La primera ministra británica anuncia una renovación de las relaciones
con Estados Unidos en la primera visita oficial de un mandatario
extranjero a la casa Blanca en la era Trump.
Es un “honor y privilegio” estar en Filadelfia, para “renovar la relación especial” entre ambos países, aseguró Theresa May este viernes en un discurso ante parlamentarios republicanos a su llegada a Estados Unidos. La mandataria saludó optimista la apertura de una “nueva era de renovación para Estados Unidos” con Donald Trump.
Pocas horas antes, consultada por la prensa acerca de su encuentro con el presidente norteamericano, May había dicho que tenía buenas expectativas, ya que “los opuestos se atraen”. La realidad es que, a pesar del estilo personal diferente de cada uno, en cuestiones de fondo hay bastantes puntos comunes.
El lema de Donald Trump, “Estados Unidos primero”, es un discurso bastante parecido al que propagandizaron los defensores del Brexit en Reino Unido: frente al establishment de Bruselas, el “Reino Unido primero”.
Una defensa en clave nacionalista de los intereses de cada nación imperialista.
Claro que está por verse cómo compatibilizar los intereses de cada uno en un acuerdo comercial de “vía rápida” que los beneficie a ambos.
El polémico muro de Donald Trump también tiene su equivalente en las políticas antiinmigración de Reino Unido, buscando reconstruir el control de sus fronteras y reforzar las medidas xenófobas desde el Estado.
May señaló además que Donald Trump era un líder encumbrado no desde los “pasillos de Washington”, sino desde las “esperanzas de los hombres y mujeres trabajadoras” de Norteamérica, queriendo establecer un cierto paralelismo con su propia figura.
También se refirió al mensaje de “renovación nacional” de Estados Unidos con el que Trump logró su “importante victoria”. Theresa May parece estar devolviendo el favor a Trump, quien hace unos días defendió el brexit y dijo que la salida de la UE beneficiaría a Reino Unido.
Sobre la alianza de Estados Unidos y Reino unido, May reafirmó la coalición estratégica entre ambos países. “Nuestros dos países juntos tienen una responsabilidad de liderar”, aseguró.
Aunque sobre este punto dijo que “los tiempos en que Estados Unidos y Reino Unido intervenían en otros países soberanos en un intento de rehacer el mundo a su imagen y semejanza han terminado”, en referencia al período Blair-Bush y las guerras de Irak y Afganistán.
Aun así, llamó a seguir actuando juntos para defender sus “valores”, “intereses” y las “ideas” comunes.
La visita de May a Trump ha generado muchas críticas en todo el mundo, tan solo un día después de que el nuevo ocupante de la Casa Blanca justificara públicamente la utilización de la tortura y cuando el Presidente mexicano acaba de suspender su visita a Estados unidos por el anuncio de la construcción del polémico muro de la xenofobia.
El primer encuentro entre Trump y May está cruzado por varios temas candentes: el brexit, la necesidad de un acuerdo de comercio rápido entre ambos países, la OTAN y la relación con Rusia. En relación a esta última cuestión, May sugirió a Trump que “tenga cuidado” con Putin, y llamó a reforzar la OTAN, sin ceder ante los reclamos rusos sobre lo que Rusia considera su “esfera de influencia” en el este de Europa.
May intentará convencer a Trump de la importancia de no debilitar la OTAN, una organización que éste ha calificado hace unos días de “obsoleta”.
En fin, puntos de confluencia y otros de divergencia, pero todo parece mostrar que en la era Trump-May la alianza imperialista entre los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido busca reconstituirse en clave de un discurso conservador y nacionalista, marcando las distancias con la UE.
Algo que no sienta nada bien estos días por los pasillos de Berlín y de Bruselas.
Desde Berlín, el presidente francés François Hollande y la canciller alemana Ángela Merkel respondieron con una rueda de prensa común este mismo viernes, para fortalecer el eje franco-alemán y defender “los intereses de la UE”.
“Tenemos que hablar con Trump porque él ha sido elegido por los estadounidenses para ser el presidente, pero nosotros debemos hacerlo con una convicción europea y promover nuestros intereses y nuestros valores”, dijo Hollande, advirtiendo sobre el “desafío” que representa Trump para el futuro de la UE.
Josefina L. Martínez
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