Delirios y psicosis, entre los efectos del coronavirus en el cerebro
Los trastornos neurológicos que provoca la covid están más relacionados con la respuesta del cuerpo humano que con la entrada del virus en el organismo
Investigadores británicos crearon una unidad en marzo pasado
centrada en detectar y estudiar los casos de covid que cursaban con
problemas neurológicos. Aunque se trata de una enfermedad respiratoria,
se está viendo que su impacto va mucho más allá de los pulmones y las
vías respiratorias.
El trabajo se ha centrado en 43 pacientes. No
pretendían saber cuántos de los enfermos acaban teniendo el cerebro
afectado. Su objetivo era identificar las alteraciones y trastornos que
está provocando.
Sus primeros resultados, publicados ayer en la revista Brain,
muestran un amplio espectro de impactos del coronavirus en el cerebro.
Los autores de este seguimiento los han clasificado en cinco categorías:
encefalopatías con delirios y psicosis como el de la mujer de 55 años,
procesos inflamatorios en el sistema nervioso central, accidentes
cerebrovasculares como el ictus, trastornos neurológicos en el sistema
nervioso periférico y un último grupo que no saben cómo clasificar.
Lo
que no han visto es que haya una relación entre el grado de gravedad de
la covid y la aparición de problemas neurológicos.
El estudio no ha encontrado una relación entre la gravedad de la covid y la aparición de problemas neurológicos
Además de las encefalopatías ya detalladas, lo más habitual
son los síndromes neuroinflamatorios como la encefalitis autoinmune,
provocada por el propio sistema inmunitario en su lucha contra el
coronavirus.
Otra manifestación que ha llamado la atención es la alta
incidencia (24%) de la ADEM, o encefalomielitis aguda diseminada.
Aunque
rara, la ADEM afecta casi siempre a niños y adolescentes. Aquí, la
muestra iba desde los 16 a los 85 años.
En otro grupo de
pacientes, todos menores de 65 años, el coronavirus acabó provocando un
accidente cerebrovascular.
Ya sea en los vasos sanguíneos de los
pulmones o los que llegan hasta el cerebro, el virus, que se ceba con
las células del endotelio, que forma la pared interior de los capilares
sanguíneos, facilitaría la formación de trombos, de coágulos que se
atascan en el cerebro.
Otros siete enfermos desarrollaron el llamado
síndrome de Guillain-Barré, en el que son las propias defensas las que
atacan a los nervios. Entre los casos de difícil clasificación, relatan
alteraciones en la médula espinal, microhemorragias cerebrales o
hipertensión intracraneal.
“Aún estamos trabajando en lo que causa las enfermedades
cerebrales y nerviosas de estos pacientes”, cuenta en un correo el
investigador del University College de Londres y principal autor del
estudio Michael Zandi. “El objetivo de este estudio era describir los
síndromes en detalle para alertar sobre ellos e impulsar más
investigaciones”, añade.
Pero Zandi, del Instituto de Neurología Queen
Square de la universidad británica sí apunta pistas: “Los enfermos y sus
diagnósticos tienen más que ver con los efectos de bajos niveles de
oxígeno en el cerebro en las encefalopatías”.
También señala que la
acción del sistema inmune sobre el cerebro y los nervios explica mejor
los trastornos neuroinflamatorios y nerviosos que la llegada del virus
al área cerebral.
De hecho, en su estudio no detectaron ningún caso en
el que el coronavirus se hubiera colado en el cerebro.
“No
es el virus lo que afecta directamente al sistema nervioso central”,
comenta el neurólogo y vicepresidente de la Sociedad Española de
Neurología (SEN) Jesús Porta.
Todo apunta a que, como sucede con otras
complicaciones de la covid, la causa de estos trastornos estaría en la
respuesta exagerada del sistema inmunitario.
“En su defensa, el sistema
inmunitario desata una tormenta de citoquinas
que puede romper la barrera hematoencefálica”, detalla Porta, que no ha
intervenido en el estudio.
Esta barrera permite que la sangre y solo la
sangre fluya desde los vasos sanguíneos hasta las células nerviosas.
Otro
efecto indeseado de la respuesta del sistema defensivo es la derivada
autoinmune.
Los anticuerpos destinados a neutralizar el virus también
pueden atacar a la mielina, una sustancia que recubre las ramificaciones
de las células nerviosas y que, además de protegerlas, funciona como
lubricante para las sinapsis.
“Hemos aprendido”, dice Porta, “que el
coronavirus afecta al pulmón pero en su respuesta, se produce un impacto
en todo el organismo”.
La SEN publicó en abril un manual para neurólogos que cifraba en al menos un 36% los pacientes infectados por covid los que podían sufrir alguno de estos impactos.
Como
recuerda el investigador de la Universidad de Exeter David Strain, “la
principal limitación es que desconocemos lo que tienen en común y cómo
son de frecuentes estas complicaciones”.
Pero cree obligado profundizar
en estos trastornos para saber si son casos raros o solo el extremo de
una larga cola de casos.
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