Sobre el futuro de Europa: una sugerencia a partir del 1 de enero de 2023
Christoforou, Escobar, iEarlGrey
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Casi mil años de imperialismo occidental están llegando a una muerte vergonzosa y de una forma u otra autoinfligida.
Como te dirán los esctudiantes, los nombres de los continentes comienzan y terminan con la misma letra, A: Asia, África, América, Australia, Antártida.
Hay una excepción: Europa, que aunque también termina con la misma letra, no comienza con A, sino con E.
¿Por qué esa diferencia?
¿Será acaso porque Europa no es realmente un continente?
Después de todo, si estuviera rodeada por un océano sería una isla.
Sus arbitrarias fronteras han cambiado con frecuencia, fueron empujadas a los Urales hace relativamente poco tiempo y todavía son muy disputadas.
En realidad, seguramente Europa es la península noroccidental de Asia artificialmente aislada.
No es un continente geográfico en absoluto, es una construcción ideológica.
Por eso, el eslogan de tantos fanáticos de la UE, como el ex presidente francés Chirac, era: ‘Faisons l’Europe’ [‘Hagámos Europa'].
Nos hacemos la pregunta anterior porque, en este invierno de 2022-2023, la vieja UE y la Europa no UE ha tenido que enfrentarse a una nueva realidad tras la guerra que EEUU-OTAN perdió en 'Ucrania', como solía llamarse.
Los revueltas a causa de la escasez de alimentos en toda Europa, de hecho en todo el mundo, los saqueos a supermercados y los 'boicots a las facturas' (ola de desobediencia civil, negativa e incapacidad de pagar los desorbitados precios del combustible) dejaron esto claro. Obviamente, se avecina una reconfiguración mundial.
Un nuevo mundo que ya se está volviendo multipolar, con varios centros principales dentro de los antiguos BRICS, Rusia, China, India, Brasil, Sudáfrica y los que aún se han de sumar, quizás Irán, Turquía, Argentina, Egipto, Arabia Saudita, Afganistán, México, Líbano e Indonesia. Ahora, en general, Asia, África y América Latina por fin son dueños de su propio futuro.
No sólo están desapareciendo por las cloacas de la historia las viejas organizaciones internacionales totalmente corruptas, como la ONU, la OMC, el WEF o el FMI junto con su desacreditado titiritero, la élite estadounidense, sino también las agrupaciones regionales pro-estadounidenses, como su brazo político y económico, la UE, y su brazo militar europeo, la OTAN.
Y aquí precisamente, nos preguntamos ¿en que lugar deja la derrota de EEUU-OTAN en Ucrania a la península europea, tanto la parte de la UE como al resto no perteneciente a la UE?
Tras la Primera Guerra Mundial, Europa tuvo que ser reconfigurada, y nuevamente tras la Segunda Guerra Mundial. Ahora, después de como quiera que se llame a la derrota occidental en Ucrania en 2022 (Tercera Guerra Mundial o Primera Guerra Mundial 3ª Parte), ¿cuál es su destino?
Sin duda, la mayor revelación de la guerra por delegación de Estados Unidos en Ucrania es la dependencia de Europa de Rusia. Sin Rusia, Europa simplemente no puede sobrevivir, aunque Rusia puede sobrevivir sin ella.
El hecho es que durante los últimos siglos, el país europeo más grande por superficie ha sido Rusia, y durante el último siglo y medio, por población.
El idioma más común en Europa es el ruso, segundo el alemán, tercero el francés, cuarto el inglés y quinto el italiano.
En cuanto a los recursos naturales, ya sean agrícolas o minerales, y al poderío militar, el país más importante de Europa, una vez más, es Rusia.
Dicho esto, hay que admitir que parte del poderío de Rusia, del que depende Europa, procede de Asia, que constituye la mayor parte del territorio ruso.
Por lo tanto, Rusia también es Asia, específicamente el tercio más septentrional de la masa terrestre asiática, mientras que Europa es solo la pequeña punta noroeste de esa misma masa terrestre.
En cuanto a los pueblos de Europa, también procedían de Asia y en su mayoría hablan lenguas "indoeuropeas", es decir, del norte de la India.
Y en cuanto a la religión tradicional de Europa, también es asiática, pues Cristo, que apareció en la tierra como un hombre color café y que ciertamente nunca usó pantalones, vivió en Asia, específicamente en el Medio Oriente.
Para cualquiera que posea los más básicos conocimientos geográficos e históricos, parece obvio que el destino de Europa, ahora divorciada de sus antiguas colonias usurpadas de África, América y Australia, está ligado al de Rusia, que a su vez está ligado al de Asia.
El territorio de los cuatro estados más grandes de la Unión Eslava Oriental, la Federación Rusa, Bielorrusia, Malorossiya y Carpatho-Rusia (los dos últimos formados a partir del antiguo y desafortunado vasallo estadounidense, 'Ucrania'), eclipsa al resto de Europa.
Del mismo modo, con una población de 200 millones, los Cuatro Estados de la Unión son mucho más grandes que cualquiera de las Regiones europeas en población.
Las futuras regiones europeas siguen siendo partes independientes, aunque integrales, de Eurasia, dentro del paraguas ruso de recursos y seguridad del que dependen.
La Europa no rusa tiene su propia personalidad y cultura, que varía entre sus miembros.
Desde el punto de vista geográfico, histórico y lingüístico, los 450 millones de habitantes de la antigua UE y de la Europa no perteneciente a la UE se pueden dividir en ocho regiones europeas.
¿Cuáles son en función de su población?
1. Germania (122 millones): Alemania, Austria, Tirol del Sur, Países Bajos, Flandes ('Bélgica' del Norte), 'Bélgica' oriental de habla alemana, Luxemburgo, la Suiza de habla alemana y Liechtenstein.
Estos países, con aproximadamente el doble de habitantes que la mayoría de las demás regiones europeas, han sido influenciados por la misma cultura de organización, orden y productividad germánicos.
Esto podría proporcionar una dirección para salir de su oscuro agujero actual.
2. Francia (74 millones): Francia, Valonia y Bruselas, Suiza francófona y Mónaco.
Todos comparten la misma cultura francófona católica y poscatólica.
Un retorno a las raíces antiguas y al patrimonio cultural histórico podría orientar a esta Región en el futuro.
3. La Confederación Anglo-Céltica (73 millones): Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales. Aunque geográficamente son claramente una, estas mil islas y sus cuatro naciones han sido muy perturbadas en la historia por el espíritu centralizador y unionista impuesto por la fuerza desde el extraño Londres 'británico'.
(Entre los romanos imperialistas y los normandos igualmente imperialistas, la capital inglesa había sido Winchester).
Si se puede llegar a algún acuerdo confederal equitativo entre los cuatro mediante el rechazo de “todo Gran Bretaña y británico”, aquí hay un posible futuro. ¿Podría el acrónimo IONA (Islas del Atlántico Norte) dar pistas sobre ese futuro?
4. El Grupo Visegrad (66 millones): Polonia, Lituania, Hungría, Chequia, Eslovaquia. Lituania no suele estar incluida en el 'Grupo de Visegrad', pero tiene tanto en común con Polonia y el catolicismo nacional, que debe pertenecer a este grupo.
Todos comparten una cultura común eslava occidental/europea central y oriental, en gran parte nacionalista católica.
5. Sudeste de Europa (65 millones): Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte, Rumanía, Moldavia, Bulgaria, Grecia y Chipre. Aunque de cultura muy variada, principalmente ortodoxa, pero también católica y musulmana, y extendiéndose hasta los Cárpatos rumanos, así como las islas griegas y la isla de Chipre, el centro de este grupo es una común, aunque a menudo trágica, historia del sureste de Europa.
6. Italia (62 millones): Italia, San Marino, Ticino y Malta.
Todos tienen una cultura italiana común, que puede proporcionar la fuerza para la renovación política, económica, cultural y social.
7. Península Ibérica (57 millones): España, Canarias, Cataluña, País Vasco, Gibraltar, Andorra, Portugal, Azores, Madeira.
Todos comparten una cultura ibérica común.
Con la descentralización, podrían trabajar juntos para encontrar una salida a la crisis actual.
8. Nórdica (30 millones): Islandia, Noruega, Dinamarca, Islas Feroe, Suecia, Finlandia, Estonia y Letonia.
Con una herencia cultural común en gran parte luterana y posluterana, estos países, con sólo aproximadamente la mitad de la población de la mayoría de los otros grupos regionales europeos, podrían trabajar juntos para proporcionar una dirección que los aleje del suicidio al que han estado tan peligrosamente expuestos en décadas recientes.
Muchos son en este momento profundamente pesimistas sobre el futuro de la península europea.
La UE, que ha estado colapsando durante algún tiempo a la vista de todos, se está derrumbando.
Sin embargo, no vemos ninguna razón a largo plazo para tal pesimismo.
Una vez que 'Europa' se haya reconectado con sus raíces geográficas e históricas en Asia, volverá a tener un futuro.
Con el tiempo, estamos convencidos de que la historia llegará a ver los mil años anteriores de Europa como una desviación y una distorsión de su destino histórico, que es parte integral, aunque peculiar, de la masa continental asiática.
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