martes, 9 de agosto de 2016

Cientos de cadáveres en la cruzada contra las drogas del presidente de Filipinas

Cadáver de un supuesto narcotraficante en las calles de Manila, con un cartel que reza "camello"


Cadáver de un supuesto narcotraficante en las calles de Manila, 

con un cartel que reza “CAMELLO”

Agencias.- La muerte de cientos de hombres a balazos en plena calle y los cadáveres mutilados en descampados siembran el terror en las barriadas filipinas desde que el presidente Rodrigo Duterte ha lanzado una guerra sin cuartel contra el narcotráfico.


Durante la campaña, el ex alcalde de Davao (sur) prometió acabar en seis meses con el tráfico de droga y el crimen que carcome el archipiélago matando, si hiciera falta, a miles de delincuentes.


El pasado día 5 reafirmó su promesa con elocuencia: “Hijos de puta. Los voy a matar a todos de verdad. ¿Vieron lo que hicieron con Filipinas? ¿Cómo esperan que los perdone? Mi orden es disparar a matar contra todos ustedes”, dijo Duterte, de 71 años, quien ganó por amplia mayoría las elecciones presidenciales en mayo. Y agregó: “Sinceramente, me da igual”, cuando se le preguntó sobre los más de 800 muertos que ha dejado su campaña.


“Odio matar a seres humanos(…). Pero tengo que hacer algo con el crimen y las drogas”, señaló. Desde su investidura como presidente hace un mes se ha desatado una espiral de violencia con cientos de personas muertas a manos de la policía o de civiles convertidos en justicieros con la bendición del presidente.


Una imagen resume los abusos. Bajo los focos de las cámaras de televisión y la mirada horrorizada de personas agrupadas detrás de las cintas amarillas de la policía, una mujer de cuclillas en una calle abraza el cadáver de su marido. Lo acababan de matar unos desconocidos. “Mi marido era inocente.


Nunca ha hecho daño a nadie”, declaró una semana más tarde Jennilyn Olayres. Michael Siaron tenía 30 años y era conductor de taxi . Los asesinos lanzaron cerca del cadáver un trozo de cartón en el escribieron con letras grandes: “camello de droga”.


Las cifras comunicadas esta semana por la policía informan de 402 personas sospechosas de narcotráfico muertas desde la investidura de Duterte el 30 de junio. El balance no incluye los asesinatos cometidos por civiles. La principal cadena filipina, ABS-CBN, da cuenta de 603 muertos desde la elección de Duterte en mayo, de los cuales 211 a manos de hombres armados desconocidos. Otras fuentes hablan de más de 800.


Unas cifras que sugieren un incremento de los homicidios cometidos -legalmente o no- por las fuerzas de seguridad desde que Duterte asumió el cargo. Las redadas policiales contra presuntos refugios de traficantes de droga causan muertos cada noche. Las autoridades afirman que todos los sospechosos fallecidos estaban armados y oponían resistencia al arresto.


También se ha disparado el número de asesinatos cometidos por civiles, algunos de ellos en plena calle. Otras veces aparecen cadáveres en terrenos baldíos con la cara envuelta en cinta adhesiva y un cartel a su lado acusándolos de tráfico de estupefacientes.


La campaña de Duterte contra el narco incluye a todos los sectores de la sociedad. Amenazó también a los funcionarios y cargos públicos. “Si ocupan puestos públicos como soldados, policías o alcaldes, ustedes van a ser los primeros”, aseguró.


Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han condenado los asesinatos y exigen a Duterte que dé pasos para garantizar el respeto de los derechos de los sospechosos y la aplicación de la ley a la hora de actuar contra los narcotraficantes.


En Davao, donde Duterte ejerció durante décadas el cargo de alcalde, fueron asesinados en plena calle o en sus chozas más de 1.000 pequeños delincuentes. Los responsables siempre lograron huir. Hay muchas familias y testigos que no se atreven a prestar declaraciones.


 http://www.yometiroalmonte.es/2016/08/09/cientos-de-cadaveres-en-la-cruzada-contra-las-drogas-del-presidente-de-filipinas/






El canal ABC interrumpe la emisión cuando Trump dice que Clinton es “la fundadora del ISIS”

   

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 El canal de televisión estadounidense ABC interrumpió su transmisión en vivo desde Daytona Beach (Florida, Estados Unidos) cuando el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, abordó el florecimiento de extremismo durante el tiempo en que la candidata demócrata, Hillary Clinton, era secretaria de Estado del país.


Durante su intervención, el multimillonario subrayó que las actividades de su contricante en la carrera presidencial tienen que ver con el fortalecimiento de las posiciones de los yihadistas en Oriente Medio y el norte de África.


“Miren Orlando, San Bernardino, el World Trade Center… miren lo que pasa en el mundo. Hemos permitido que el Estado Islámico tome esta posición. Esta fue Hillary Clinton… tendría que obtener un premio por ser la fundadora del ISIS”, aseguró, pero todo eso no llegó a los espectadores, aunque la señal volvió inmediatamente.


 http://www.yometiroalmonte.es/2016/08/09/canal-abc-interrumpe-emision-trump-doice-clinton-fundadora-isis/





''VALE LA PENA LEERLO'' SABIDURÍA DE VIEJA...



''VALE LA PENA LEERLO''

SABIDURÍA DE VIEJA...

"Mira, mija, pa´que dejes de andar quejándote, te voy a dar unas cuantas sugerencias pa' que vivas bien, y no nomás sobrevivas...
¡Mírame a mí, estoy en la flor de la vida y me sigo riendo !

1.- Agradece por todo

2.- Cuando puedas comer... come,
cuando puedas dormir... duerme,
cuando puedas disfrutar... disfruta,
cuando puedas trabajar ....trabaja,
y si aún puedes, échate unos traguitos, juega con los hijos, haz el amor o ponte a silbar, a cantar en la ducha, y dá gracias a Dios porque tienes Salud.
No te la pases quejando,

¡¡ayyy si hubieraaaa!, ¡¡ayyy les di! ...¡ayyy si tuviera... ¡cuánto sacrificio!, ¡no m'ijita, altas y bajas siempre han habido y siempre habrán!

3.- Si en la noche no puedes dormir,
sí estás vuelta y vuelta en la cama,
pos' párate y ponte a hacer algo, arregla un cajón, plancha tu blusa pa mañana, ponte a leer,
porque si te quedas acostada con los ojos abiertos...
¡vas pensar puras huevadas!
Y lo pior es que te paras y las haces...
Ya de por sí......

4.- Los problemas grandotes, esos que son del mundo, y que se oyen en la televisión, que sí se está calentando el planeta, que sí a tal país ya se le llevaron los dineros, que si los narcos.....
¿esos mija?, mándalos a la m........

¡¡no los vas a arreglar tú!
Luego ni les entiendes, ¡no te hagas bolas!
Deja que los que pueden, los arreglen.
Pero tú... ocúpate de los que se ven más chiquitos, esos que sí están en tus manos.

Despabílate, aunque sea a ratos, atiende esos, los demás ¡¡a la p…. madre!!

5.- Si te dan... agarra todo lo que te den.
Agárralo, aprovéchalo, así sea un beso o una pendejadita,
porque uno vive pensando, que las cosas las genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan...
¡así que tú agarra y no te acorbades!

6.- ¡Ahhh! pero eso si..
¡No agarres lo que no es tuyo¡
ni la bicicleta, ni la bolsa, ni el dinero, ni al marido o amante de otra, lo ajeno respétalo, es de otra, cada quien tiene lo suyo, ¡lo que se gana y lo que se merece!

7.- Lo que hagas
hazlo con ganas, con muchas ganas y mucho gusto,
y hazlo bien o no lo hagas
y déjate de pendejadas,
olvídate de las envidias
tú ...a lo tuyo porque no sabes cuánto vales...

8.- Cuídate de las cabronas y aléjate de las pendejas, fíjate bien como son ....porque ¡¡hay malvadas!,
conócelas y nunca seas como ellas..

Ayuda y escucha a tus amigas,
no hables mal de la gente, ní de las cabronas, ni de las pendejas,
sé orgullosa, pero no seas arrogante ni prepotente.

Sé humilde, no agachada;
sé valiente, no imprudente.
Cuando ganes, sonríe, cuando pierdas, no armes un escandalo, y si te dá la gana... llora.

9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar,

cuántas cabronas que tienen todo el dinero del mundo están en la cárcel, enfermas de la cabeza, o guardadas en un hospital, asustadas e inseguras, o tienen un marido pendejo, no son felices, no saben comunicarse, no tienen una familia como la tuya.

Tú tienes algo más valioso que es ....tu gente y tu salud.

10.- Manda a la mierda la Muerte
que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar,
y no seas tú la que se preocupe porque ya te va a llevar!

¿Así ?, ¿o más claro?

Y, por último, mijita, si la vida te dá limones ...
¡¡ Qué limonada, ni qué mierda!!

'' TU PIDE TEQUILA Y SAL''

(Autor Desconocido) —
 
 
 
 

Nassim Taleb: “Habrá otro crash, y esta vez va a doler a mucha más gente”

nassim taleb


Nassim Nicholas Taleb es un ensayista, investigador y financiero estadounidense. Miembro del Instituto de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York, sus trabajos tienen influencia directa de Benoit Mandlebrot.
 

Taleb ha popularizado la “Teoría del cisne negro”. Teniendo en cuenta que es imposible predecir el futuro basándose en el pasado, tampoco se pueden medir las consecuencias de un evento inesperado, y todas las explicaciones que se puedan ofrecer a posteriori no tienen en cuenta el azar y sólo buscan encajar lo imprevisible en un modelo perfecto.


Ahora, el matemático se dedica a amortiguar el llamado riesgo de cola, que supone más de tres desviaciones típicas de la media de los retornos de una inversión. Los riesgos de cola suelen causar crisis de gran magnitud. Estallan de repente, extienden el pánico rápidamente en los mercados y se crea una espiral negativa de caídas que hunde más las cotizaciones. Tienen un carácter generalizado y una magnitud ciertamente impredecible.


En una entrevista reciente, advierte del mayor riesgo actual: “Como consecuencia de la flexibilización cuantitativa, se ha visto una inflación de activos que  benefició a los súper-ricos, y nada se ha arreglado. Uno no puede curar la deuda con la deuda, mediante la transferencia del sector privado al sector público. Los mercados en última instancia entrarán en un nuevo crash, aunque esta vez va a doler a mucha más gente”.



 http://www.yometiroalmonte.es/2016/08/09/nassim-taleb-otro-crash-vez-doler-mucha-gente/






domingo, 7 de agosto de 2016

Publican por primera vez el video soviético de Hiroshima y Nagasaki después del bombardeo


El video fue entregado al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, por el presidente de la Duma Estatal rusa, Serguéi Narishkin, en junio.



 Los medios japoneses han publicado las imágenes de Hiroshima y Nagasaki grabadas por los operadores soviéticos un mes después del bombardeo de EE.UU., informa Asahi Shimbun.



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El video fue entregado al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, por el presidente de la Duma Estatal rusa, Serguéi Narishkin, en junio. Es la primera vez que Hiroshima y Nagasaki —que conmemoran el 71.º aniversario del bombardeo atómico el 6 y 9 de agosto, respectivamente— reciben las imágenes obtenidas por la antigua Unión Soviética de las consecuencias de los ataques estadounidenses.


En el video en blanco y negro de unos cinco minutos de duración se observan las ruinas de las dos ciudades japonesas, que quedaron completamente destruidas.


El Museo de la Bomba Atómica de Nagasaki expondrá el video hasta el 2 de octubre.


El presidente de EE.UU., Barack Obama, visitó Japón el 27 de mayo para participar en la cumbre del G7 y visitar la ciudad de Hiroshima. Pese a la importancia histórica de su llegada, no pidió perdón por el ataque que acabó con la vida de al menos 140.000 personas.


 Medios CC/CL





Comité pro Amnistía de Málaga

A través del Comité de Málaga por la Amnistía, recuperamos un pedazo de la historia de nuestra clase y de nuestra tierra.

Este 18 de Julio se cumplen 80 años del golpe de estado por el cual la burguesía impuso el Estado Fascista que, hasta el día de hoy, sigue estando impuesto en España por los descendientes políticos (y algunos biológicos) de sus golpistas reaccionarios.

El pueblo malagueño fue uno de los bastiones de la República Popular que resistió el golpe y que consiguió, mediante su gran Ejército Popular, retener a los facciosos hasta el 6 de Febrero de 1937, fatídico día en el que los asesinos fascistas lograron invadir la capital de la provincia, con ayuda de los nazis y de los fascistas italianos, tras haber invadido ya toda la provincia de Cádiz.

El valeroso material histórico que compartimos muestra la imprescindible importancia que tuvo el Socorro Rojo Internacional, creación de la Internacional Comunista y desarrollado en España tras la insurrección obrera de Asturies en 1934 con la que la reacción contestó encarcelando a sus integrantes (más tarde liberados por el Frente Popular), como organización solidaria de la clase obrera mundial ante la defensa de la democracia popular durante la Guerra Nacional Revolucionaria.

Tras la imposición del fascismo español, el SRI fue ilegalizado, siendo la ilegalización ratificada por la criminal Ley de Responsabilidades Políticas de 1939.

Durante la transición de la dictadura, el PCE (r) trató de refundarlo clandestinamente, llegando a editar su propio boletín, "Solidaridad", y que fue apoyado por montones de sectores populares, siendo clausurado en 1981 a causa de la persecución del Estado.

En la actualidad, la reorganización de la solidaridad, tanto a nivel nacional como internacional, es una de las necesidades más imperiosas del movimiento obrero en su conjunto, siendo indispensable su existencia ante la creciente represión desmedida que los trabajadores y revolucionarios de España afrontan.

Nosotros, desde el Comité de Málaga por la Amnistía, llamamos a organizar la solidaridad entre todos los antifascistas por y para la clase obrera. Sólo así podremos conquistar nuestras reivindicaciones, ya que, como solemos decir, sin libertades políticas plenas no habrá derechos fundamentales.

Cartel del Mitin del SRI celebrado en Málaga. Inscripción: Gran Mitín de Solidaridad Antifascista organizado por el Socorro Rojo Internacional en el local de Málaga-Cinema, el día 1 de Noviembre de 1936 a las diez en punto de la mañana.


Oradores: Pelayo Varea Rodríguez, por Izquierda Republicana. Manuel Adame, por el Partido Socialista. Juan Santana Calero, por la CNT. Antonio Sánchez Álvarez, por el Partido Comunista. Alfonso Gamboa, Delegado del Comité Ejecutivo del SRI de Madrid.

El Gobernador Civil de Málaga, camarada Francisco Rodríguez Rodríguez hará uso de la palabra en este acto. Presidirá José Adolfo González Oliveros, Secretario General del Comité Provincial de Málaga, del SRI.

¡Trabajadores! ¡Hombres libres! ¡Antifascistas! Todos al mitin organizado por el Socorro Rojo Internacional.

Se os ruega puntual asistencia, ya que el acto empezará a las diez en punto.
 
 
 
 

El tirón del ocio diurno provoca el cierre de miles de bares de copas


 Los españoles gastan de media 67 euros al mes en salidas nocturnas

La crisis económica y financiera fue la primera en golpear a los locales de ocio nocturno de nuestro país en el verano de 2008; la Ley Antitabaco que entró en vigor en 2011, sólo agravió su situación, y los cambios que los consumidores aplicaron a sus patrones de consumo, optando por salir más de día que de noche, sirvieron para empeorarla aún más.


 La conclusión de esta tormenta perfecta es que la hostelería especializada en operar cuando cae el sol pierde activos año tras año. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Alimentación


Según se desprende de los datos de Nielsen, si en 2014 había 18.604 locales de ocio nocturno operando, en la actualidad esa cifra se ha reducido a 17.638, es decir, 966 menos. Y no sólo eso: la cantidad de dinero que los españoles se gastan en sus locales también se ha visto mermada en los últimos ejercicios, al pasar de 95 euros al mes de media en el año 2009 a los 67 euros de la actualidad. Esto se debe no sólo a que los españoles consumen menos que antes sino a que están cambiando la copa por la cerveza que, al ser más barata, gana adeptos y consigue crecer un 3,1% frente al 0,7% de las espirituosas. 


Muy distinta es, sin embargo, la fotografía que arroja el ocio diurno, que sí crece alrededor de un 2% en dicho periodo, con 226.450 establecimientos -sin contabilizar aquí ni la restauración organizada ni los negocios estacionales de costa-. El hecho de salir más de día que de noche también se nota en que el consumo diurno de bebidas alcohólicas de alta graduación también crece, por encima del 7%, casi tanto como la cerveza, que roza el 8% de incremento. Sus ventajas no acaban ahí. Y es que el tirón del ocio diurno ha conseguido que en España se vuelvan a abrir bares, un 3,6% más en 2015 que un año antes, y con una previsión de crecimiento de en torno al 1,5% para este año. 


En general, son 260.000 establecimientos de hostelería los que se contabilizan a lo largo y ancho de la geografía española, lo que supone un bar por cada 175 personas, la mayor densidad de este tipo del mundo, y con un perfil donde seis de cada diez locales se corresponden con el llamado bar de toda la vida, con más de 15 años de tragos a sus espaldas.


No obstante, Nielsen destaca que se aprecia una tendencia creciente en España en la apertura de locales de restauración organizada, que son ya más de 7.500. Algo en los que tiene mucho que ver la expansión vía franquicia como fórmula de autoempleo en plena crisis o de inversión probada. Es precisamente la aparición de formatos organizados uno de los principales cambios que el canal Horeca -hoteles, restaurantes y catering- está experimentando en nuestro país.


 Y es que España sigue siendo país de bares, y los españoles siempre seremos de calle, siendo esto lo único que se mantiene. 


Una vez visto cuando los consumidores suelen acudir más a los bares, de los datos de Nielsen también se extrae un retrato de cómo es ese nuevo consumidor y qué le pide a un bar. En concreto, al igual que se buscan promociones al hacer la compra, esta tendencia se ha exportado a la hostelería. 


La mitad de los consumidores consideran que si los locales bajaran más los precios, acudirían más, sobre todo motivados por packs promocionales como el aperitivo gratis junto con la consumición. También funcionan fórmulas como los 2x1, los cupones descuento o las happy hours.

Perfil del consumidor

 

Otro rasgo de este parroquiano del siglo XXI es que se implica más con las marcas que con los locales, es decir, la fidelidad atañe más al producto que al establecimiento. No obstante, también exigimos a los bares; a modo de ejemplo, un 40% declara preferir consumir bebidas en formatos más grandes para poder consumir mayor cantidad. Sin embargo, aunque los españoles no sean tan fieles al bar, no por ello dejan de ser exigentes con el local, incluso más que antes de la crisis, demandando una buena experiencia que con toda probabilidad compartirán en las redes sociales. 


 Uno de cada tres comparte su opinión en Internet tanto si está satisfecho como decepcionado, y esto tiene una implicación enorme para otros potenciales consumidores, pues las opiniones online son la segunda fuente de información en la que más confían -sólo superado por la recomendación de familiares y amigos-.


 Y es que el bar debe ser más e-bar que nunca, estar en la red para saber no solo qué dicen, sino para llegar a nuevos consumidores, sobre todo a los millennials, que merecen un capítulo aparte: son asiduos a las cadenas de restauración, adictos a las ofertas -los cubos de cerveza, cañas a 50 céntimos, etc.- e hipersensibles al precio, pues no en vano tienen dificultades de renta y se incorporan de forma tardía al mercado laboral.


Según el director general de Nielsen Iberia, Gustavo Núñez, "hoy hay dos buenas noticias para la hostelería: que los españoles, cuando ven que su bolsillo está algo mejor, vuelve a salir, y que el turismo está en cifras de récord".







El turismo cae un 10% en Francia y un 40% en Turquía

turismo terrorismo


Agencias.- El número de turistas extranjeros que pernoctó en Francia en los seis primeros meses del año descendió un 10%, según indicó el secretario de Estado de Turismo, Matthias Fekl, que atribuyó el descenso al miedo a nuevos atentados.


En una entrevista que publica el semanario “Le Journal du Dimanche”, Fekl señaló que la clientela con más poder adquisitivo “ha reaccionado de forma clara a los atentados”, lo que ha provocado que los hoteles de alta gama hayan sufrido más que los otros del descenso.


El secretario de Estado señaló que París ha sido más afectada que los destinos de provincias, donde se ha registrado un incremento del 2 %. Al tiempo, señaló que la tendencia de los seis primeros meses del año también se prosiguió en julio, con una caída del 10 %. 


Por otra parte, los ataques terroristas y las tensiones con Rusia han causado la mayor caída del turismo en Turquía en 22 años con una tasa interanual del 40% en junio, según datos oficiales. Esto hace un total de 2,44 millones de visitas durante ese mes, indican datos del Ministerio de Turismo de Turquía.


Se trata de la mayor caída desde 1994, y el dato no incluye el impacto del ataque terrorista en el Aeropuerto Internacional de Atatürk, en Estambul, que se produjo el 28 de junio y fue atribuido a radicales yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) a finales de mes, con 47 fallecidos y cerca de 200 heridos.



 http://www.yometiroalmonte.es/2016/08/07/turismo-10-francia-40-turquia/






Genocidio en marcha contra los "seres inferiores"

¿Dónde? En la dictadura terrorista más grande del mundo: Sin casa y ahora también sin comida.


La falta de vivienda no es una cuestión invisible en EE.UU., pero algunas ciudades desearían que lo fuese y están desarrollando leyes para prohibir dar comida a la gente que vive en la calle.

Treinta y tres ciudades ya han puesto en práctica estas políticas según afirma la Coalición Nacional para las Personas sin Hogar, y al menos cuatro municipios - Daytona Beach, Florida; Raleigh, Carolina del Norte; Myrtle Beach, Carolina del Sur; y Birmingham, Alabama, han multado recientemente, eliminado, o amenazado de prisión a personas o colectivos sociales que porporcionan comida a los sin techo.

"Las personas sin hogar son visibles y las ciudades piensan que cortando la fuente de alimento hará que desaparezcan. Exigimos a esas ciudades que cesen de hacer eso. Apoyamos el derecho de todas las personas a compartir la comida", denunció el Director de la Coalición, Michael Stoops.
 
 
 
 
 

Nota de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

 
 
En horas de la tarde del (...) 6 de agosto de 2016, fueron deportados a nuestro país 14 ciudadanos cubanos que se encontraban de manera ilegal en territorio colombiano. El traslado se realizó en un vuelo de la fuerza aérea de Colombia, respondiendo a una solicitud del gobierno de ese país y con estricto apego a lo establecido en la legislación de ambos países y en las normas internacionales vigentes para ese tipo de situación.

Una vez que fueron recibidos en Cuba, se les realizó el control sanitario internacional establecido, y están siendo trasladados a sus provincias de residencia.

Esas personas salieron de Cuba legalmente hacia diferentes países de América Latina y el Caribe, cumpliendo los requisitos establecidos por las regulaciones migratorias cubanas. En el intento de llegar a territorio norteamericano se han convertido en víctimas de traficantes y de bandas delincuenciales que operan en la región.

La Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior reitera que estos ciudadanos son víctimas de la politización del tema migratorio por parte del gobierno de los Estados Unidos, el cual estimula una emigración ilegal e insegura, a través de la Ley de Ajuste Cubano, la política de "pies secos-pies mojados", y del "Programa de Parole para profesionales médicos cubanos"; confiriendo a estos un tratamiento diferenciado y único en el mundo, al admitirlos de forma inmediata y automática, sin importar las vías y medios que utilizan, incluso si llegan de manera ilegal a su territorio; contrastando con el tratamiento que reciben emigrantes de otros países latinoamericanos los cuales son rechazados.

Esa política constituye una violación de la letra y el espíritu de los Acuerdos Migratorios entre Cuba y los EE.UU., mediante los cuales ambos gobiernos asumieron la obligación de garantizar una emigración legal, segura y ordenada. De igual forma es incongruente con el actual contexto bilateral, obstaculizando la normalización de las relaciones migratorias entre Cuba y los Estados Unidos y creando problemas a otros países.

La Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior ratifica que los ciudadanos cubanos que hayan salido legalmente del país y cumplan con la legislación migratoria vigente tienen derecho a retornar a Cuba y reafirma el compromiso de su gobierno con una emigración legal, segura y ordenada.

La Habana, 6 de agosto de 2016
 
 
 

viernes, 5 de agosto de 2016

Soy un ciudadano de la Unión Soviética, cuido el pasaporte de la URSS


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 Mucho hablan los medios occidentales sobre el renacimiento del "peligro soviético" y su amenaza "expansionista". ¿Pero qué es el sentimiento soviético entre cada vez más amplias capas de la población trabajadora y sectores populares como los jubilados? Tal vez escuchando a uno de ellos, algunos comiencen a comprender lo que hoy día significa el Poder Soviético para millones en el espacio post-soviético.



jueves, 4 de agosto de 2016

¿Porqué los pobres votan a la derecha?

votar derechas


La explicación que Frank plantea no es solo -no estrictamente- religiosa o “cultural”, ligada al surgimiento de cuestiones susceptibles de oponer dos fracciones de un mismo grupo social -hay que pensar por ejemplo en el aborto, el matrimonio homosexual, la oración en las escuelas, la pena de muerte, el tema de las armas de fuego, la pornografía, el lugar de las “minorías”, la inmigración, la discriminación positiva…

Al otro lado del Atlántico, la dimensión religiosa ha propulsado el resentimiento conservador más que en Europa.
Sustituyendo su “humanismo laico” a la instrucción y a la asistencia antaño dispensados por los vecindarios de barrio, las organizaciones de caridad, las Iglesias, habría socavado la autoridad familiar, la moralidad religiosa, las virtudes cívicas. El ultraliberalismo ha podido así fusionarse con el puritarismo.


Tras cada nueva elección, la misma sensación de sorpresa. ¿Cómo explicar que una masa de electores pobres se desplace a las urnas para aportar su apoyo a los mismos que proponen en primer lugar reducir los impuestos de los ricos. En su prefacio al libro de Thomas Frank, Pourquoi les pauvres votent à droite ? (Porqué los pobres votan a la derecha?), Serge Halimi da elementos para analizar esta paradoja que está lejos de ser solo americana o francesa.
En noviembre de 2004, el Estado más pobre de los Estados Unidos, Virginia Occidental, reeligió a George W. Bush con más del 56% de los votos. Luego no ha dejado de apoyar a los candidatos republicanos a la Casa Blanca. Sin embargo, la New Deal había salvado a Virginia Occidental durante los años 1930. El Estado permaneció como bastión demócrata hasta 1980, hasta el punto de votar entonces contra Ronald Reagan. Sigue siendo aún hoy un feudo del sindicato de mineros y recuerda a veces que “Mother Jones” figura del movimiento obrero americano, tomó parte en él. Entonces, ¿Virginia Occidental es republicana? La idea parecía tan estrafalaria como imaginar ciudades “rojas” como Le Havre o Sète “cayendo” en manos de la derecha. Justamente, esta caída se ha producido ya… Pues la historia americana no deja de tener resonancias en Francia.

Más que en Virginia Occidental, Thomas Frank ha investigado en su Kansas natal. La tradición populista de izquierdas fue también viva allí, pero su desaparición es más antigua. Allí ha visto como se cumplía el sueño de los conservadores: una fracción de la clase obrera procura a éstos los medios políticos para desmantelar las conquistas arrancadas anteriormente por el mundo obrero. La explicación que Frank plantea no es solo -no estrictamente- religiosa o “cultural”, ligada al surgimiento de cuestiones susceptibles de oponer dos fracciones de un mismo grupo social -hay que pensar por ejemplo en el aborto, el matrimonio homosexual, la oración en las escuelas, la pena de muerte, el tema de las armas de fuego, la pornografía, el lugar de las “minorías”, la inmigración, la discriminación positiva…


Cuando el movimiento obrero se deshace, la lista de estos motivos de discordia se alarga. Luego la vida política y mediática se recompone alrededor de ellos. La derecha americana no ha esperado a Richard Nixon, Ronald Reagan, George W. Bush y el Tea Party para descubrir el uso que podría hacer de los sentimientos tradicionalistas, nacionalistas o simplemente reaccionarios de una fracción del electorado popular. Recurrir a ellos le parece tanto más ventajoso en la medica en que opera en un país en el que los impulsos socialistas han permanecido frenados y el sentimiento de clase menos pronunciado que en otras partes.

Frank explica otra paradoja, que no es específicamente americana, y que incluso lo es cada vez menos. La inseguridad económica desencadenada por el nuevo capitalismo ha conducido a una parte del proletariado y de las clases medias a buscar la seguridad en otra parte, en un universo “moral” que, por su parte, no se alteraría demasiado, incluso que rehabilitaría comportamientos antiguos, más familiares. Estos cuellos azules o estos cuellos blancos votan entonces por los Republicanos pues los arquitectos de la revolución liberal y de la inestabilidad social que deriva de ella han tenido la habilidad de poner en primer plano su conservadurismo en el terreno de los “valores”. A veces su sinceridad no está en cuestión: se puede especular con los fondos de pensiones más “innovadores” a la vez que se está en contra del aborto. La derecha gana entonces en los dos tableros, el “tradicional” y el “liberal”. La aspiración a la vuelta al orden (social, racial, sexual, moral) aumenta al ritmo de la desestabilización inducida por sus “reformas” económicas.


Las conquistas obreras que el capitalismo debe desmantelar pretextando la competencia internacional son presentadas como otras tantas reliquias de una era pasada. Incluso de un derecho a la pereza, al fraude, al “asistenciado”, a la inmoralidad de un cultura demasiado acomodaticia con los corporativismos y las “ventajas adquiridas”. La competencia con China e India (ayer, con el Japón y Alemania) impone que el disfrute deje paso al sacrificio. ¡Atención por tanto a quienes han desnaturalizado el “valor trabajo”! En Francia, un político de primera línea dirigió al “espíritu de mayo 68” una denuncia de este tipo. Se convirtió en presidente de la República. Y aspira volver a serlo.

Al otro lado del Atlántico, la dimensión religiosa ha propulsado el resentimiento conservador más que en Europa. Ha procurado a la derecha americana numerosos reclutas en el electorado popular, que han reforzado luego la base de masas de un partido republicano sometido al control creciente de los ultraliberales y de los fundamentalistas cristianos. Desde finales de los años 1960, se observa este movimiento de politización de la fe. En enero de 1973, cuando la sentencia “Roe vs Wade” del Tribunal Supremo legaliza el aborto, millones de fieles, hasta entonces poco preocupados por el compromiso político y electoral, se implican en el asunto.


¿Han sido ultrajadas sus convicciones más sagradas? El Estado y los tribunales que han autorizado eso son instantáneamente golpeados por la ilegitimidad. Para lavar la afrenta, los religiosos se esforzarán por reconquistar todo, convertir todo: la Casa Blanca, el Congreso, el gobierno de los Estados, Tribunales, medios. Les será preciso expulsar a los malos jueces del Tribunal Supremo, imponer mejores leyes, más virtuosas, elegir jefes de Estado que proclamen que la vida del feto es sagrada, imponer los “valores tradicionales” a los estudios de Hollywood, exigir más comentaristas conservadores en los grandes medios.

Pero, ¿cómo no ver entonces que algunas de las “plagas” denunciadas por los tradicionalistas -el “hedonismo”, la “pornografía”- están alimentadas por el divino mercado? Es sencillo: desde 1980, cada uno de los presidentes republicanos atribuye la “quiebra de la familia” a la decadencia de un Estado demasiado presente. Sustituyendo su “humanismo laico” a la instrucción y a la asistencia antaño dispensados por los vecindarios de barrio, las organizaciones de caridad, las Iglesias, habría socavado la autoridad familiar, la moralidad religiosa, las virtudes cívicas. El ultraliberalismo ha podido así fusionarse con el puritarismo.

Aunque un registro así no sea completamente extrapolable a Francia, también Nicolas Sarkozy abordó la cuestión de los valores y de la fe. Autor en 2004 de un libro titulado La République, les religions, l’espérance, en él proclama: “Considero que, todos estos últimos años, se ha sobreestimado la importancia de las cuestiones sociológicas, mientras que el hecho religioso, la cuestión espiritual, ha sido en gran medida subestimadas. (…). Los fieles de las grandes corrientes religiosas (…) no comprenden la tolerancia natural de la sociedad hacia todo tipo de grupos o de pertenencias o comportamientos minoritarios, y el sentimiento de desconfianza hacia las religiones. 


¡Viven esta situación como una injusticia! (…) Creo en la necesidad de lo religioso para la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro siglo. (…) La religión católica ha jugado un papel en materia de instrucción cívica y moral durante años, ligado a la catequesis que existía en todos los pueblos de Francia. El catecismo ha dotado a generaciones enteras de ciudadanos de un sentido moral bastante agudo. Entonces se recibía una educación religiosa incluso en las familias no creyentes. Esto permitía adquirir valores que contaban para el equilibrio de la sociedad. (…) Ahora que los lugares de culto oficiales y públicos están tan ausentes de nuestras barriadas, se mide en qué medida este aporte espiritual ha podido ser un factor de sosiego y qué vacío ha creado al desaparecer”.

“Comportamientos minoritarios” (¿a qué se refiere?) imprudentemente tolerados por “todo tipo de grupos” (¿en quienes está pensando?) mientras que la reflexión religiosa, portadora de “valores”, de “sentido moral”, y de “sosiego” sería, por su parte, ignorada o desdeñada: no se sabe demasiado si se trataba, con este elogio de “la catequesis”, de refrescar las viejas ideas, muy francesas, de la Restauración (el sable y el hisopo, la corona y el altar, con los curas predicando la sumisión a los escolares llamados a convertirse en bravos obreros mientras que los maestros “rojos” les atiborraban el cráneo con el socialismo y la lucha de clases) o si, más bien, se desvelaba ya “Sarko el Americano”. Amigo a la vez de Bolloré [rico empresario francés. ndt] y de los curas.

La derecha americana ha insistido siempre en el tema de la “responsabilidad individual”, del pionero emprendedor y virtuoso que se hace un camino hasta las riberas del Pacífico. Al hacerlo, ha podido estigmatizar, sin demasiada mala conciencia, a una población negra, a la vez muy dependiente de los empleos públicos, y en cuyo seno las familias monoparentales son numerosas, en general debido a la ausencia o la encarcelación del padre. El auge del conservadurismo ha ligado así reafirmación religiosa, templanza sexual, backlash racial, antiestatalismo, y celebración de un individuo simultáneamente calculador e iluminado por las enseñanzas de Dios.


 Intentando explicar lo que hizo en los Estados Unidos este acoplamiento liberal-autoritario menos inestable de lo que se imagina, el historiador Christopher Lasch sugirió que a ojos de los Republicanos una lucha oponía a la “clase” de los productores privados contra la de los intelectuales públicos, intentando la segunda aumentar su control sobre el matrimonio, la sexualidad y la educación de los niños de la misma forma que había extendido sus controles sobre la empresa. Uno de los principales méritos de Thomas Frank es ayudarnos a comprender la convergencia de estas quejas que se podrían juzgar contradictorias.


 Y, sobre la marcha, aclararnos sobre la identidad, los resortes, los giros, y la entrega militante del pequeño pueblo conservador sin jamás recurrir al tono de desprecio que privilegian espontáneamente tantos intelectuales o periodistas contra cualquiera que no pertenezca a su clase, su cultura o su opinión. Conjugada a una escritura que lleva la huella de la ironía y que rechaza la prédica, este tipo de “inteligencia con el enemigo” da al libro su atractivo y su alcance.
Una reacción conservadora deriva en general de una apreciación más pesimista de las capacidades de progreso colectivo. En el curso de los años 1960, los Estados Unidos imaginaban que podrían combatir al comunismo en el terreno de la ejemplaridad social -de ahí los voluntarios del Peace Corps (Cuerpos de la Paz) encargados por John Kennedy de educar y de cuidar a los pueblos del tercer mundo-; de ahí también la “guerra contra la pobreza” que el presidente Johnson desencadenó algunos años más tarde. La superpotencia americana entreveía igualmente que podría abolir la pena de muerte y despoblar sus prisiones proponiendo a los delincuentes programas de salud, de formación, de trabajo asalariado, de educación, de desintoxicación.


 El Estado tiene entonces la reputación de poder hacerlo todo. Había superado la crisis de 1929, y vencido al fascismo; podría reconstruir las viviendas infrahumanas, conquistar la Luna, mejorar la salud y el nivel de vida de todos los americanos, garantizar el pleno empleo. Poco a poco, aparece el desencanto, se descompone la creencia en el progreso, se instala la crisis. A finales de los años 1960, la competencia internacional y el miedo al desclasamiento transforman un populismo de izquierdas (rooselveltiano, optimista, conquistador, igualitario, aspirante al deseo compartido de vivir mejor) en un “populismo” de derechas que se aprovecha del temor de millones de obreros y de empleados a no poder seguir manteniéndose en su nivel social, de ser atrapados por gente más desheredada que ellos.


Las “aguas heladas del cálculo egoísta” sumergen las utopías públicas heredadas del New Deal. Para el partido demócrata, asociado al poder gubernamental y sindical, las consecuencias son brutales. Tanto más cuanto que la cuestión de la inseguridad resurge en este contexto. Va a aburguesar progresivamente la identidad de la izquierda, percibida como demasiado angélica, afeminada, permisiva, intelectual, y proletarizar la de la derecha, juzgada como más determinada, más masculina, menos “ingenua”.

Esta metamorfosis se realiza a medida que los ghettos estallan, la inflación repunta, el dólar baja, las fábricas cierran, la criminalidad se amplía y la “élite”, antes asociada a los poseedores, a las grandes familias de la industria y de la banca, se identifica con una “nueva izquierda” exageradamente amante de innovaciones sociales, sexuales, societales y raciales. La pérdida de influencia del movimiento obrero en el seno del partido demócrata y el ascendiente correlativo de una burguesía neoliberal cosmopolita y cultivada no arreglan nada. Los medios conservadores, en pleno auge, solo tienen que desencadenar su truculencia contra una oligarquía radical-chic de hablar exangüe y tecnocrático, que vive en bellas residencias de los Estados costeños, turista en su propio país, protegida de una inseguridad que pone en cuestión con la despreocupación de quienes no son afectados por esta violencia. Por lo demás, ¿no está mantenida en sus cegueras por una tropa de abogados picapleitos, de jueces permisivos, de intelectuales que no callan, de artistas blasfemadores y demás chivos expiatorios soñados del resentimiento popular? “Progresistas en limusina” allí; “izquierda caviar” aquí.

A Nicolas Sarkozy le gustan los Estados Unidos y le gusta que se sepa. En su discurso del 7 de noviembre de 2007 ante el Congreso, evocó con una emoción que no era totalmente artificial la conquista del Oeste, Elvis Presley, John Wayne, Charlton Heston. Habría debido citar a Richard Nixon, Ronald Reagan y George W. Bush ya que en gran medida su elección, inspirada en las recetas de la derecha americana, no habría sido concebible sin el desplazamiento a la derecha de una fracción de las categorías populares antaño de izquierdas. Pues los caballeros de Sologne que han descorchado el champán la noche de su victoria no han podido hacerlo más que gracias al refuerzo electoral de los obreros de Charleville-Mézières, que fueron sin duda menos sensibles a la promesa de un “escudo fiscal” que a las homilías del antiguo alcalde de Neuilly sobre “la Francia que sufre”, la que “se levanta temprano” y que “ama la industria”.

Quien quiera que pase revista a los elementos más distintivos del discurso de la derecha francesa encuentra en él una acentuación del declive nacional, la decadencia moral; la música desgarradora destinada a preparar los espíritus para una terapia de choque liberal (la “ruptura”); el combate contra un “pensamiento único de izquierdas” al que se acusa de haber enquistado la economía y atrofiado el debate público; el rearme intelectual “gramsciano” de una derecha “desacomplejada”; la redefinición de la cuestión social de forma tal que la línea de división no oponga ya a ricos y pobres, capital y trabajo, sino a dos fracciones del “proletariado” entre sí, la que “no puede hacer más esfuerzos” y la “república de las personas asistidas”; la movilización de un pueblo llano conservador cuya expresión perseguida se pretende ser; el voluntarismo político, en fin, frente a una élite gobernante que habría bajado los brazos. Casi todos estos ingredientes han sido ya planteados en el Kansas de Thomas Frank.

Un hombre con firmeza se impone más naturalmente cuando el desorden se apodera de la vieja mansión. En 1968, Nixon experimentó un discurso glorificando a la “mayoría silenciosa” que no acepta ya ver a su país convertirse en presa del caos. Dos asesinatos políticos (Martin Luther King, Robert Kennedy) acababan de tener lugar y, tras el traumatismo de los disturbios de Watts (Los Angeles) en agosto de 1965 (treinta y cuatro muertos y mil heridos), se produjeron réplicas en Detroit en julio de 1967, y luego en Chicago y Harlem. Nixon invita a sus compatriotas a escuchar “otra voz, una voz tranquila en el tumulto de los gritos. Es la voz de la gran mayoría de los americanos, los americanos olvidados, quienes no gritan, quienes no se manifiestan. No son ni racistas ni enfermos. No son culpables de las plagas que infectan nuestro país”. Dos años antes, en 1966, un tal Ronald Reagan había conseguido ser elegido gobernador de California separando a los “blancos pobres” de un partido demócrata al que había reprochado la falta de firmeza frente a estudiantes contestatarios opuestos a la vez a la guerra de Vietnam, a la policía y la moralidad “burguesa”, que no se distinguía siempre de la moralidad obrera.

Los levantamientos urbanos, los “desórdenes” en los campus procuraron así a la derecha americana la ocasión de “proletarizarse” sin soltar un dólar. Un poco a la manera de Nixon, Nicolas Sarkozy se ha dedicado a levantar a la “mayoría silenciosa” de los pequeños contribuyentes que “no aguantan más” contra una juventud a sus ojos desprovista del sentido del reconocimiento. Pero, en su caso, no se trataba de vilipendiar la ingratitud de los pequeños burgueses melenudos de antes; su objetivo no tenía que ver con la misma clase ni los mismos barrios: “la verdad, es que, desde hace cuarenta años, se ha puesto en marcha una estrategia errónea para las barriadas.


 De una cierta forma, cuantos más medios se han dedicado a la política de la ciudad, menos resultados se han obtenido”. El 18 de diciembre de 2006, en las Ardenas, el Ministro del Interior de entonces precisó sus declaraciones. Saludó a “la Francia que cree en el mérito y el esfuerzo, la Francia que trabaja con firmeza, la Francia de la que no se habla jamás porque no se queja, porque no quema coches, porque no bloquea los trenes. La Francia que está harta de que se hable en su nombre”. “Los Americanos que no gritan”, decía Nixon. “La Francia que no se queja”, responde Sarkozy.

Entre 1969 y 2005, la derecha americana habrá ocupado la Casa Blanca 24 años de 36. De 1995 a 2005, ha controlado igualmente las dos cámaras del Congreso y los gobiernos de la mayor parte de los Estados. El Tribunal Supremo está entre sus manos desde hace mucho. A pesar de esto, Frank insiste sobre este punto, los conservadores se hacen los perseguidos. Cuanto más domina la derecha, más se pretende dominada, ansiosa de “ruptura” con el statu quo. Pues, a sus ojos, lo “políticamente correcto”, son siempre los demás. Mientras exista un pequeño periódico de izquierdas, un universitario que en algún lugar enseñe a Keynes, Marx o Picasso, los Estados Unidos seguirán denunciados como un cuartel soviético.


El rencor hace carburar la locomotora conservadora; la cosa es seguir siempre adelante, jamás estar contenta. Símbolo de la pequeña burguesía provincial, Nixon se juzgaba despreciado por la dinastía de los Kennedy y por los grandes medios. George W. Bush (estudios en Yale y luego en Harvard, hijo de Presidente y nieto de senador) se percibió él también como un rebelde, un pequeño tejano tiñoso y grosero, perdido en un mundo de snobs modelados por el New York Times.

¿Y Nicolas Sarkozy? ¿Tuvimos en cuenta hasta qué punto él también fue vilipendiado? Alcalde a los 19 años de una ciudad riquísima, sucesivamente Ministro de finanzas, de Comunicación, número dos del gobierno, responsable de la policía, Consejero de la Moneda, presidente del partido mayoritario, abogado de negocios, amigo constante de los multimillonarios que poseen los medios (y que producen programas que celebran a la policía, al dinero y los nuevos ricos), ha sufrido enormemente el desprecio ¡de las “élites”!. “Desde 2002, ha precisado, me he construido al margen de un sistema que no me quería como presidente de la UMP, que rechazaba mis ideas como Ministro del Interior, y que estaba en contra de mis propuestas”. Cinco años después del comienzo de este purgatorio, en un mitin en el que participaban proscritos tan notorios como Valéry Giscard d´Estaing y Jean-Pierre Raffarin, declaró ante sus colegas: “En esta campaña, he querido dirigirme a la Francia exasperada, a la Francia que sufre, a la que nadie hablaba ya, salvo los extremos. Y el milagro se ha producido. El pueblo ha respondido. 


El pueblo se ha levantado. Ha elegido y no está conforme con el pensamiento único. Ahora, se quiere que se vuelva a quedar quieto. Pues bien, yo quiero ser el candidato del pueblo, el portavoz del pueblo, de todos los que están hartos de que se les deje de lado”. Al día siguiente precisaba ante unos obreros de la fábrica Vallourec: “Sois vosotros los que elegiréis al presidente de la República. No las élites, los sondeos, los periodistas. Si tantos se dedican a impedírmelo, es porque han comprendido que una vez que haya pasado el tren, será demasiado tarde”. Es demasiado tarde, y las “élites” se esconden.

Esa es una vieja receta de la derecha: para no tener que extenderse sobre el tema de los intereses (económicos) -lo que es sensato cuando se defienden los de una minoría de la población-, hay que mostrarse inagotable sobre el tema de los valores, de la “cultura” y de las posturas: orden, autoridad, trabajo, mérito, moralidad, familia. La maniobra es tanto más natural en la medida en que la izquierda, aterrorizada por la idea de que se podría tacharla de “populismo”, se niega a designar a sus adversarios, suponiendo que conserve uno solo fuera del racismo y de la maldad.

Para el partido demócrata, el miedo a dar miedo -es decir en realidad el miedo a ser verdaderamente de izquierdas- se volvió paralizante en un momento en que, por su parte, la derecha no mostraba ninguna contención, ningún “complejo” de ese tipo. Un día, François Hollande, que no había empleado la palabra “obrero” ni una sola vez en su moción aprobada por los militantes en el congreso de Dijon (2003) dejó escapar que los socialistas franceses atacarían quizás a los “ricos”. Se guardó muy bien de reincidir ante el escándalo que se produjo.


Quedan pues los valores para fingir distinguirse aún. Debatir sobre ellos sin parar ha permitido a la izquierda liberal maquillar su acuerdo con la derecha conservadora sobre los asuntos de la mundialización o de las relaciones con la patronal -“los emprendedores”. Pero esto ha ofrecido a los conservadores la ocasión de instalar la discordia en el seno de las categorías populares, en general más divididas sobre las cuestiones de moral y de disciplina que sobre la necesidad de un buen salario. En total, ¿quién ha ganado con ello? En el Kansas de Tomas Frank, se conoce la respuesta.


A veces también en otras partes. El 29 de abril de 2007 en París, ante una multitud que bramaba su placer, Nicolás Sarkozy disfrutaba con glotonería de un gran momento de espanto ocurrido cerca de cuarenta años antes: “Habían proclamado que todo estaba permitido, que la autoridad se había acabado, que los buenos modales se habían acabado, que el respeto se había acabado, que no había ya nada grande, nada sagrado, nada admirable, ninguna regla, ninguna norma, ninguna prohibición. (…) Veis como la herencia de Mayo 68 ha liquidado la escuela de Jules Ferry, (…) introducido el cinismo en la sociedad y en la política, (…) contribuido a debilitar la moral del capitalismo, (…) preparado el triunfo del depredador sobre el empresario, del especulador sobre el trabajador. (…) 


Esta izquierda heredera de Mayo 68 que está en la política, en los medios, en la administración, en la economía, (…) que encuentra excusas para los gamberros, (…) condena a Francia a un inmobilismo del que los trabajadores, entre ellos los más modestos, los más pobres, los que sufren ya serían las principales víctimas. (…) La crisis del trabajo es en primer lugar una crisis moral en la que la herencia de Mayo 68 tiene una gran responsabilidad (…). Escuchadles, a los herederos de Mayo 68 que cultivan el arrepentimiento, que hacen apología del comunitarismo, que denigran la identidad nacional, que atizan el odio a la familia, la sociedad, el Estado, la nación y la República.


 (…) Quiero pasar la página de Mayo 68”. Privilegiando desde los años 1960 los “colores vivos a los tonos pastel”, Reagan había anticipado el discurso de combate de Sarkozy, pero también los de Berlusconi y de Thatcher y desmentido a todos esos politologos que no conciben la conquista del poder más que como una eterna carrera al centro. Los Republicanos proponen “una decisión, no un eco”. No seguir temiendo su sombra, esa es una idea con la que la izquierda ganaría si se inspirara en ella.


El éxito de la derecha en terreno popular no se explica solo únicamente por la tenacidad o por el talento de sus portavoces. En los Estados Unidos, igual que en Francia, se aprovechó de transformaciones sociológicas y antropológicas, en particular de un debilitamiento de los colectivos obreros y militantes que ha llevado a numerosos electores de rentas modestas a vivir su relación con la política y la sociedad de un modo más individualista, más calculador. El discurso de la “elección”, del “mérito”, del “valor trabajo” les ha alcanzado.


Quieren elegir (su escuela, su barrio) para no tener lo peor; estiman tener méritos y no ser recompensados por ellos; trabajan duro y ganan poco, apenas más, según estiman, que los parados y los inmigrantes. Los privilegios de los ricos les parecen tan inaccesibles que ya no les conciernen. A sus ojos, la línea de fractura económica pasa menos entre privilegiados y pobres, capitalistas y obreros, que entre asalariados y “asistidos”, blancos y “minorías”, trabajadores y defraudadores. Durante los diez años que precedieron a su llegada a la Casa Blanca, Reagan contó así la historia (falsa) de una “reina de la ayuda social [welfare queen] que utiliza ochenta nombres, treinta direcciones y doce tarjetas de la seguridad social, gracias a lo que su renta libre de impuestos es superior a 150 000 dólares”.


Atacaba igualmente a los defraudadores que se pavonean en los supermercados, pagándose “botellas de vodka” con sus subsidios familiares y “comprando buenos filetes mientras que tú esperas en la caja con tu paquete de carne picada”. Un día, Jacques Chirac se descubrió los mismos talentos de cuentista. “Cómo quiere Vd que el trabajador francés que trabaja con su mujer y que, juntos, ganan alrededor de 15 000 francos, y que ve en el piso de al lado del suyo de protección oficial, amontonada, a una familia con un padre de familia, tres o cuatro esposas, y una veintena de chiquillos, y que gana 50 000 francos de prestaciones sociales sin, naturalmente, trabajar… Si añade Vd a eso el ruido y el olor, pues bien, el trabajador francés se vuelve loco”. Este famoso “padre de familia” que cobra más de 7 500 euros de ayudas sociales por mes no existía. No costaba nada a nadie. Pero a algunos les reportó pingües beneficios.


Nicolas Sarkozy ha rechazado que “quienes no quieren hacer nada, quienes no quieren trabajar vivan a costa de quienes se levantan temprano y trabajan duro”. Ha opuesto la Francia “que madruga” a la de los “asistidos”, nunca a la de los rentistas. A veces, a la americana, ha añadido una dimensión étnica y racial a la oposición entre categorías populares con cuyos dividendos electorales contaba. Así, en Agen, el 22 de junio de 2006, este pasaje de uno de sus discursos le valió su mayor ovación: “Y a quienes han optado deliberadamente de vivir a costa del trabajo de los demás, quienes piensan que todo se les debe sin que ellos deban nada a nadie, quienes quieren inmediatamente sin hacer nada, quienes, en lugar de superar dificultades para ganar su vida prefieren buscar en los pliegues de la historia una deuda imaginaria que Francia habría adquirido hacia ellos y que a sus ojos no habría pagado, quienes prefieren atizar la puja de las memorias para exigir una compensación que nadie les debe más que intentar integrarse mediante el esfuerzo y el trabajo, quienes no aman a Francia, quienes exigen todo de ella sin querer darle nada, les digo que no están obligados a permanecer en el territorio nacional”. Indolencia, asistencia, recriminaciones e inmigración se encuentran así mezcladas. Un cócktel que se revela a menudo muy productivo.


En julio de 2004, cuando Frank y yo íbamos en coche entre Washington y Virginia Occidental, la radio difundía la emisión de Rush Limbaugh, escuchada por trece millones de personas. La campaña electoral estaba en su apogeo y el animador ultraconservador consagraba a ella toda su atención, su desfachatez, su ferocidad. Ahora bien, al escucharle, ¿cuál era el tema del día? El hecho de que algunas horas antes en un restaurante la riquísima esposa del candidato demócrata John Kerry hubiera parecido ignorar la existencia de un plato tradicional americano. El acta de acusación de Limbaugh y de los oyentes a los que había elegido para dar la palabra (o no retirársela) estaba claro: decididamente, estos demócratas no estaban en sintonía con el pueblo, su cultura, su cocina. Y como extrañarse luego si John Kerry -gran familia de la costa Este, estudios privados en Suiza, matrimonio con una multimillonaria, cinco residencias, un avión privado para ir de una a otra, snowboard en invierno, windsurf en verano, incluso su bici vale 8000 dólares- ¡hable francés!

La insistencia que ideólogos conservadores, tan presentes en los medios como en las iglesias, reservan a formas de ser (o afectaciones) humildes, piadosas, sencillas, patrióticas -las suyas por supuesto- es tanto más temible en la medida que la izquierda, por su parte, parece cada vez más asociada a la especialidad, al desdén, al cosmopolitismo, al desprecio al pueblo. Entonces la trampa se cierra: callando las cuestiones de clase, los demócratas han inflado las velas de un poujadismo cultural que les ha barrido. Al final del camino se encuentra esta “molestia” mental que Frank examina al mismo tiempo que proporciona sus claves: en los Estados Unidos, desde 1980, políticos de derechas, desde Ronald Reagan a George W. Bush, han obtenido el apoyo de algunos de los grupos sociales que constituían los objetivos de sus propuestas económicas (obreros, empleados, personas mayores) reclamándose de los gustos y de las tradiciones populares. Mientras que el Presidente californiano y su sucesor tejano ofrecían abundantes rebajas fiscales a los ricos, prometían a los pequeños, a los humildes y a los subalternos la vuelta al orden, al patriotismo, a las banderas ondeantes, a las parejas que se casan y a los días de caza con el abuelo.

A lo largo de toda su campaña de 2007, Nicolas Sarkozy ha evocado a los “trabajadores que vuelven a casa agotados”, a los que “viven con carencias de atención dental”. Llegó a escribir que: “En las fábricas, se habla poco. Hay entre los obreros una nobleza de sentimientos que se expresa más por silencios envueltos en una forma extrema de pudor que por palabras. He aprendido a comprenderles y tengo la impresión de que me comprenden”. Esta connivencia reivindicada con la mayoría de los franceses -telespectadores de Michel Drucker y fans de Johnny Hallyday mezclados- le parece tanto más natural en la medida de que “no soy un teórico, no soy un ideólogo, no soy un intelectual, soy alguien concreto, un hombre vivo, con una familia, como los demás” /4.


 Enfrente, preocupada por meterse mejor en la economía “postindustrial” que aprecian los lectores de Inrockuptibles y Libération, tranquilizar a los pequeño burgueses ecologistas de las ciudades que ya constituyen el zócalo de su electorado, la izquierda ha optado por purgar su vocabulario de las palabras “proletariado” y “clase obrera”. Resultado, la derecha las recupera: “Hay, decía divertido un día Nicolas Sarkozy, quienes se reúnen en un gran hotel para charlar juntos, discutir de tiendas y de partidos. Para mí, mi hotel es la fábrica, estoy en medio de los franceses […]. Las fábricas son hermosas, hay ruido, es algo que está vivo, nadie se siente solo, hay compañeros, hay fraternidad, no es como las oficinas”.

Para un hombre de derechas es, por supuesto, ventajoso saber levantar al proletariado y las pequeñas clases medias unas veces contra los “privilegiados” que viven en el piso de encima (empleados con estatutos, sindicatos y “regímenes especiales”); otras contra los “asistidos” relegados un poco más allá; o contra los dos a la vez. Pero si esto no basta, el antiintelectualismo constituye un arma poderosa de socorro, que puede permitir conducir la política del Medef con los antiguos electores de Georges Marchais [antiguo dirigente del PCF. ndt]. Cuando Frank desmonta esta estratagema, se guarda de deplorarlo con los aires de un mundano de Manhattan.


Aclara sus resortes. Éste por ejemplo: la mundialización económica, que ha laminado las condiciones de existencia de las categorías sociales peor dotadas de capital cultural (diplomados, lenguas extranjeras, etc.), parece al contrario haber reservado sus beneficios a los “manipuladores de símbolos”: ensayistas, juristas, arquitectos, periodistas, financieros. Entonces, cuando estos últimos pretenden, además, dar a los demás lecciones de apertura, de tolerancia, de ecología y de virtud, se desencadena la cólera.

Los Republicanos, que han brillado presentándose como asediados por una élite cultural y sabia, ¿podían por consiguiente soñar con tener adversarios más detestados? El aislamiento social de la mayor parte de los intelectuales, de los “expertos”, de los artistas, su individualismo, su narcisismo, su desdén por las tradiciones populares, su desprecio de los “paletos” dispersos lejos de las costas han alimentado así un resentimiento del que Fox News y el Tea Party hicieron su negocio. Tomando por objetivo principal la élite de la cultura, el populismo de derechas ha protegido a la élite del dinero. No lo ha logrado más que porque la suficiencia de quienes saben se ha vuelto más insoportable que la desfachatez de las clases acomodadas. Y otros abogados de los privilegios se han precipitado por la brecha. Un día que no se reunía ni con Martin Bouygues, ni con Bernadr Arnault, ni con Bernard-Henri Lévy, Nicolas Sarkozy confió a Paris Match: “Soy como la mayor parte de la gente: me gusta lo que les gusta. Me gusta el Tour de Francia, el fútbol, voy a ver a Les Bronzés. Me gusta oír música popular”.



Nicolas Sarkozy apreciaba también las veladas en Fouquet´s, los yates de Vincent Bolloré y la perspectiva de ganar muchísimo dinero encadenando conferencias ante públicos de banqueros y de industriales. Sin embargo, cuando se cierra el libro de Thomas Frank, surge una pregunta, que desborda ampliamente la exposición de las estratagemas y de las hipocresías de la derecha. Podría resumirse así: el discurso descarnado y desmedrado de la izquierda, su apresuramiento en hundirse en el orden liberal planetario (Pascal Lamy), su asimilación del mercado al “aire que se respira” (Segolène Royal), su proximidad con el mundo del espectáculo y de la apariencia (Jack Lang), su reticencia a evocar la cuestión de las clases bajo cualquier forma, su miedo del voluntarismo político, su odio al conflicto, en fin, ¿todo esto no habría preparado el terreno a la victoria de sus adversarios? Los eternos “renovadores” de la izquierda no parecen jamás inspirarse en este tipo de cuestionamiento, al contrario. No existe mejor prueba de su urgencia.



Thomas Frank da su opinión sobre porqué millones de trabajadores norteamericanos apoyan a Trump en  





miércoles, 3 de agosto de 2016

“Que empiece la diversión”: El correo filtrado de Hillary Clinton sobre Venezuela (+wikileaks)




Tras la última filtración de los miles de correos que hiciera Wikileaks, quedó al descubierto la agenda intervencionista en América Latina de la ahora candidata Hillary Clinton, en especial la dirigida hacia Venezuela y el entonces presidente de la República, Hugo Chávez.


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En una de las situaciones expuestas en uno de los filtrados, la agencia federal de los EE.UU. solicitó a la entonces Secretaria de Estado, Clinton, aumentar los recursos para “luchar contra los esfuerzos de la diplomacia pública de los enemigos de América” a saber, según el presidente de la agencia Walter Isacson: Cuba, Irán Venezuela y Ecuador; reveló así la agencia de noticias sputniknews.com



La aprobación posterior hecha por la Secretaria de Estado Hillary Clinton, de más de 750 millones de dólares al presupuesto anual de la Agencia de los EE.UU. permitió sin duda incrementar los esfuerzos en los países antes mencionados, a lo que Clinton respondió en uno de estos correos: “¡Que empiece la diversión!“, lo que demuestra una demencial soberbia y hambre de Guerra hacia países electos democráticamente, progresistas.


Lo anterior fue la resolución a la solicitud y asesoría que hiciera Hillary Clinton, en funciones como Secretaria de Estado, al subsecretario de Asuntos hemisféricos, Arturo Valenzuela, la cual consistía en cómo hechar a Hugo Chávez de la presidencia de Venezuela, a lo que Valenzuela contestó:


"Tenemos que considerar cuidadosamente las consecuencias de enfrentarse a él públicamente, pero hay que buscar oportunidades entre otros en la región para que nos ayuden", reza otro de los cables filtrados.


(LaIguana.TV)