Esta residencia que Franco disfrutó durante muchos veranos continuó siendo utilizada por la familia años después, tanto para estancias vacacionales como para grandes eventos
El silencio y la máxima discreción se ha implantado en la familia Franco después de que esta semana, los herederos de Francisco Franco hayan recibido la noticia que más temían en lo que respecta a la pérdida de una pieza clave de su patrimonio. El Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña le ha dado la razón al Gobierno y ha declarado que el pazo de Meirás es propiedad del Estado.
Desde Vanitatis hemos intentado, en repetidas ocasiones, ponernos en contacto con los nietos del dictador. Ni Francis Franco, ni Carmen y Jaime Martínez-Bordiú,
además de otras personas cercanas a su entorno, han contestado a las
llamadas y mensajes tras el varapalo judicial. Parece haber una consigna
en torno a este delicado asunto que afecta al patrimonio de la familia y
solo el abogado de los Franco se ha pronunciado para asegurar que la
sentencia les parece muy injusta y que piensan recurrirla.
Quien
sí nos ha atendido sin ningún tipo de problema ha sido una persona que
en su día perteneció a la familia: Jimmy Giménez-Arnau. El célebre pazo
se convirtió en la joya de la corona del legado del dictador. Esta
residencia que Franco disfrutó durante muchos veranos continuó siendo
utilizada por la familia años después, tanto para estancias vacacionales
como para la celebración de grandes eventos.
Los muros del pazo de Meirás han sido testigos de cuatro bodas y una pedida de mano por parte de miembros de la familia de Franco. Una de esas bodas fue la de Jimmy,
quien asegura que solo estuvo una vez (cuando se casó) en el pazo que
se ha convertido en protagonista de una noticia hoy histórica y quien se
alegra y se muestra completamente de acuerdo con la sentencia judicial:
"Eso ha pertenecido a los gallegos desde siempre. Fue un expolio, como muchos otros".
Jimmy Giménez-Arnau
A pesar de los muchos momentos que los Franco han vivido allí en familia, Jimmy asegura que el valor sentimental del palacio gallego es nulo para ellos:
"Para ellos el pazo suponía otro negocio que podían vender. Como son
muy avaros, en lugar de venderlo por 3 o 4 millones, como podrían
haberlo vendido hace tiempo, quisieron levantar el precio y les ha salido mal".
El
pazo de Meirás se trata de una histórica edificación de finales del
XIX, de estilo romántico, que fue residencia de la célebre escritora
gallega Emilia Pardo Bazán y que después pasó a manos de Francisco Franco de una manera muy polémica y cuestionada hasta nuestros días.
En
1938 se constituyó la Junta Pro Pazo del Caudillo, integrada por el
gobernador civil, alcaldes y otras autoridades. Querían adquirir un
inmueble representativo en la provincia para ponerlo a disposición del
jefe del Estado. El 3 de agosto de 1938, la entonces propietaria del
pazo le vendió el histórico edificio a la Junta por 406.346 pesetas, un
dinero que provenía de una recaudación en parte voluntaria y en parte
forzosa.
Según la Abogacía del Estado, lo que sucede tres años después,
en 1941, es una "simulación" de venta que permitió a Franco inscribir a su nombre el pazo de Meirás en el Registro de la Propiedad y posteriormente incluirlo en su testamento.
El 3 de agosto de 1977, Jimmy Giménez-Arnau contrajo matrimonio en este imponente palacio gallego con la que dicen fue la nieta favorita de Franco: María del Mar (Merry) Martínez-Bordiú y Franco.
El escritor y colaborador televisivo acaba de publicar nuevo libro, 'La vida jugada' (Arzalia Ediciones),
en el que vuelve a hacer un canto a la libre expresión y a la
incorrección política que ya conforman su sello personal. En él, su boda
con Merry vuelve a relucir.
Al hablar con Jimmy Giménez-Arnau, este no tarda en eliminar todo el romanticismo del asunto: "A mí me daba igual la boda.
Yo no creía en el matrimonio en aquellos tiempos. Pero como Merry me
dijo que si no se casaba, viviendo conmigo, su abuela se moría, yo dije:
pues venga, vamos a darle más vida a la abuela".
La pareja, que en un principio deseaba una sencilla ceremonia y una discreta celebración, se casó en el pazo ante 160 invitados. Hoy, Jimmy Giménez-Arnau es un testigo de excepción de cómo los Franco vivían aquel tipo de celebraciones en familia y
relata episodios dentro del palacio gallego inimaginables para el resto
de los mortales.
Desde una huelga de camareros, hasta el consumo de
drogas por parte de los invitados: "Los Franco no se enteraban de nada. Charly, el marido de Lydia Lozano, que es el que me presentó a Merry, liaba unos porros maravillosos.
Los lanzó desde la torre de la biblioteca de la Pardo Bazán. Los
militares, con su uniforme, los veían caer y decían: "Uy, ¡qué confeti
tan raro!"
Jimmy Giménez-Arnau, en 'Lazos de sangre'. (TVE)
Respecto al comportamiento de la familia de Franco en
la intimidad, Jimmy asegura que habría que eliminar de él las palabras
"divertido" o "alegre": "Eran incapaces de divertirse. Son unos aburridos". Entrar en la familia Franco es como entrar en una habitación donde hace mucho frío".
A
pesar de esta afirmación y de ser consciente de que no era bienvenido a
la familia por muchos que no le consideraban digno de la nieta de
Franco, reconoce que nunca se sintió despreciado por ellos.
El día de su boda, Doña Pilar, la hermana de Franco se le acercó
y le dijo: "¡Qué bien, ya tengo otro sobrino en la familia!". "Yo
respondí: Usted nunca será tía mía", nos confiesa entre risas.
También
reconoce que si Franco, abuelo de Merry, hubiera estado vivo, no le
habría permitido a su nieta casarse con él. Sin embargo, a los Franco,
el Jimmy divertido y extrovertido les hacía gracia: "Como yo era una
persona que recibe bien a la gente, ellos incluso venían a mi casa.
Para mí era un coñazo. Cada vez que venían, con los escoltas, tenía que tapar todas las plantas de marihuana".
El 27 de julio de 1996, otra boda, esta vez la de María Aranzazu Martínez-Bordiú y Franco (Arancha), la sexta nieta de Franco, se celebró en el pazo de Meirás ante 300 invitados.
El novio fue el abogado coruñés Claudio Quiroga Ferro, hijo de Fernando Quiroga Piñeiro,
uno de los más destacados representantes de la aristocracia empresarial
gallega y ex director general de la compañía eléctrica Unión Fenosa.
Mariola Martínez-Bordiú,
hermana de Arancha y la nieta más discreta y desconocida de Franco, no
pronunció el 'sí, quiero' en el pazo. Lo hizo en el Pardo con Rafael Ardid Villoslada, licenciado en Ciencias Políticas.
Pero el hijo de ambos, Jaime Ardid Martínez-Bordiú, sí se casó en el pazo de Meirás con Carmen Panadero Reyes. La boda tuvo lugar el 17 de julio de 2004.
Respecto
a la boda de Mariola, Jimmy Giménez-Arnau recuerda cómo el poder y
estatus social de los Franco había cambiado y decaído desde esta boda a
la suya con Merry en el pazo. "Cuando se casó Mariola, los millonarios
donaron un millón de pesetas como regalo.
Cuando se casó Merry, los millonarios donaron 5.000 pesetas. Ya había muerto Franco y los grandes banqueros ya estaban buscando otros aliados".
Pocas
semanas después, el pazo de Meirás abrió sus puertas para servir de
escenario a un gran acontecimiento de la familia Franco.
Luis Alfonso de Borbón, bisnieto del dictador e hijo de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón, pidió allí la mano de la venezolana María Margarita Vargas.
Carmen Franco y la madre de Luis Alfonso, Carmen Martínez-Bordiú, quien según afirma Jimmy Giménez-Arnau le confesó que desde que Merry se había separado de él, esta última se había convertido en una amargada, ejercieron de anfitrionas de tan romántico momento.
En
el mes de noviembre, Luis Alfonso y Margarita Vargas se trasladó a los
Altos de Chavón, en Santo Domingo, residencia del padre de la novia, y
contrajo matrimonio en la pequeña capilla de San Estanislao de Cracovia,
una de las más antiguas de la capital dominicana.
Por último, el 8 de agosto de 2008, a las ocho de la tarde, el pazo de Meirás fue el escenario elegido por Leticia Giménez-Arnau Martínez-Bordiú, la bisnieta de Francisco Franco e hija de Jimmy Giménez-Arnau y Merry Martínez-Bordiú, para contraer matrimonio con el salvadoreño Marcos Sagrera Palomo.
El
propio Jimmy nos ha confesado que la fecha y el lugar de la boda de su
hija en el pazo de Meirás, el mismo lugar donde él se casó, no fue
casual: "Mi hija eligió el mejor sitio para casarse: el pazo. Ya que
fracasaron sus padres... Además se casó la misma semana de agosto que yo me casé. Ya son ganas de ser retorcida la madre".
.En
el interior, 300 invitados asistieron al sonado enlace que se produjo
justo una semana después de que la Consejería de Cultura de la Xunta de
Galicia iniciase el procedimiento para convertir el edificio en un
monumento público declarándolo como bien de interés cultural (BIC).
Para muchos, el enlace fue todo un alarde de provocación.
Las críticas al respecto se materializaron a las afueras del palacio en
forma de parodia.
Un grupo de personas escenificó una boda paralela
cargada de ironía y espíritu reivindicativo en la que tampoco faltó un
suculento banquete.
Los curiosos que hasta allí se acercaron fueron
invitados a empanada, tortilla y pulpo.
R. Riaño
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