españolas y extranjeros (el 40% del total). Comenzó en 2004 con el
Plan estratégico del Turismo de la Nieve y la creación de la
Eurorregión Pirineos-Mediterráneo, una estructura transnacional,
constituye un salto cualitativo en el desarrollo desequilibrado y
violento del territorio, fundado en un incremento superior de
instalaciones, la ampliación de la red de transporte y una
desintegración social calculada. El proyecto disparatado del
macrocomplejo de la Vallfosca, una especie de Eurovegas pirenaico,
ilustra si necesidad había el delirio desarrollista de los
dirigentes actuales. El crecimiento no puede demorarse. Gracias a la
aportación interesada de capital exterior, el territorio montano
está siendo “ordenado” con planes territoriales para soportar la
llegada de un montón suplementario de turistas venidos de otra
parte. Los billetes de avión, la visita a los casinos y el paseo por
la playa irán incluidas en el lote. El objetivo no puede ser otro
que la completa transformación de las comarcas pirenaicas en un
grandioso parque temático, una disneylandia alpina.
La industrialización de la economía
catalana primero, seguida de la terciarización, habían creado un
monstruo, el área metropolitana barcelonesa, que formaba un sistema
urbano con otras conurbaciones menores conectado por autovías,
autopistas y circunvalaciones. Y aquel monstruo albergaba a una
extensa clase media con unas ansias de consumir territorio a tener
muy en cuenta. Mientras tanto, la vida en la metrópolis había
llegado a ser tan pobre, tan claustrofóbica, que las ganas de
desconectarse auque fuera sólo un poco, de escapar hacia la
naturaleza como antes hacían los burgueses y los aristócratas,
fueron irreprimibles. Para esta clase, y para el proletariado que la
imitaba en lo que podía, la ociosidad no era descanso e inactividad,
sino ponerse en movimiento y hacer cualquier cosa que estuviera de
moda para llenar su vacía existencia. Así pues, el aburrimiento y
el hastío de las nuevas clases medias dieron lugar a la
mercantilización del ocio, mediante la cual éste se volvía
trabajo. El tiempo “libre”, gracias al estrés y al vacío de la
vida privada en la conurbación, se convirtió en la materia prima de
una industria capaz de empujar hacia arriba la demografía comarcal
pirenaica, desarticular el territorio, orientar la vida de su gente
hacia el consumismo, halagar el mal gusto de los visitantes y
arruinar la belleza del entorno. El bronceado de montaña se volverá
entre los metropolitanos un detalle de distinción, un trofeo, el
rasgo diferencial de la marca Pirineos. El régimen capitalista tenía
en los fugitivos de la metrópolis a su base social más ferviente,
dispuesta a votar disciplinadamente a cualquier candidato pro
turismo, y todos lo eran. Mientras esto sucedía, los grandes
beneficiarios de la invasión de los excursionistas motorizados
domingueros venidos de todas partes se relamían por el éxito en
FITUR y por el reconocimiento de la zona pirenaica como destino
turístico de excelencia por parte de la Unión Europea. Los Pirineos
se sumergían en el mercado europeo y Barcelona compartía con otras
conurbaciones transfronterizas la función colonizadora que antaño
tenía en exclusiva. Era la plasmación última de la idea de
progreso: el dominio nocivo y maligno de la naturaleza y la sociedad
montañera por la ciencia, la tecnología, la economía y el Estado.
Todo el deporte de montaña, de la
helibike al barranquismo, del trekking al snowboard, del parapente al
esquí nórdico, es una concreción de la mentalidad capitalista
primigenia: gusto por la competición, superación del obstáculo,
resiliencia, culto al esfuerzo, atracción por el riesgo,
exhibicionismo… No obstante, a los directivos síquicamente
agotados por el trabajo el comercio montaraz dispone una cura a base
de hidroterapia y tratamientos sicofísicos (wellness). El espíritu
del capitalismo renace a partes iguales con la imagen del deportista
y la del ejecutivo neurótico, pero todavía más en los
especuladores: Los negocios inmobiliarios de la costa y el área
metropolitana se dan con menos trabas en las comarcas del interior,
ya que no hay oposición local efectiva, así que la ganancia es lo
único que cuenta y el beneficio económico del turismo, comparado
con el de cualquier otra actividad anterior, es de una superioridad
aplastante. Hoteles, cámpings, campos de golf, promociones,
discotecas, locales de comida basura, centros comerciales y
automóviles a espuertas, reproducen las condiciones del hábitat
urbano e imponen los valores de una vida prisionera del consumo.
Suben los precios de la tierra y de los alquileres de las casas, el
folklore local se degrada en espectáculo, las fiestas adquieren un
toque superficial y carnavalero; el pasado se museifica y en
definitiva los nexos morales se cambian por otros comerciales. El
turista no tiene ningún interés en conocer los lugares que pisa y
menos aún sus habitantes, por lo que se conformará con
estereotipos. No es demasiado partidario de la autenticidad: con unos
pocos elementos de color local y unos cuantos productos típicos
tendrá suficiente. El ángel del kitsch le acompaña y protege de
una originalidad excesiva: la vulgaridad y el mal gusto mandan.
Podemos decir que la metrópolis proporciona una nueva forma material
y espiritual al territorio; lo uniformiza, lo debilita y lo corroe
sin que éste pueda defenderse, falto de fuerzas y medios. El turismo
deja la sociabilidad local en una situación mucho más frágil que
antes. Fin del espíritu comunitario, de la mano solidaria, de la
mismísima noción de pueblo.
Cuando el coche se convierte en una
especie de prótesis del habitante de la gran urbe, el territorio se
encuentra sometido absolutamente por ella y acaba por reflejarla en
todos sus aspectos. Es ya un espacio periurbano, un satélite de la
aglomeración metropolitana. La vida parasitaria ahora desempeña en
él un papel decisivo y de rebote nacen nuevas clases emprendedoras y
neorrurales ligadas directa o indirectamente al desarrollo
unidireccional establecido. Para cambiar las cosas en el campo habría
que cambiarlas en la ciudad. Para rehacer una vida sin apremios
económicos en la periferia sería necesario desmantelar el centro.
Nada liberador será posible si no salimos del capitalismo, pero no
saldremos de él si dejamos atrás intactas todas sus estructuras.
A medida que las fuerzas destructivas
del entramado turístico ganan terreno, se diversifican y se
desestacionalizan, los espacios agrestes se masifican y
despersonalizan, el paisaje se erosiona y la naturaleza retrocede; la
flora se marchita pronto y la fauna se contrae y emigra a donde
puede. Las contradicciones del desarrollismo se manifiestan en forma
de urbanización desbocada, crisis ecológica, agotamiento de
recursos y malestar social. Aunque la conciencia del carácter
eminentemente devastador del crecimiento económico no surja de forma
clara como oposición frontal fuera de minorías que se empeñan
contra viento y marea en la defensa del territorio, la inquietud de
quienes dependen económicamente del turismo ante las pérdidas
debidas a la saturación, ha despertado una determinada sensibilidad
por la conservación y la protección del medio. La expresión mágica
de “turismo sostenible” se halla en boca de los representantes de
los denominados “actores sociales”: organizaciones de
empresarios, administración, grupos ecologistas, sindicatos y
partidos políticos. Si bien el modelo de mercado permanece
incuestionable, en paralelo sale la propuesta de “desarrollo local
alternativo”. Esta clase de desarrollo quiere ligar consumo,
estropicio y crecimiento con reposición y equidad, a base de
“instrumentos de intervención y transformación de la economía”,
es decir, con leyes, ordenanzas, tasas, contratos y programas
promovidos o apoyados por las instituciones. No se pretende una
desmercantilización del territorio, sino una explotación menos
agresiva, recurriendo a una red económica marginal que sirva de
paliativo y haga contrapeso al saqueo imparable del desarrollo puro y
duro. Nada se cuestiona, ciertamente no el sistema capitalista. Se
reivindica un uso sostenible del suelo sin pensar en desurbanizarlo;
se pondera el derecho a escoger y cultivar los propios alimentos sin
tocar la industria agroalimentaria; se piden normas racionales sin
derogar las directrices actuales bastante permisivas en lo que se
refiere a negocios dudosos; se reivindica un derecho consuetudinario
sin menoscabar el derecho mercantil; en resumen, se reclama un
turismo menos convencional, más ecológico, ignorando que ecología
y turismo son términos antitéticos.
En cualquier caso, ese turismo
de algodón nunca alcanzará más que una parte minúscula de la
demanda; nada comparable con el turismo de masas. Sin embargo, las
nuevas clases medias de las comarcas pirenaicas observan la
destrucción del territorio con preocupación, puesto que sus
intereses salen a la larga perjudicados, pero no desean enfrentarse
con los responsables. Son románticas y materialistas al mismo
tiempo, burguesas y populistas. Están sentadas entre dos sillas.
Quieren desarrollo y progreso sin las consecuencias que se derivan de
los mismos. Quieren relaciones equilibradas con el medio sin sacarlo
de la economía de mercado ni de la tutela del Estado: quieren a fin
de cuentas la lluvia (o mejor la nieve) y el buen tiempo.
Ni la regeneración del territorio, ni
la restitución a sus auténticos pobladores, pueden hacerse a
medias, ni tampoco pueden llevarse a cabo legítimamente desde la
administración, la política o la propia economía. La cogestión
entre autoridades, sindicatos, clubes juveniles y empresarios, sólo
es un mecanismo para armonizar el desarrollo más catastrofista con
los intereses de la población medio domesticada, con el fin de hacer
innecesarios los conflictos. Los típicos clichés de
“sostenibilidad”, “responsabilidad”, “participación”,
“democracia transversal”, “calidad”, “proximidad”, etc,
lo demuestran bien a las claras. La democracia territorial es algo
completamente diferente y tiene más que ver con la capacidad vecinal
de organizarse autónomamente y de vivir en común sin mediaciones
mercantiles ni dirigentes. Para revitalizar el territorio hay que
desparasitarlo, lo que equivale a sacarlo de la economía mediante
una acción descentralizadora, desindustrializadora y desurbanizadora
que comportaría por un lado, un enfrentamiento con las clases
dominantes y sus servidores políticos, y por el otro, una
ruralización salvaje. Los ruralistas han de sostenerse en base a un
compromiso sólido, pues necesitan objetivos claros y estrategias a
medida. Las ocupaciones y movilizaciones en defensa del territorio
han de permitir una correlación de fuerzas favorable a la autonomía
campesina, lo justo para animar otro tipo de huida de las
conurbaciones, de modo que no solamente se puedan repoblar los
lugares abandonados o a trance de serlo, sino que además se pueda
articular una red campesina y ganadera resistente a las normas, los
reglamentos y los controles administrativos. A pesar de que cerca de
quinientos municipios catalanes están en peligro de extinción al
caer fuera de los circuitos turísticos, cada vez resulta más
difícil una repoblación libre y una agricultura independiente. El
Estado se mete por en medio cuando no lo hacen las fuerzas vivas
municipales o los hombres de negocios, proscribe la ocupación de
tierras y casas abandonadas, registra el ganado, cuenta los árboles
y los cultivos, vigila las simientes, detecta a los huéspedes, en
fin, regula de toda actividad. Obliga a etiquetar los productos,
fotografía los edificios y propiedades, prohíbe la venta directa,
fija cuotas y precios, especifica pagos y cobra impuestos. Pocos son
los que se quejan abiertamente y su voz no se oye de lejos. Otros
prefieren ser “pragmáticos” y pasar por el aro. A pesar de todo,
la lucha continúa.
Dada la opinión mayoritariamente
favorable al turismo de la vecindad, la defensa del territorio ha de
empeñarse seriamente en una campaña de información. Por otro lado,
convendría remarcar sus dos vertientes, la desmanteladora y la
reconstructora. Es una doble lucha por liberar el territorio de la
economía y por impulsar una vida libre en el campo, arraigada, en
equilibrio con el entorno y ajena tanto a la normativa como a la
mística. Es una pelea constante por frenar los grandes proyectos
inútiles de las constructoras y los gobiernos y por cerrar el paso a
las frenéticas hordas urbanas y a las complacientes administraciones
locales. Un combate para crear formas de autogobierno y de trabajo
colectivo, para volver a los concejos abiertos (en el Berguedà había
dos, Fígols y Sant Jaume de Frontanyà), a las las juntas vecinales,
los campos abiertos y los bienes comunales. Por consiguiente, también
es una lucha por reencontrar la ciudad, por darle dimensiones humanas
y ponerla en marcha desde el ágora. No puede existir un territorio
libre envolviendo a una urbe esclava, ni una ciudad emancipada dentro
de un territorio subordinado.
Miquel Amorós - Charla del 24 de
febrero d 2018 en el casal d’avis de Berga, celebrando el séptimo
aniversario del grupo Piolet Negre.
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