La doble moral
de la monarquía alauita en las Relaciones Internacionales - Ramiro Gómez
Una alusión al Sáhara Occidental como territorio
ocupado ha provocado un enfrentamiento dialéctico en Naciones Unidas entre los
embajadores de Venezuela y Marruecos,
país que cerró su Embajada en Caracas
en 2009 –recuerda Ramiro Gómez– en represalia por el apoyo de Hugo Chávez al
movimiento independentista saharaui del Frente
Polisario.
Una alusión al Sáhara Occidental como territorio
ocupado ha provocado un enfrentamiento dialéctico en Naciones Unidas entre los
embajadores de Venezuela y Marruecos,
país que cerró su Embajada en Caracas
en 2009 en represalia por el apoyo de Hugo Chávez al movimiento independentista
saharaui del Frente Polisario.
El origen de la
disputa estuvo en la petición que hizo el representante venezolano, Rafael Darío Ramírez, de que se tuviera
en cuenta a los "territorios ocupados" de Palestina y el Sáhara Occidental para cumplir estos objetivos.
La respuesta del
embajador marroquí, Omar Hilale, no
se hizo esperar. Acusó a la "oligarquía dictatorial chavista"
de condenar "a la miseria" al pueblo venezolano y consideró que
"más dramática" que la situación de los saharauis es la de "los
niños venezolanos que buscan comida en la basura".
"Mientras que su pueblo no encuentra medicamentos para curar sus enfermedades, ni alimentos para comer, ni leche para amamantar a los bebés y mientras el Gobierno cierra las escuelas para ahorrar electricidad, su embajador se permite volar en jet privado en Estados Unidos y los países del Caribe" –le espetó Hilale al representante venezolano.
Frente a la
difícil situación económica que atraviesa Venezuela,
el embajador marroquí puso en valor las inversiones de Marruecos en el Sáhara
Occidental, con un presupuesto de más de 7.000 millones de dólares (unos 6.500 millones de euros). "Este
no es el caso de Venezuela, la última dictadura en America Latina",
insistió Hilale, que se preguntó de manera irónica si el representante
venezolano no se había equivocado de reunión al hacer referencia al Sáhara Occidental. (Fuente: Agencia
Europa Press 20-04-17).
Cuando la palabra Monarquía es sinónimo de
doble moral en las Relacionales Internacionales
Por medio de un
comunicado la Cancillería venezolana
fustigó que sea precisamente un reino, "ocupante
de un territorio sometido a proceso de descolonización por las Naciones
Unidas", el que critique su Estado de derecho. El Gobierno de Venezuela deploró la declaración de Marruecos emitida este jueves contra su
orden constitucional y Estado de derecho, e instó al país monárquico a no
intervenir en sus asuntos internos.
En su declaración,
el Reino de Marruecos señalaba que
los venezolanos "se encuentran
privados de sus derechos humanos más elementales a la educación, la
alimentación, el agua potable y los servicios sociales".(22-04-17 Telesur).
Ante esto, la
Cancillería venezolana emitió un comunicado de rechazo al "infundado" texto marroquí, y destacó en su respuesta que
el progreso y desarrollo en ese país "muy
a pesar del cerco económico, financiero y agresiones internacionales, goza de
reconocimientos por distintos organismos" de Naciones Unidas.
"El modelo de derechos humanos en materia de educación, salud, cultura, vivienda y disminución de la pobreza, entre otros, conforman un vigoroso andamiaje de protección y buen vivir de la ciudadanía en Venezuela" –añade la nota oficial.
Igualmente, el
Gobierno de Nicolás Maduro sentenció como "inadmisible" que un
reino, "ocupante de un territorio
sometido a proceso de descolonización por las Naciones Unidas (...) pretenda
dar lecciones e interferir en los asuntos internos de Venezuela".
Por lo cual,
llamó a Marruecos "a no sumarse a la conjura
internacional que procura la desestabilización y vulneración de la paz en
nuestra patria, violentando los principios de respeto entre Estados soberanos y
la libre determinación del pueblo de Venezuela".
Marruecos opta por la represión en el Rif:
intenta decapitar la rebelión
Actualmente, el
líder de la rebelión rifeña, Naser
Zafzafi, está detenido después de haber denunciado en una mezquita de Alhucemas que Rabat utiliza también la religión para tratar de acallar las
protestas.
El corazón del Rif había quedado sumido en una tregua,
por lo menos hasta finales de julio cuando estaba convocada la siguiente gran
manifestación, pero las autoridades marroquíes dieron el viernes al traste con
ella. No está claro si volvieron a meter la pata o si quisieron acabar de una
vez con la rebelión, que empezó hace siete meses, en la provincia de Alhucemas.
Esta vez ha sido
el Ministerio de Asuntos Islámicos
el que ha echado leña al fuego al querer utilizar a los imanes para desactivar
las protestas en Alhucemas y sus alrededores. Recurrir a la religión para
alcanzar fines políticos forma parte de las costumbres de su titular, Ahmed
Toufiq, no solo en Marruecos sino más allá de sus fronteras empezando por Ceuta y Melilla donde tutela a casi
todos los clérigos musulmanes.
Toufiq exigió a los imanes de la
provincia de Alhucemas, todos ellos
asalariados de su ministerio, que el viernes, el día que más fieles acuden a
rezar, pronunciaran un sermón en el que reprochasen a los jóvenes rebeldes el
fomentar la “fitna”, el enfrentamiento
entre musulmanes. Su orden ponía de facto fin a la tensa calma que reinaba en
la provincia desde hacía ocho días.
Tras la
gigantesca manifestación del 18 de mayo el Gobierno marroquí se había mostrado
conciliador. Cuatro días antes, el 14 de mayo, los seis partidos políticos que
conforman la mayoría gubernamental habían estimulado las protestas al publicar
un comunicado en el que acusaban a sus cabecillas de “promover ideas destructoras que
siembran la discordia” y, peor aún, de ser “separatistas”, es decir
nacionalistas rifeños.( Fuente elconfidencial.com)
Naser Zafzafi, el líder de las protestas
rifeñas
Hace ocho meses Nasser Zafzafi era un desempleado
soltero de 37 años que volcaba sus opiniones políticas en vídeos en su cuenta
de Facebook. Nadie lo conocía más
allá de Alhucemas. Pero la muerte de
Mouhcine Fikri, un vendedor de
pescado triturado en un camión de basura cuando quería impedir que le
confiscaran la mercancía, trastocó para siempre la vida de Zafzafi y la de esta ciudad de 60.000
habitantes situada en el corazón del Rif.