Cronica de una paliza anunciada
Pueblo
de Euskal-Herria, lo que a continuación voy a relatar son los hechos
que el pasado día 8 de agosto, por la tarde, me sucedieron en el Dpto.
de Aislamiento cuando me encontraba realizando las dos horas “de patio”.
Según el horario de patio vigente en este Dpto. de Aislamiento, las
horas de patio vespertinas tienen una duración de dos horas: de las
17:00 a las 19:00 horas. Dicho esto, este pasado lunes día 8 por la
tarde nos encontrábamos en el patio 7 personas, incluido yo.
De ellas cinco éramos vascos, otro es un expropiador de bancos, y la
séptima es un joven musulmán en calidad de preso preventivo.
Como suele ser costumbre, esta tarde al salir al patio nos pusimos
los 7 a pasear….al ser éste un patio de reducidas dimensiones y hacer
esa tarde un calor difícil de soportar, decidimos salir del patio para
introducirnos en una sala anexa.
El joven musulmán se puso a hacer deporte él sólo, el expropiador de
bancos se puso a escribir, yo me puse a leer periódicos y los cuatro
kides restantes decidieron pasar la tarde jugando al mus. Todo ello con
total normalidad.
Sobre las 18:45 horas, un cuarto de hora antes de que acabara el
tiempo de patio, mientras yo continuaba leyendo la prensa, los kides que
estaban jugando al mus dieron por finalizada la partida.
Uno de ellos
se acercó hasta donde yo me encontraba sentado, leyendo y entre pitos y
flautas, comenzamos los dos a hacer el mono, comenzamos a bacilar, a
hacernos bromas, y en un momento dado empezamos a golpear con las palmas
de las manos la mesa en la que yo había pasado toda la tarde leyendo.
En plan risas, como cuando los niños hacen en la mesa cuando tardan en
traerles la comida. La verdad es que estábamos pasando un buen momento.
Digo “estábamos” porque a los dos o tres minutos de empezar a palmear
la mesa, se presentaron los carceleros en la sala donde nos
encontrábamos. Entre gestos y gritos nos indicaron que dejáramos de
palmear en la mesa.
Y como somos más que conscientes del grado de “profesionalidad” de
dichos carceleros, en el acto pusimos fin al asunto. Uno de los kides se
dirigió hacia ellos, en plan conciliador, para decirles que se
tranquilizaran, que no ocurría nada del otro mundo,…siendo contestado
por uno de los carceleros de forma despectiva y amenazadora.
En ese
momento yo me acerqué a donde se encontraba mi compañero, con la
intención de aportar calma a la situación, pero antes incluso de que
pudiera abrir la boca, se dirigió a mi dicho carcelero indicándome que
saliera de la sala. Todo ello de forma amenazante, totalmente fuera de
sí.
Yo creía en esos momentos que me sacarían de la sala para en el mismo
pasillo existente darme “la charla” con un poquito de amenaza aderezado
con algún que otro grito….; vamos, que viviendo en estos agujeros,
“nada del otro mundo”.
Pero vaya, ¡qué equivocado estaba!, salí de la sala al pasillo y los
tres carceleros que se encontraban ahí, me indicaron que me dirigiera a
la Sala de Cacheos, todo ello en un tono de voz amenazador y con algún
que otro empujón (en la espalda), como para que fuera haciéndome a la
idea de la que me iba a caer, pienso yo.
Nada más entrar en la Sala de Cacheos los tres carceleros me
arrinconaron contra la pared, rodeándome a una distancia de mi persona
no superior al medio metro.
En ese contexto empezaron a pedirme la ropa para cachearme, primeramente
con la camiseta de tirantes que llevaba puesta. El único mobiliario
existente en dicha Sala consta de una mesa, y es ahí donde después de
cachear dicha prenda, la depositaron.
Pasaron a pedirme les diera una
chancleta… me agacho, me descalzo y le entrego la chancleta a la mano.
Según la coge, me mira y lanza la chancleta con mala ostia contra la
pared más alejada de donde nos encontrábamos los cuatro. Al pedirme la
otra chancleta, me agaché, me descalcé y esta vez dejé la chancleta en
el suelo, diciéndole que ahí la tenía si la quería cachear.
( El
Reglamento Penitenciario no obliga a que tenga que entregársela en
mano). No voy a negar que fuera consciente de que dicha actitud mía iba a
generar más tensión en la situación, pero por decirlo de alguna manera,
decidía que ya que iban a terminar golpeándome, pues cuanto antes
acabara la situación, mejor.
“Puto mierda, coge la chancleta y dámela….te voy a reventar, coge la
chancleta, coge la chancleta, coge la chancleta,….” gritando como un
energúmeno a menos de 15 cm de mi cara, mientras los otros dos
carceleros adoptaban un pose corporal como de estos para empezar a
golpear.
“……Coge la chancleta, cógela que te voy a reventar”, me lo decía un
carcelero valiente de casi dos metros de estatura y más de 100 kg de
peso. Yo que peso poco más de 70 kgs.
En ese momento no pude con la presión y acabé agachándome de nuevo,
cogiendo la chancleta y entregándosela a la mano. ¡Vaya humillación
sentí!, sé que este hecho es anecdótico en comparación con otras
humillaciones que padecemos los presos en general….pero me sentí
totalmente humillado y amenazado.
Cogió la chancleta para nuevamente volver a lanzarla como
anteriormente había hecho con la otra.”Dame la pantaloneta”….les entrego
la prenda y una vez cacheada, la depositaron en la mesa junto con la
camiseta de tirantes que previamente habían cacheado.
Sólo me quedaban los calzoncillos puestos…..ellos seguían chillando,
amenazando, yo ya, no voy a decir que me encontrara aterrado, pero si
empecé a sentir miedo por mi integridad física.
“Entrégueme los calzoncillos”….les contesté que me dieran la bata a
la que tenía derecho (por tratarse de un cacheo integral), el mismo
carcelero de antes empezó a volver a ejecutar su rol de matón y en esos
momentos me dirigí a él y le dije que sin bata no les entregaba los
calzoncillos….que empezaran a golpearme igual que hacen con los presos
sociales, adoptando yo también una actitud desafiante a la vez.
Me contestó que me iba a reventar cuando él lo decidiera, no cuando
yo lo pidiera. Y los calzoncillos se quedaron donde estaban, en esos
momentos habrían pasado unos 7-8 minutos desde que entráramos en la Sala
de Cacheos.
Pero no terminó ahí la cosa, pues me tuvieron como otros cinco
minutos amenazándome continuamente:” que la próxima vez no me iba a
librar de la paliza,…que iba a acabar amarrado de pies y manos a la cama
(hay una celda preparada para ello, la nº12), que me iban a meter la 1ª
fase,….que la próxima semana que vinieran a trabajar me iban a estar
vigilando y que a la mínima iban a ir a por mí, etc, etc”….y claro, si
golpear una mesa con las palmas de las manos derivó en la situación que
les acabo de relatar, “ la próxima vez” pudiera ser, por poner un
ejemplo, por el hecho mismo de respirar.
Abandoné la Sala de Cacheos sintiéndome humillado, sintiéndome
nervioso, impotente, desamparado,….medio asumiendo que pronto esta gente
me pondrá sus sucias manos encima.
Es por ello por lo que me he visto
obligado a contactar telefónicamente con mi abogada para que interponga
una denuncia contra dichos carceleros en el Juzgado de Guardia, así como
que solicite protección judicial para mi persona en el Juzgado Central
de Vigilancia Penitenciaria, pues, ciertamente, temo por mi integridad
física, (y emocional, por supuesto!).
Después de haberlo pensado durante unos días he decidió también hacer
público este suceso que les acabo de narrar. Y aunque lo relatado no
sea más que una nimiedad en comparación a lo que también le sucede al
resto de la población reclusa, o incluso a otros compañeros, he tomado
la decisión de relatar a toda aquella persona que quiera escuchar el
tipo de vida que tenemos que padecer en este Dpto. de Aislamiento de la
Prisión Provincial de Huelva , que en la actualidad afecta a unas diez
personas de origen árabe, (mayormente musulmanes), otras 10/12 personas
de nacionalidad diversa, (mayormente pertenecientes al estado Español), 3
presos menores de edad y a los 10 vascos que nos encontramos aquí.
Si antes no he hecho una denuncia pública de este estilo ha sido por
miedo y conveniencia. Me explico: miedo, porque soy consciente de que
relatar lo que sucede en este agujero va a generar consecuencias
negativas, perjudiciales, para mi persona; y conveniencia, porque desde
mi punto de vista, cuando uno se encuentra pagando una condena de más de
30 años de duración, mejor ir pagándola sin meterse en demasiados
problemas.
Os quiero decir que con mis propios ojos he visto como golpeaban ,
maltrataban a “un preso” y como he terminado desviando la vista
para…pues eso, para no meterme en líos, “ojos que no ven, corazón que no
siente”,…¿Qué se yo!?
Llevo en este Dpto. de Aislamiento desde el 19 de junio del año 2009,
más de siete años y después de lo vivido el pasado lunes, sumado a lo
que llevo viendo durante todos estos años, he decidido que ya no puedo
continuar impasible ante este tipo de vida impuesta.
Y como de las
únicas herramientas de las que dispone el preso y la presa son la pluma y
el papel, pues me encuentro en la obligación de utilizarlos….en la
obligación digo, porque seguir en silencio, va a hacer que se me seque
hasta el corazón.
En total llevo más de 14 años en prisión, he pasado por las cárceles
de Soto del Real, Valdemoro, Almería, Puerto I y como he dicho antes,
llevo más de 7 años en el Dpto. de Asilamiento de esta prisión. Lo que
he visto y vivido en esta prisión de Huelva no tiene comparación con lo
visto y vivido en las otras cárceles por las que he pasado.
Y debo decir que durante estos 7 años, son varios los compañeros que
habiendo cumplido la condena impuesta han salido a la calle en libertad.
Informo de ello, pues ellos son testigos fiables, veraces, de lo que
sucede en este Dpto. de Aislamiento. Pertenecemos a una tierra
grandiosa, pero pequeñita en extensión terrestre, y se puede decir que
nos conocemos entre todos.
Preguntadles a ellos que tuvieron la suerte
de dejar estos muros atrás…que os cuenten qué vieron, qué vivieron, y
qué opinión les merece el relato que hago sobre lo que significa vivir
aquí día a día.
Como toda regla tiene su excepción y siendo la regla
aquí el trato denigrante hacia el preso, diré que la excepción que aquí
se da consiste en que en este Dpto. prestan servicio varios carceleros
de manera profesional y respetuosa para con el preso. Pero repito: esa
es la excepción. Son minoría.
¿Que qué es lo que ocurre aquí adentro?!…..antes de empezar a relatar
los sucesos y los motivos de los que generan, tengo que manifestar que
incluso con los carceleros más beligerantes hay una diferencia de trato,
(o la había!) hacía los vascos y el resto de presos.
Un trato algo más respetuoso para con nosotros, seguramente por el
motivo de que los kides que han pasado por aquí antes que nosotros han
ganado dicho respeto a base de pelear y luchar por ello. Y sin duda,
gracias a la solidaridad y a todos los años de movilizaciones que, parte
significativa del pueblo de Euskal-Herria ha llevado a cabo en defensa
del Colectivo más vulnerable, aquel que conformamos los y las pres@s
polític@s vasc@s.
Si por cualquier motivo tenemos alguno de nosotros alguna discusión
con los carceleros el asunto acaba generando cierta tensión, pero acaba
sin males mayores.
Si quien tiene la discusión es otro preso que no sea vasco, seguramente
en el 90%de los casos, dicho preso acaba amenazado, cuando no
golpeado….y como al preso se le ocurra hacer frente a la agresión, esta
persona acaba amarrada a la cama, de pies y manos, en la celda especial
habilitada para ello.
En algunos casos incluso los han seguido golpeando
encontrándose el preso amarrado, y en algunos casos no les dan de
comer, ni de beber,…ni les desatan momentáneamente para poder hacer sus
necesidades, teniendo que hacérselas encima.
Y si ello ocurre en
invierno, en alguno de los casos el preso queda desnudo, sin una triste
manta con la que poder hacer frente al frio.
Lo vejan, lo humillan, lo amenazan,…y como el preso tenga la mala
suerte de que alguno de los carceleros quede lesionado (se entiende que
golpeando al preso) le abren una causa judicial “por lesiones a la
autoridad”, con el riesgo y la certeza de que va a ser condenado a pena
de prisión. E incluso acaban terminando por aplicarle la 1ª fase que es
el tipo de vida más duro que legalmente se le puede aplicar al preso.
Humillado, vejado, golpeado, atado, con posible acusación penal, con
posible condena, con la imposición del régimen carcelero más duro que el
Reglamento Penitenciario puede aplicar al preso….eso ha ocurrido aquí
en más de una ocasión, en más de dos y en más de tres ocasiones, a lo
largo de los años que llevo aquí respirando tanto abuso e injusticia.
No
voy a decir que este tipo de trato sea sistemático porque repito, hay
carceleros que muestran profesionalidad en el desempeño de sus
funciones. Aunque vuelvo a repetir que son minoría.
En todo este tiempo que llevo aquí hay presos que han resultado
agredidos verbal y físicamente por el sólo hecho de hablar por la
ventana…los ha habido también por pasar “un carro” (un hilo o cuerda de
ventana a ventana, casi siempre para pasarse tabaco que poder fumar,
pues muchos son indigentes….y hace unos meses, por esta razón, un preso
acabó en el hospital con el brazo roto.
O simplemente por negarse a
limpiar el patio/sala, cuando el preso no tiene obligación de limpiar
las áreas comunes, y no lo digo yo, lo dice y lo ha dicho en numerosas
ocasiones el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.
Con este tema de la limpieza de patio/sala, hará menos de un año que
un carcelero bastante beligerante para con nosotros, los vascos, empezó a
querer que limpiáramos los patios, ante lo cual nos negamos. A mí,
personalmente, una tarde me ordenó que limpiara la sala donde me
encontraba, ante lo cual me negué, argumentando que no tenía obligación,
que el Juez de Vigilancia Penitenciaria incluso nos daba la razón.
Pues
este carcelero terminó amenazándome, diciéndome que al día siguiente
iba a limpiar la sala sí o sí!!!.Después de pasar toda una noche casi
sin dormir, preocupado por el hecho de que ese miserable iba a terminar
buscándome un problema al día siguiente….finalmente no pasó nada. No
cumplió su amenaza.
Con los presos árabes, entre los cuales hay musulmanes presos por
delitos sociales, como musulmanes acusados de pertenencia o colaboración
con el ISIS, ocurre ¾ partes de lo mismo. Incluso diría que los odian
más que a nosotros los vascos…”por moros”, puesto que la mayoría de
carceleros son unos racistas y desde que el ISIS adquiriera notoriedad,
los odian por su condición de musulmanes, ya que para ellos el ISLAM es
la fuente y causa del terrorismo.
Les han golpeado por hablar entre ellos en árabe “delante del
funcionario”, les amenazan e incluso les han golpeado por rezar
conjuntamente por la ventana, argumentando los carceleros que lo tenían
que hacer en privado. Si salen al patio vestidos con chilabas son
humillados con comentarios hirientes, si se dejan barba… más de lo
mismo.
Si en un mismo patio /sala se encuentran más de un musulmán y se
les ocurre rezar en grupo, vaya la que se lía!!!No les permiten rezar ni
de dos en dos, si no aceptan por las buenas, pues acaban a golpes con
el problema.
Abuso de autoridad, aplicación de medidas coercitivas que NO recoge
el Reglamento Penitenciario, golpes, insultos, trato vejatorio …..no es
pan de cada día pero se repiten con una asiduidad que NO ES NORMAL.
Y el
derecho recogido en el Reglamento Penitenciario sobre asistencia
religiosa dice:”La administración garantizará la libertad religiosa de
los internos y facilitará los medios para que dicha libertad pueda
ejercitarse”.
Ya, ya…..qué bonita es la Democracia española y su
preciado estado de derecho.
Y hay presos árabes, españoles, extranjeros, que denuncian
situaciones de este tipo, pero aquí todos sabemos la impunidad con la
que cuenta la prisión para hacer con nosotros libremente lo que quieran.
Como tal forman un subsistema y este es protegido por las únicas
personas que pudieran dar cierta protección al preso: La Jueza de
Vigilancia Penitenciaria de Huelva, así como el servicio médico de la
prisión.
La primera no dando credibilidad, al relato de denuncia; la
segunda no recogiendo en el parte médico las posibles lesiones que
pudiera tener el preso que es apaleado. Indefensión absoluta y a más de
un preso le he visto derramar lágrimas por ello.
Pero nuevamente al pueblo de Euskal-Herria me dirijo para manifestar
que el objetivo de esta denuncia pública no ha sido el único motivo para
que éste aquí sentado escribiendo estas letras.
La otra razón que me ha
llevado a ello no es otra que la de pediros AYUDA a ustedes… a ti que
ahora te encuentras leyendo este claro relato….y lo hago tan sólo con
una petición: que este escrito y sobre todo lo que ocurre en este Dpto.
de Aislamiento de la Prisión de Huelva, sea algo conocido en todo lugar,
esto es, que hasta en el ASTRO LUNA sepan los selenitas la miseria de
vida que nos hacen vivir “aquí abajo”.
Que INTERNET sea nuestra herramienta para este escrito-denuncia vea
la luz en Europa (Parlamento Europeo, Comisiones de DDHH, Observatorio
Internacional de Prisiones, grupos/asociaciones que trabajan en defensa
de los derechos de presos y presas, Amnistía, Internacional, grupos o
asociaciones de musulmanes,…), en definitiva, “rebotar” este
relato-denuncia haciendo un “clik” en todas aquellas direcciones, webs
adecuadas para ello, incidiendo en la petición expresa (dentro de sus
posibilidades como grupo/asociación etc, etc) de interpelar a
Instituciones Penitenciarias, Prisión Provincial de Huelva, Ministerio
de Interior, ….así como al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria
(Audiencia Nacional), Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Huelva,
Colegio Oficial de Médicos de Huelva,….por el contenido de esta denuncia
pública.
A nivel del Estado Español pido lo mismo, AYUDA para que en todo
lugar sepan lo que ocurre en este agujero, desde asociaciones a
organizaciones políticas, radios libres, publicaciones de izquierdas,
periódicos, anarquistas, Derechos Humanos, grupos asistenciales a
población reclusa, confesiones religiosas cristianas, musulmanas,….
Seguro que entre todos se nos ocurre más sitios a los que enviar esta
denuncia. A nivel de Euskal-Herria más de lo mismo, Ararteko, Defensor
del Pueblo, Comisiones Parlamentarias de DDHH, Amnistía Internacional,
Salaketa, Eliza 2000, confesiones religiosas musulmanas,… y a otras que
desconozco en el ámbito de Iparralde.
Estas letras que leen son la voz de un preso, siempre escuché que no
hay muros, rejas y barrotes ni distancias, que puedan retener la voz de
denuncia de los que nos encontramos encarcelados.
Por último, quisiera realizar una petición expresa para que NADIE
piense en organizar ningún tipo de movilización, (asambleas
informativas, concentraciones, carteles,…) con motivo de la denuncia que
estoy realizando.
Y esto es así porque estimo que hay otras situaciones
carcelarias muchísimo más graves y urgentes que esta situación que
vivimos en el Dpto. de Aislamiento de esta Prisión de Huelva….si ahí
fuera aun quedan fuerzas y voluntad, que estas sean invertidas en
organizarse y luchar por la libertad de los compañeros y compañeras con
enfermedades graves e incurables.
Me despido agradeciendo de corazón vuestra ayuda y colaboración;
confió en que cuanto más lejos llegue este relato de denuncia, más
difícil tengan el seguir practicando este trato cruel para con nosotros
los presos…esta carta no es un SOS, sino que se trata de que no
lleguemos a tener que realizar dicha petición.
Fdo. Ruiz Romero Patxi
Euskal preso politikoa.
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