martes, 12 de noviembre de 2019

Ojo al dato (del que nadie habla)

 


Empiezo al estilo de «Supergarcía» porque supongo que todo esto es parte del espectáculo, incluyendo lo de que nos escamoteen una información que sí parece noticiable por relevante. 


Y es que en realidad nada ha cambiado sustancialmente.


 La derecha, como siempre ha ocurrido en este país desde que al sistema político –los mismos que dirigían la dictadura– le volvieron a poner el título de democracia, ha sumado en conjunto un 30% de los potenciales votos.


 La otra derecha que se pone nombres de izquierda, ha vuelto a lograr su suelo –y actual techo– electoral, y los que se autoproclaman «herederos» del 15M ya solo han captado los tristes votos de los mitómanos y los temerosos –entre los que me incluyo–.


Hasta aquí nada nuevo, porque lo de asombrarse o asustarse por lo de Vox es estar en Babia y no entender que esa gente siempre ha estado ahí como parte integrante del PP (o C’s). Y además solo suponen uno de cada diez electores.


Lo que sí ha cambiado, y mucho, es el número de canelos de este país. Cada vez quedan menos, y por eso los medios te ocultan –o falsean jugando al despiste– un dato histórico.


Hemos asistido a las elecciones con el menor porcentaje de participación de la historia democrática (incluyendo la II República) de este batiburrillo llamado España. O dicho de otro modo, ayer se dio la cifra de abstención más alta que se conoce.


Pero como siempre hacen cuando algo no les interesa, lo omiten, o procuran confundir. Y por eso los informativos de todo pelaje están comparando porcentajes de resultados totales con los actuales resultados parciales que no incluyen a los electores del voto exterior. Y la diferencia es enorme.


Pero como podemos aproximar con mucha precisión el dato de participación CERA (del 6 al 7%), y lo que sí conocemos con exactitud es el censo, ya podemos adelantar que la participación definitiva ha sido de aproximadamente un 66% y no el casi 70% que anuncian sabiendo que es una estadística incompleta e incorrecta si se compara con datos definitivos de otras elecciones.


Y ese 66% que resultará, sí es un porcentaje histórico –y los que lo ocultan lo saben perfectamente–.


Y más allá de toda esta desinformación, que es la habitual, y aunque puede que no lo parezca, en cualquier caso es una buena noticia que la sociedad vaya a contracorriente de los creadores de opinión, porque el histórico de datos infiere que se trata de una abstención consciente, y eso solo puede ser significativamente positivo.


Y ahora que hagan lo que quieran: que lo digan o que sigan intentando manipular. Pero muchísimos millones de personas ya no han querido sacar su entrada para este circo (su circo), y otras muchas ya tomaron esa misma decisión hace mucho tiempo.


 Y las que no han querido participar no han sido precisamente las de derechas, que tienen un enorme elenco de posibilidades entre las que elegir. ¿Es necesario decir qué es lo que falta en el arco político español para motivar al verdadero ganador de las elecciones, que no es otro que la desafección?



 Pepito Grillo




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