Imagen: Zorros, salamandras, pavos reales, ratas, cachorros de lobo, koalas, cocodrilos y puercoespinos eran vendidos en el mercado de Wuhan |
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112 carnes de
diferentes especies de animales vivos se podían adquirir hasta hace unas
semanas en el mercado de Wuhan, seres que hacía solo unas horas
disfrutaban de su libertad en cualquier bosque chino o de los países
vecinos, capturados por furtivos para suministrar el mercado carnívoro
del gigante asiático. Animales asustados al verse atrapados, reducidos
en horribles jaulas sin casi movilidad, viendo como miles de personas
les observan buscando la mejor carne fresca del día,
a expensas de que si los "eligen" ser despellejados en la misma vía
pública por los cortes certeros del cuchillo del carnicero.
Sería
paradójico que la especie humana se extinguiera por el maltrato al que
sometemos a nuestros compañeros de viaje por el cosmos, por los virus
que desarrolla el propio miedo, el dolor, el sufrimiento, el estrés, la
tristeza de perder la libertad. Tenemos tanto que aprender que aunque
desarrollemos filosofías que avancen hacia la fraternidad, no respetemos
la libertad de nuestros hermanos de planeta. Tal vez todo sea un
montaje más para vender vacunas desde el imperio a gobiernos sicarios
como los europeos, de no ser así una pandemia se avecina, no se sabe el
resultado ni lo que sucederá, el caso es que siguen muriendo millones de
seres humanos de hambre, de sed, de enfermedades curables cada día en
el mundo, noticias que no son tan "importantes" para los medios de
comunicación.
Tal vez el fin
se acerca y no nos estamos enterando, que todos esos animalitos con sus
ojos tristes tras los barrotes si lo sepan, igual el comienzo de un
nuevo mundo sin humanos, donde quizá no quede nada del mono sabio, ni
siquiera las oxidadas llaves de los grilletes.
Cachorros de lobo, camello y perro: la carta del restaurante donde empezó el nuevo coronavirus
En la lonja de Wuhan se ofrecían más de 100 especies de animales
El nuevo coronavirus
tiene algo diferente a las características del coronavirus que se
conocía hasta ahora y es que se puede transmitir entre animales y
personas. Y así fue como surgió la enfermedad que tiene en alerta China.
En una lonja de la ciudad de Wuhan, en Hubei, China, se ofrecían más de 100 especies de animales en condiciones un poco irregulares. Ya no solo por la calidad del alimento sino también por la falta de higiene del lugar.
En
cualquiera de los casos, el virus provenía de algunos de los animales
que allí se han ofrecido.
El problema procede de la gran cantidad de
oferta de animales exóticos que se vendían.
El Huanan Wholesale Seaafood Market ha sido señalado
por los expertos como el epicentro del nuevo coronavirus, debido a la
gran cantidad de afectados que trabajaban o vivían en la zona.
El mercado fue cerrado a finales de diciembre del pasado año debido a la cercanía con los casos que estaban apareciendo.
Uno de los vendedores dentro del supermercado tenía publicado en una
aplicación su carta, en la cuál se encontraban 100 variedades de
animales.
Civetas, cachorros de lobo, zorros, aves de corral, camello, entre
muchas otras especies. Algunos de ellos se vendían vivos, según aseguró
una mujer a South China Morning Post.
Ha sido la Organización Mundial de la Salud (OMS)
la que ha asegurado que el coronavirus podría haber aparecido en los
humanos por culpa de la civeta.
Según la OMS, las civetas son una
especie relacionada con los murciélagos, que fueron los encargados de
transmitir un brote parecido en Guangdong, en 2002.
Aquella enfermedad mató a 774 personas e infectó a un total de 8.098.
Números superiores a los que está dejando, de momento, el nuevo
coronavirus.
Hasta el momento hay 80 fallecidos y más de 2.800 de personas afectadas.
En la lonja de Wuhan se ofrecían más de 100 especies de animales
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