lunes, 12 de diciembre de 2016

El (divino) negocio de la pobreza: caridad contra solidaridad

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La Iglesia católica suele justificar sus privilegios acudiendo a su obra social. 

Suele esgrimir que su obra social ahorra miles de millones al Estado. 


En realidad, la Iglesia católica y sus órdenes religiosas y ONGs o fundaciones religiosas han fortalecido de forma impresionante el negocio de la pobreza y servicios sociales con un entramado de instituciones que ninguna otra empresa del tercer sector se pueda comparar.


 Incluso rivaliza con el Estado.


Un ejemplo es la asistencia social a ancianos. En España hay 359.000 plazas residenciales para ancianos de las cuales 97.000 están en residencias públicas y el resto en residencias privadas. Pues de estas 264.000 plazas privadas, más de 150.000 están en instituciones religiosas, y muchas de estas plazas están subvencionadas con fondos públicos. Otras veces las órdenes religiosas mantienen residencias como meros negocios privados.


En España, hay 21.000 niños tutelados que viven en residencias; pues bien, cerca de 13.000 lo hacen en residencias gestionadas por órdenes o fundaciones religiosas. Y el 90% se financian con fondos públicos. La ONU ya ha advertido de esta extraña situación.


Otro ejemplo que afecta a los ayuntamientos y que ha aumentado mucho con la crisis económica: los albergues para los sin techo y los comedores sociales para pobres. La mayoría son católicos y muchos reciben subvenciones municipales. Todo ello se hace no solo a través de Caritas, sino a través de un sinfín de ONGs y fundaciones, y muchos ayuntamientos dan dinero para ello.


 Un ejemplo reciente en España ha sido el Banco de alimentos: un montaje del Opus Dei vinculado a las grandes superficies que además recibe subvenciones municipales y compras estatales de alimentos.


En el ámbito de la drogodependencia, la Iglesia católica y sus hospitales también son una fortaleza. Es el caso del famoso Proyecto Hombre, que se ha enmascarado bajo la apariencia de asociación civil. Existen también ONGs vinculadas a obras religiosas con gran oscuridad y nada de transparencia en su financiación. Es el caso de la muy subvencionada obra del Padre Ángel: Mensajeros por la paz y satélites. Estas ONGs son especialistas en recibir ingentes donaciones y subvenciones públicas.


Es cierto que esto solo es posible por una dejación de funciones por parte de las administraciones públicas. Ya que, en los últimos tiempos, muchísimos servicios sociales se están externalizando en manos de empresas o en manos de ONGs y organizaciones religiosas. Desde finales de los noventa, los servicios sociales de los ayuntamientos y diputaciones están siendo gestionados por entidades de la Iglesia católica o empresas privadas, regresando a sistemas de caridad, enemiga de la solidaridad.


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