La batalla por el relato que ya hace años anunciaron casi
al unísono Alfredo Pérez Rubalcaba y José María Aznar, supervivientes y
protagonistas de las épocas más siniestras en la aplicación de la
llamada razón de Estado, está provocando un aluvión de iniciativas que
saturan la comunicación.
Entre las últimas novedades en este ámbito
figuran varios libros relativos a la actividad de la Guardia Civil
contra ETA. Dos de ellos llevan la firma del coronel Manuel Sánchez
Corbí, noticia también en los últimos meses no por su actividad
literaria sino por sus declaraciones incendiarias en las que
maniqueamente englobaba en el «bando de los malos» a «etarras,
batasunos, peneuvistas e Iglesia vasca».
Admirador del condenado
Rodríguez Galindo, actor en la represión contra el soberanismo catalán,
torturador condenado e indultado, y actualmente jefe de la UCO de la
Guarda Civil, Sánchez Corbí, implicado hasta 2012 en la dirección de la
lucha contra ETA, también es escritor.
El primero de sus trabajos, en formato breve, lleva el
título de ‘‘Sangre, sudor y paz’’ y lo redactó junto a Gonzalo Araluce y
Lorenzo Silva. Y el segundo de los libros de Sánchez Corbí es
‘‘Historia de un desafío. Cinco décadas de lucha sin cuartel de la
Guardia Civil contra ETA’’.
En esta ocasión el coronel Sánchez Corbí comparte autoría
con Manuela Simón, cabo de la Guardia Civil, dedicada a labores de
información sobre ETA en territorio francés. Simón participó en la
emboscada que tuvo lugar en 1989 en el peaje de la AP8 en Irun en el que
murieron Juan Oiarbide y Manu Urionaberrenetxea, militantes de ETA.
Aquella actividad le valió una condecoración, la primera a una mujer de
la Guardia Civil.
‘‘Historia de un desafío’’, presentada en televisión y en
diversos medios del Estado en una campaña de marketing de altos vuelos,
constituye un trabajo sorprendente.
Porque gran parte del hilo conductor
de los dos tomos está trabajado precisamente a partir de una monografía
enciclopédica previa: “Euskadi eta Askatasuna-Euskal Herria y la
libertad”, editada por Txalaparta en 1993 y dirigida por Luis Núñez.
Lo sorprendente no queda únicamente en el modelo seguido
sino que de ese modelo los guardias civiles han hecho un ejercicio de
«copia y pega», algo que en términos editoriales tiene un nombre:
plagio.
Por eso resulta asombroso que una historia de la Guardia
Civil en su lucha contra ETA copie de los «tomos de una enciclopedia
sobre la historia de la banda terrorista» (tal y como es citada en la
página 46 del primer tomo del libro de Sánchez Corbí y Manuela Simón)
publicada por «la editorial navarra Txalaparta, de Tafalla, próxima a
los postulados ideológicos y políticos de la izquierda abertzale»
(página 46 citada).
Según añaden los autores, el primer tomo de esta
obra apareció en los ordenadores incautados a dos militantes de ETA,
José Luis Álvarez Santacristina, “Txelis”, y José María Dorronsoro. Por
lo que la copia puede haber sido aún más grave, al partir precisamente
de fondos en poder de la autoridad judicial, aparentemente sin
desclasificar.
Este primer tomo de la Guardia Civil contiene también copias
literales de artículos aparecidos en GARA en 2010 a cuenta de la muerte
de la niña Begoña Urroz. Copias firmadas por dos colaboradores de GARA y
presentadas como si fueran propias de los guardias civiles, sin citar
entrecomillados ni fuentes originarias. Un escándalo.
Los pasajes plagiados en el primer tomo de la Guardia Civil
corresponden a los cuatro primeros tomos de la enciclopedia de
Txalaparta. Atañen a asambleas de ETA, detenciones, impresiones del
contexto, dispersión de presos, preparación del atentado contra Carrero
Blanco, etcétera.
Valgan como botón de muestra algunas comparaciones:
Texto de la enciclopedia ‘‘Euskadi eta Askatasuna’’: «Etxabe
no conocía Donostia y, paseando frente a la playa, buscaba un muro
donde poder aplicar la brocha. Encontró uno hermoso en la entrada al
barrio del Antiguo. Aplicó la brocha y de repente notó el caño de una
pistola en su nuca.
Estaba pintando en el muro del cuartel de la Guardia
Civil de Hériz. Etxabe se dio la vuelta arrojando el bote de pintura a
la cara del guardia civil y emprendiendo la huida. Sonaron varios
disparos de los colegas del embadurnado centinela, mientras los
arrasatearras se echaban hacia el monte, en dirección a Aiete.
Nuevamente su desconocimiento de la ciudad les jugaría una mala pasada».
Texto del libro de Sánchez Corbí (página 48): «Etxabe (sic)
no conocía San Sebastián y, paseando frente a la playa, buscaba un muro
donde poder aplicar la brocha. Encontró uno en la entrada al barrio del
Antiguo. Aplicó la brocha y, de repente, notó el caño de una pistola en
su nuca: estaba pintando en el muro del cuartel de la Guardia Civil de
Zumalacárregui.
Etxabe se dio la vuelta, arrojó el bote de pintura
contra el guardia civil que le apuntaba y emprendió la huida. Sonaron
varios disparos de los compañeros del embadurnado centinela, mientras
los de Mondragón se echaban hacia el monte, en dirección al barrio de
Aiete (sic). Nuevamente su desconocimiento de la ciudad les jugó una
mala pasada».
En el texto de Sánchez Corbí, la noticia concluye con un
«Juzgados y condenados, Etxabe y Ozaeta serán los primeros militantes de
ETA detenidos mientras realizaban una acción». En la enciclopedia de
Txalaparta se dice: «Torturados, juzgados y condenados, Etxabe y Ozaeta
serán los primeros militantes de ETA detenidos mientras realizaban una
acción».
Como se puede apreciar, en la versión de la Guardia Civil se ha
suprimido la palabra «torturados».
Las páginas relativas a la preparación del atentado contra
Carrero Blanco, entonces presidente del Gobierno español, están repletas
de estos «copia y pega». El siguiente texto es prácticamente igual en
ambas versiones, con la diferencia de que el de Txalaparta está editado
en 1993 y el de la Guardia Civil en 2017: «La dispersión de los presos
de ETA por las cárceles del Estado español era un grave problema para
desarrollar cualquier fuga, lo que, unido a la falta de infraestructura
en cada caso concreto, hacía prácticamente inviable la escapada.
Por
eso, la dirección de la organización armada («de ETA» en la versión de
Sánchez Corbí) pensó que secuestrando a una personalidad relevante del
Régimen, el canje sería más factible, independientemente de la localidad
de ubicación de cada preso».
En la página 149 del tercer tomo de ‘‘Euskadi eta
Askatasuna’’&flexSpace;aparece el siguiente párrafo: «El Dodge Dart,
que no estaba blindado tal y como suponían los miembros del comando de
ETA, enfiló por la calle Juan Bravo para girar hacia Claudio Coello.
A
la altura del número 104 de esta calle se produjo la explosión. Eran,
según se dijo oficialmente, las nueve y veintiocho minutos de la mañana.
En el reloj de José Miguel Beñaran, ‘Argala’, quien había accionado el
ingenio electrónico, marcaban las nueve y treinta y seis minutos».
En un capítulo prácticamente idéntico al de la enciclopedia
de Txalaparta, es significativo que en la página 94 el texto de
‘‘Historia de un desafío’’ diga: «El Dodge 3700 GT, que no estaba
blindado tal y como suponían los miembros del comando de ETA, enfiló por
la calle Juan Bravo para girar hacia Claudio Coello. A la altura del
número 104 de esta calle se produjo la explosión.
Eran, según se dijo
oficialmente, las 9.28 horas. En el reloj de José Miguel Beñaran,
‘Argala’, quien había accionado el ingenio electrónico, marcaban las
9.36». Lo significativo es la copia, pero también la refencia a Argala
como responsable de accionar la explosión, hecho que, a pesar de ser
trasladado en numerosas publicaciones, no es cierto.
En cuanto a la muerte de la niña Begoña Urroz en 1960, GARA
publicaba en un artículo el 12 de febrero de 2010 que «El Directorio
Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL), compuesto por una amalgama
de militantes comunistas, anarquistas y guevaristas, dirigidos
aparentemente por militares portugueses exiliados, entre ellos el
general Humberto Delgado...».
Sánchez Corbí repite exactamente el texto
pero suprimiendo la palabra «aparentemente».
Un artículo de GARA del 18 de diciembre del mismo año 2010 y
sobre el mismo tema contiene párrafos reproducidos casi exactamente en
el primer tomo de “Historia de un desafío”.
Por lo demás, el trabajo de la Guardia Civil contiene
numerosas fotografías sin autor, equivocadas algunas en su ubicación
temporal. Así, por ejemplo, en una rueda de prensa efectuada en 1977 por
los deportados de ETA que habían vuelto de sus asignaciones europeas
(entre ellos Mario Onaindia, Teo Uriarte y Jokin Gorostidi), el pie de
foto los convierte en «participantes en una de las primeras asambleas de
ETA» (que se celebraron a comienzos de la década de 1960).
Hay otras referencias falsas como la alusiva a que Iñaki
Sarasketa, compañero de Txabi Etxebarrieta cuando se produjo su muerte
en Tolosa en junio de 1968, «fue deportado a un país sudamericano y
gracias a la intervención del PNV, reubicado en Europa».
EXTRACTOS «REPETIDOS»: DOS EJEMPLOS
«Etxabe no conocía San Sebastián y, paseando frente a la
playa, buscaba un muro donde poder aplicar la brocha. Encontró uno en la
entrada al barrio del Antiguo. Aplicó la brocha y, de repente, notó el
caño de una pistola en su nuca: estaba pintando en el muro del cuartel
de la Guardia Civil de Zumalacárregui.
Etxabe se dio la vuelta, arrojó
el bote de pintura contra el guardia civil que le apuntaba y emprendió
la huida. Sonaron varios disparos de los compañeros del embadurnado
centinela, mientras los de Mondragón se echaban hacia el monte, en
dirección al barrio de Aiete.
Nuevamente su desconocimiento de la ciudad
les jugó una mala pasada».
«Etxabe no conocía Donostia y, paseando frente a la playa,
buscaba un muro donde poder aplicar la brocha. Encontró uno hermoso en
la entrada al barrio del Antiguo. Aplicó la brocha y de repente notó el
caño de una pistola en su nuca.
Estaba pintando en el muro del cuartel
de la Guardia Civil de Hériz. Etxabe se dio la vuelta arrojando el bote
de pintura a la cara del guardia civil y emprendiendo la huida. Sonaron
varios disparos de los colegas del embadurnado centinela, mientras los
arrasatearras se echaban hacia el monte, en dirección a Aiete.
Nuevamente su desconocimiento de la ciudad les jugaría una mala pasada».
«El Dodge 3700 GT, que no estaba blindado tal y como
suponían los miembros del comando de ETA, enfiló por la calle Juan Bravo
para girar hacia Claudio Coello. A la altura del número 104 de esta
calle se produjo la explosión.
Eran, según se dijo oficialmente, las
9,28 horas. En el reloj de José Miguel Beñaran, Argala, quien había
accionado el ingenio electrónico, marcaban las 9,36».
«El Dodge Dart, que no estaba blindado tal y como suponían
los miembros del comando de ETA, enfiló por la calle Juan Bravo para
girar hacia Claudio Coello. A la altura del número 104 de esta calle se
produjo la explosión.
Eran, según se dijo oficialmente, las nueve y
veintiocho minutos de la mañana.
En el reloj de José Miguel Beñaran,
Argala, quien había accionado el ingenio electrónico, marcaban las nueve
y treinta y seis minutos».
https://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2018-03-19/hemeroteca_articles/corbi-plagia-la-enciclopedia-sobre-eta-para-escribir-la-historia-de-la-gc