Y es que superan todos los récords de sinvergüencería y
desfachatez. Porque mientras se estaba celebrando la segunda sesión de
investidura fallida de Rajoy, mientras que “El Vaquilla” (perdón quería decir
Rafael Hernando) macarra y deslenguado estaba despotricando contra todos y
jurando por Belcebú que su partido había hecho más por la corrupción que nadie:
¡zascas! Sale la noticia de que a Soria, este gobierno en funciones, le ha
colocado de director ejecutivo en el Banco Mundial.
Este pobre hombre, este exministro de los papeles de Panamá
con sociedades off-shore, que mintió a todos y negó lo que era evidente, al que
tuvieron que forzar su dimisión, ese mismo que tenía como afición el
“fracking”, ese personaje que nos ha aumentado el precio de la luz por encima
de cualquier otro país, el que puso el impuesto al sol –para gozo de sus
amigas, las empresas elécricas-- hoy ha sido premiado y ha encontrado la
gloria. Un puestazo en el Banco Mundial con un “sueldecito” de más de 250.000
dólares netos al año, el triple que el sueldo de ministro.
Una verdadera maravilla. Había que ver a los peperos
tratando de ignorar el hecho y decir que no sabían nada, o a los naranjitos
joseantonianos diciendo que no está muy bien pero que ese es otro tema (así
dijo Villegas). Todos haciendo un regate para salvar su culo y dejar que el
bueno, amable y educado de De Guindos lo explique, que ya veremos si lo hace.
Es de una desfachatez tal que sólo se puede entender porque
les gusta tomar el pelo al personal y seguir cometiendo tropelías, que, al
parecer, son premiadas por un electorado fanático dispuesto a que el partido
más corrupto de la historia mantenga una posición de poder que nadie, en su
sano juicio, puede explicar.
Me encanta ver las explicaciones de los naranjitos, que
pasan de 0 a
10, de amor a odio, de izquierda a derecha, de forma natural, sin pestañear y
con una falta de pasión que les delata, eso sí siempre con su “todo por
España”, porque ellos son los únicos capaces de ayudar a tirios y troyanos, claro
que sin éxito y con un descaro que pagarán sin duda. Porque su interés es
pillar cacho, ni más ni menos y lo de la corrupción y la regeneración es una
simple excusa. Si no fuera así, hoy el naranjito mayor del reino, Albert
Rivera, mandaría a hacer puñetas a Rajoy, a su pacto y a todos sus acólitos,
pero claro, eso lo hace un partido serio. Ellos darán una de cal y otra de
arena y esperarán circunstancias favorables para aliarse con quien sea para
tocar poder.
Ahí le tienen ustedes. Un reprobado, un desechado, un
expulsado del gobierno es premiado. Y es que ellos son así. Hay que entender
que lo que hizo Soria para ellos era normal y que, aunque se vieron en la
obligación de echarle del gobierno, tenían que compensarle con creces, ese
disgustillo.
¿Qué será lo próximo? Yo, que otros miembros del gobierno en
funciones, haría lo mismo. Mentiría a sabiendas, me llevaría el dinero a un
paraíso para que me echaran y me premiaran con un puestecito de 250.000 dólares
al año.
En fin, no me extraña que todos los ministros, y todos los
peperos importantes apoyen a Rajoy hasta el hooliganismo máximo, saben muy bien
que él les premiará cuando caigan en sus “malas praxis” habituales. Terminarán
en otra institución o en una empresa con el futuro asegurado. Acordémonos del
caso Wert, que tantos servicios hizo de ministro al PP y hoy goza de una
embajada de postín, en París, a su servicio.
Y es que Rajoy, yo siempre lo he dicho, es un tipo generoso,
eso sí con los suyos. Con su partido, con su gente, con los poderosos. Los
otros, al fin y al cabo, son morralla. De hecho él les vacila y le siguen
votando. Para que luego digamos que no es un líder, que no tiene carisma
¡vamos, ni la Esteban!
Salud y República
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