A los 49 años de su captura y asesinato.
Ocho balas de odio y codicia
imperialista no pueden segar la vida de un hombre cuya integridad ética y
moral es absoluta, humanos sus valores e inquebrantables sus
principios.
Hoy hace 49 años de la captura del Che Guevara en Bolivia
*
Ocho balas de odio y codicia imperialista no pueden segar la vida de un hombre cuya integridad ética y moral es absoluta, humanos sus valores e inquebrantables sus principios.
Ocho balas de odio y codicia
imperialista penetraron en el cuerpo herido e indefenso del Che Guevara.
Pero no lo mataron, como pretendieron sus mercenarios captores, y hoy,
cuarenta y nueva años después, el Guerrillero Heroico sigue caminando
firme y sereno; nunca doblegado, siempre erguido. Sigue caminando
multiplicado de manera infinita: inmerso en las reivindicaciones de las
masas, fundido en la esperanza fundada y creciente de los pueblos.
Ocho balas de odio y codicia
imperialista penetraron en el cuerpo herido e indefenso del Che Guevara.
Pero no lo mataron, como pretendieron sus mercenarios captores, y hoy,
cuarenta y nueva años después, el Guerrillero Heroico sigue caminando
firme y sereno; nunca doblegado, siempre erguido. Sigue caminando
multiplicado de manera infinita: inmerso en las reivindicaciones de las
masas, fundido en la esperanza fundada y creciente de los pueblos.
El 18 de octubre de 1967, nueve días
después de ser asesinado, Fidel expresó que éste “no cayó defendiendo
otro interés, defendiendo otra causa que la causa de los explotados y
los oprimidos en este continente; Che no cayó defendiendo otra causa que
la causa de los pobres y de los humildes de esta tierra. […] Y ante la
historia, los hombres que actúan como él, los hombres que lo hacen todo y
lo dan todo por la causa de los humildes, cada día que pasa se
agigantan, cada día se adentran más profundamente en el corazón de los
pueblos”.
Ocho balas de odio y codicia
imperialista no segaron, pues, la vida de Ernesto Che Guevara; con su
cobarde actitud, el asesino gobierno imperialista que ordenó apretar el
gatillo consiguió justo el efecto contrario: resaltar a un hombre con
decoro, inmortalizar a un Hombre Nuevo.
Che sigue siendo el hombre más temido por el imperialismo
El Che vive, porque lo hacen vivir los revolucionarios del mundo
Hace 49 años un vil asesino a sueldo, un
terrorista, dirigido por la Agencia Central de Inteligencia de Estados
Unidos, creyó que había matado a un hombre en Bolivia. Pero eso era
entonces ya imposible, lo que no sabía ni sabe el sanguinario verdugo
Félix Rodríguez Mendigutía es que con su crimen acabó por
inmortalizarlo. El Che sigue siendo un reto, un desafío, un valladar
infranqueable para el imperialismo.
No se puede matar a un ejemplo, no se
puede asesinar a las ideas. El Che vive, porque lo hacen vivir los
revolucionarios del mundo. Lo hace presente esta Cuba socialista de 58
años antimperialistas.
«Si queremos expresar cómo aspiramos que
sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes,
nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que
sean como el Che! Si queremos expresar cómo queremos que sean los
hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el
Che! Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños,
debemos decir sin vacilación: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu
del Che!
Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no
pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro,
¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin
una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese
modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros
hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios:
¡Queremos que sean como el Che!».
Así dijo Fidel el 18 de octubre de 1967,
en la velada solemne en su memoria, en la Plaza de la Revolución. Así
lo repiten los pioneros en nuestras escuelas. Pero que el Guerrillero
Heroico viva no solo pasa por evocarlo, sino por llevarlo hoy a las
aulas, a las fábricas, a nuestras relaciones humanas, a la sociedad que
construimos, a los procesos que dirigimos.
El Comandante en Jefe al hablar de sus
cualidades como conductor, expresó entonces «Che era un insuperable
soldado; Che era un insuperable jefe». En la actualidad, Cuba
perfecciona su modelo económico y social, con la participación de todo
el pueblo y eso exige de directivos con atributos de guía como los que
él dejó explicados en un artículo, El cuadro, columna vertebral de la
revolución, publicado en 1962, en la revista Cuba Socialista.
«Un dirigente es un individuo de
disciplina ideológica y administrativa, que conoce y practica el
centralismo democrático y sabe valorar las contradicciones existentes en
el método para aprovechar al máximo sus múltiples facetas; que sabe
practicar en la producción el principio de la discusión colectiva y
decisión y responsabilidad únicas, cuya fidelidad está probada», dijo en
ese texto.
Muchas veces en cualquier análisis
invocamos el debate y nos cuesta trabajo escuchar o reconocer la
opinión del otro. El Che afirmaba que una de las cualidades que debía
tener el que dirige, es la de «estar dispuesto siempre a afrontar
cualquier debate». Para eso el cuadro, debe tener entre sus rasgos
distintivos dos que Fidel dijo de él: «Che era un hombre
extraordinariamente humano, extraordinariamente sensible».
Raúl, que al decir del propio
Comandante en Jefe, fue junto al Che uno de los dos primeros
expedicionarios que tuvo el Granma, también ha insistido en ese franco
intercambio de criterios. El 18 de diciembre del 2010, en la clausura
del Sexto Periodo Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de
la Asamblea Nacional del Poder Popular, en alusión a la discusión del
entonces proyecto de los Lineamientos de la Política Económica y
Social del Partido y la Revolución, expresó:
«No hay que temerle a las
discrepancias de criterios y esta orientación, que no es nueva, no debe
interpretarse como circunscrita al debate sobre los Lineamientos; las
diferencias de opiniones, expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y
forma, o sea, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma
correcta, siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la
simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe
privar a nadie. Mientras más ideas seamos capaces de provocar en el
análisis de un problema, más cerca estaremos de su solución apropiada».
Pero no solo en los cuadros ha de vivir
el argentino, cubano por derecho y convicción. Si el estudiante, el
obrero, el militar, el científico, el intelectual, obra con la misma
sensibilidad que él les expresó a sus hijos al decirles «crezcan como
buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que
permite dominar la naturaleza.
Acuérdense que la revolución es lo
importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo,
sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia
cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo…», el Che
seguirá siendo un desafío para el imperialismo, el hombre más temido. Y
ya no lo podrán matar, porque su ejemplo es inmortal.
Paco Azanza Telletxiki | Cubainformación | 08 Octubre 2016
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