El poder adquisitivo de toda una generación a punto de jubilarse está
años por detrás de las condiciones en las que se ven en países como
Suecia, Reino Unido o Países Bajos
Tal y como recordaba a Diario16 la pensionista Julia Pareja “la subida del 0,25% de las pensiones es una tomadura de pelo”; una situación en la que se encuentra toda una generación española conocida como la del “baby boom”.
Una generación que es de las más numerosas que ha visto nuestro país, y que está muchísimos años por detrás de las condiciones en las que se jubila la población de Suecia, Reino Unido o Países Bajos.
Pronto comenzarán a jubilarse las primeras quintas del “baby boom”, esa generación que se creó en España a razón de unos 650.000 nacimientos anuales entre finales de los 50 y finales de los 70. El momento llegará en 2022 ó 2023, antes incluso para quien se jubile anticipadamente.
En el momento de ese “boom” se creó un Fondo de Reserva que aliviase parte de la presión demográfica. La duración de la crisis, la caída del empleo y la devaluación salarial se lo han llevado por delante cinco años antes de tiempo.
En Suecia se calcula la cuantía de la pensión basándose en el sistema de cuentas nocionales, unas cuentas virtuales individuales en las que se depositan las cotizaciones que realiza cada trabajador.
De esta forma, la cuantía de la pensión se calcula en función de lo aportado a lo largo de toda la vida laboral.
Un modelo muy diferente al español, sobre todo teniendo en cuenta que el número de nacimientos se ha desplomado, y la contratación es precaria.
Los suecos contribuyen a su pensión futura con el 18,5% de sus ingresos: un 16% se va a parar al sistema de reparto de cuentas nocionales y el 2,5% restante se destina a uno de los más de 800 fondos de pensiones que pueden elegir para invertir.
En el país nórdico, las pensiones tienen una media de 1.740 euros al mes; en España en muchos caso no llega a los 700 euros.
En Reino Unido reformaron el sistema de pensiones en 2012, tras darse cuenta de que se avecinaba un problema con los futuros jubilados.
El sistema con el que dieron fue que todos los trabajadores entre 22 y 65 años que ingresen más de 10.000 libras al año reciben una inscripción automática a un plan de empleo, en el que tanto el trabajador como el empresario deben cotizar.
En España el gasto en pensiones se sitúa en torno al 11% del PIB. En 2015, tras la reforma de 2013, la Unión Europea calculó que en el momento de más presión (2045) el gasto en España llegará al 12,5% del PIB.
Una rebaja importante sobre la previsión anterior, hecha tras la reforma de 2011, la que retrasaba la edad de jubilación de 65 a 67 años, que dejaba ese gasto al 14% en 2050.
En los Países Bajos tienen otro sistema, también diferente. Tienen un sistema de pensiones formado por una prestación básica de reparto de cuantía fija, destinado principalmente a prevenir la pobreza.
Las empresas participan colectivamente en un plan obligatorio, que cubre a más del 90% de los trabajadores. La pensión básica está diseñada para que su tasa de reposición se aproxime al 30% del salario medio y los planes de empleo para completar el 70% restante.
Un problema que en España no parece resolverse con ningún pacto de Toledo, y del que se teme no podamos salir. Porque como decía Julia Pareja, jubilada: “¿Qué clase de pensiones van a tener los jóvenes con contratos de mierda?”.
Jorge Martín
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