Después de leer, releer y volver a analizar el comunicado de ETA del
pasado viernes uno se sorprende de hasta dónde han sido capaces de
llegar.
No me esperaba que pudieran hacer una reflexión tan autocrítica de su terrible historia, o que reconocieran sin medias verdades el daño causado a todos, los suyos y los nuestros, aunque hayan puesto una coletilla de distinción en categorías intolerable.
Tampoco que la
palabra maldita “perdón” pudiera salir públicamente de su hasta ahora
rocoso corazón.
Lo han hecho y pienso lo difícil que ha debido ser bajarse de su caballo, por muy famélico y moribundo que estuviera. Del tremendo trabajo de cocina que gentes dedicadas en cuerpo y alma al empeño de la paz, han realizado durante años de manera esforzada, paciente, generosa y discreta.
Es de ley comenzar por ahí, después de haber dedicado un recuerdo emotivo a las víctimas que han dejado en su sangriento camino, a sus familias y allegados y me refiero a TODAS las víctimas, las 829 de una orilla y también a las de la otra.
Reconociendo el esfuerzo aportado por gentes diversas y plurales, desde socialistas como Enrique Curiel, o abertzales como Patxi Zabaleta, a Jonan Fernández, Víctor Aierdi que dirigieron Elkarri, Paul Rios que lo hizo con Lokarri, o últimamente Agus Hernán portavoz actual del Foro Social Permanente, más los miembros del Grupo Internacional de Contacto GIC.
Probablemente sin ellos no habría sido posible y quizás se debería hacer un acto colectivo de reconocimiento social a todos ellos aunque alguno ya no esté entre nosotros.
A pesar de los elementos positivos que contiene el comunicado y que probablemente han sorprendido a la mayoría, habrá quienes de nuevo interesada y partidistamente realizarán una valoración crítica. No procede, nadie apenas hace unos meses era capaz de imaginar que llegarían tan lejos de manera unilateral (bueno algún “empujoncito” ya se les ha dado).
Se va a continuar intentando, especialmente desde el PP y su acólito
Cs de exprimir al máximo eso de que “una mentira contada machaconamente
se puede convertir en una verdad”, a lo que deberemos contestar con
otra, “una verdad dicha muchas veces consolida esa verdad”.
ETA se va definitivamente no debe existir ninguna duda, lo hace pidiendo perdón y reconociendo el inmenso daño causado. A mí al menos como víctima (once años de acoso y amenazas con dos escoltas de sombra para evitar que me mataran) de su actividad me basta. Es justo lo que les pedía, con el punto negro de la distinción entre víctimas.
De la famosa DDR contemplada en los parámetros de la ONU ya tenemos las dos primeras D, ETA se ha desarmado y se va a desmovilizar con garantías internacionales de verificación, todo ello de manera unilateral. Es indiferente el término que emplee, ese o el demandado de “disolución”. Me da exactamente igual siempre que signifique que “echa la persiana” de manera definitiva.
Nos queda a partir de ahí la R de reintegración. En términos coloquiales los presos y exiliados. Un asunto en el que también se lleva trabajando tiempo desde el Foro Social, o el Gobierno Vasco, con inmensas dificultades, pero que este comunicado más el anuncio del próximo fin de semana puede y debe ayudar a desbloquear.
Hasta ahora enfrente, el bloque monolítico PP-Cs-PSOE suponía un muro infranqueable. Últimamente los socialistas han realizado movimientos tímidos, especialmente con el tema de presos enfermos, o participando en actos y reuniones, pero que ahora debemos intentar sean definitivos.
Tener al PSOE con quienes defendemos una nueva política penitenciaria para un nuevo tiempo resulta imprescindible. Por tanto la primera tarea será acumular fuerzas, para continuar con el esfuerzo de tumbar esa R de manera definitiva y justa. Ayudará a paliar otro tipo de sufrimiento, en este caso en que se aplica de manera injusta e innecesaria a las familias de quienes cumplen sus condenas alejados de sus lugares de origen.
Ojalá también ayude a que los jóvenes de Altsasua que actualmente
están siendo juzgados en la AN, tengan una justicia justa, sin impunidad
pero equilibrada.
Después, o mejor paralelamente vendrán otras tareas probablemente más difíciles, como recuperar de manera definitiva la convivencia, intentar escribir un relato común, o resolver los casos pendientes utilizando técnicas como la justicia transicional.
Todo ello más memoria, justicia, reparación, al igual que solicitamos
las víctimas del franquismo estos términos debemos trabajarlos aquí.
Queda un último tema que repito machaconamente en mis reuniones del Foro Social. Necesitamos hacer una profunda labor pedagógica en el resto de la sociedad española que ha sufrido un lavado colectivo de cerebro en este tema. No valen sólo los mensajes y las campañas en la navarra y vasca, hay que exportarlo también al resto del estado. Un mensaje de paz y reconciliación que sin duda el comunicado ayuda a fortalecer, al introducir los dos conceptos mencionados, daño causado y perdón demandados allí sine qua non.
Un gran trabajo se ha hecho, es para estar satisfechos y al menos hoy disfrutarlo, pero un inmenso trabajado está pendiente de realizar. Ahí estaremos codo con codo con gentes que hace apenas unos años tenía justo enfrente. Estamos y estaremos.
José Luis Úriz
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