Estas son fotos tomadas hace un par de días en Madrid, pero
podría ser en cualquier otra provincia o ciudad del resto del estado.
Corresponden a un habitual reparto de comida, para los más necesitados,
en Tirso de Molina.
Mientras el gobierno trata de instaurar el debate sobre una supuesta
salida de la crisis y los partidos tradicionales miran al gobierno
griego (cuando no a Venezuela y otros países similares) para hablar
sobre las “consecuencias del populismo”, las imágenes de las diversas
“colas del hambre” y otras muchas similares que a diario se dan en este
estado, son ocultadas de forma sistemática tanto en el debate público
como en los principales medios.
Esto es solo un ejemplo de los miles que se podrían citar y todo el
inmenso material que los medios podrían encontrar, si quisieran, para
hacer un programa sobre la “Tierra hostil” que es hoy para millones de
persona el estado español.
El hambre, el desempleo, la marginación social, la pobreza, los
desahucios, son el pan nuestro de cada día. Por eso mismo a los medios
del capital les interesa tanto que se hable -y se mienta- sobre
Venezuela.
Pero estas imágenes, que no lo duden, aunque no salgan en Antena 3,
El País o el ABC, están en la mente de quienes las ven, las sufren y las
viven a diario. Y eso no pueden ocultarlo, por más que lo quisieran.
Europa levanta enormes vallas,
ante los ojos del mundo y para vergüenza de cualquier europeo con un
mínimo de dignidad y empatía con el sufrimiento ajeno, a lo largo y
ancho de sus fronteras, para intentar evitar un aluvión masivo de
migrantes y refugiados al interior de su fortaleza. Vallas a las que
recubre con alambres, espinos y cuchillas, para prolongar, hasta el
último momento, el tormento del que viene huyendo del hambre o de la
guerra, del expolio al que las potencias occidentales someten a los
pueblos empobrecidos de la tierra. Pero no se puede tapar el sol con un
dedo.
Mientras su mundo sea ese mundo-campo de concentración en el que
los países ricos han convertido a los países empobrecidos, seguirán
intentando entrar, esto tan solo es una muestra más de que eso que
llaman “Occidente”, es decir, el mundo capitalista “desarrollado”, es,
por definición, cruel, antihumanista y despiadado.
Estas vallas son algo más que un componente en una frontera, son un
símbolo de lo que es el mundo capitalista. Un Auswitch a la inversa, que
lo llamó un día el filósofo Carlos Fernádez Liria.
Levantamos muros y dejamos tras ellos, fuera de ellos, un mundo/campo
de concentración donde se produce a diario un genocidio silencioso que
afecta a miles de millones de personas. Y en las vallas colocamos unas
cuchillas por si los que quedan fuera de nuestro gueto/privilegiado osan
intentar entrar, fuera de nuestra fortaleza, osan tratar de escapar de
aquel mundo-campo de concentración en el que hemos convertido a sus
países de origen, con el hambre, la guerra, el expolio, las epidemias y,
en pocas palabras, la muerte, como máxima expresión del mismo.
Vallas/símbolo de la mierda de mundo que ha desarrollado el capitalismo,
por mucho internet, muchas tecnologías y muchas vacunas que tengamos.
Los nazis encerraron a sus víctimas en campos de concentración y en
guetos con el fin de aislarlos del resto del mundo. Tras los muros de
aquellos espacios de muerte se gestó un verdadero horror que causó la
muerte de más de una decena de millones de personas, asesinados
cruelmente de múltiples formas, desde las cámaras de gas, a los
fusilamientos masivos a los menos sofisticados métodos de la
inanición o la muerte por epidemias que las víctimas se contagiaban unas
a otras ante la dejadez y la complicidad de sus verdugos, con la no
menor complicidad de un mundo que solo cuando ya era demasiado tarde
hizo algo por ayudarlos, y unas sociedades que no querían ver lo que
pasaba con aquellas personas en aquellos espacios de muerte, pese a que,
en algunos casos, los tenían incluso en el corazón de sus propias
ciudades y las consecuencias eran evidentes por sí mismas.
Nosotros, ahora, desde nuestros países ricos, hemos desarrollado
exactamente el mismo sistema, pero a la inversa. Nos encerramos nosotros
en nuestras fortalezas (de las que el hambre y la misera no quedan
exentas, aunque sin llegar a los más elevados niveles de horror), las
cubrimos con enormes vallas y todo tipo de medidas de seguridad
destinadas a brindarlas del exterior, y dejamos tras ellas un espacio de
muerte que abarca más de tres cuartas partes del mundo y varios miles
de millones de personas diseminadas por él.
El hambre que mata, la
pobreza extrema que anula toda dignidad, la falta de un futuro, el
expolio de sus recursos naturales, las epidemias, y las guerras
causadas, la mayoría de veces, por los propios intereses económicos de
las potencias occidentales, arrasan aquel mundo-campo de concentración a
diario, con la no menor complicidad de unas sociedades que no quieren
ver, o que prefieren mirar para otro lado, lo que pasa cada día con
aquellas personas en aquellos espacios de muerte. Nuestros medios ya se
encargan de deshumanizar a ese “otro”, a esos miles de millones de
personas que habitan en ese gigantesco campo de concentración
globalizado en el que hemos convertido sus países, para que nuestras
conciencias duerman tranquilas.
Y aunque sabemos que todo eso está pasando, que más de tres cuartas
partes del mundo están condenadas a vivir en un mundo-campo de
concentración sutilmente separado de nuestro gueto-fortaleza, no nos
importa. Es más, clamamos contra quienes tratan de escapar de aquel
espacio de muerte y cruzar nuestras fronteras para llegar hasta eso que
ellos creen como el lugar donde poder labrarse un futuro y escapar de la
muerte.
Los tratamos como a invasores que vienen a robarnos nuestro
propio espacio vital y consentimos que esas enormes vallas se levanten
en nuestro nombre, tal vez porque así nos sintamos protegidos de los
peligros que asociamos a ellos, precisamente todos aquellos peligros a
los que los hemos condenado: hambre, miseria, desempleo, enfermedades,
epidemias, muerte. Tras los muros de nuestras fortalezas los miramos con
desprecio y temor, sin importarnos su destino.
Si los nazis fueron el horror expresado en su máxima potencia,
nuestro mundo no es otra cosa que un mundo-nazi, que separa a sus
habitantes, mediante vallas, muros y alambradas, entre aquellos que
merecen ser considerados humanos, que tienen derecho a vivir en el
interior del gueto-fortaleza del mundo desarrollado, y aquellos que son
carroña, escoria, bestias, que no merecen la condición de humanos y
deben quedar aislados de nuestro gueto, purgando su existencia inhumana
más allá de las fronteras de nuestra fortaleza, en su mundo-campo de
concentración.
Aquí, en nuestras fortalezas, no seremos todos arios,
pero sí que somos todos un poco nazis.
La Iglesia Católica siempre se ha caracterizado por
querer meterse en nuestras camas, en nuestros momentos de intimidad con
nuestras parejas, en nuestras relaciones sexuales. Nunca han respetado nada, ni
han sabido comprender que las personas somos seres libres para optar por lo que
nos de la gana, siempre y cuando no hagamos daño al prójimo.
El surrealista y vergonzoso libro del arzobispo de
Granada, Francisco Javier Martínez, titulado, “Cásate y sé sumisa”, viene a
confirmar esas injerencias en nuestras vidas de esta tropa de sotanas,
crucifijos, rosarios, flagelaciones y amigos invisibles envueltos en luces y
coronas.
Las perlas del elemento metido a consejero
matrimonial, son muchas, demasiadas para que quepan todas en este artículo, tan
fuertes como decir textualmente que, “Mujer, practicarás felaciones a tu marido
siempre que te lo ordene. Pero cuando lo hagas, piensa en Jesús. Recuerda: ¡No
eres una pervertida!”. Esta pretensión de un tipo que se supone que no hace el
amor con nadie, que por su celibato desconoce el placer sexual, el amor, el
cariño, el arte de entregarse a las pasiones, se ame o no se ame. La verdad que
resulta altamente insultante para millones de mujeres y hombres, que tenemos el
derecho de hacer con nuestros cuerpos lo que queramos, sin que nadie se meta
por medio a marcarnos lo que debemos hacer y de qué forma.
El arzobispo Martínez no respeta, es intolerante,
como toda su institución o al menos la oficial, no la de los religiosos y
religiosas que si trabajan por la gente desfavorecida, que son incapaces de
meterse en la vida personal de nadie, porque basan su credo en el que cada
persona tiene el derecho a la intimidad y a la dignidad.
El concepto de “Mujer” de esta institución sigue
siendo caduco y medieval, muy parecido a otras creencias a las que tanto critican
los sectores reaccionarios de la sociedad, empezando por el Partido Popular,
entidades antiabortistas, etc., que atacan a los talibanes, a los islamistas por
no respetar los derechos de las mujeres, cuando ellos actúan y piensan en
muchos casos de la misma forma.
El título del libro lo dice todo, habla de “sumisión”,
de pleitesía al macho, ese es su concepto de familia, la mujer para las tareas
domésticas y para follar o mamarla pensando en Cristo cuando al marido le
apetezca. Unos postulados que insultan a la inteligencia, que ofenden, que
agreden, que humillan a las mujeres, que pretenden inculcarnos un modo de vida
anquilosado en los tiempos de la Santa Inquisición, donde la Iglesia torturó,
violó y asesino a millones de seres humanos en todo el planeta.
Las palabras del arzobispo denotan odio, machismo,
violencia, exigiendo la obediencia femenina a las necesidades maritales,
incluso “Sin derecho al descanso”, porque según dice “Dios la ha puesto al lado
del marido”, “Ese santo que te soporta a pesar de todo. Obedece y sométete con
confianza” o “Sé una mujer del siglo XXI. Práctica el coito de espaldas. Así
mientras tanto podrás aprovechar para planchar”.
Hasta ahora este libro no ha sido rectificado por la
entidad para la que trabaja este individuo, lo cual quiere decir que lo acatan
y que forma parte de la filosofía de la mayor secta de la tierra. De la misma
forma que tampoco han sido capaces de pedir perdón por su colaboración directa
en el holocausto franquista en España, de su implicación directa con los nazis,
con el genocidio sobre millones de judíos, comunistas, anarquistas,
republicanos, personas discapacitadas…, exterminadas en los campos de
concentración alemanes, el apoyo directo a dictaduras tan sanguinarias como la
argentina, la chilena, la uruguaya, que asesinaron a cientos de miles de
activistas de la izquierda y la defensa de la democracia.
La falta de vergüenza del “arzobispo de las mamadas”,
como ya se le conoce popularmente, es una muestra de la degradación infernal de
la Iglesia, de cómo se han alejado de la defensa de los derechos sociales y
civiles, de la tolerancia con las personas que pensamos diferente, de cómo se
burlan de la evolución humana, del avance hacia un mundo más igualitario y
fraterno, donde mujeres y hombres podamos ser libres y felices.
Y van… Eso sí, muchas buenas palabras, promesas de colaboración con
la justicia, afirmaciones contundentes de tolerancia cero contra la
pedofilia, pero la Iglesia española sigue consintiendo con una inusitada
comprensión y con una encendida defensa a sus curas pederastas.
Y
si no, a las pruebas me remito. He aquí el último caso: el párroco de
Villanueva del Duque, Ignacio Mora Vilaltella fue detenido por la
Guardia Civil, acusado de tocamientos a una niña de diez años en abril
pasado, la jueza de Pozoblanco dictó una orden de alojamiento que obligó
al párroco a retirarse.
Mientras tanto el obispado de Córdoba
comunicó su intención de colaboración absoluta y de una tolerancia cero
contra cualquier caso de abuso a menores. Eso fue por abril, sin
embargo, ahora sabemos que hace diez días este párroco ha sido trasladado de pueblo
y que hoy preside otra parroquia, la de San Sebastián de Espiel, sin
que haya sufrido, por parte de la jerarquía la mínima sanción.
Está
claro que la diócesis de Córdoba, con su obispo al frente, está mucho
más preocupado por los fetos que por los niños, puesto que mientras que
condena y llama asesinos a los que cometen un aborto, deja libre a un
presunto pederasta, a pesar de que sobre él pesan graves acusaciones.
Y
no es el único caso, se sabe que la diócesis de Córdoba mantiene a un
cura condenado por pederastia trabajando en la diócesis. Se trata de
José Domingo Rey Godoy, religioso sentenciado en mayo de 2003 a 11 años de cárcel por abusar sexualmente de ocho menores de entre ocho y nueve años.
Es
increíble que mientras el Papa condene estos actos, algunos obispos
españoles –el de Córdoba no es el único caso—, defiendan a capa y espada
a presuntos pederastas sin que el castigo vaya más allá de un traslado a
otra parroquia –y no tanto como castigo sino con el fin de hacer
olvidar el asunto--. Parecen olvidar, aunque estoy seguro de que son
conscientes de ello y no les importa, de que los pederastas son personas
que suelen repetir sus delitos.
Ellos con su corporativismo
insultante cambian de parroquia a los curas pederastas sin importarles
lo que pueda ocurrir en el futuro, a sabiendas de que pueden seguir
delinquiendo en el nuevo lugar asignado. Está claro que su prioridad es
defender a su gente, a los que perdonan y redimen por el simple hecho de
que pecar es humano, algunos incluso han llegado a decir que los
jóvenes les provocan, sin que ello haya supuesto ninguna reprimenda por
parte de la jerarquía eclesiástica. Y todo esto mientras que excomulgan a
las mujeres y a los médicos que practican el aborto.
Por cierto que en el caso citado, el tal Ignacio Mora ya ha pasado por la cárcel, en los años 90, por haber pertenecido a un grupo terrorista ultraderechista,
llamado “Milicia Catalana” que ayudaba a preparar cartas bombas y las
enviaba a distintas instituciones, una organización que también atacaba a
locales de ambiente gay.
En fin, le han premiado y a olvidar el
asunto. Parece como si les enviasen a nuevos destinos para ver si son
capaces de superar sus tentaciones, aunque el riesgo lo corran los
niños. Pero eso, ¡Qué más da!
Fayhan Al Gamdi es un famoso telepredicador de Arabia Saudí, habitual
en los programas de televisión locales, donde pontifica sobre moralidad
y buenas costumbres. El 25 de diciembre de 2011, Lama, su hija de cinco
años, ingresaba en el hospital Rey Saud de Riad con el cráneo
aplastado, el brazo izquierdo y varias costillas rotas y una uña
arrancada.
El telepredicador confesó al ser detenido que ‘disciplinó’ a Lama, ante
su temor a que hubiera perdido la virginidad. Admitió que, tras un
examen ginecológico que no le dejó satisfecho, usó un bastón y
cables eléctricos con la niña. En 2013, un tribunal de Bani Tamim
Hawtat, a 160 kilómetros al sur de la capital Riad, sentenció Al Gamdi a
ocho años de prisión y 800 latigazos.
Hoy, tanto los cargos de homicidio como de violación han sido
retirados, al no encontrar semen en el interior de la niña, quedando
solo una acusación de “disciplina excesiva que resultó en la muerte”,
informa el diario saudita Al Sharq. “El Tribunal de
Apelaciones ha decidido liberar a mi cliente en libertad bajo fianza y
enviar el caso a un tribunal inferior para revisarlo”, ha anunciado su abogado.
Luma murió después de cuatro meses en coma y no fue enterrada hasta otros cuatro meses después, en espera de la investigación y los procedimientos de autopsia.
Alambradas de espino a la Europa sin fronteras es la
única solución implementada por los Estado miembro ante la crisis de los
refugiados. Más de 2.000 ahogados en el Mediterráneo y las crisis las
fronteras del Este de Europa y Reino Unido, dejan claro que no mere el
nombre de solución.
*
Poner alambradas de espino a la Europa sin
fronteras es la única solución implementada por los Estado miembro de la
Unión Europea a la crisis de los refugiados. Salta a la vista, no
obstante, que no merece el nombre de solución.
Refugiados kurdos sirios pasan un niño sobre una cerca en la frontera húngaro-serbia, cerca Ásotthalom, Hungría
Desde que estalló la guerra en Siria, hace
ya cuatro años, el goteo de refugiados que llegaban a la UE con destino
final Alemania o Suecia se ha convertido en una auténtica riada que
desborda a los países más pobres. Pero las bombas y las balas no son el
único motivo por el que se huye de un país. El hambre, el arma más
mortífera del planeta, sigue azotando los países africanos, que sumado a
los distintos conflictos armados, ha generado el éxodo que llena de
cadáveres el Mediterráneo. El mayor éxodo humano desde la II Guerra
Mundial tiene varias etapas hasta su fin, y entre ellas, varios
obstáculos que sortear.
Erdine (Grecia-Turquía)
Valla entre la frontera turca y griega, cerca de Erdine
Desde el Este, el recorrido que siguen los refugiados
sirios comienza en la frontera con Turquía. Los que no se pueden
permitir jugarse la vida en una lancha neumática para llegar a la isla
griega de Kos y de ahí alcanzar la península para seguir hasta
Macedonia, tratan de superar el primer obstáculo terrestre: la valla
fronteriza en provincia turca de Erdine. Se construyó en 2013 con tres
millones de euros de fondos europeos para tapar el único agujero ─de
12,5 kilómetros─ por el que podían colarse los refugiados, entre los
que también hay afganos, iraquíes y palestinos.
Lesovo y Kraynovo (Bulgaria-Turquía)
Valla fronteriza entre Turquía y Bulgaria en la localidad de Kraynovo.- FRONTEX
Pero el resultado es el de un parche en un barco que
se inunda. El agua, en seguida, encuentra otra grieta por la que
colarse. Y en este caso, la grieta era el país más pobre de la UE.
Bulgaria, con 7,4 millones de habitantes, tiene 1.808 kilómetros de
frontera. Una parte importante la comparte con Serbia, siguiente destino
antes de la próxima parada: Hungría.
Desde que se levantó la
valla de Erdine, Bulgaria pasó de recibir unos cientos de refugiados e
inmigrantes al año a contar 11.500 en 2013. Siguiendo el modelo anterior
─criticado por la UE, que tampoco ofrece otra solución─, el Gobierno
búlgaro con ayuda económica comunitaria levantó 30 kilómetros de alambre
y concertinas en las localidades fronterizas de Lesovo y Kraynovo. 2014
cerró con 6.000 nuevos refugiados en territorio búlgaro. Como parecía
que la valla y el control policial funcionaban, el pasado enero, el
Gobierno búlgaro aprobó la construcción de 82 kilómetros adicionales.
Problema resuelto para Bulgaria, pero no para la UE.
Hungría
Refugiados
sirios cruzan debajo de una alambrada con cuchillas e la frontera entre
Hungría y Serbia, cerca Röszke.- REUTERS / Laszlo Balogh
No hay, al menos de forma estable por el momento,
concertinas entre Grecia y su vecina del norte, Macedonia. El cierre de
la frontera búlgara no hizo sino aumentar el éxodo por la vía marítima.
El Egeo se convirtió en la única forma de llegar a Europa desde Turquía y
se triplicó el número de personas que optó por esta ruta. De 5.800
durante el segundo cuatrimestre 2014 a casi 15.000 durante el tercero.
Las islas griegas se han convertido en campos de refugiados que se
cobijan en hoteles en ruinas, y el Gobierno heleno ha tenido que fletar
barcos para trasladarlos a la península y que sigan su dura ruta hacia
el norte rico y desarrollado.
Serbia es la etapa común tanto para las personas que
se desplazan desde Macedonia (Sur) como para los que llegan desde
Bulgaria (Este). En cualquier caso, es un país de tránsito que no ha
perdido ni tiempo ni dinero en tratar de frenar la desesperación humana,
a diferencia de Macedonia, cuyos policías han cargado duramente contra
los miles de refugiados que se agolpaban en la frontera para coger el
tren a Serbia, en la localidad de Gevgelija. Hungría es el siguiente
destino después de Serbia.
Y ante la postura de Serbia, el Gobierno
conservador y nacionalista húngaro no está dispuesto a que ningún
extranjero más ─ sólo un 1,5% de su población es extranjera─ se quede
rezagado en su país durante la travesía. Serán 135 kilómetros de vallado
con una altura de cuatro metros. Su construcción va a marchas forzadas y
ya está instalada en algunos pasos. Según datos de la oficina de
inmigración húngara, en estos ocho meses de 2015 han recibido 57.000
inmigrantes ilegales (no distingue entre refugiados e inmigrantes).
43.000 llegaron en 2014 frente a los escasos 2.000 en 2012. Aunque el
número de extranjeros no ha aumentado.
Ceuta y Melilla (España-Marruecos)
Inmigrantes subsaharianos encaramados a la valla de Melilla.- AFP
Ceuta y Melilla, las ciudades españolas en la costa
africana, fueron objeto de una “fuerte presión migratoria” entre 2013 y
2014. El foco se puso sobre los inmigrantes subsaharianos y lo que la
prensa decidió llamar “asaltos” a la valla fronteriza. Sobre todo en
Melilla. Sin embargo, las ONG de la zona advirtieron en repetidas
ocasiones de que, en realidad, la presión migratoria era provocada por
lo refugiados sirios.
Aún así, España reforzó la triple valla ─de
doce kilómetros en Melilla y ocho en Ceuta─ para frenar a esos
inmigrantes que, pese a sufrir guerras, matanzas y persecuciones en sus
países, “no tienen derecho a asilo”, según el ministro de Interior,
Jorge Fernández Díaz.
El CETI melillense se encontraba desbordado (vea aquí las condiciones en las que viven)
precisamente de ciudadanos sirios, que no cruzaban saltando la valla,
sino pasando la aduana de Marruecos con un pasaporte falso. Eran los
sirios más pudientes, ya que esta ruta ─en avión desde Turquía a
Argelia─ costaba miles de euros. En cualquier caso, Alemania y los
países nórdicos son la meta para todos los que intentan llegar.
Calais (Francia-Inglaterra)
Varios
inmigrantes llaman por teléfono cerca de una cerca con alambre de púas,
junto al campamento improvisado llamado "La nueva jungla" en Calais,
Francia.- REUTERS / Regis Duvignau
Ceuta y Melilla no deja de ser un esfuerzo en vano
para muchos migrantes. El alzado de la valla española, más la construida
por Marruecos recientemente, y el refuerzo de agentes y las
devoluciones en caliente es un obstáculo demasiado grande para, al fin y
al cabo, continuar separado de Europa por el Mediterráneo.
Las
tragedias de naufragios en aguas libias e italianas durante estos dos
últimos años han puesto de manifiesto el problema al que se enfrenta la
UE. Aún así, la última reunión de alto nivel para buscar una solución
terminó sin ningún acuerdo, y los inmigrantes que no murieron en las
aguas del Mediterráneo, tras atravesar Italia, han acabado llamando a
las puertas de Reino Unido. El Canal de la Mancha, que comunica por
carretera subterránea Francia e Inglaterra, ha ocupado efímeramente las
portadas de todos los diarios.
La crisis migratoria de Calais, la
región francesa por la que se accede al Canal, ha sido tratada con la
misma fórmula fallida. A principios de agosto, el premier británico,
David Cameron, y el primer ministro francés, François Hollande, llegaron
un acuerdo para frenar lo que Cameron tildó de “plaga”: nuevas vallas
con alambre de espino y docenas de cámaras de seguridad adicionales en
el extremo francés del Eurotúnel.
Dicho de manera breve y simple, estatista es
alguien que cree en el Estado. Es alguien que quiere un Gobierno. Gobierno: es el ejercicio de la Autoridad
sobre un pueblo o lugar, y eso es, básicamente, el "derecho a
gobernar". No es sólo la capacidad para controlar a otras personas, pues
la mayoría de la gente posee de una manera u otra esa capacidad. Es el derecho, la idea de que ciertas personas están legitimadas para controlar a
otras por la fuerza. La creencia en el Gobierno es pura fe, creencia
adoctrinada, que en realidad no tiene sentido alguno en términos prácticos, ni
en evidencia o lógica.
Durante años pensé que era una excelente
analogía comparar Gobierno y religión, finalmente me di cuenta que no era
una analogía: ES UNA RELIGIÓN, en todos los sentidos. Deidad-gobernante sobrehumana, el Gobierno
posee derechos que no tienen los gobernados. No está restringido por normas
aplicables al común de los mortales.
Emite mandamientos, y si los desobedeces eres un
pecador y mereces ser castigado.
Los fieles, los verdaderos creyentes,
tienen gran fe en estos rituales estrafalarios llamados Elecciones,
Legislaciones y Nombramientos, y algunos de ellos se disfrazan y dicen: "Ahora,
represento al Gobierno. Sé
que tengo aspecto de persona, pero no sólo tengo los derechos de una
persona, porque yo represento a la mágica deidad llamada Gobierno y, por
tanto, se me
permite exigirte tu dinero y mangonearte y violentarte si me
desobedeces,
porque estoy actuando en nombre del Gobierno y el Gobierno tiene mandamientos llamados leyes, y estas
leyes no sólo son amenazas para los humanos, son decretos de algo sobrehumano.
Así que, todos vosotros, gente común de ahí fuera, deberéis inclinaros ante
esta deidad. Si queréis un Mundo ordenado, a esto habéis de
rezarle. He aquí que os proporcionamos ciertos rituales e instrucciones
de cuándo y cómo realizarlos. Rezar al 'dios' para que convierta el
Mundo en
lo que queréis que sea y para que os salve de todas las incertidumbres
de la
realidad".
La doctrina enseñada a la gente es
simplemente absurda, ejemplo de ello es el “Consentimiento de los
Gobernados", pues no existe tal cosa.
Si es consentimiento, es voluntario;
si es gobernado, no es consentido. La excusa dada es: “Nosotros tenemos el derecho a
gobernaros porque vosotros decidisteis que así lo hiciéramos, incluso si no nos
votasteis, e incluso si os oponéis a todo cuanto os hacemos”.
En fin,ellos "nos representan". ¿Nos representan? ¿Haciendo cuanto nosotros
no tenemos derecho a hacer y mangoneándonos y robándonos la vida y la hacienda?
Estoy seguro de que, si acudiese a mi vecino y lo mangoneara y le quitara el
dinero diciéndole "Te represento!", éste me diría –"¡Qué! ¿Que estupidez
me estás diciendo?"
Un claro indicativo de que la creencia en
el Gobierno es una cuestión de creencia religiosa, de fe ciega, es la manera en
que responde la gente ante una sencilla línea de cuestionamiento:
–¿Puedes otorgarle a otro un derecho que
tú no tienes?
Todos contestarán; Por supuesto que no.
–¿Y tú y tu colega, podéis ambos otorgarle
a un tercero un derecho del que ambos carecéis?
–Pues no.
Sólo hacen falta un par de
planteamientos más para llegar a... ¿Cómo puede el Congreso tener derechos
que tú no tienes?
Su reacción se vuelve entonces emocional,
tornándose iracundos o poniéndose a la defensiva o huyendo. No llegaron a esta
creencia mediante razonamiento, evidencias o lógica, llegaron a ella por tener
una fe ciega insertada en sus cabezas desde antes incluso de
que pudieran hablar.
Es simplemente algo en lo que fueron enseñados a creer, a saber: que
existe esta entidad llamada "Autoridad", la cual se permite hacer cosas
que al común de los humanos no se les permite, y a la cual la gente tiene la obligación de
obedecer.
La mayoría de la gente siente literalmente
agobio físico y miedo ante la idea de desobedecer a alguien con “Autoridad”, no pueden decir "No, eso yo no lo hago,"
porque
va en contra de sus muchos años de "programación y adoctrinamiento",
aleccionados como han sido para creer que si obedeces eres bueno y si no
lo haces eres malo, ese es el
mensaje que transmite principalmente la escuela, y ese mensaje es
machaconamente
introducido en las tiernas cabezas de la gente.
En fin, toda esa bazofia de la aprobación y desaprobación
que se aprende en la escuela, "si haces lo que se te dice obtendrás aprobación y
recompensa, pero si no lo haces, tendrás desdén y condena". Quienes están "al mando" se asegurarán
de que todos sepan lo mala persona que eres porque no hiciste lo que se te
mandó.
La creencia en la Autoridad dirige todo y
a todos, buenos, malos y medianos, a hacer y justificar cosas que de otro
modo no harían. Incluyendo, por supuesto, a la policía, porque la policía
cree real y verdaderamente que tiene el derecho a hacer cosas que tú y yo no tenemos
derecho a hacer.
La única razón por la que la mayoría de ellos hace lo que hace
es debido a que creen en la "Autoridad" y porque realmente creen que
la legislación les da una “exención moral”, pero cuando hacen algo criminal y
alguien les dice: "Eh, eso que haces no está bien", contestan:
"Yo no hago la ley, sólo la hago cumplir. Yo no soy responsable de mis
acciones, sólo soy una herramienta de algo extraño en algún lugar llamado Gobierno.
No me puedes culpar a mí por lo que yo hago personalmente porque realmente no
lo estoy haciendo yo.”
Tan demencial como suena, eso es lo que
dice la mayoría cuando alguien les advierte de que lo que hacen está mal. No
está bien encerrar a alguien por fumar marihuana. No está bien echar por la
fuerza de sus casas a personas indefensas en nombre de los bancos. No, no están
bien todas esas maneras, en fin, con las que "las fuerzas del orden" actúan
violentamente contra la gente.
Pero si les planteas el tema te hablan literalmente
como si no fueran ellos los que así proceden. La causa de dicha actitud es que fueron
aleccionados junto a todos los demás en la falacia de la Autoridad, del Gobierno
y de la ley. "Eres sólo una herramienta de esa cosa llamada ‘ley’, eso hace
que tengas derechos que los demás no tienen, por ello no has de sentirte mal
por agredir físicamente a la gente, porque la ley certifica que está
bien".
Realmente, decir que tú tienes derechos
que los demás no tienen es tan sólo una vil coartada, un permiso para ignorar tu conciencia.
¡No!, no tienes derecho a decirles a los
demás cuales han de ser sus hábitos ni cómo han de vivir. No tienes derecho a
extorsionar a la gente por tu cuenta, pero si perteneces a las "fuerzas
del orden", entonces no sólo está bien, sino que es incluso noble y
grandioso ir por ahí asaltando y mangoneando a la gente. Ese es el mayor peligro
de la creencia en la Autoridad, que induce a gente común a hacer o a
justificar cosas repugnantes y violentas porque, piensan, "si el Gobierno
y la Autoridad lo hacen, está bien".
Son educados e inducidos por sus
padres, por la escuela, por el Gobierno, por la cultura, por todos los mensajes
autoritarios incorporados en todo, a creer que la obediencia es una virtud. Erigid
una cultura que induzca a pensar así y surgirá un sombrío psicópata en lo alto ordenando
cosas insensatas y gente respondiendo “debo acatar órdenes, debo obedecer la
ley, debo hacer lo que se me manda porque es una virtud”, y entonces se pondrán
en marcha y harán cosas terribles.
No
temo a los Maos, ni a los Stalins ni a
los Hitlers. Temo a los millones de personas que, alucinadas por la
Autoridad, se baten por ellos, pagan por sus imperios y ejecutan sus
órdenes.
Me da igual que haya un pirado con un
estúpido bigote. Él no es una amenaza siempre y cuando la gente no crea en la Autoridad.
Algunos arguyen que habría que confiar en todo el mundo si no se quiere Gobierno,
pero eso no es para nada cierto. Yo no confío en todo el mundo, pero sí en que la
gente pueda dirigir sus propias vidas, ¿porqué diablos habría confiar en quienes
propician que otros dirijan las suyas, la mía y las de los demás?
Esta idea se resume en lo siguiente:
-No confío en la gente.
-La gente es indigna de confianza.
-La gente es impredecible.
Por lo tanto mi solución es elegir a
algunas de esas personas (de las más indignas de confianza que
existen), y darles permiso para controlarnos a todos coactivamente, eso nos protegerá de la confianza indigna
del resto de la humanidad.
Vale,
tanto te aterra la gente y tan
agradecido estás al Gobierno... Pero, déjame preguntarte: ¿Quien te
expolia fuerza y amenaza más, las personas comunes o los agentes de la
Autoridad? ¿Cuantos
asesinatos son cometidos por gente común, comparado con cuantos son
cometidos
por quienes actúan en nombre de la Autoridad? La cifra ni siquiera se
aproxima.
El número de crímenes cometidos en nombre de las fuerzas del
orden, de Gobiernos y de la Autoridad, empequeñece por completo al
"crimen común",
incluso el número de victimas causadas por los Gobiernos en otros países
es muy inferior a las víctimas
causadas a sus propias poblaciónes.
En los últimos 100 años, más de 270
millones de seres
humanos han sido asesinados por sus propios Gobiernos, ello sin contar
la guerra.
Esa
gente instalada en el Poder no tiene derecho a gobernar.
Sus amenazas
no son leyes, son sólo amenazas. Sus
exigencias no son impuestos, son sólo extorsión. Si para muchos esto es
percibido como una herejía, es porque lo es. Es una herejía contra el
dios llamado Gobierno.
Hay esperanza porque nadie
que comprenda por qué la Autoridad es intrínsecamente fraudulenta se va a
despertar un buen día diciendo: "Creo que debería hacer todo cuanto los políticos digan".
La humanidad no estaba destinada
a ser una especie domesticada propiedad de una clase gobernante, y la mentira no
se impondrá a la evidencia por siempre. Publicado por
Loam
Josefa Hernández, ante su casa en la isla de Fuerteventura
En un país con decenas de imputados oficiales no se puede estampar a
una mujer más contra la cárcel por negarse a vivir en la calle con dos
hijos, una de ellas discapacitada, y tres nietos menores. Una honda
injusticia que nunca se da del mismo modo cuando se goza de algún
recurso (Antonio Lucas)
La presa Josefa Hernández, de 63 años y natural de Fuerteventura, es una
delincuente por obra y gracia del Juzgado de lo Penal número 2 de
Puerto del Rosario. El delito de esta mujer, con dos hijos y tres nietos
a su cargo, es no cumplir la orden de derribo de su infravivienda,
levantada en una zona protegida del parque rural de Betancuria y donde
penaba con su tribu. El desacato la ha llevado a la cárcel por una
sentencia perversa, exagerada y pobre. La eficacísima Justicia es
insuperable cuando actúa contra el desplazado, contra el invisible.
Armada con una gafas que lloran solas, a esta presa le concederá Rajoy
el indulto este viernes (dios se lo pague). Así que pronto volverá a la
calle, a su pollada y a su miseria. Y también a su cielo, pues la
soledad es el cielo de los pobres. Toda la trampa electoral se exhibe en
este caso plena de vergüenza, con su reventa de promesas que no sirven
de nada. A esta mujer se le adivina el drama por los espacios blancos de
su biografía. No hay mucho que contar de ella. Sobrevive a la escasez y
poco más.
La sentencia, difícil de interpretar, recuerda a aquella otra por la que
en 1994 cascaron una multa de un millón de euros a un padre y su hijo
por cazar un lagarto verdinegro para poder cenar. A los desgraciados
siempre les pillan con la suerte del revés. Cazan un lagarto que no
abulta y los zarandean como si escapasen con el último bucardo de
estraperlo en el zurrón. Aún no he visto a ninguno de esos absurdos
políticos cazadores (o jueces, o fiscales, o reyes) pagar multa por
exceso de venados abatidos, perdices de más o por un gran elefante (que
es la cabina telefónica de la selva, según Ramón Gómez de la Serna).
A Josefa la sacarán de prisión, pero es que humanamente no tendría que
haber entrado. Ahora que los partidos prometen casitas de papel para
todo el mundo, el juez encierra a una señora por tener la choza
descarriada. En un país con decenas de imputados oficiales no se puede
estampar a una mujer más contra la cárcel por negarse a vivir en la
calle con dos hijos (una de ellas discapacitada) y tres nietos menores.
La última relación de alguien así con el mundo es la de una honda
injusticia que nunca se da del mismo modo cuando se goza de algún
recurso. Nadie entre los que mandan ha tenido la decencia de interesarse
desde Madrid por el caso de Josefa hasta que salió en la tele. El juez,
muy magnánimo, ordenó el desahucio y pa'lante. La ley es la ley, ya
sabemos para quién y de qué modo. Suponemos que esta mujer se multiplica
por mil en la asombrosa España del crecimiento y la recuperación. Así
que no estaremos tan recuperados, ni tan asombrosos, ni tan crecidos.
A esa clase baja de entresuelo se le aplica una violencia (social) que
no entiende de programas ni promesas. Suelen ser siempre los mismos. Si
no es un viejo, al que se baja por el hueco de la escalera con la soga
del piano, es una mujer que viene con el capacho de la compra sin nada
que comprar. Una mujer castigada con desmesura. Una mujer sin más
atenuante que el miedo a la intemperie. Una mujer por quien sólo lloran
las vecinas. Una mujer perdida en esta democracia. Una mujer que sólo
pidió una salida y le aplicaron el ejemplo de una celda.
Como saben, falleció
Txki Benegas, alto cargo del PSOE que siempre negó las informaciones que
lo señalaban como la persona que intentó comprar unas cintas a José
Amedo (mercenario de la banda terrorista GAL) en las que se involucraba a
Felipez González como dirigente final de la banda.
(naiz, 13-1-2015) El
exsecretario de Estado de Seguridad Rafael Vera ha vuelto a justificar
la guerra sucia de los GAL en un programa de prime time de TVE y ha sido
muy criticado por ello, pero nadie ha dicho nada sobre la burda mentira
en que ha basado dicha justificación. Una mentira, repetida durante
décadas, que consiste en pretender que los asesinatos reivindicados
usando las siglas GAL sirvieron para lograr la colaboración francesa
contra ETA.
Nada más lejos de la
realidad, porque dicha colaboración estaba conseguida de antemano e
incluía que las autoridades francesas hicieran la vista gorda ante la
guerra sucia de los GAL. Algo que es bien fácil de deducir con el simple
recurso de repasar la hemeroteca del diario «El País», empezando por
una reseña sobre una reunión secreta celebrada en París.
Esa reunión tuvo lugar
durante el verano de 1982, antes de que el PSOE ganara las elecciones y
Felipe González fuese proclamado presidente del Gobierno, y en ella una
delegación de altos dirigentes de dicho partido solicitó a los entonces
primer Ministro y ministro del Interior socialistas franceses su
colaboración en la lucha contra ETA.
Dieron así inicio a unas
fecundas relaciones en las que, según supo «El País» de fuentes del
propio PSOE, su estrategia fue elaborada por el presidente del partido, Ramón
Rubial, que ya había apuntado con anterioridad la posibilidad de
recurrir a la guerra sucia, y el entonces secretario general del
PSE-PSOE, Txiki Benegas.
Ahí sigue, espero que por poco tiempo, demostrando su trilerismo, su
capacidad manipuladora, su chulería barriobajera, su incapacidad de
mantenerse en la oposición.
No sabe cómo hacer para pasar a
primer plano. Ella, la reina de Saba, no puede soportar ver a
“personajes inferiores” rigiendo los destinos de su Madrid, y le acuden
ideas de casquero con tal de deshacer el entuerto que las elecciones
municipales han provocado: su pérdida de poder.
Primero ofreció a
Carmona la alcaldía si la apoyaba y no coló, ahora se la ofrece a
Begoña Villacís, la portavoz de C’s, eso sí teniendo que contar con un
concejal del PSOE para obtener la mayoría y le ha hecho la oferta al
propio Carmona, está empañada en que Carmona traicione al PSOE como sea,
con tal de quitarle el poder a Carmena, a Ahora Madrid; demostrando su
familiaridad y su amor a los Tamayazos.
Y claro, a pesar de las
diferencias del ex-portavoz del PSOE de Madrid con su partido, no ha
cuajado. Es más, como respuesta a este ofrecimiento, le ha comunicado
que prefiere que sea taquillera del Circo del Sol. Y no estoy de
acuerdo.
¿Ustedes
se imaginan qué sería capaz de hacer la lideresa si fuera taquillera de
ese circo venerable? Ya me la imagino metiendo a su familia como
acomodadores, o regalando entradas a Carromero y a los jóvenes de NN.GG.
de Madrid, o aparcando en donde los discapacitados. Y por qué no,
poniendo como segundo taquillero mayor del circo a un Granados
cualquiera que le pudiera montar una operación “púnica-solar”.
O, por
ejemplo, montando un complot para cargarse al director del circo, y si
no construiría dentro del recinto una ciudad de la Injusticia. No, no
condenemos a los trabajadores y a los espectadores del circo a pasar por
la ventanilla donde les obliguen a ver a este personaje capaz de
amargarles el espectáculo antes de empezar.
En todo caso que siga
de cazatalentos, eso sí, de empresas privadas que bastante ha jodido
con los talentos perniciosos y corruptos que ha elegido entre los
responsables públicos.
En fin, dejémosla que caiga como fruta
madura, que caerá, no la forcemos a que joda a más gente, que ya ha
cometido bastantes fechorías, no hay que darle ningún cargo, hay que
dejarle que se diluya como azucarillo en el mar de la oposición. Ella no
aguantará mucho sin mandar y se irá, y esperemos que esta vez para
siempre, aunque, quien sabe, lo mismo está esperando un regalito del
gobierno, como el de su amigo Wert.
Lo mismo espera que le nombren
Embajadora de Lavapiés, o Cónsul de Vallekas, allí, seguramente, podría
encontrar “el mismo amor” de sus vecinos, como ha ocurrido en La
Moraleja o el Barrio Salamanca.