lunes, 8 de julio de 2019

Trabajar mata La revolución tecnológica ha atado al trabajador a una silla y a un ordenador en el que pasa la mayor parte de su horario laboral

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 La revolución tecnológica ha atado al trabajador a una silla y a un ordenador en el que pasa la mayor parte de su horario laboral. Esto deriva en malestar físico y mental y en un proceso de destrucción del que los psicólogos y nutricionistas llevan tiempo advirtiendo.


Una semana tiene 168 horas. Si eres un cumplidor, pasas 56 durmiendo, 40 trabajando y 10 en ruta a casa desde la oficina o viceversa. Si eres de los que tiene horario partido, tienes otras 10 horas adjudicadas al comer. En total, restan 52 horas, de las cuales 32 son del fin de semana. Es decir, que entre el lunes y viernes apenas restan 20 horas sin tareas, unas cuatro por jornada.


Para no hacer sangre, no se contabilizan dentro de esas 20 horas el hacer comidas, limpiar, las compras y niños (si los hubiera). El s.XXI no ha sido ni tan ilusionante como quería Regreso al Futuro ni tan apocalíptico como temía Blade Runner. La gran revolución tecnológica que nos prometíamos ha traído sedentarismo laboral –plantarse delante de un ordenador durante ocho horas diarias– y complicaciones para desconectar de tu puesto de trabajo.


 En la actualidad, en torno al 60% de la población mundial no practica el ejercicio necesario para una vida saludable, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, el Ministerio de Sanidad intenta combatir este problema del primer mundo con consejos que implican desde descansos continuados y paseos hasta una hora y media de actividad semanal. Cualquier cosa para evitar la inactividad a la que arrastra el nuevo mercado laboral.

  "Parece que tenemos que estar continuamente conectados"


Pedro J. Linares, secretario Confederal de Salud Laboral de Comisiones Obreras (CCOO), observa problemas laborales derivados de este avance de las tecnologías, más allá de la poca actividad: "Este progreso ha llevado a que el ámbito laboral se lleve a cualquier parte en cualquier momento, parece que tenemos que estar continuamente conectados y, a varias cosas.


 Cada vez tienes a más gente fuera del marco laboral clásico, que no llega a cubrir todas las situaciones que se están dando ahora", asegura. Además, el exhaustivo control de los superiores no ayuda: "El mercado se está 'taylorizando' de nuevo. Te miden los tiempos de trabajo de una manera muy precisa. Ahora incluso quien trabaja en la calle está siendo monitorizado", arguye.

 

El trabajo y la salud



El presente entremezcla lo peor del mundo laboral clásico con lo peor del que viene para quedarse. 652 trabajadores murieron en España en su puesto de trabajo durante 2018, algo que para los sindicatos guardaba relación con el exceso de empleos temporales y jornadas parciales. 


Además, las personas con largas jornadas en puestos fijos tienen un mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, especialmente si se mantiene esta tendencia durante más de una década, según una nueva investigación que se publica en la revista Stroke.


Si a esto le sumamos el malestar psíquico, puede ir a peor. En clave estadounidense, Jeffrey Pfeffer, autor de Muriendo por un salario, calcula que unos 120.000 trabajadores mueren al año por culpa del estrés como causa directa.


 Pese al cambio de paradigma, en España los trabajos manuales siguen siendo los que más enfermedades producen, según el Observatorio de Enfermedades Profesionales (CEPROSS) de la Seguridad Social, ya que el esfuerzo físico prolongado también tiene consecuencias dramáticas.

Judit Parejo, cofundadora de Ínsula, Centro de Psicología, considera clave el reposo y la desconexión entre jornadas, que poco a poco tiende a desaparecer: "Es imprescindible contar con el descanso necesario y pertinente a cada tarea y profesión.


 No somos ilimitados en nuestra energía y capacidad. Nuestros procesos psicológicos básicos (atención, memoria, concentración, capacidad para tomar decisiones...) requieren de descanso.


 De no ser así, se produce fatiga, que podría cronificarse, con el riesgo mental y para la salud de la persona que eso conlleva. Si no podemos compaginar el descanso y el disfrute con el esfuerzo, tampoco podremos generar o mantener proyectos vitales importantes como lo es la conciliación familiar o los vínculos personales", narra.

 

Un modelo de trabajo que destroza la vida 



Los tiempos cambian; las kilocalorías que se queman en los empleos actuales ni se acercan al ejercicio que se hacía en los trabajos tradicionales: de 90 kilocalorias por hora enfrente del teclado hasta las 436 de cargar un camión, según un estudio de la Universidad de Oxford University.


María Jiménez, nutricionista del Equipo Magic en Diamela Centro Medico, confiesa que cada vez llegan más pacientes que tienen como rutina estar sentados enfrente de un ordenador: "La mayoría tienen mucho aumento de peso, muchos problemas de circulación, retención de líquidos y pérdida de masa muscular", cuenta la doctora.


Raquel Frías, nutricionista y dietista, se encarga de visibilizar muchos de estos problemas: "Debemos tener en cuenta todas las patologías que puede desencadenar, como la mala circulación, aparición de varices, adormecimiento de piernas, dolores musculares, y sobre todo, enfermedades cardiovasculares debido a la baja forma física. Incluso se puede dar una deformación de la columna vertebral", cuenta.


Frías, que ayuda a particulares a tener dietas equilibradas con las que combatir el sedentarismo, detecta un problema en el modo de vivir, frenético y en el que las empresas tampoco aportan facilidades: "En muchos lugares de trabajo no hay zona de descanso o no se puede acceder con facilidad a alimentos de calidad y saludables.


Hay excesivas máquinas expendedoras con productos que no son los adecuados para mantener una buena alimentación. Por lo tanto, si sumamos los horarios laborales de ocho horas o más, con un trabajo pasivo y la falta de comida de calidad, creamos un problema bastante importante.



La falta de tiempo puede llegar a ser un problema para muchas personas", concluye Frías. 


Judit Parejo asegura que este modelo de vida, sumado a la precariedad laboral y la temporalidad, desemboca en un claro y evidente aumento del malestar: "Actualmente, desde una visión más mercantilizada, eres más marcadamente aquello que produces, y el trabajo cobra mucha importancia como 'medida de uno mismo'.


 Cuando no se logran las expectativas laborales deseadas, o en situación de paro o baja, el malestar aumenta, frecuentemente acompañado de estrés y una mayor angustia", asegura. 


Lo que parece obvio es que tener un contrato con fecha de caducidad es imposible que derive en algo positivo: "Un ambiente que se perciba como amenazador, hostil, excesivamente exigente..., por supuesto provocará un impacto, mayor desgaste y esfuerzo. Necesitamos sentirnos a salvo, también en el trabajo", concluye la psicóloga.

¿Soluciones?


"A las farmacéuticas les interesa más que el médico de turno recete una pastilla al paciente antes que recomendarle que acuda a un nutricionista"


¿Qué soluciones puede tener el pasar 10 horas sentado? ¿Se pueden generar alternativas estructurales, desde las empresas y los Estados? ¿O recae todo en manos del propio trabajador?


Los expertos consultados no son muy optimistas, y prefieren proponer alternativas particulares, de uso privado, sin esperar que desde las compañías se ponga remedio al sedentarismo.


María Jimenez propone pequeñas cuestiones diarias: "Hay que cuidar la postura sentados, beber más agua, tener descansos para comer de una manera más frecuente y hacer ejercicio a diario para compensar el resto de horas que pasamos sentados.


 Si no se hace ejercicio, hay que compensar con otras actividades, como intentar ir al trabajo andando o aparcar un poco lejos, subir escaleras en vez de usar el ascensor o aprovechar las horas de comida para dar paseos", concluye.


Adela Gallez, dietética, es bastante más pesimista: "En el sistema de salud español no hay nutricionistas ni dietistas y los pocos que hay no cumplen con su función ya que no se les permite intervenir.


 No los hay porque a las farmacéuticas les interesa más que el médico de turno recete una pastilla al paciente antes que recomendarle que acuda a un nutricionista.


Si existiese esa figura dentro de nuestro sistema de salud muchos problemas se reducirían y con ello reducirían el coste de la seguridad social", arguye.



 

sábado, 6 de julio de 2019

Yuval Noah Harari, el autor de ‘Sapiens’: “La tecnología permitirá ‘hackear’ a seres humanos”

 Este historiador israelí de 42 años que ha vendido cerca de 15 millones de libros en todo el mundo se ha convertido en uno de los pensadores del momento. Es el autor del fenómeno Sapiens, provocador ensayo sobre cómo los humanos llegaron a conquistar el planeta. Ahora regresa a las librerías con 21 lecciones para el siglo XXI y nos recibe en Tel Aviv para conversar sobre los peligros del avance tecnológico descontrolado, el fascismo y las noticias falsas.


Hace 10 años, Yuval Noah Harari era un desconocido profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Nada en su carrera académica —especializada en historia mundial, medieval y militar— hacía pensar que se convertiría en uno de los pensadores de moda. Lleva vendidos cerca de 15 millones de ejemplares de sus ensayos en todo el mundo, se pasea por los foros de debate más prestigiosos, sus libros son recomendados por Bill Gates, Mark Zuckerberg y Barack Obama, y líderes políticos como Angela Merkel y Emmanuel Macron abren huecos en sus agendas para intercambiar ideas con él.


A este israelí de aspecto menudo la fama le llegó de forma inesperada con un original y provocador ensayo sobre la historia de la humanidad. Sapiens. De animales a dioses (Debate) triunfó primero en Israel al ser publicado en 2011 y luego en todo el mundo, con 45 traducciones. El 30 de agosto, el historiador publica su tercer libro, 21 lecciones para el siglo XXI, una guía para afrontar las turbulencias del presente.


Harari, de 42 años, es vegano, medita dos horas diarias y no tiene smartphone. Reside cerca de Jerusalén en un moshav, un tipo de comunidad-cooperativa rural formada por pequeñas granjas individuales que fue promovida durante el siglo XX para albergar a los inmigrantes judíos. ¿Cómo es vivir en un sitio así? Sonríe. “No tiene nada de especial, en realidad ahora es un barrio residencial tan normal como cualquier otro”, aclara.


 Pero Harari no abre las puertas de su casa para la entrevista, organizada por Debate con motivo del lanzamiento mundial del nuevo libro (en catalán será publicado por Edicions 62). El encuentro tiene lugar en un luminoso ático del centro de Tel Aviv que utiliza como base de operaciones en la ciudad. En los primeros minutos le acompaña su marido, Itzik Yahav, su mano de derecha en temas económicos y de promoción, aunque le deja solo cuando empiezan las preguntas. Se casaron en Canadá porque Israel solo reconoce los matrimonios civiles, sean entre personas del mismo sexo o no, si se han celebrado en el extranjero.


El historiador se crio en Haifa (norte del país) en el seno de una familia laica con orígenes en Europa del Este. En 2002 se doctoró en la Universidad de Oxford (Reino Unido) y, después, empezó a dar clases en Jerusalén. La inspiración para escribir Sapiens surgió de un curso de introducción a la historia mundial que impartió él porque sus colegas más veteranos no aceptaron el encargo. De los meses de investigación que dedicó para escribirlo aprendió muchas cosas, pero una de las que le marcaron fue el uso despiadado que, en su opinión, el humano hace de los animales para su propio beneficio. Desde entonces basa su dieta en alimentos de origen vegetal.


Tras el éxito de Sapiens, publicó Homo Deus, un viaje a un futuro dominado por la tecnología, que también fue bastante bien recibido en las librerías. Falta por ver qué pasa con su nuevo libro, que como el mismo Harari ha explicado está inspirado en artículos suyos publicados en varios periódicos y debates que han surgido durante las conferencias que ha pronunciado y las entrevistas que ha concedido. En él aparecen temas de sus libros anteriores, pero si el primer ensayo se centraba en el pasado y el segundo en el futuro, el tercero se ocupa del presente.


“El fenómeno del gurú puede ser peligroso. Espero que mucha gente lea mis libros, pero no porque sea un gurú que tiene las respuestas, porque no las tengo”


Ejemplares de sus libros traducidos a varios idiomas se amontonan en la mesita de centro del salón de la oficina de Harari en Tel Aviv. El historiador comenta, en un inglés fluido con acento hebreo, que le parece especialmente curiosa una versión en japonés que resultó tan larga que se tuvo que publicar en dos tomos. Su perro, llamado Pengo, grande y peludo, dormita sobre el suelo de madera del apartamento, mientras Harari, amable en todo momento y muy paciente mientras posa para los retratos, sirve a los invitados unos vasos de agua fresca para aliviar los efectos del calor húmedo que invade la calle en pleno julio.


Siete años después de su publicación, Sapiens sigue apareciendo en las listas de los más vendidos. Ridley Scott ha anunciado sus planes para adaptarlo al cine. ¿Por qué el libro ha logrado interesar a tanta gente? Nuestras vidas son moldeadas por cosas que pasan al otro lado del mundo, ya sea la economía china, la política americana o el cambio climático. Pero la mayoría de los sistemas educativos siguen enseñando la historia como algo local. La gente quiere tener una perspectiva más amplia de la historia de la humanidad. Además, es un libro bastante accesible, con un estilo sencillo, que no está escrito para lectores especializados. Y, claro está, hay que tener en cuenta el trabajo de mi marido y de toda la gente que trabaja con nosotros, porque una cosa es saber escribir un libro y otra promocionarlo.


¿Qué impacto ha tenido el éxito en su vida? La popularidad es muy agradable. ¿Quién no quiere tener éxito, que la gente lea sus libros, tener influencia? Pero tiene un lado negativo. Tengo menos tiempo para leer, investigar y escribir, porque viajo mucho, doy entrevistas y cosas así… También existe el riesgo de que se te suba a la cabeza, de que tu ego crezca y te conviertas en una persona desagradable. Empiezas creyéndote muy listo y que todos deberían enterarse de lo que dices. Cuando la gente empieza a escuchar demasiado a una persona, no es bueno para nadie. Ya sea en política, en religión o en ciencia. El fenómeno del gurú puede ser peligroso. Espero que mucha gente lea mis libros, pero no porque sea un gurú que tiene todas las respuestas, porque no las tengo. Se trata de las preguntas.


¿Qué preguntas son importantes para usted? El mayor problema político, legal y filosófico de nuestra época es cómo regular la propiedad de los datos. En el pasado, delimitar la propiedad de la tierra fue fácil: se ponía una valla y se escribía en un papel el nombre del dueño. Cuando surgió la industria moderna, hubo que regular la propiedad de las máquinas. Y se consiguió. Pero ¿los datos? Están en todas partes y en ninguna. Puedo tener una copia de mi historial médico, pero eso no significa que yo sea el propietario de esos datos, porque puede haber millones de copias de ellos. Necesitamos un sistema diferente. ¿Cuál? No lo sé. Otra pregunta clave es cómo conseguir una mayor cooperación internacional.


Sin esa mayor cooperación global, argumenta en su último libro, es complicado afrontar los retos del siglo. Nuestros tres principales problemas son globales. Un solo país no puede arreglarlos. Hablo de la amenaza de una guerra nuclear, del cambio climático y de la disrupción tecnológica, en especial el auge de la inteligencia artificial y la bioingeniería. Por ejemplo, ¿qué podría hacer el Gobierno español contra el cambio climático? Aunque España se convirtiera en el país más sostenible y redujera sus emisiones a cero, sin la cooperación de China o Estados Unidos, no serviría de mucho.


En cuanto a la tecnología, aunque la UE prohíba experimentar con los genes de una persona para diseñar superhumanos, si Corea o China lo realizan, ¿qué haces? Es probable que Europa acabara creando seres superinteligentes para no quedarse atrás. Es difícil ir en la dirección contraria.
Harari, en un apartamento que utiliza como oficina en Tel Aviv.
Harari, en un apartamento que utiliza como oficina en Tel Aviv.

En Sapiens, argumenta que la cooperación a gran escala es una de las grandes especialidades humanas. Los chimpancés, por ejemplo, solo cooperan con aquellos de su especie a los que conocen personalmente. Quizás 150 como mucho. Los humanos somos capaces de cooperar con millones de humanos, sin conocerlos. Y es gracias a esta capacidad para creer en los relatos. Relatos económicos, nacionalistas, políticos, religiosos… El dinero, por ejemplo, trabajamos a cambio de euros, confiamos en ello, pero un simio nunca te dará un plátano a cambio de un pequeño papel verde.


¿Cómo entender el mundo actual? Está cambiando de una forma tan rápida que resulta cada día más difícil comprender lo que está pasando. Nunca habíamos vivido de una manera tan acelerada. A lo largo de la historia los humanos no sabíamos con exactitud qué iba a pasar en 20 o 30 años, pero podíamos adivinar lo básico. Si vivías en Castilla en la Edad Media, en dos décadas pasaban muchas cosas (quizás la unión con Aragón, la invasión árabe…), pero el día a día de la gente seguía siendo más o menos el mismo. Ahora no tenemos ni idea de cómo será el mercado de trabajo y las relaciones familiares en 30 años, que no es un futuro tan lejano. Esto crea una confusión enorme.


¿Cuál es la reacción ante esto? El futuro es tan incierto que la gente busca certezas, se centran en las historias que conocen y que les ofrecen la promesa de una verdad invariable. El cristianismo, el nacionalismo… Y no tiene sentido. ¿Cuántos años tiene el cristianismo? Dos milenios no son nada comparado con la historia total de la humanidad. Además, las religiones tradicionales no tienen soluciones para los problemas de hoy: la Biblia no dice nada de la inteligencia artificial, sobre ingeniería genética o el cambio climático.


Hay una vuelta al nacionalismo. ¿Hasta qué punto es peligrosa? En principio, creo que no hay nada malo con el nacionalismo cuando es moderado. Permite que millones de desconocidos compartan un sentimiento, puedan cooperar, a veces para hacer la guerra, pero sobre todo para crear una sociedad. Yo pago impuestos y el Estado dedica el dinero a proporcionar servicios a todos, aunque no los conozcamos. Y eso es muy bueno. Pero conviene saber que el nacionalismo se convierte en fascismo cuando te dicen que tu nación no es solo única, sino superior, que es más importante que ninguna otra cosa en el mundo. Y no tienes obligaciones especiales con tu país, sino que son exclusivas con tu nación, con nadie más, ni tu familia, ni la ciencia, ni el arte… ni el resto de la sociedad. Así, la forma de juzgar si una película es buena reside, únicamente, en si sirve a los intereses de la nación. Es la manera fascista de ver las cosas.


¿Por qué el fascismo sigue resultando atractivo? No sé cómo se enseña en España, pero en Israel se presenta el fascismo como un monstruo terrible. Creo que es un error, porque como todo mal tiene una cara amable y seductora. El arte tradicional cristiano ya representaba a Satanás como un hombre atractivo. Por eso es tan difícil resistir las tentaciones del mal y, por supuesto, del fascismo. ¿Cómo es posible que millones de alemanes apoyaran a Hitler? Se dejaron llevar porque les hacía sentir especiales, importantes, bellos. Por eso es tan atractivo. ¿Qué pasa cuando la gente empieza a adoptar puntos de vista fascistas? Que como les han dicho que el fascismo es un monstruo, les cuesta reconocerlo en los demás y en sí mismos. Cuando se miran al espejo, no ven a ese monstruo terrible, sino algo hermoso. No soy un fascista, se dicen.


“No tener smartphone es símbolo de estatus. Muchos poderosos no tienen uno. Lo nuevo es protegerse contra los ladrones que quieren retener nuestra atención”


El Parlamento israelí ha aprobado una ley que habla de la “nación judía” que ha sido muy criticada sobre todo por los ciudadanos árabes que viven aquí. En el libro asegura que en su país se ha exagerado la influencia real del judaísmo en la historia. Mucha gente tiene una imagen exagerada de sí misma como individuos y como colectivo. Pongo el ejemplo de Israel porque es un país que conozco. Muchos israelíes creen que el judaísmo es la cosa más importante que ha pasado en la historia. Les molestan mucho las críticas sobre lo que está haciendo Israel en los territorios ocupados. Tienen una imagen muy distorsionada del lugar que ocupan en el mundo y de lo que los israelíes están haciendo ahora en un contexto global. Aquí es muy difícil hablar de ello sin que te tachen de traidor. Sobre la ley de la “nación judía”, estoy orgulloso de ser israelí, pero en mi país se están restringiendo algunos derechos.


¿Qué es lo que más le preocupa de la tecnología? Los partidos fascistas en los años treinta o el KGB soviético controlaban a la gente. Pero no podían seguir a todos los individuos personalmente ni manipularlos individualmente porque no tenían la tecnología. Nosotros empezamos a tenerla. Gracias al big data, la inteligencia artificial y el aprendizaje automatizado, por primera vez en la historia empieza a ser posible conocer a una persona mejor que ella misma, hackear a seres humanos, decidir por ellos.


 Además, empezamos a tener el conocimiento biológico necesario para entender qué está pasando en su interior, en su cerebro. Tenemos cada vez una mayor comprensión de la biología. El gran tema son los datos biométricos. No se trata solo de los datos que dejas cuando haces clic en la web, lo que dices o adónde vas, sino de los datos que dicen qué pasa en el interior de tu cuerpo. Como la gente que utiliza aplicaciones que reúnen información constante sobre la tensión arterial y las pulsaciones.


Ahora un Gobierno puede seguir esos datos y, con el suficiente poder informático, se puede llegar a un punto en que me entienda mejor que yo a mí mismo. Con esa información, puede fácilmente empezar a manipularme y controlarme de la forma más efectiva que se ha visto nunca.
Harari acaricia a Pengo, un perro mestizo que él y su marido recogieron de la calle.
Harari acaricia a Pengo, un perro mestizo que él y su marido recogieron de la calle.
¿Eso no suena un poco a ciencia-ficción? Ya estamos viendo cómo la propaganda se diseña de forma individual, porque existe suficiente información sobre cada uno de nosotros. Si quieres crear mucha tensión dentro de un país en relación con la inmigración, pones a unos cuantos hackers y trolls a difundir noticias falsas personalizadas. A la persona partidaria de endurecer las políticas de inmigración le mandas una noticia sobre refugiados que violan a mujeres. Y lo admite porque tiene tendencia a creer esas cosas. En cambio, a su vecina, que piensa que los grupos antimigrantes son fascistas, le envían una historia sobre blancos dando palizas a refugiados, y se inclinará a creerlo. Así, cuando se encuentran en el portal de casa, están tan cabreados que no pueden mantener una discusión tranquila. Esto pasó en las elecciones de Estados Unidos de 2016 y en la campaña del Brexit.


Dan ganas de irse a vivir a Marte…, de aislarse. ¿Cómo concentrarse en lo importante? La atención es un recurso muy disputado y está vinculado a los datos. Todo el mundo quiere atraer tu atención. El modelo de la industria informativa ha sido completamente distorsionado. Ahora el patrón básico es que recibes la mayoría de las noticias supuestamente gratis (sean reales o falsas), pero en realidad lo haces a cambio de tu atención, y esta se vende a otros. El nuevo símbolo de estatus es la protección contra los ladrones que quieren captar y retener nuestra atención. No tener un smartphone es un símbolo de estatus. Muchos poderosos no tienen uno.


Pero parece que Donald Trump tiene un móvil inteligente, al menos se pasa el día tuiteando. Usted también tiene cuenta en Twitter desde enero de 2017. Hay gente que me gestiona la cuenta. Me parece que las redes sociales esclavizan mucho. Si quieres estar de verdad en ellas, no puedes tuitear algo una vez al mes. Tienes que hacerlo todo el tiempo. ¡Yo no tengo tantas cosas que decir en Twitter!


¿Cómo se organiza para mantener su atención a salvo de secuestradores? Intento limitar los tiempos. Empiezo el día con una hora de meditación. Después de desayunar miro los correos electrónicos e intento responder a todos. Que quede la bandeja de entrada a cero, porque, si lo dejo para luego, se me atragantan. Después, intento no mirar el correo todo el tiempo.


Como no tengo smartphone, no recibo notificaciones, ni tengo la tentación de entrar en Internet para leer cualquier cosa. Simplemente, cojo un libro y lo leo. Una o dos horas. Solo hago eso. Si tengo que escribir, escribo. La práctica de meditación me ayuda a mantener la concentración.


Dicen que se enteró de la victoria de Donald Trump varias semanas después porque estaba en un retiro meditando. Efectivamente… Me enteré algunas semanas después.


¿Cree que la promoción del nuevo libro le dejará tiempo para ir a un retiro este año? ¡Por supuesto! Nunca falto. Me voy 60 días a India en diciembre.


 su ensayo Sapiens. De animales a dioses






Trump asegura que el Ejército estadounidense “tomó aeropuertos” un siglo antes de la invención de la aviación

 

Es un hecho. Cada vez que el presidente de Estados Unidos abre la boca, sube el pan. Y, lo peor, no le tiembla el pulso al hacer gala de su ignorancia.

 
La última, este jueves. Cuando Donald Trump pronunció en Washington un discurso por el Día de la Independencia de los Estados Unidos. 


Un sermón que estuvo marcado por alguna que otra afirmación errónea que no pasó desapercibida en las redes.


Abrió su discurso con un guiño a "la historia más grandiosa jamás contada, la historia de EEUU" para asegurar que la intensa lucha de las tropas rebeldes por la emancipación de 13 colonias británicas, y que daría origen al país, incluyó la toma de aeropuertos. 


Una afirmación que, desde luego, sorprende -y mucho- si se tiene en cuenta que estos hechos ocurrieron un siglo antes a la invención de la aviación.




 "Nuestro Ejército guarneció los aires, embistió las murallas, tomó los aeropuertos", afirmó mientras relataba la hazaña. Y las mofas no se hicieron espera


 Trump: Nuestro Ejército tomó aeropuertos [en el siglo XIX )
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El presidente de EE.UU., Donald Trump, pronunció este 4 de julio en Washington un discurso por el Día de la Independencia de su país con varias afirmaciones erróneas que no pasaron desapercibidas en las redes sociales.

 Hablando sobre "la historia más grandiosa jamás contada, la historia de EE.UU.", el mandatario aseguró que la lucha de las tropas rebeldes por la emancipación de las trece colonias británicas que dieron origen al país incluyó la toma de aeropuertos, pese a que estos hechos ocurrieron el siglo anterior a la invención de la aviación.

 "El Ejército continental sufrió un amargo invierno en Valley Forge, encontró la gloria en las aguas del Delaware y se hizo de la victoria ante Cornwallis en Yorktown", indicó Trump en referencia a batallas de la Guerra de Independencia iniciada en 1775.
 
 "Y en Fort McHenry, bajo 'el resplandor rojo de los cohetes', no obtuvo más que victoria", añadió, esta vez aludiendo a un episodio de la Guerra anglo-estadounidense que tuvo lugar en 1814.

 Fue mientras relataba sobre este último hecho histórico cuando Trump realizó la siguiente afirmación: "Nuestro Ejército guarneció los aires, embistió las murallas, tomó los aeropuertos". 

Algunos atribuyen estas palabras a una lectura errónea de la pantalla de donde tomaba las frases de su intervención.




martes, 2 de julio de 2019

El mejor discurso de un presidente en la historia de la ONU y por el que lo mataron

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El mejor discurso de un presidente en la historia de la ONU y por el que lo mataron


 

La Iglesia y la diplomacia vaticana



Y es que la Iglesia es la Iglesia, y no hay nada que hacer. En cuanto tienen ocasión, demuestran que su estado natural es el Nacional-Catolicismo. Se saltan todos los protocolos, incluso los diplomáticos, para demostrar que ellos están por encima de cualquier poder terrenal, puesto que representan la doctrina divina en la tierra.


Hoy, Renzo Fratini, Nuncio del Vaticano en España, la ha vuelto a liar. Y es que supuran integrismo y supremacismo por cualquier lado. Este personajillo, embajador del Papa Francisco, se cree con la facultad de dar lecciones al gobierno de nuestro país, y critica la exhumación de Franco.


 Claro que se le ve el plumero, para él Franco es su segundo dios y como tal, cree tener la autoridad para injerir en la decisiones del gobierno español. Lo cual dice mucho del individuo. Se trata de un diplomático de pega, puesto que cualquier principiante del oficio sabe que su primera labor es no intervenir en asuntos que conciernen sólo al otro Estado. 

 
Aunque ya no sorprende ver cómo funciona la Iglesia Católica. Y menos cuando se trata de defender a dictadores y a genocidas. La historia –también en el siglo XX-- tiene pruebas irrefutables de ese comportamiento.


Lo más grave es que no pasará nada. El gobierno español ya ha dicho que hará una queja por las declaraciones del Nuncio, pero la verdad es que tanto al cardenal Fratini como al Vaticano se las trae al pairo. La diplomacia vaticana pedirá disculpas y hasta la próxima. El Papa ya ha demostrado en numerosas ocasiones que hablar es más fácil que actuar.


Se volverán a reír de nosotros. Inconcebible que en un Estado de Derecho aconfesional ocurran estas cuestiones sin que se tomen acciones que haga saber a quien las provoca, que la infamia tiene un coste.


La solución es fácil y el gobierno lo sabe, pero no se atreve. Al Vaticano le importa un pito una queja, está acostumbrado a pedir perdón con la boca pequeña y a seguir haciendo lo que le viene en ganas, en aras de ese absoluto poder que creen representar.


Lo que hay que hacer es atajar la cuestión contestando con lo que más les duele. ¿Y qué es lo que más le duele a esta institución? El dinero. Señores del gobierno, hagan la queja que quieran, pero que venga acompañada de una serie de acciones que, de una vez por todas, nos igualen con otros países católicos, como Italia y Francia, por ejemplo.


 Que paguen impuestos, de una vez. Y que de una vez por todas se quiebren los privilegios que tiene la Iglesia, que se rompa el Concordato y los acuerdos con la Santa Sede, que ya está bien de chupar del bote. Hoy, todavía, entre picos, palas y azadones, según Europa Laica, a la Iglesia la estamos regalando 11.000 millones de euros al año.


Sí de verdad queremos seguir el camino de la laicidad, debemos empezar a desmontar todos los privilegios de este chiringuito –éste sí que es un chiringuito de los ‘buenos’-- que nos está chupando la sangre y que hace bueno ese refrán castellano que dice: “encima de puta, pongo la cama” 

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Salud y República

Discurso del jefe indio Noah Seattle:el primer líder ecologista

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Tenéis que saber que cada trozo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, la hoja verde, la playa arenosa, la niebla en el bosque, el amanecer entre los árboles, los pardos insectos, son sagradas experiencias y memorias de mi pueblo .

 
 Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra cuando comienzan el viaje a través de las estrellas.


 

domingo, 30 de junio de 2019

Desolador informe: Caminamos a la extinción y «de la manera más dramática posible»




La única manera de evitar los riesgos de este escenario es lo que el informe describe como un compromiso «similar en escala a la movilización de emergencia de la Segunda Guerra Mundial».


Pero esta vez, centrada en construir rápidamente un sistema industrial de emisiones cero para poner en marcha la restauración de un clima seguro.



«Una amenaza existencial a corto y medio plazo para la civilización humana». Es lo que enfrenta el planeta según un nuevo análisis científico, realizado por David Spratt e Ian Dunlop, publicado por el Breakthrough National Centre for Climate Restoration, un centro de investigación en Melbourne, Australia. 


Los expertos establecen un escenario plausible sobre cómo podría ser el futuro en los próximos 30 años.

Según esas evidencias científicas, el informe de la ONU para la elaboración de políticas gubernamentales sobre el cambio climático -cuyos hallazgos ya fueron ampliamente reconocidos como «devastadores»- era de hecho incluso demasiado optimista.

Tal y como evoluciona, «el sistema planetario y humano está llegando a un ‘punto de no retorno’ que se producirá a mediados de siglo, en el que la perspectiva de una Tierra en gran medida inhabitable puede conducir a la desintegración de las naciones y del orden internacional», sostiene el informe.


La posible cronología de la crisis climática

Entre el 2020 y el 2030. El informe sostiene que la aplicación de las medidas adoptadas en el Acuerdo de París serán insuficientes y que la temperatura del planeta subirá 1,6 °C. 


 La consecuencia directa de este aumento, según datos obtenidos por estudios previos, será el incremento de los niveles de dióxido de carbono hasta la cantidad de 437 partes por millón, cifra no experimentada en el planeta desde hace 20 millones de años (en 2015 se sobrepasó por vez primera el umbral simbólico de las 400 ppm).


 Al quedar “fuera de la experiencia humana de los últimos mil años» las amenazas a la seguridad relacionadas con el clima son casi imposibles de cuantificar.

Entre el 2030 y el 2050. Si bien la potencial gravedad será evidente, habrá una inevitable mayor concienciación por parte de organizaciones y naciones. La retroalimentación continua del ciclo del carbono y el uso de combustibles fósiles desencadenará un mayor calentamiento global. 


Esto supondría un aumento en la temperatura planetaria de 3 °C para el año 2050. Se produciría así el colapso acelerado de ecosistemas clave «incluyendo los sistemas de arrecifes de coral, la selva amazónica y el Ártico».


 Resultados devastadores


Tras tres décadas la Tierra se podrían convertir en un invernadero en el cual, a pesar de poder tener la capacidad de detener de golpe todas las emisiones contaminantes, la escalada de de temperatura no cesaría, si no que volvería a aumentar 1°C más.


El 55% de la población mundial se encontraría expuesta a más de 20 días al año de un calor mortal. El continente africano sería, con 100 días al año de temperaturas letales, el más afectado.


Los resultados globales serían devastadores. Alrededor de 1.000 millones de personas se verían obligadas a intentar desplazarse de lugares inhabitables, y 2.000 millones se enfrentarían a la escasez de agua. 


La agricultura colapsaría en los subtrópicos y la producción de alimentos se vería dramáticamente afectada en todo el mundo.


 Se erosionaría la cohesión interna de los Estados-nación como los EE.UU. o China y aumentarían los conflictos armados. 


De hecho, los analistas sospechan que se darían todos los ingredientes para un posible conflicto global generalizado: ¿Una 3ª guerra mundial?.


Los políticos reciben informes demasiado “blandos”


En el prólogo del informe, Chris Barrie, del Instituto de Cambio Climático de la Universidad Nacional de Australia, destaca el documento por poner al descubierto «la pura verdad sobre la desesperada situación en la que se encuentran los seres humanos y nuestro planeta, al mostrar un retrato sobre la inquietante posibilidad de que la vida humana en la Tierra se encuentre en camino a la extinción de la manera más dramática posible».


Los autores enfatizan que los modelos convencionales de riesgos tienden a minimizar los peores escenarios a pesar de su factibilidad. En declaraciones sobre el informe, David Spratt comenta para Motherboard que una de las principales razones por las que no se entienden los riesgos es que «muchos de los datos que se elaboran para los responsables de la formulación de políticas son demasiado moderados». 


Y añade, “como ahora los peligros son evidentes, se requiere un nuevo enfoque de la evaluación de riesgos climáticos y de seguridad en el que se utilice el análisis de los posibles escenarios».



La posible solución


El escenario de Spratt y Dunlop para 2050 ilustra lo fácil que podría ser acabar con un escenario climático acelerado y desbocado que nos llevaría a un planeta en gran medida inhabitable en tan sólo unas décadas.


La única manera de evitar los riesgos de este escenario es lo que el informe describe como un compromiso «similar en escala a la movilización de emergencia de la Segunda Guerra Mundial». 


Pero esta vez, centrada en construir rápidamente un sistema industrial de emisiones cero para poner en marcha la restauración de un clima seguro.


«Un panorama hipotético, de gran alcance, para 2050 muestra un mundo en crisis social y caos absoluto», declaró Spratt.  


«Pero existe una pequeña oportunidad para una movilización mundial de recursos de emergencia”. Una pequeña oportunidad que, ¿estamos dispuestos a aprovechar?









sábado, 29 de junio de 2019

Cuba repudia informe de EEUU sobre la trata de personas



  El gobierno de Cuba emitió un comunicado en el que repudia el informe unilteral dado a conocer por el gobierno de Estados Unidos donde afirma que el gobierno de la Mayor de las Antillas no cumple con los estándares mínimos ni hace esfuerzos significativos por eliminar la trata de personas. En respuesta, la cancillería cubana aseguró que Washington no tiene autoridad política ni moral para juzgar a Estados soberanos ni emitir certificaciones de conducta, además de que el informe tiene un objetivo político y de manipulación.
 

Cuba repudia informe de EEUU sobre la trata de personas

 El gobierno de Cuba emitió un comunicado en el que repudia el informe unilteral dado a conocer por el gobierno de Estados Unidos donde afirma que el gobierno de la Mayor de las Antillas no cumple con los estándares mínimos ni hace esfuerzos significativos por eliminar la trata de personas. En respuesta, la cancillería cubana aseguró que Washington no tiene autoridad política ni moral para juzgar a Estados soberanos ni emitir certificaciones de conducta, además de que el informe tiene un objetivo político y de manipulación. teleSUR


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Nota del Minrex: Estados Unidos no posee autoridad política ni moral para juzgar a Cuba sobre la trata de personas


  El 20 de junio de 2019, el Departamento de Estado de los Estados Unidos incluyó a Cuba en la peor de las categorías de su Informe sobre la Trata de Personas 2019. El informe alega que Cuba “no cumple completamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata de personas y no hace esfuerzos significativos con ese fin”.


Como es lógico suponer, esta calificación no tiene relación con el verdadero desempeño de Cuba en el activo enfrentamiento a la trata de personas y el Ministerio de Relaciones Exteriores la rechaza, por calumniosa, en los términos más absolutos.


El gobierno de los Estados Unidos no tiene autoridad política ni moral alguna para juzgar a Estados soberanos ni emitir certificaciones de conducta. Se conoce que este informe unilateral, sin legitimidad ni reconocimiento internacional alguno, que cada año publica el Departamento de Estado, cumple un objetivo netamente político y manipulador, como arma de presión contra otros Estados y sin respeto, consideración o apego en lo absoluto a los esfuerzos internacionales por combatir la trata de personas.


Desconoce deliberadamente el trabajo ejemplar e integral de Cuba en la prevención, enfrentamiento y respuesta a este flagelo; pasa por alto la política de tolerancia cero de nuestro país frente a la trata, y oculta el resultado de los intercambios que durante 5 años consecutivos se celebraron entre ambos países para compartir información y cooperar en estos temas.


Prefiere omitir que la baja incidencia de la trata de personas en Cuba está asociada a los logros sociales y de seguridad ciudadana, a la igualdad de oportunidades, y a las políticas y programas destinados al empoderamiento de la mujer; como ignora el hecho de que el acceso gratuito a los servicios de salud, a la educación, la cultura y el deporte, reduce la vulnerabilidad del país y fortalece su capacidad para incrementar la cooperación internacional en esta esfera.


Cuba ha alcanzado un reconocido prestigio internacional en la ejecución del Plan de Acción Nacional para la Prevención y Enfrentamiento a la Trata de Personas y la Protección a las Víctimas (2017-2020), algo que la ejecutoria de los Estados Unidos en la materia no alcanza.


Como se viene demostrando, el uso de las calumnias y las campañas difamatorias contra Cuba, que se superponen sin control unas a otras, cumple el propósito de justificar la pronunciada hostilidad del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba y las crecientes medidas unilaterales de bloqueo y coerción económica dirigidas a deteriorar el nivel de vida de la población, limitar los flujos financieros al país, entorpecer los suministros, dañar los procesos productivos y perjudicar los servicios sociales.


Es parte de la incesante guerra económica de los últimos sesenta años.


Los Estados Unidos son uno de los países con mayores problemas de trata de niños, niñas y mujeres en el mundo.


 A pesar de que fuentes especializadas estadounidenses, como el Centro Nacional de Investigaciones sobre Trata de Personas, con sede en Washington D.C., estiman en cientos de miles las personas traficadas en ese país, con una grave situación de explotación laboral asociada, sus autoridades han reconocido que no pueden determinar siquiera la estadística real de este flagelo; o sea, no poseen los medios, la capacidad o la voluntad para apreciar el problema y, mucho menos, para resolverlo.


Es conocido que el 85 por ciento de los procesos legales que se entablan por ese motivo en los Estados Unidos se corresponden a casos de explotación sexual, y que del millón de niños que abandonan sus hogares, más de 300 mil están sujetos a alguna forma de explotación, según el propio Centro Nacional de Investigaciones sobre Trata de Personas.


El informe del Departamento de Estado arremete también contra la cooperación médica internacional de Cuba. Pretende difamar contra la legítima cooperación Sur-Sur que practican los países en desarrollo, de la cual Cuba forma parte y de la que se enorgullece.


Ese esfuerzo, en el que, bajo principios de voluntariedad, han participado cientos de miles de profesionales cubanos durante casi seis décadas, ha tenido el mérito
de salvar o contribuir a salvar la vida de millones de personas y de aliviar la de otros millones en más de 160 naciones que, sin esa contribución, habrían afrontado serias dificultades para acceder a los servicios de salud.


Cuba mantendrá su política de “Tolerancia Cero” ante cualquier modalidad de trata de personas como lo demuestran los 21 casos juzgados por delitos de
“Corrupción de Menores”, “Venta y Tráfico de Menores” y “Proxenetismo y Trata de Personas”, con rasgos típicos de trata de personas, en el período comprendido entre mayo de 2017 hasta mayo de 2018.


El Ministerio de Relaciones Exteriores recuerda al gobierno de los Estados Unidos que el traslado a terceros países de los trámites para obtener la visa estadounidense por parte de ciudadanos cubanos, sin garantías de otorgamiento, además de encarecerlos considerablemente, así como los viajes, coloca a muchos ciudadanos en situación de vulnerabilidad frente a las bandas criminales que se dedican a la trata de personas en otras partes del mundo.


El flagelo internacional de la trata de personas es, ante todo, resultado fundamentalmente de las reglas de juego del capitalismo, que conciben al ser humano como una mercancía, intercambiable como los bienes, el dinero o el capital.



La Habana, 21 de junio de 2019.



http://www.cubainformacion.tv/index.php?option=com_content&view=article&id=82082& 





 

"Estoy asqueado de pertenecer a este país" — Mike Malloy

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  El Gran Estados Unidos de América, que bajo Donald Trump está listo para arrasar a sangre y fuego Corea del Norte. Listo para destruir Irán, listo para pisotear al jodido planeta.


 Ese Estados Unidos no es capaz... no es capaz de cuidar de 300 niños ¡que Estados Unidos les robó a sus padres! ¡No somos capaces de alojar a estos niños en ningún otro lugar que no sea en putas carpas, en Texas, en verano! 


¿Estás orgulloso de ser estadounidense? ¡Yo no! En este momento estoy asqueado de pertenecer a este país, de tener la ciudadanía de este país.


 Somos una nación que hace 20, 18 años, decidimos que torturaríamos a quienes nos diera la puta gana de torturar, y que los torturaríamos no en territorio estadounidense, no, por Dios, lo haríamos en lugares llamados “puntos negros”, en Rumanía, en Tailandia, en Filipinas, en Polonia... allí sí torturaríamos a la gente.   

Nosotros invadimos países cada vez que nos dan las jodidas ganas de hacerlo, matamos a cientos de miles de personas cada vez que nos da la gana. Bajo esta mierda apestosa de Trump, nosotros decidimos que los palestinos no obtengan más dinero: ¡moríos de hambre, hijos de puta! A los iraníes, aislarlos del resto mundo. 


¡Somos los Estados Unidos, hacemos lo que nos da la puta gana!... Este es el lugar donde vivimos. ¡Oh, y estamos gobernados cristianos!... 


Y ahora, no podemos cuidar de 300 niños inmigrantes porque el bastardo asqueroso que maneja este país junto a su trasnochado e inmundo clan y su amado Fiscal General, deciden que ¡vamos a enseñarles a estos jodidos inmigrantes morenos una lección, les arrebataremos a sus hijos!
 

"Estoy asqueado de pertenecer a este país"  Mike Malloy






 
Transcripción del inglés: Arrezafe



Fallece sobreviviente francesa de Auschwitz a los 101 años

 
Henriette Cohen. Foto: Ouest-France.


Henriette Cohen, la sobreviviente francesa de más edad del campo de concentración nazi de Auschwitz, falleció a los 101 años.


Cohen permaneció en silencio sobre las atrocidades que vivió en el campo de exterminio de Polonia durante cuatro décadas antes de encontrar la fuerza para describir a las nuevas generaciones lo que padeció. Dijo que era necesario hablar para que “nadie pueda negar el Holocausto”.


El viernes, el presidente Emmanuel Macron rindió homenaje a una “mujer valiente y fuerte, generosa y comprometida”.


Henriette Cohen, nacida en 1917, fue detenida junto a su suegra por la Gestapo en mayo de 1944 cerca de Marsella. Al mes siguiente, fueron deportadas a Auschwitz. Henriette fue consignada a trabajos forzados, mientras que su suegra fue enviada directamente a las cámaras de gas.


Cohen regresó a Francia en 1945 pesando solo 35 kilos. Tras reunirse con su esposo y dos hijas pequeñas, que se habían escondido en una granja, tuvo otros cuatro hijos.

“Henriette Cohen falleció, pero su lucha contra las fuerzas del olvido y el odio continúa”, dijo la oficina de Macron en un comunicado. “Fieles a su memoria y la de todos aquellos que enfrentaron la barbarie nazi, continuaremos su lucha sin descanso”.

El número de prisionera de Cohen, A-8541, tatuado en su antebrazo, todavía era claramente legible cuando murió el lunes.





viernes, 28 de junio de 2019

¿QUÉ HUBIERA DICHO LA PRENSA ESPAÑOLA SI EL MILITAR DETENIDO EN SEVILLA, CON 39 KILOS DE COCAÍNA, FUERA MIEMBRO DE LA COMITIVA DE NICOLÁS MADURO?




RE-EVOLUCIÓN28/06/2019

Algunas de las noticias aparecidas en medios occidentales suelen llevar en su seno una invisible carga de ironía y sarcasmo, suficiente para dejar a esas plataformas a la altura del ridículo más lamentable.

Una de ellas es la que revela que un militar (piloto, al parecer) de la comitiva del dirigente ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, fue detenido en Sevilla con 39 kilogramos de cocaína.

¿Alguno de esos medios se ha atrevido a comentar el hecho, tratando de investigar la posible conexión de ese neofascista con el narcotráfico en Latinoamérica, del que Álvaro Uribe, muy amigo de Mario Vargas Llosa o Felipe González, es uno de sus principales capos?

Esos medios, dominados por empresarios afines a un régimen que defiende los genocidios de la OTAN y la violación de los derechos fundamentales en medio mundo, contratan trabajadores de fácil adquisición para que permanezcan mudos ante los códigos de comportamiento ideológico de la corporación que les paga un sueldo, por cierto bastante miserable.

¿Se imaginan si ese arresto hubiera tenido como protagonista a un miembro de la comitiva de los presidentes de Venezuela, Cuba, Rusia, China, Nicaragua, Irán o Bolivia?

Me imagino a los Cebrianes, Indas, Losantos, Marhuendas, Callejas, Henares, Preciados, Almeidas y demás tertulianos, vociferando y tejiendo una enorme red en la que encerrarían a los mandatarios de esas naciones, sus familias, fuerzas armadas y gobierno en pleno.

Pero no. Contra Bolsonaro ni una palabra, ni una sombra de recelo, aunque millón de veces más peligroso que Abascal, porque este último no detenta ni una micra de poder ejecutivo, mientras que el enemigo público número 1 de Lula, de la justicia y la democracia en Brasil, hace y deshace a su albedrío, con el mismo desparpajo y la impunidad de que goza la extrema derecha en Argentina o Colombia.

A los habituales comentaristas mentados les trae al pairo el hambre, la miseria, los miles de asesinatos de mujeres que se cometen en aquel continente, los crímenes contra líderes sociales, sindicalistas, periodistas y defensores/as de DDHH que se perpetran, con una inusitada frecuencia, en México, Colombia, Honduras, El Salvador, Guatemala, Perú, Brasil, Argentina, Haití, etc.

A esos tertulianos/as no se les escucha ni una sola palabra sobre la probable conexión entre el mandatario Jair Bolsonaro y los 39 kilos de cocaína o el nexo entre ese cargamento y el ejército brasileño, donde como en las FFAA colombianas y mexicanas, existe una dependencia conocida y palmaria con el narcotráfico y el crimen organizado.

La hipocresía, doble moral, ausencia de ética e inquina contra todas las revoluciones en América, les delatan como miembros de otro VOX, virtual pero muy mediático, donde claman contra aquel partido y sus máximos representantes, mientras muestran una cobardía monumental cuando se nombra a Trump, los monarcas de Arabia Saudita o Qatar, Macron, Iván Duque, Juan Guaidó, Netanyahu o Theresa May.

La mentira es mala consejera, pero a todos y todas los/as nombrados, les supone una buena cantidad mensual con la que comprar el vestuario para el próximo programa, aunque su desnudez deontológica no hay quien la vista.
 

Carlos Tena

 
 

martes, 25 de junio de 2019

Palabras necias



Lo peor que le puede ocurrir a un paranoico es que ponga el pie en el sardinel del edificio donde vive y se percate de que, en la acera de enfrente, hay un tipo, apostado en la farola, esperándolo. Sí, un tipo que lo vigila, que le sigue… pero de verdad. ¡Pobre hombre! Eso sí que es el fin: no hay escapatoria, porque, después de todo, ¿quién lo iba a creer?, ¿quién se lo iba a tomar en serio?, ¿a quién podría recurrir? Como no pasara por allí cerca Sam Spade, con un par de carajillos entre pecho y espalda, el halcón cola-malteado en el antebrazo izquierdo y un cigarrillo en los labios…


Pero no hace falta recurrir a cartografías mentales tan procelosas. John Kennedy Toole se suicidó en 1969 (a los 32 años) porque pensaba que era un mal escritor (acumulaba rechazos editoriales); su madre —el caso es conocidísimo— no paró hasta encontrar una persona que supo valorar adecuadamente el original de la única y gran novela de su hijo: La conjura de los necios (en realidad, Toole tiene otra, pero menos valiosa: La Biblia de neón), y, por fin, en 1980 (ella ya contaba con 79 años) consiguió que se publicase, gracias a la intercesión del novelista Walker Percy.


 Un año después, la novela (una sátira de su tiempo) consiguió el premio Pulitzer. En ella leemos una frase de entrada, toda una declaración moral, tanto en referencia al autor de la novela como al personaje principal de la misma (el estrafalario, entrañable, anacrónico y lúcido Ignatius J. Reilly), leemos —digo— una cita de Johnathan Swift que reza: “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él”. E incluso —añadimos nosotros—, para evitar debilidades paranoicas, podríamos afirmar que, en última instancia, ni siquiera hace falta que se produzca la conjura, puesto que todos los necios actúan del mismo modo.


De a-cuerdo, no eres paranoico ni tampoco escritor; pero llegas tarde (¡y te gusta ser puntual!) a una fiesta de cumpleaños, te disculpas ante los presentes, tomas una copa y explicas el motivo del retraso: “Un cretino que había aparcado mal su vehículo y me impedía el paso. A punto he estado de llamar a la grúa. ¡Ah!, y cuando aparece el tipo, todavía pretendía llevar razón”. Concluyes con la consabida cantinela: “El mundo está lleno de cretinos”. Y todos asienten: unos, con la mirada; otros, con la cabeza.


 Te llenan la copa, te animan a seguir hablando y, por segundos, te creces, te vienes arriba y exclamas: “Es que te dan ganas de decir: ¡A ver, los cretinos, que salgan!”. Risotadas, palmadas de aprobación, aplausos, un corro improvisado a tu alrededor… Y tú ya, en plan imperial, sueltas: “Pues si no salen, los nombraré yo”. Más risas, gestos de complicidad, ovación y entrega absoluta. 


El ambiente está caldeado, la expectación es máxima…, y tú, que has tenido un día fino y guapo, ya no puedes echar marcha atrás. Sacas del bolsillo de la americana el móvil, consultas la agenda y empiezas a recitar, con nombre y apellidos, todos los cretinos que conoces… Bueno, aquél no alcanzó nunca la categoría de cumpleaños feliz, pero sí la de cumpleaños memorable: marcó un hito en las relaciones personales de aquel entrañable grupo. Y es que todos los necios (o cretinos) llevan el reloj sincronizado.


Según el Diccionario Enciclopédico Espasa (el rotor del tiempo lo ha convertido ya en un clásico), necio (como adjetivo) significa: “Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber”. Y como sustantivo: “Imprudente o falto de razón; terco y porfiado en lo que hace o dice”. Lo peor de lo peor: refocilarse en la propia ignorancia; esa tozudez en no querer saber, esa cerrazón de no querer escuchar…


 Y es que cuando no hay dejadez, hay cabezonería. ¡Cuánta cerrilidad! El necio sólo cree en lo que quiere creer (cuestión de empeño, y algo más). Alerta: corrige al sabio y lo harás más sabio; corrige al necio y lo harás tu enemigo.



No hace mucho, un amigo periodista, a punto de jubilarse ya, me comentó, con pleno conocimiento de causa: “Al cretino hay que recordarle, de vez en cuando, lo que es; porque la gente olvida con demasiada facilidad”. Refrescar la memoria —pensé yo—: ¡qué ejercicio tan saludable! Y es que al cretino le encantan la memez, el chismorreo y la paparrucha.


Verdad es aquello que te pone los pelos de punta; mentira, en cambio, es aquello que te permite dormir. Tú eliges: mientras la verdad pende de una soga, la mentira pide palmas.



 Por Luis Sánchez. Domingo, 23 de junio de 2019