El pasado viernes, el presidente de los Estados Unidos de América(EUA), Donald Trump, manifestó que no descarta una opción militar en Venezuela, debido a la situación política y social que atraviesa, la cual, calificó de “peligrosa”.
Las declaraciones del mandatario republicano generaron polémica en el ámbito nacional e internacional, e inmediatamente, los países y organizaciones de la región, se pronunciaron en repudio a esta medida, alegando que solo es posible superar la crisis en Venezuela a través del diálogo, y que una intervención militar solo empeoraría el panorama.
Sin embargo, el gobierno del país norteamericano no se ha pronunciado para retractarse al respecto, razón por la que, hasta ahora, la cúpula chavista ha instado a todos los venezolanos a mantenerse alerta y prepararse ante lo que podría ser la primera intervención militar dirigida por EE.UU. en territorio nacional, y la primera en América Latina en el siglo XXI, puesto que fue en 1989, que se llevó a cabo la última operación de este tipo.
Invasión “Causa Justa”
La intervención, denominada Just Cause, o Causa Justa en castellano, fue ejecutada en Panamá el
20 de diciembre de 1989, luego de que el Parlamento panameño le
otorgara funciones especiales al Comandante en Jefe de la Guardia
Nacional de Panamá, Manuel Noriega, un colaborador de
la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y narcotraficante destacado,
designándolo como jefe de gobierno, y este, una vez en el cumplimiento
de sus funciones, le declarara la guerra a los Estados Unidos.
Cinco días más tarde de la amenaza, 27 mil soldados estadounidenses llegaron a tierras panameñas con
armas de gran potencia e iniciaron un conflicto bélico con las Fuerzas
de Defensa Panameña, las cuales, al cabo de 15 días, fueron
desmanteladas y Noriega se sumió a la justicia estadounidense, la cual
lo acusó por los delitos de narcotráfico.
Más de 3000 muertos
Aunque no hay cifras oficiales, diversas organizaciones coincidieron
para entonces, que el número de muertes que dejó esta intervención
militar, se sitúa entre los 3000 y los 5000 panameños, en su mayoría,
civile de bajos recursos económicos que habitaban en La Chorrilla, una
zona precaria en la que se encontraba el Cuartel Central de las Fuerzas
de Defensa y las oficinas de Noriega, por lo que fue el lugar más
atacado por las fuerzas estadounidenses.
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