martes, 8 de julio de 2014

Se siguen creando niños terroristas en Siria



Se siguen creando niños terroristas en Siria

Se ha creado en el norte de Siria un campo de entrenamiento para niños de edades comprendidas entre 7 y 13 años.

En este campo, llamado Ashbal al Aazz, se entrena para el combate a futuros suicidas durante alrededor de 25 días. Su 'graduación' les da acceso a diferentes grupos terroristas.








 ¿Quien dirige el campo?

Pues precisamente el grupo Emirato Islámico de Irak y el Levante, durante años miembro destacado de Al Qaeda al que ahora se le ha retirado la etiqueta (ahora ya no es miembro de la organización terrorista aunque sus actividades son las mismas) para que pueda seguir siendo receptor de los misiles y la "ayuda" norteamericana.
La televisión informativa saudita Al-Arabiya en una entrevista ha revelado que el príncipe saudita Abdul Rahman Al-Faisal es el comandante del Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL, también designado en árabe como «Daesh»).


Esta revelación de Al-Arabiya, planteó un pequeño problema ya que el Emirato Islámico en Irak y el Levante EIIL es una rama mundialmente reconocida de de al-Qaeda en Irak y Siria, puedes ver las declaraciones de uno de sus lideres en uno de nuestros vídeos
Figura en la lista de organizaciones terroristas establecida por la ONU. Pero a pesar de ello recibe financiamiento de Estados Unidos y apoyo logístico de Turquía para ejecutar sus actos terroristas contra Siria .


¿Solución? muy fácil: Ayman al-Zawahiri retiró al EIIL la etiqueta de al-Qaeda. De todos modos no hacía falta molestarse porque la decisión era posterior al voto del Congreso de Estados Unidos reunido en sesión secreta que legaliza el financiamiento estadounidense a esa organización terrorista hasta el 30 de septiembre de 2014. Pero siempre viene bien una legitimación aunque provenga de sus financieros y sea hecha a posteriori, que son detalles que los medios olvidarán mencionar.

Desde el comienzo como en 1991 en Irak se utilizó a los niños como elementos importantes de la propaganda de guerra.

Siempre con carteles bien impresos en inglés para las fotos, que serán obedientemente reproducidas por los medios occidentales.

Adoctrinar a los niños sirios y entrenarlos militarmente fue y es un objetivo de los mercenarios terroristas.

Por ejemplo en las escenas del video puedes ver a este supuesto maestro manifestante pacífico que arenga a los niños con la bandera de la colonización francesa adoptada por los rebeldes igual que en Libia se adoptó la del rey Idrish títere de los anglos. Luego solo unos días después puedes ver imágenes del mismo "maestro" armado. Observa que las filmaciones son de diciembre de 2011 lo que prueba que estas tácticas ya estaban en marcha al menos desde 2011.






El objetivo es convertir Siria, Libia, Iraq y Al Sham (término que designa conjuntamente a Siria y el Líbano) en estados islámicos aberrantes regidos por la intolerancia que siempre ha sido ajena al Islam auténtico.

El lavado de cerebro es evidente en los discursos que los niños pronuncian.

En este video un adolescente le corta la cabeza con un machete a un hombre tirado en el suelo con las manos atadas.

En las decapitaciones los niños son instigados a participar siempre como espectadores.
No son casos aislados el odio sectario es omnipresente desde la infancia a todos los niveles e implantado desde las familias por los padres.

Puedes preguntarte ¿cuando se recuperarán? o tal vez, como en el niño salvaje que vivió su infancia entre animales, no lo harán nunca.

La utilización de niños es particularmente repugnante y resalta la hipocresía sin límites de Occidente que denuncia estos hechos con su comisión de derechos humanos en la ONU, o sus ONG humanitarias como Human Rights Watch, mientras los fomenta haciendo propaganda de guerra, y armando a los grupos terroristas que los ejecutan .

Recuerda que ni los niños entrenados como terroristas ni la guerra existirían sin estos grupos mercenarios y que estos solo existen gracias a su apoyo, especialmente de Estados Unidos y la financiación de Arabia Saudi y Qatar.




LA PARADOJICA PATRAÑA DE LA “ILUSIÓN DEMOCRÁTICA”

Y tú que la quieres sólo en lo político, ¿dónde estás?
Por Marat

1.-Antecedentes del gran renacimiento democrático también llamado “regeneración”
No mucho más tarde de que la gran crisis capitalista, mayor por sus dimensiones -no sólo económica sino también social, energética, climática y de civilización-que la de 1929 se iniciase comenzaron lo que desde el psicoanálisis cabría denominar como pulsiones sociales; una serie de “revoluciones democráticas”, o pretensiones de tales, que tuvieron una doble expresión:


En el mundo árabe/musulmán lo que se llamó “primavera árabe” y que, con la excepción de Túnez, un país muy occidentalizado y en el que los procesos de modernización eran muy anteriores a la llamada “revolución de los jazmines”, y se habían producido desde tiempos del Presidente Burguiba, trajo como consecuencia involuciones políticas (Egipto), guerras civiles (Siria), Estados fallidos, caos y fundamentalismo islámico criminal (Libia)


En el resto de países árabes/musulmanes el fracaso fue la tónica general (Marruecos, Argelia, Yemen, Baréin, Kuwait, Líbano, Jordania, Omán, Arabia Saudita, Yibuti,...) Significativamente en las oligarquías dinásticas del petróleo amigo de los EEUU del Golfo Pérsico el fracaso fue tan absoluto que se redujo en horas y no tuvo repercusión social y política alguna. La estabilidad política fue premiada desde USA y las exigencias democráticas de su Presidente, Barak Obama, fueron inexistentes, al contrario de lo sucedido en Túnez, Egipto, Siria o Libia, en donde éste se implicó, en unos casos desde los servicios de inteligencia (Túnez, Egipto), en otros militarmente (Siria, Libia). El caso marroquí y el argelino tuvieron su consideración particular porque se trataba de países fundamentales para contener un fundamentalismo islámico mucho más agresivo hacia USA que en Siria o en Egipto, países en los que la Casa Blanca actuó como un acelerante de los conflictos.

En Occidente, la llamada “revolución islandesa” (o “revolución de las cacerolas”) tuvo el éxito de derrocar al anterior gobierno conservador, lograr un “gobierno de izquierdas”, hacer una nueva Constitución, lograr que dos banqueros implicados en quiebras fraudulentas visitaran brevemente la cárcel, hacer que Islandia fuera un buen pagador de la deuda contraída internacionalmente y de perder las elecciones a manos de una derecha que ha vuelto sobre sus fueros. Quien quiera saber más de dicha performance política y el bulo que la acompañó puede consultarlo aquí. 

Sin embargo el mito sirvió para alimentar los cuentos que posteriormente vendería el movimiento indignado a nivel mundial y alguna de sus criaturas políticas posteriores. 

Tras el modelo de “revolución a la islandesa” vino, ya abiertamente en los países occidentales, básicamente en España (Democracia Real Ya, 15M), USA (Occupy Wall Street) y parcialmente Méjico (Yo soy 132) la gran fábula de la “revolución democrática” que traería, frente a la gran crisis capitalista, gobiernos “realmente democráticos”, honestos y no corruptos, transparentes, que hicieran elecciones primarias en sus partidos, presentarán listas abiertas al parlamento y, como se puso de moda, desde unos meses después de Mayo de 2011, nacientes de un movimiento “desde abajo”


Tiempo antes se nos había contado en qué consistiría un gobierno democrático. Resumiendo de un modo un tanto esquemático, pero no demasiado, sería el que propiciase la “democracia participativa” desde las ILPs (Iniciativa Legislativa Popular o firme todo lo que le pongan por delante porque esto es democracia, aunque se limpien el culo con sus firmas), los referendos (Suiza, el gran paraíso fiscal los hace a troche y moche y USA, donde apenas vota el 45% electores, y quien no tenga padrino no sale senador ni congresista, hace tropecientos de ellos en cada elección presidencial) y la wikidemocracia 2.0: usted participa por Internet de las decisiones que le afectan y que son importantes para el país. Lo que no le dicen es que hay alguien, como en los referendos, que decide sobre qué se le consulta y sobre qué no y decide cuál es y cómo se hace la pregunta. Y esa es una clave fundamental de todo este asunto “democrático”. Hay extraños partidillos que lo que venden no es el contenido ni el significado de esa democracia sino el método digital del mismo y hay quienes se lo han comprado para elegir candidatos a dirigir sus organizaciones en sus listas....cerradas y señaladas por sus dirigentes mesiánicos.

No está de más señalar el horizonte de alguna reciente estrella política mediática en cuanto a los modelos de referencia en que se fijaría esa “modernización” democrática de clases medias:

“Yo no tengo modelos porque se puede aprender de todos. Si vamos a construir una nueva sociedad, tenemos que nutrirnos, por ejemplo, del Estado del Bienestar noruego, de la participación política de Suiza, de los instrumentos revocatorios en Venezuela o California... Aprender de las mejores experiencias y corregir lo que ha fallado, y eso implica no ser dogmático, no calcar un modelo”

Se le olvida mencionar a este alumbrador de la nueva era que el capitalismo noruego está abriendo el paso al abandono del Estado del Bienestar -ya he dicho alguna vez que las conquistas de las clases trabajadoras bajo el capitalismo son efímeras-, que la participación política en Suiza es compatible con que este país sea uno de los mayores paraísos fiscales del capitalismo y que sus consultas jamás atentarán contra este sistema y, por supuesto, que lo más importante de la democracia venezolana no está en sus poderes revocatorios, con ser estos positivos, sino en su organización en comunas y en la introducción de métodos de gestión empresarial no capitalistas, bases del socialismo. 

Está claro, por las palabras expresadas en la anterior cita cuáles son las referencias principales del discurso “progresista” y sus límites de las llamadas clases medias. No quiero imaginar cuáles son las de los sectores menos progresistas de las mismas. 

Pero si estas afirmaciones del político en alza destinado a representar el voto y los intereses de las clases medias no fueran suficientes añadamos otras que tal vez aporten algún esclarecimiento al “izquierdista” despistado:

“Si decimos que democracia es que los ciudadanos tengan sanidad, educación y las mínimas condiciones para desarrollar su vida digna, ni siquiera en España hay democracia.”

¿Cómo interpretar estas palabras de monsieur Alberto Garzón? ¿Acaso cuando el capitalismo no estaba en crisis sino en períodos expansivos y la necesidad de consumo favorecía tanto mejores salarios directos como indirectos (servicios públicos) y se mantenía el Estado del Bienestar era el capitalismo más democrático? ¿Cuándo fueron electivos los cargos de director de empresa y de empresario? Nunca, ¿verdad? Democracia no es simplemente alimentar al trabajador. Es sobre todo el control colectivo de todo lo que afecta a la vida social y de la persona y eso incluye lo que “los obsoletos y desfasados comunistas” llamábamos antaño el control obrero de la producción y que los marxistas modernos llamamos autogestión no sólo pero también en los centros de trabajo. Eso es democracia igualmente; democracia económica y social. Pero no parece que vayan por ahí ni las aspiraciones de las clases medias ni las de los “modernos progresistas”.

Dicho todo lo anterior, de ambos modelos de “revoluciones democráticas” cabe extraer algunos elementos comunes:

Donde estas “primaveras” han tenido alguna repercusión, su base social se ha encontrado en la pequeña y mediana burguesías  Para estos sectores, los cambios de gobierno posibilitarían políticas que favoreciesen el mantenimiento de sus niveles de vida. En España no ha sido precisamente así. Parece que tampoco en Islandia. Creo que tampoco en Egipto ni en Túnez. 

La importancia de Internet y de las redes sociales en las demandas indignadas mundiales ha sido determinante. Lo que se ha llamado espontáneas  protestas en las redes sociales no habrían sido posibles sin expertos en community manager y redes sociales. Este otro ejemplo para América Latina sirve también para España.  

La adulación a la juventud como un valor en sí mismo, como tópico de generación de futuro y como colectivo humano al que atribuir un valor meritocrático. Consideren ustedes el vínculo de los estudiantes Erasmus en la exportación a Europa del movimiento indignado y la machacona insistencia en la preparación de los líderes de Podemos y especialmente del señor Iglesias para contarnos que está capacitado para ser Presidente de Gobierno.  Cabe concluir de este planteamiento que Evo Morales no está preparado para dirigir su país y que un trabajador sin master ni inglés como segundo idioma no debe de ser cargo elegible. 

2.-Crisis de legitimación democrática y crisis económica 
Habermas, un ex marxista, no un postmarxista como algunos afirman, se enfrenta en 1973  a lo que llama “problemas de legitimación del capitalismo tardío” en una obra del mismo nombre. Para él los factores que explican dichos problemas no nacen sólo de los factores económicos  (imposibilidad de producir lo socialmente necesario: un concepto hoy más que discutible) de un capitalismo planificado sino de la incapacidad del sistema político e institucional para aportar decisiones racionales en la medida deseada y para mantener la legitimación del sistema político.

Sin embargo, esos factores de los que él habla no aparecen con toda su fuerza hasta el estallido de la actual crisis capitalista -casi 35 años después- y sobre todo afectan a los sectores sociales cuya posición económica de partida se ha visto menos vulnerada desde la época en la que Habermas señala las debilidades sistémicas hasta la actual. 

Las llamadas clases medias (sean reales o propietarias de medios de producción o ficticias y dependientes salarialmente) han vivido un proceso de achatamiento, proletarización y de descenso social vertical muy marcados en este período de la crisis capitalista pero las clases trabajadoras han vivido una pauperización creciente desde la primera fase de esta crisis que se inició mucho antes, en 1973. Un análisis de los salarios directos e indirectos (coberturas sociales) muestra en el mundo capitalista occidental una tendencia no siempre sostenida pero creciente hacia la transferencia de las rentas del trabajo al capital mucho antes de 2007. 

Sin embargo, y en ausencia de un relato sociológico y político de la segunda fase de la crisis capitalista -la iniciada en 2007- de la clase trabajadora y de sus supuestos representantes: los sindicatos y las organizaciones de “izquierdas”- el discurso dominanfe que nos hemos encontrado es básicamente conservador: el de la reivindicación de esas denominadas clases medias de no descender de estatus, sea a través de la conservación del llamado Estado del Bienestar, sea a través de la denuncia de que están siendo exterminadas por el proceso de dualización social que genera la redistribución de la riqueza nacional a favor de la gran burguesía, en sus palabras, “los más ricos”. No existe desde esta clase una propuesta política en positivo y capaz de presentar una alternativa al capitalismo realmente existente distinta al 

No voy a expresar el relato político de la clase trabajadora porque no es a mí a quien le corresponde hablar en su nombre sino a ella misma y porque mi clase no ha tenido ni medios de difusión ni voz política y sindical que la represente -el sindicalismo y las organizaciones con peso político que hace mucho tiempo fueron obreras hoy son mesocráticas-. No obstante creo que no se reconoce en sus formaciones de antaño porque no expresan sus necesidades. 

Tampoco esta vez, al contrario de como lo hizo el 22 de Marzo pasado, hito precedido por movilizaciones obreras y de las clases trabajadoras especialmente señaladas (Gamonal, limpiezas de Madrid, Sniace, y Alcorcón, Panrico, Coca-Cola,...) creo que siga la estela de las próximas huelgas ciudadanas (Botín, Amancio Ortega y Joan Rossell son también ciudadanos) y de consumo -este último concepto de huelga es especialmente cínico e hiriente para millones de familias de bajos recursos que hacen huelga de consumo diario al no poder alcanzar el mínimo necesario y tener que recurrir a la caridad/solidaridad públicas-, no porque la clase trabajadora tenga respuestas, que no las tiene si carece de sindicatos combativos y robustos y de expresiones políticas propias, sino porque no verá claro qué es lo que se le está ofreciendo como hito de lucha y seguramente porque no se sienta representada en dicho llamamiento. Sin que sirva de precedente porque no soy libertario, creo que hay cierta respuesta anarquista al llamamiento de la nueva convocatoria del 22-M que es básicamente asumible desde una posición de izquierda revolucionaria, independientemente de lo que hagan luego los anarquistas cuando se aproxime la fecha. 

Lo que se ha producido desde el 22-M hasta la fecha es una recomposición en la dirección de las marchas y hay datos que me permiten sostener esta afirmación.

Soy consciente de que la actual situación en las empresas convierte la posibilidad de una huelga general, no ya revolucionaria sino simplemente de protesta y resistencia, en un acto heroico para sus seguidores y de resultado más que inseguro pero también lo soy de que entre este tipo de protesta y una huelga ciudadana y de consumo es lo mismo que aquello que en Agosto de 2011 planteaban ciertos sectores indignados del 15M como huelga sin sindicatos; esto es, un llamamiento a la protesta ajenas a las claves de lucha de la clase trabajadora, que son las de golpear sobre la esfera económica para repercutir en la dimensión política.  

Cambiando de tercio, unas clases medias que históricamente fueron partidarias del “orden”, una vez asentadas en un estatus que les ha llevado durante gran parte del siglo XX y de los inicios del XXI hacia un consumo de masas y hacia el falso concepto de libertad basado en el narcisismo del individuo a través de su reflejo en la mercancía, han buscado sólo en el nivel político-institucional una respuesta al desorden que no nace de esa esfera sino de la económica.

Esta incoherencia se explica desde el carácter tradicionalista de unas clases que, reflejándose la gran burguesía en la que se miran pero no alcanzan, buscan la estabilidad y perdurabilidad de un orden económico que se les escapa. No atentan contra la injusticia del mismo, carecen de crítica moral hacia la idea de desigualdad. La igualdad que pretenden les basta si mantiene su espacio de pervivencia. Y, en tanto que no cuestionan la estructura económica desplazan hacia el político su protesta “indignada”. Estas clases ven en el Estado, no su naturaleza de clase capitalista, sino el ideal “romántico” de un regulador “neutro” de los diversos intereses sociales. Y al comprobar que este supuesto carácter de árbitro no se da, no cuestionan  la naturaleza del Estado sino a sus gobernantes circunstanciales. Queda para ellos la Administración como un ente del que salvan su condición de instrumento de la dictadura de una clase y hacia el que desplazan todas sus iras.

La exigencia de “las clases medias” tiene un carácter parasitario. El que busca en el Estado su propia salvación como clase y que, cuando no encuentra satisfacción a sus aspiraciones, demanda una nueva institucionalidad

Para las clases medias y los productos políticos nacidos de ellas, la crisis capitalista no pone en evidencia la cuestión de la igualdad ni de la propiedad. Creen en la privada y su igualdad huye del “fantasma” de la proletarización que se les viene encima para soñar en un mundo eternamente “seguro”  y “superior”.

3.-Contradicción entre la política y la economía
Si el mundo real, todos los expertos de cualquier ideología y el sentido común de las personas dicen que el poder no se encuentra desde hace tiempo en el Estado y sus instituciones sino en manos del capital -decía Carlos Marx que  "los gobiernos son simples Consejos de Administración de la burguesía"-, cabe preguntarse porqué buscar principalmente en las instituciones políticas la posibilidad de actuar sobre unas estructuras cuyo poder real está fuera de las mismas.  

Las llamadas clases medias y sus movimientos sociales y organizaciones reformistas defenderán la restitución de sus posiciones perdidas mediante una orientación de sus demandas hacia el Estado, hacia un Estado que ha desaparecido para siempre, el del Bienestar. 

Tiene todo su sentido. Ellas fueron, mucho más que las clases trabajadoras, las grandes beneficiarias  del despliegue del Estado Social a través de la educación, la sanidad, las pensiones públicas,... El modelo wellfariano de Estado es lo que permitió ascender socialmente a un sector de la población, al permitirle reservar parte de sus ingresos al ahorro y al consumo. 

Conscientes de este hecho, las clases medias y sus expresiones políticas “defienden lo bueno del sistema” sin la crítica radical (de raíz) a la base material sobre el que éste (el capitalismo) se asienta: la propiedad privada de los medios de producción, la apropiación privada de un beneficio social y colectivamente producido. La parte en la que el Estado es social sí es reclamada (mareas ciudadanas y sus diversas composiciones). La parte en la que el Estado revela su naturaleza de clase y actúa como soporte jurídico e instrumento coercitivo de la estabilidad del orden/desorden económico no es cuestionada desde las llamadas clases medias. Carecen de horizonte fuera del capitalismo y del Estado capitalista pues creen que ambos son los garantes de su subsistencia como clase, a pesar de que si algo ha demostrado esta crisis capitalista es la brutal transferencia de las rentas bajas e intermedias hacia las altas, con la consiguiente y creciente dualización social entre las grandes fortunas de la burguesía y unas cada vez más proletarizadas clases medias, que se van aproximando en estatus a las trabajadoras aunque no en autopercepción de sí mismas y de sus roles sociales.


Además de que el Estado capitalista revista una evidente naturaleza de clase, tampoco posee ya las palancas de intervención en la economía porque las abandonó desde la desregulación de la economía (financiera, comercial, jurídico-laboral, asistencial) mundial y ya, aunque hipotéticamente quisiera recuperarlas (a través de gobiernos de signo reformista: keynesianos, populistas o socialdemócratas) no podría hacerlo sin violar todo el orden social, económico y jurídico en el que se asienta el sistema capitalista. Dado que la “democracia burguesa” -y no a otra aspira la nueva  institucionalidad propuesta por las llamadas clases medias y sus alternativas políticas- ha involucionado desde el Estado del Bienestar hasta el Estado liberal del siglo XIX en el XXI, ninguna reforma política podría cambiar el actual capitalismo con una mera ocupación del gobierno, puesto que si algo ha demostrado la aventura islandesa, los gobiernos “progresistas” europeos y el “sí se puede” de Obama es lo superficial y reversible de  los pretendidos cambios que no afectaron en nada ni a la naturaleza del Estado del capital ni a éste mismo. 


A pesar de toda esta gran paradoja que hasta aquí he descrito, las pequeña y mediana burguesías no pueden plantear otro camino que el de la “ilusión democrática” (la llamada democracia participativa, que en nada cambia la naturaleza de la democracia capitalista”), la creación de una nueva institucionalidad -nueva en el remozamiento de los agentes políticos que intervendrán en el sistema de partidos y en algunos retoques cosméticos, no en su orientación ideológico-política- y en la reclamación de la vuelta a un tipo de Estado intervencionista en ls económico-social que ya no volverá para nivelar diferencias sociales sino, en todo caso, para reafirmarlas y acentuarlas.   

4.-“Revolución democrática” que es involución social y política
El ciclo de las revoluciones burguesas que tuvieron su momento fundacional en 1789, para proseguir en 1820, 1830 y 1848 fue identificado también como el de las revoluciones democráticas o liberales. 

Marx y Engels rendirían admiración por esta burguesía por su capacidad para revolucionar tanto la sociedad, como sus bases económicas, políticas y jurídicas y morales:

“Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus «superiores naturales» las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel «pago al contado». Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal.

La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados.

La burguesía ha desgarrado el velo de emocionante sentimentalismo que encubría las relaciones familiares, y las ha reducido a simples relaciones de dinero.
La burguesía ha revelado que la brutal manifestación de fuerza en la Edad Media, tan admirada por la reacción, tenía su complemento natural en la más relajada holgazanería. Ha sido ella la primera en demostrar lo que puede realizar la actividad humana; ha creado maravillas muy distintas a las pirámides de Egipto; a los acueductos romanos y a las catedrales góticas, y ha realizado campañas muy distintas a las migraciones de pueblos y a las Cruzadas.

La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. La conservación del antiguo modo de producción era, por el contrario, la primera condición de existencia de todas las clases industriales precedentes. Una revolución continua en la producción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores. Todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes de llegar a osificarse. Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas.” (I Burgueses y proletarios. “El Manifiesto Comunista”. K. Marx y F. Engels


Unos 160 años más tarde, un nuevo proyecto de revolución burguesa, éste de las llamadas clases medias, -2010 en Egipto y Túnez, y 2011, con el movimiento de los indignados- volvió a plantear su desafío.

Pero al contrario que la burguesía en el siglo XIX, que conformaba una clase ascendente, pujante y con iniciativa, fuerza transformadora de la economía y las relaciones sociales de producción, la política, la sociedad, la cultura y los valores, esta “revolución ciudadana y democrática” de las llamadas clases medias nace de estratos sociales en retirada, que reaccionan a la defensiva, sin una alternativa de sociedad global a la vigente sino limitada a exigir una nueva institucionalidad desde la que salvar su existencia, sin admitir que esa institucionalidad no los amparará porque el aparato del Estado es inerme para enfrentar al gran enemigo laminador de esas clases: el capitalismo en su actual fase fagocitadora. Sus propuestas de reformas económicas no pasan de mantener el Estado del Bienestar y revertir los procesos que afectan a su pérdida de estatus -expresado, por supuesto, desde otras fórmulas-pero sin afectar a la esencia misma del capitalismo: unas relaciones sociales de producción explotadoras, opresivas, injustas y opuestas al propio desarrollo libre de la humanidad.  


Como en el siglo XIX hizo la burguesía, ahora las clases medias intentan camuflar sus intereses de clase bajo la apariencia del interés general o colectivo y desde ese falaz presupuesto han planteado su proyecto como revolución ciudadana. 


Al intentar de enmascarar los intereses de su clase como “intereses de todos” o como intereses de la nación inventan el pretendido discurso del 1% contra el 99%, tratando de que olvidemos que una parte de ese pretendido 99% está formado por clases medias patrimoniales, que poseen empresas medianas y pequeñas desde la que despiden a sus trabajadores, les rebajan el sueldo y las condiciones laborales y se apropian de la plusvalía que estos producen. Dicen que lo hacen por la necesidad de competir y de sobrevivir en un mercado dominado por las grandes empresas y transnacionales pero lo cierto es que cuando las cosas les fueron mejor, las PyMES no destacaron por su filantropía hacia sus empleados, repartiendo entre ellos una parte de sus beneficios sino que, al igual que las grandes corporaciones, se apropiaron particularmente de la riqueza creada colectivamente por aquellos. 
     

Otro sector de las llamadas clases medias son asalariados de ingresos medios y medio-altos, lo que, de hecho, los convierte en trabajadores, aunque su desclasamiento ideológico les impida ver que sus  intereses serán laminados justamente por un capitalismo que no discuten en lo esencial porque hasta ahora ahora les ha permitido vivir un simulacro de “democracia económica” a través del consumo y no han perdido las esperanzas de que el capitalismo supere su crisis y les devuelva a su antaño condición hoy amenazada. Pero la realidad es que el capitalismo sale de sus crisis creando las condiciones para otras nuevas. Y eso les afecta a las llamadas clases medias que, aunque no cuestionen la esencia del capitalismo sino que básicamente lo defiende porque este sistema fue que en el pasado creó las condiciones para la expansión de las mismas, por sus necesidades de ampliar su base de consumo y de consenso social, no volverán a la situación de partida previa a esta gran crisis.    
 

Llamativamente esta gran paradoja entre un capitalismo que le condena a ser una especie en riesgo de extinción y un Estado que cree que salvará unos intereses de grupo que no podrá salvar, la eluden las llamadas clases medias con una apelación al “gobierno de los mejores”

Las llamadas clases medias han accedido durante décadas a la educación pública y a las ayudas a la enseñanza (becas, cursos de actualización, intercambios en la UE, masters,...), lo que les ha generado el espejismo de la vía educativa para el ascenso social o, cuando menos, para mantener sus estatus. Coherentemente con la sospecha, nunca admitida, de que las crisis continuadas del capitalismo son sus enemigas, han buscado refugio en los aledaños del Estado (la política, la administración que, aún gravemente herida, no ha acabado con la ilusión de la carrera funcionarial para toda la vida, las ayudas a los emprendedores, aprovechadas en su escasez siempre por los avispados mediante contactos,...). 


En un mercado de la oferta de candidatos decreciente, han inventado la gran idea “democrática” de la meritocracia. Las mejores notas, los estudios más avanzados, la “generación más preparada de la historia”...Se abona un discurso que justifica que sólo los miembros más competitivos de la manada puedan acceder a los mejores puestos/pastos disponibles. Una nueva vía hacia la elitización de la política y de los servidores públicos justificada precisamente por aquellos que se dicen enemigos de “la casta”


Es curioso cómo algunas de las alternativas frente a esa “casta”, teorizada en su día por pensadores prefascistas y por quienes han establecido alianzas con los fascistas británicos, crean en partidos de profesores y digan que ellos son los más preparados de la Historia para dirigir un gobierno. Argumento según el cual un indio de clase baja y sin estudios superiores como Evo Morales no está capacitado para dirigir su país. ¿Merece esto más comentario? 


Si esto no fuera suficiente para desmontar la falacia del discurso middle class, quienes tengan ganas de seguir leyendo y no responder con sus rebuznos a argumentos que se les entregan uno tras otro, no les sentaría mal leer este enlace que desmonta una falacia ideológica de origen neoliberal, y que muestra el carácter enormemente desigualitario e injusto de una sociedad meritocrática. He conocido no uno, sino muchos titulados en viarias carreras y políglotas que son a la vez imbéciles profundos. De hecho, uno de ellos ha saltado recientemente desde el palatino lameculismo felipista de antaño hasta el caballo de los nuevos tiempos, las nuevas consignas y los nuevos valores.  Es cierto que no le falta la razón a este sujeto cuando afirma que “el grueso de votantes de Podemos no fueron tanto los jóvenes del 15-M que acamparon en la Puerta del Sol como sus propios progenitores: los profesionales de los servicios públicos que protagonizaron en 2012 las mareas blanca y verde. Y esa clase media de edad adulta no se dejará impresionar tan fácilmente”. Se juega su supervivencia como clase en ello. 


5.-La “ilusión democrática” creará monstruos:
Cada proyecto fracasado en la historia de la humanidad ha abierto camino a sus enterradores. La democracia burguesa e incluso la pantomima de revolución democrática de estas llamadas clases medias contiene un valor que todo revolucionario debe defender con tanto ahínco como el de la protección de su propia vida: el de las libertades democráticas de expresión, reunión, asociación, opinión y manifestación. 

Hoy la dictadura de clase de la gran burguesía no ha resuelto ni la evolución de su crisis económica, de legitimación y de civilización ni cuál será la dinámica de las protestas sociales en el futuro contra el desorden moral e inhumano que ha creado. 

Es previsible, en consecuencia, que tema auténticos estallidos sociales, en lugar de simulacros de tales. y que espere que, si las alternativas de disidencia controlada y sistémica que protege fracasan, se radicalicen aún más las luchas sociales hasta un  punto en el que el capitalismo no pueda satisfacerlos ni integrarlos. 

La ilusión democrática dará paso, más temprano que tarde, y aunque circunstancialmente el capital pudiera sortear esta crisis, no la siguiente, que será devastadora, a una decepción brutal no sólo entre las llamadas clases medias sino entre los sectores de las trabajadores, muy minoritarios, que han seguido su estela. 


Las clases trabajadoras no es que no hayan dicho su última palabra, es que aún no han encontrado el vehículo político y sindical para expresar la primera, aunque en gran parte de Europa el abandono de las izquierdas les esté conduciendo a expresar su rabia a través de los canales enemigos de las mismas por naturaleza: populismos (no los hay de derechas y de izquierdas. Todos ellos son de derechas porque rebajan a los seres humanos a la condición de idiotas adictos a un líder “necesario”) y fascismos.  


Las clases medias fracasarán en su intento de supervivencia tanto por su naturaleza social como política. En lo social vivirán la contradicción entre su anhelo pseudodemocrático (falsa igualdad económica con unas clases altas que no alcanzarán) y su condición real (clases que temiendo al socialismo por su carácter realmente igualitario serán paciente y gradualmente eliminadas por el proceso de concentración de la riqueza que conlleva la actual fase del capitalismo). Su egoísmo natural que les lleva a defender sus intereses por encima de los de la amplia mayoría de los trabajadores, que se encuentran debajo de ellas, hará el resto en el nivel de sus propuestas políticas sin destino socio-economico. La redención de sus contradicciones estaría en la subordinación de su proyecto de supervivencia de los individuos que la componen a otro mucho más grande que ella como clase y como aspiración humana. Unirse sin pretensión de dirigir, ni de suplantar, ni de imponer a la lucha contra la explotación económica, social, cultural y humana que sufren las clases trabajadoras pues el destino que les espera en la evolución previsible del capitalismo es el de la distopía Mad Max, la salida de matar o morir a nivel meramente de individuos, sin que les quepa esperar solidaridades colectivas. La humanidad no sobrevivirá esta vez bajo la lógica destructiva del canibalismo social.


De no ser ésta la ruta elegida por las clases medias, la repetición de la ruta hitleriana, como expresión del “horror vacui” ante su propia destrucción, precipitará su condena. La historia enseña a quienes no la niegan y entierra a los idiotas que la rechazan o la ignoran. Y quienes la desprecian tienen, como clase, una tentación ante sus ojos, una vez que fracasa su "ilusión democrática". Decepcionados de su viaje hacia un concepto de pueblo que, ante todo, refleja los ideales de esas llamadas clases medias, bien pudieran acabar concluyendo que, puesto que su ruta hacia la democracia ha sido un engaño, el fascismo pudiera ser un buen cobijo bajo el que abrigarse


Mientras tanto, las clases trabajadoras aún deberán esperar la llegada de su tren que parta hacia la estación de Finlandia. Falta que los auténticos socialdemócratas tiendan la mano a los comunistas, y que estos tengan la inteligencia de aceptarla, para subir a ese convoy. Tengo dudas de que ello suceda pero siguen siendo dudas enamoradas.  No en vano Lenin solía recurrir a la cita de Goethe: "Mientras que el campo de la vida es verde, el campo de la teoría es gris” 

  
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lunes, 7 de julio de 2014

El Parlamento ruso entierra la multimillonaria deuda de Cuba


El Parlamento ruso entierra la multimillonaria deuda de Cuba

- La Duma ratifica el acuerdo de cancelación del 90% de los 25.900 millones de euros.


La Duma Estatal de Rusia (cámara baja del parlamento) ha ratificado este viernes el acuerdo firmado entre Rusia y Cuba en 2013 que prevé la cancelación del 90% de la deuda de La Habana con el Kremlin, que asciende a 35.200 millones de dólares (25.900 millones de euros). La decisión del parlamento ruso se ha producido una semana antes de la visita a Cuba del presidente ruso Vladimir Putin, en la que está previsto que se reúna con Fidel Castro, y en la que ambos países tratarán de afianzar sus relaciones comerciales.



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El documento ratificado prevé la cancelación de la mayor parte de la deuda de 35.200 millones dólares y el pago del resto (unos 3.500 millones de dólares, 2.570 millones de euros) en diez años. Los fondos reembolsados se reinvertirán en la economía cubana.



El texto que hoy ha aprobado la Duma fue firmado el 25 de octubre de 2013 durante una visita del primer ministro, Dmitri Medvedev, a la isla, en la que también se suscribieron una docena de acuerdos de cooperación económica. La liquidación de la deuda cubana ha sido durante mucho tiempo un obstáculo para la normalización de las relaciones entre La Habana y su exaliado de época de la Guerra fría.

Moscú es actualmente el noveno socio comercial de La Habana, detrás de Venezuela, China y España, los tres primeros socios comerciales de Cuba.






La vida oculta de los tres candidatos del PSOE: ricos, rentistas y opacos

Foto: EL TEMOR DEL PP Y PSOE A PERDER EL PODER POR EL ASCENSO DE OTROS PARTIDOS, LES LLEVA A MANIPULAR LA LEY ELECTORAL EN SU BENEFICIO PARA AFIANZAR AÚN MAS EL BIPARTIDISMO.
 

La vida oculta de los tres candidatos del PSOE: ricos, rentistas y opacos  



 Felipe González tiene 72 años ya y Rubalcaba cumplirá el 28 de julio 63 años. Parece claro que no encarnan precisamente la renovación del PSOE. Pero más preocupante resulta comprobar como los tres aspirantes a liderar el partido el próximo 13 de julio quieren parecerse a ellos siendo más jóvenes: ya son millonarios y ganan al menos en torno a 6.000 euros al mes. 


Los tres han sido o son diputados, los tres poseen un patrimonio considerable, los tres son rentistas… Gane quien gane, más de lo mismo: monárquicos solapados (dos de ellos votaron incluso el cambio de la jefatura del Estado por inserción en el BOE), tampoco rechazan clara ni tajantemente un pacto PP-PSOE. No hay nada que temer en las élites actuales: el PSOE forma parte de la “casta” y lo seguirá siendo ya hasta su extinción pues, si las bases no lo impiden con su abstención, comprometerán su relevo generacional para la próxima década.



 Pero para la sociedad civil española lo más irritante aflora al comprobar las declaraciones de bienes, rentas y actividades de los tres candidatos a “primarias” restringidas a su militancia: la opacidad y la confusión con que han rellenado los ya de por sí poco transparentes y nada fiscalizados impresos del Congreso suscitan muchas preguntas. Y no hay nada de que preocuparse: no habrá respuestas porque aclarar estas negras sombras de duda les pondría en un compromiso.   


Pedro Sánchez (42 años) no consigna su salario como diputado pero sí sus “extras”: 22.500 euros de “actividades profesionales” como economista. ¿Qué actividades son? ¿Son compatibles con su escaño? Misterio. Y deberían conocerse: es vocal de la Comisión de Economía y está adscrito a la de Industria y Energía, así como a la de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Además ha ingresado 9.700 euros como “profesor asociado” en la universidad privada Camilo José Cela, pero ha obtenido mucho más como casero de los inmuebles que tiene alquilados: 14.000 euros. En una época en los que los medios de comunicación no pagan a casi nadie (los periodistas lo saben bien), Pedro Sánchez ha obtenido además como colaborador 2.950 euros más (¿quien se los ha pagado?) y dando conferencias y cursos otros 2.300 euros (¿en qué instituciones, universidades o empresas?). Por todos sus ingresos, incluyendo los de la política –que no consigna– ha pagado 13.200 euros de IRPF, pero técnicos de Hacienda calculan que debe ingresar más de 90.000 euros anuales.


Y como los diputados no pueden ser inspeccionados por Hacienda porque si lo son a los inspectores les salta el “botón rojo” y sus “jefes políticos” les apabullan, los parlamentarios se sienten impunes. Como dato significativo, a estos ingresos Pedro Sánchez los llama “indemnizaciones”, el eufemismo con el que los políticos de la “casta” camuflan los pagos de dinero de terceros cuando no quieren dar sus nombres. Si aspira a liderar al PSOE, sus votantes deberían saber al menos quien lo ha “indemnizado” y por qué.

Vayamos ahora a su patrimonio. Pedro Sánchez tiene 2 casas en propiedad con 2 garajes en Madrid, que no es un lugar barato para adquirir viviendas ni cocheras. La primera la compró con 20 años y la segunda con 36 años. En la cuenta corriente ha consignado 5.000 euros, tiene acciones por valor de 12.000 euros y, sobre todo, un millonario plan de pensiones de 73.000 euros. ¿Es un plan suscrito por el Congreso? ¿Es una pensión privada? Nada se sabe. Dado sus escasos ingresos privados, lo único seguro es que todo es dinero público. Además, Bankia le concedió un préstamo de 159.000 euros. Lo hizo en 2008, cuando estaba siendo esquilmada y arruinada por el banquero Blesa y los consejeros de PP, PSOE, IU, CC.OO y UGT. ¿En qué condiciones? Lo único que consigna es que paga 4.600 euros al año, 383 euros al mes.


La entidad bancaria debió considerar a Pedro Sánchez solvente porque la política ha sido su sustento y modo de vida desde bien temprano: con 26 años fue designado asesor de la eurodiputada socialista Barbara Dührkop y jefe de gabinete del ex ministro Carlos Westendorp. También ha sido concejal elegido por Trinidad Jiménez y miembro del “aparato” de Ferraz con “Pepiño” Blanco, lo cual no es precisamente un timbre de gloria después de haberse conocido como utilizaba la política en provecho propio y como la Justicia le ha perseguido y le sigue los pasos.


Eduardo Madina (38 años) tiene en común con Pedro Sánchez que es también joven, socialista y millonario. Se afilió al PSOE con 17 años y fue nombrado asesor del Parlamento Europeo. Su esposa, Paloma Villa, que también era asesora del Parlamento Europeo, fue “fichada” por Telefónica al mismo tiempo que Ivan Rosa, el marido de Soraya Sáenz de Santamaría. A Madina le molestó mucho no el “fichaje” mediante “puerta giratoria” de su mujer, sino que se hiciera público junto a la del cónyuge de la vicepresidenta del Gobierno del PP.


 “No pasa de la EGB, sin ningún carisma” dijo de Madina el comisario y longevo Joaquín Almunia, que se ha hecho rico con la política como todos los demás cargos socialistas. No hizo gala con ello de sus dotes de pitoniso y quizás ese codazo sea una de las pocas medallas que el joven candidato puede colgarse al cuello. Madina sufrió un cruel atentado de ETA que le arrancó una pierna y solo por su situación de víctima del terrorismo merece la consideración y empatía del ciudadano. Pero los políticos tienen la extraña habilidad de convertir un carisma y honor en podredumbre y privilegio: recibió la indemnización más alta de la historia del terrorismo etarra por parte de sus propios compañeros de partido (3 millones de euros), lo que dio lugar a una lógica controversia con las otras víctimas.


Esta es la razón por la que Madina es hoy multimillonario. Nada se sabe de su sueldo como diputado porque no lo consigna, pero ha recibido una “extra” de 4.200 euros del Grupo Socialista. Con los 3 millones de euros del atentado (500 millones de las antiguas pesetas) compró 3 casas (una en Vizcaya y 2 en Madrid) y el resto (1 millón de euros) lo depositó en “productos de ahorro e inversión” que le rentaron 56.000 euros (un 5,6%, pero no aclara quien se lo dio). En la cuenta corriente consigna otros 6.000 euros. Por todo ello paga de IRPF 30.000 euros.


Lo curioso en Madina es que hizo una “complementaria” para declarar que había vendido su coche Golf y otra más para declarar que el Grupo Socialista le pagaba 5.800 euros y la Universidad Carlos III otros 3.300. En esa última “complementaria” añadió 13.000 euros por “dividendos de cartera asesorada” y 9.800 por “intereses de depósitos”. El cambio de declaración, sin embargo, registra una nueva composición de sus inversiones: ya solo tiene 2 pisos (1 en Madrid y 1 en Vizcaya) y la “imposición a plazo fijo” de la indemnización por víctima del terrorismo aflora por valor de 710.000 euros y 1,3 millones en “diversos productos de inversión”. Las cuentas corrientes suben a casi 16.000 euros y registra un “plan de ahorro previsión” de 8.900 euros, lo que completa su relación de bienes y rentas. ¿Como vendiendo 2 pisos y entrando en su casa 2 buenos sueldos públicos o regulados (Congreso y Telefónica) pierde al menos 1 millón de euros de la indemnización que obtuvo como víctima del terrorismo? Seguramente tendrá una explicación, pero como Madina no la proporciona, sus votantes de partido y contribuyentes –que también somos todos los demás– tenemos al menos el derecho a formularla, ya que los periodistas del régimen no lo hacen.


El último de los contendientes en liza se llama Pérez Tapias. De 59 años y de nombre José Antonio, pertenece a Izquierda Socialista, la “corriente crítica” del PSOE. También fue diputado y también es millonario. Aunque el Congreso de los Diputados tiene la mala costumbre de “borrar” de internet el pasado fiscal de sus parlamentarios cuando ejercían como cargos públicos –parece como si quisieran destruir las pruebas de un delito–, hemos tenido acceso a la última declaración que hizo este modesto profesor universitario de filosofía: casi 14.000 euros de trienios de la Universidad de Granada –que cobró desde su escaño sin ir a trabajar y que ya suponen el sueldo anual de muchas familias–, otros 700 por dos conferencias y 250 por intereses de sus cuentas corrientes. Por su sueldo de diputado y sus privilegios de funcionario pagó 15.500 de IRPF pero su montante se desconoce.

Los apoyos de la "corriente crítica" del PSOE le vienen a Perez Tapias, entre otros, de Beatriz Talegón

A Perez Tapias le apoyan, entre otros, Beatriz Talegón

Pérez Tapias se afilió al PSOE y a la UGT con 38 años y fue delegado de la Junta de Andalucía y miembro de “Cristianos Socialistas”. También se dice republicano y es el único que no apoyó públicamente la sucesión “por ley orgánica” de Juan Carlos I a Felipe VI. Es cierto que ha mantenido una actitud crítica –no votó como diputado la “urgente” reforma constitucional PSOE-PP del artículo 135 de la Constitución para prohibir el aumento del déficit y la deuda pública, hoy todo papel mojado– pero no es menos verdad que la política lo ha hecho rico: 3 casas en Granada, dos coches (un Terrano y un Clío) y una plaza de aparcamiento. En sus cuentas corrientes tiene 33.000 euros, ha pedido dos préstamos bancarios por 206.000 euros de los cuales ha pagado 65.000 en 11 años, a razón de 5.900 euros al año, unos 500 euros al mes. ¿Quien se lo concedió y a qué tipos? Nada se sabe porque nada se consigna a causa de la opacidad de las declaraciones fiscales de los diputados, sin control público alguno.


 



El Manifiesto «Última llamada» Esto es más que una crisis económica y de régimen: es una crisis de civilización


Esto es más que una crisis económica y de régimen: es una crisis de civilización

 

 

Los ciudadanos y ciudadanas europeos, en su gran mayoría, asumen la idea de que la sociedad de consumo actual puede “mejorar” hacia el futuro (y que debería hacerlo). Mientras tanto, buena parte de los habitantes del planeta esperan ir acercándose a nuestros niveles de bienestar material. Sin embargo, el nivel de producción y consumo se ha conseguido a costa de agotar los recursos naturales y energéticos, y romper los equilibrios ecológicos de la Tierra.

Nada de esto es nuevo. Las investigadoras y los científicos más lúcidos llevan dándonos fundadas señales de alarma desde principios de los años setenta del siglo XX: de proseguir con las tendencias de crecimiento vigentes (económico, demográfico, en el uso de recursos, generación de contaminantes e incremento de desigualdades) el resultado más probable para el siglo XXI es un colapso civilizatorio.

Hoy se acumulan las noticias que indican que la vía del crecimiento es ya un genocidio a cámara lenta. El declive en la disponibilidad de energía barata, los escenarios catastróficos del cambio climático y las tensiones geopolíticas por los recursos muestran que las tendencias de progreso del pasado se están quebrando.

Frente a este desafío no bastan los mantras cosméticos del desarrollo sostenible, ni la mera apuesta por tecnologías ecoeficientes, ni una supuesta “economía verde” que encubre la mercantilización generalizada de bienes naturales y servicios ecosistémicos. Las soluciones tecnológicas, tanto a la crisis ambiental como al declive energético, son insuficientes. Además, la crisis ecológica no es un tema parcial sino que determina todos los aspectos de la sociedad: alimentación, transporte, industria, urbanización, conflictos bélicos… Se trata, en definitiva, de la base de nuestra economía y de nuestras vidas.

Estamos atrapados en la dinámica perversa de una civilización que si no crece no funciona, y si crece destruye las bases naturales que la hacen posible. Nuestra cultura, tecnólatra y mercadólatra, olvida que somos, de raíz, dependientes de los ecosistemas e interdependientes.

La sociedad productivista y consumista no puede ser sustentada por el planeta. Necesitamos construir una nueva civilización capaz de asegurar una vida digna a una enorme población humana (hoy más de 7.200 millones), aún creciente, que habita un mundo de recursos menguantes. Para ello van a ser necesarios cambios radicales en los modos de vida, las formas de producción, el diseño de las ciudades y la organización territorial: y sobre todo en los valores que guían todo lo anterior. Necesitamos una sociedad que tenga como objetivo recuperar el equilibrio con la biosfera, y utilice la investigación, la tecnología, la cultura, la economía y la política para avanzar hacia ese fin. Necesitaremos para ello toda la imaginación política, generosidad moral y creatividad técnica que logremos desplegar.

Pero esta Gran Transformación se topa con dos obstáculos titánicos: la inercia del modo de vida capitalista y los intereses de los grupos privilegiados. Para evitar el caos y la barbarie hacia donde hoy estamos dirigiéndonos, necesitamos una ruptura política profunda con la hegemonía vigente, y una economía que tenga como fin la satisfacción de necesidades sociales dentro de los límites que impone la biosfera, y no el incremento del beneficio privado.

Por suerte, cada vez más gente está reaccionando ante los intentos de las elites de hacerles pagar los platos rotos. Hoy, en el Estado español, el despertar de dignidad y democracia que supuso el 15M (desde la primavera de 2011) está gestando un proceso constituyente que abre posibilidades para otras formas de organización social.

Sin embargo, es fundamental que los proyectos alternativos tomen conciencia de las implicaciones que suponen los límites del crecimiento y diseñen propuestas de cambio mucho más audaces. La crisis de régimen y la crisis económica sólo se podrán superar si al mismo tiempo se supera la crisis ecológica. En este sentido, no bastan políticas que vuelvan a las recetas del capitalismo keynesiano. Estas políticas nos llevaron, en los decenios que siguieron a la segunda guerra mundial, a un ciclo de expansión que nos colocó en el umbral de los límites del planeta. Un nuevo ciclo de expansión es inviable: no hay base material, ni espacio ecológico y recursos naturales que pudieran sustentarlo.

El siglo XXI será el siglo más decisivo de la historia de la humanidad. Supondrá una gran prueba para todas las culturas y sociedades, y para la especie en su conjunto. Una prueba donde se dirimirá nuestra continuidad en la Tierra y la posibilidad de llamar “humana” a la vida que seamos capaces de organizar después. Tenemos ante nosotros el reto de una transformación de calibre análogo al de grandes acontecimientos históricos como la revolución neolítica o la revolución industrial.

Atención: la ventana de oportunidad se está cerrando. Es cierto que hay muchos movimientos de resistencia alrededor del mundo en pro de la justicia ambiental (la organización Global Witness ha registrado casi mil ambientalistas muertos sólo en los últimos diez años, en sus luchas contra proyectos mineros o petroleros, defendiendo sus tierras y sus aguas). Pero a lo sumo tenemos un lustro para asentar un debate amplio y transversal sobre los límites del crecimiento, y para construir democráticamente alternativas ecológicas y energéticas que sean a la vez rigurosas y viables. Deberíamos ser capaces de ganar grandes mayorías para un cambio de modelo económico, energético, social y cultural. Además de combatir las injusticias originadas por el ejercicio de la dominación y la acumulación de riqueza, hablamos de un modelo que asuma la realidad, haga las paces con la naturaleza y posibilite la vida buena dentro de los límites ecológicos de la Tierra.

Una civilización se acaba y hemos de construir otra nueva. Las consecuencias de no hacer nada —o hacer demasiado poco— nos llevan directamente al colapso social, económico y ecológico. Pero si empezamos hoy, todavía podemos ser las y los protagonistas de una sociedad solidaria, democrática y en paz con el planeta. 

— En diversos lugares de la Península Ibérica, Baleares y Canarias, y en el verano de 2014.








domingo, 6 de julio de 2014

Madrid es la única comunidad que separa a inmigrantes y españoles en los comedores públicos

Ignacio González durante su visita a un comedor social de la Comunidad de Madrid. /madrid.org
Ignacio González durante su visita a un comedor social de la Comunidad de Madrid. /madrid.org

  • La Comunidad, titular del servicio, acusa a Cruz Roja de poner los requisitos para un centro al que acuden solo extranjeros.
  • La organización asegura que sólo se encarga de coordinar este comedor social.
  • La separación sólo se justificaría si el comedor, que sólo ofrece comidas, acogiera además un programa de inclusión social, opinan varios expertos.
Vanessa Pi⎮El Diario⎮04/07/2014



En el comedor público de la calle Canarias número 7 de Madrid sólo puedes entrar si eres inmigrante. El Gobierno de Ignacio González es el único que segrega a los beneficiarios que no tienen un DNI español. Todos los gobiernos autonómicos niegan tener un comedor social específico para extranjeros, incluso aquellos que delegan la gestión de los comedores a ONG a través de subvenciones públicas.
Varios portavoces autonómicos incluso muestran sorpresa por la existencia de este tipo de comedores en Madrid. La separación es cuestionada por varias organizaciones, que la consideran innecesaria y advierten de que entraña cierta discriminación. Pero las preguntas topan con el silencio de Cruz Roja, que asegura que “solo coordina” el centro. Y con el de la Comunidad de Madrid, titular del servicio, que responsabiliza a la entidad de ser quien establece las condiciones para acceder al comedor.



“Si Cruz Roja decide remitir también a españoles a ese comedor, a nosotros nos da igual”, aseguran desde la Consejería de Asuntos Sociales. Mientras para acudir a los otros tres comedores públicos de la región es la Dirección General del Mayor quien determina quién va a cada centro, en el caso de los inmigrantes, esto depende de Cruz Roja. Así se estableció en un convenio hace 25 años. Como en los otros tres comedores públicos, la entrada no es libre y se deben cumplir una serie de requisitos que previamente se han comprobado en loscentros de servicios sociales municipales.
En el comedor de la calle Canarias “sólo comen inmigrantes”, constata un trabajador del centro. Tienen que estar en situación de vulnerabilidad social y debe comprobarse que no padecen infecciones contagiosas. Esto es común para todos. Así lo recoge la Comunidad de Madrid en su página web, donde muestra abiertamente que el de la calle Canarias es un comedor para “inmigrantes extranjeros”.


Salvo que el centro acogiera un programa muy enfocado a la inclusión de los inmigrantes, con prestaciones y recursos tan específicos, no tiene ningún sentido segregar
Según explican en el comedor de la calle Canarias y confirman otras fuentes consultadas, en los otros tres comedores públicos, se atiende a “personas mayores, gente del barrio, en general”. Que coma un inmigrante en estos tres comedores no es lo habitual. No se ven en las colas que esperan a que abran las puertas.


No obstante, una trabajadora del comedor de Santa Isabel defiende “que se atiende a quien lo necesite, con mucho cariño”. Eso sí, siempre que se le derive desde la Dirección General del Mayor. Y salvo casos contados, los inmigrantes van de servicios sociales a Cruz Roja. De ahí, al comedor de la calle Canarias.


La web también indica que el comedor acoge a un segundo grupo de personas. Se trata de “asilados, refugiados, desplazados o solicitantes de asilo y refugio, pendientes de resolución de recursos o de legalizar su documentación para residir en España”, que también deben cumplir el resto de requisitos.


Pero en la práctica, el número de asilados y refugiados es testimonial, incluso nulo, según explica el trabajador del centro. Por ello, “hará un par de meses”, prosigue, la Comunidad ha cambiado el cartel de su puerta. Donde antes ponía “Comedor de refugiados e inmigrantes”, ahora se lee “Comedor calle Canarias”. Ese cambio no se ha aplicado hasta el momento en la web del gobierno regional.


¿Separación necesaria?

¿Qué justifica esta separación? Tampoco el trabajador del comedor tiene una respuesta. Sí confirma que el centro sólo abre para dar el desayuno, cierra y vuelve a abrir para la comida. A las 14.45 cierra sus puertas y no abre hasta la mañana siguiente. Los inmigrantes salen del centro con una bolsita donde se les da la cena. Los viernes también se les dan las raciones del fin de semana.


Sin más detalles del funcionamiento del centro por parte de Cruz Roja ni de la Comunidad, este dato resulta significativo, ya que muestra que en el centro solo se da de comer, no acoge ninguna otra actividad. “Salvo un criterio técnico, es decir, que el centro acogiera un programa muy enfocado a la inclusión de los inmigrantes, con prestaciones y recursos tan específicos que la población no inmigrante no aprovecharía, no tiene ningún sentido el segregar”, asegura un reconocido experto del ámbito de la pobreza y la inclusión social que prefiere mantenerse en el anonimato por no conocer el funcionamiento concreto del comedor.



También desde la Red Acoge aluden a “la intervención social” para justificar que organizaciones como la suya trabajen con inmigrantes “para atender mejor a sus necesidades específicas, con vulnerabilidades específicas por su condición de personas extranjeras”. ¿Es este el caso del comedor de la calle Canarias? Sea como sea, para Gustavo García, portavoz de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, separar a inmigrantes de españoles en un recurso de necesidad tan básica como un comedor “no tiene ningún sentido”. García va más allá y hace hincapié en que “la alimentación es una de las líneas rojas de la dignidad y nunca debería haber limitaciones presupuestarias para ello”.


En paralelo a la red pública de comedores, varias ONG gestionan, con subvenciones públicas, otros centros donde en general cualquiera que lo desee puede comer sin haber pasado por servicios sociales y sin tener que llevar ningún documento.


más INFO

Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/comedor-publico-inmigrantes-Madrid-Espana_0_277872387.html