domingo, 29 de noviembre de 2020
Federico Engels, el "Titán de las Ideas"
Murió una leyenda del fútbol
- Entre las mil imágenes que bombardearon las redes en cuanto se supo la noticia, vi una que mostraba al Diego de espaldas, caminando por el túnel, en botines, shorcitos, la diez en la espalda, la nube de rulos en la cabeza.Se está yendo rumbo al campo de juego, casi se alcanza a oír el ruido de los tapones contra el piso y, a sus costados, dos filas de superhéroes despidiéndolo.Superhéroes de pacotilla, de la Marvel: a él, que nunca fue un muñequito, que rompió todos los moldes por ser de carne y hueso, por ser tan rabiosamente humano.Diego yéndose por el túnel, yéndose como le hubiera gustado a él: vestido para jugar, listo para romperla toda una vez más.Pelusa, cebollita, barrilete cósmico, mano de Dios, Segurola y Habana, me cortaron las piernas, la pelota no se mancha, más solo que Kung-Fu, ¿sabés qué jugador hubiera sido sin droga? Rey del bardo, siempre al mango, el que dijo, el que se animó a decir: “Yo nunca quise ser un ejemplo”.Y también: “Yo me equivoqué y pagué”.El que dijo: “Yo nací en un barrio privado: privado de luz, de agua, de teléfono y de gas”.Y también: “Cuando entré al Vaticano y vi todo ese oro dejé de creer”.El que dijo: “Soy completamente zurdo: con el pie, con la mano, con la cabeza y con el corazón”.Y también: “Gracias a la pelota le di alegría a la gente; con eso me basta y sobra”.Gracias a vos, genio inmortal, imposible no quererte, nunca te vamos a olvidar.
Las jugadoras de Boca se niegan a homenajear a Maradona “por su forma despectiva de relacionarse con las mujeres “
Las jugadoras de Boca se niegan a homenajear a Maradona “por su forma despectiva de relacionarse con las mujeres “
Todo lo que gira alrededor de la recepción a Maradona en la Bombonera sigue generando controversia. En este caso, desde el plantel femenino se decidió poner en segundo plano al ídolo futbolístico para priorizar la lucha feminista.
La recepción de Diego Maradona en la Bombonera ha sumado un nuevo capítulo y en este caso, luego de varias reuniones internas el plantel femenino ha decidido no formar parte de los eventos vinculados a la vuelta de Diego a la que supo ser su casa.
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Mientras que la dirigencia decidió no formar parte de la bienvenida ni de la entrega de plaquetas tras las sucesivas agresiones y acusaciones de Maradona para con la dirigencia encabezada por Jorge Ameal y Román Riquelme (los encargados serán sus ex compañeros Miguel Ángel Brinidisi y Omar Perotti) el plantel femenino también tomó postura.
Las integrantes del equipo que se mantiene como líder en el Torneo Rexona, encabezadas por la capitana Florencia Quiñones, se reunió con el Consejo del Fútbol y le expresó su negativa a formar parte de la previa del encuentro ante Gimnasia con 'el homenaje al 10' “por su forma despectiva de relacionarse con las mujeres y sus posiciones 'machistas'".
El Consejo del Fútbol escuchó el reclamo y eximieron a las jugadoras de participar en el evento -iban a hacer un pasillo para recibir a Maradona por otra parte, dirigentes de Boca explicaron porque no se habla del trono para Diego, el que suele verse en otros estadios: "No tenemos problema de poner un trono en el banco de suplentes. Pero es una movida de marketing y es para generar dinero. Si aparece un sponsor entre hoy y mañana que le deja algún dividendo a Boca, no tenemos problemas en hacerlo".
sábado, 28 de noviembre de 2020
Joaquín Sabina - Dieguitos y Mafaldas (Directo)
Joaquín Sabina - Dieguitos y Mafaldas
(Directo)
"Veinte años de mitos mal curados dibujando dieguitos y mafaldas, veinte vidas hubiera yo tardado en contar los lunares de su espalda"
Dos veces 20 repite Sabina en esta canción y en el 2020 nos hemos quedado sin Dieguito Maradona y sin Quino, creador de Mafalda.
Es profeta, Sabina?
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Joaquín Sabina interpretendo 'Dieguitos y Mafaldas' en directo desde El Luna Park.
Pueblos con más personas fallecidas por el COVID-19
El capitalismo legaliza el robo y la injusticia
viernes, 27 de noviembre de 2020
Maradona o la necesidad del mito para sostener la civilización humana
Maradona o la necesidad del mito para sostener la civilización humana
Desde la Antigua Grecia, el héroe del deporte ha jugado un papel decisivo en la cohesión de la sociedad
Decía Albert Camus que los mitos tienen más poder que la realidad. Y quizá sea ahí, en el componente evasivo o escapista de un mundo siempre doloroso y lacerante que nos rodea, donde radica la explicación de por qué el ser humano necesita mitos como del agua para vivir. Desde bien pequeños nos enseñan a consumir historias legendarias de héroes y heroínas no solo porque nos emocionan, nos entretienen, nos enseñan y nos elevan el espíritu −aunque solo sea por un momento−, sino porque el mito que se proyecta hacia la eternidad es el elemento fundamental sobre el que se asienta la civilización humana. La tribu crea al mito (y no al revés). Es así, mediante relatos más o menos reales o fantásticos sobre atletas, guerreros, artistas y sabios, como se construye la historia cultural de una sociedad. O en palabras de Robert Graves, el mito es una manera de insertar imágenes en una forma de pensamiento cultural.
Por eso el mundialmente llorado Diego Armando Maradona es ya un icono, un tótem, un mito. O al menos lo fue durante el siglo XX −el que lo vio reinar sobre sus verdes dominios del estadio de fútbol−, ya que en los últimos años se había convertido en una sombra de lo que fue. Desde el principio la historia de Maradona, como la de Aquiles, Julio César, el Rey Arturo o Napoleón, tenía todos los ingredientes para convertirse en leyenda. Nacido en Villa Fiorito −un barrio situado a pocos kilómetros del centro de Buenos Aires sumido en la pobreza, la droga y la delincuencia− su única arma para abrirse camino en la vida fue una pelota de fútbol. A ella se aferró como a su mágica Excálibur para sobrevivir, imponer su fuerza y su talento y extender su imagen icónica sobre el mundo entero.
Hoy muchos se preguntan cómo puede ser que un hombre caído en el pozo negro de la droga, en las cloacas de la camorra napolitana, en la vergüenza del maltrato machista y en la evasión fiscal, puede ser haberse convertido en un referente cultural en todo el planeta. Nada de lo que haya escrito sobre la decadencia de Occidente explicará el misterio sin resolver. Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha identificado con unos pocos elegidos, con sus vicios y virtudes, a los que ha querido emular. Por eso la causa del fenómeno Maradona quizá haya que buscarla, una vez más, en la dura infancia que le tocó vivir, en sus orígenes más humildes. Dieguito pasó del arroyo pestilente del extrarradio de una gran ciudad como Buenos Aires a la limusina con champán, de no poseer nada a tener el mundo a sus pies e incluso a ser reverenciado como una especie de dios o chamán.
Millones de personas, parias de la famélica legión de todo el mundo, lo admiran precisamente por esa razón, porque pese a haber alcanzado la fama, la gloria y el dinero, jamás se olvidó de sus orígenes plebeyos, ni del olor rancio a madera quemada, ni del hedor a húmedo callejón de Villa Fiorito. Ahí radica el espíritu maradoniano que se extiende como un símbolo por todo el orbe, futbolero o no. Hoy son muchos los que recuerdan la generosidad de El Pibe, un auténtico cajero automático con piernas que nunca daba la espalda a un viejo amigo de aquello años de infancia. De hecho, ese fue uno de los grandes errores de su vida: haber sido fiel a aquella pandilla de amigos de la Bombonera (no siempre recomendables) que terminaron arrastrándolo al inframundo de la cocaína.
Hoy, mientras las portadas de los periódicos lloran su muerte, sabemos que Maradona fue el Che Guevara del fútbol que acribillaba a golazos al pérfido enemigo inglés invasor de Las Malvinas; un Fidel Castro del balompié que plantaba cara al gringo supremacista y prepotente. El 22 de junio de 1986, cuartos de final del Mundial de México, Diego Maradona ganaba su batalla definitiva, la que lo consagró para la historia con aquella carrera sobre el ardiente Estadio Azteca en la que fue sorteando ingleses, uno tras otro, hasta anotar un gol imposible cuya belleza y plasticidad ningún futbolista ha conseguido ni conseguirá superar jamás.
El espacio-tiempo se detuvo por un instante haciendo añicos las leyes fundamentales de la naturaleza. Lo que hizo Einstein abriendo nuevas puertas a la ciencia lo consiguió El Pelusa en aquel eslalon para la eternidad con constantes cambios de ritmo, perfección técnica inusitada y una magia nunca antes vista en un estadio de fútbol. Poco antes de aquel mítico minuto 55, el nuevo Zeus del fútbol había marcado aquel gol ilegal, “la mano de Dios”, que acrecentó aún más su leyenda. Inglaterra sufría dos derrotas en una: la de la humillación a manos del pícaro bonaerense y canchero; y la del potente hombre-bala, un misil o “barrilete cósmico” que atravesó el estadio azteca a veinte kilómetros por hora y que dio en la línea de flotación de la Royal Navy, vengando las atrocidades del Imperio de su Majestad en Las Malvinas. Había nacido el mito.
Desde aquel día glorioso, Maradona fue mucho más que un deportista, fue un héroe de guerra para todos los argentinos. Desde entonces se convirtió en un “futbolista-político”, un referente social como en su día lo fue Jesse Owens −el atleta negro que con sus récords mundiales en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 amargó la fiesta racista a Adolf Hitler−, o el boxeador Muhammad Ali, otro icono del deporte al que las minorías étnicas y los pobres sin futuro idolatraban como un líder contra la injusticia y la opresión.
Según el antropólogo Claude Lévi-Strauss, todo mito nos pone ante el misterio de una pregunta existencial (el nacimiento, la muerte, el dolor, la victoria y la derrota, la verdad de la vida); está formado por contrarios irreconciliables (creación contra destrucción, vida frente a muerte, dioses contra hombres, el bien contra el mal); y nos reconcilia con nosotros mismos tras esa lucha interna conjurando nuestra angustia. De ahí la catarsis. Al dios Maradona lo hemos visto arrastrarse por el fango de la droga, atropellar y disparar perdigonazos contra periodistas, ser acusado de abuso sexual y perder la cabeza con sus borracheras.
La autodestrucción personal, el destino fatal y el malditismo suelen acompañar a los grandes mitos, como aquellos semiodioses de la Antigua Grecia que eran capaces de lo mejor y de lo peor. “El Diez” era humano, quizá demasiado humano, y por eso precisamente lo adora el pueblo. Por esa razón miles de argentinos desfilan estos días por la Casa Rosada, entre sollozos y lágrimas, para dar su último adiós al fenómeno.
Maradona no fue ningún dios digno de adoración como dicen sus adeptos de la Iglesia maradoniana, solo fue un hombre con más defectos que virtudes a quien la gente eligió para llevar la corona. Esa aura de vulnerabilidad, de carnalidad, de mortalidad, es lo que hace que algunos héroes se conviertan en leyendas eternas y sean amados por la tribu de generación en generación.
jueves, 26 de noviembre de 2020
¡Gracias, Fidel!
Estábamos en plena sobremesa con el director de la Empresa de Cultivos Varios de Güira de Melena, aquel día de 1990, cuando…“¿Debe estar buena la cosecha para que ustedes estén hablando de pelota?”.
Fidel, solo con su escolta personal nos había sorprendido a varios compañeros, incluido el experimentado colega Juan Varela Pérez, discutiendo de pelota. Por suerte, soltó una gran carcajada, para que aflojara el susto y asombro de todos los allí presente.
Después iniciamos un recorrido por los campos de papas y otros cultivos en plena siembra. Medio atropellado entre los surcos, tratando de hacer alguna buena foto andaba yo y de pronto Fidel me preguntó: “¿Esa cámara no hace videos?”. Le respondí que no. Él insistió al tiempo que miraba fijamente la cámara. “¿Seguro que no hace video?”, indagó tres veces seguidas y yo, cada vez más nervioso le decía que no.
Entonces le preguntó a Varela, “¿De dónde sacaste tu a esta mascotica, que solo tira fotos?” Muertos de risas todos, menos yo, que quería literalmente que la tierra me tragara, me dio un yiti (fricción dolorosa en la cabeza realizada con dos dedos de la mano) y me dijo: “No importa si no hace video, solo pregunté”.
Luego de hablar con trabajadores y directivos en pleno campo, el Comandante nos invitó a seguir con él hasta Alquízar a visitar un campamento de muchachos del Ejército Juvenil del Trabajo, que nos explicó: “Son unos Leones y quiero ir personalmente a felicitarlos por su trabajo”. Y así fue.
En el campamento compartió con los jóvenes soldados, verificó lo que cocinaban para comer y les agradeció el esfuerzo que hacían en el duro trabajo agrícola. Ya al partir le pidió a Varela que redactara ese mismo día el artículo, volvió a mirarme fijo y me dijo: “Mascotica, ya que no puedes sacarme en el noticiero, mira a ver si te salen las fotos para el periódico de mañana”, entonces –para aliviar tensiones (creo yo)- retomó el tema de la pelota y me preguntó: “¿Quién está delante en la serie?”
Yo seguía el béisbol, pero ahí mismo se me enredó la pita, me pichó más de 20 preguntas en minutos. A muchas de ellas no pude responderle, sin embargo, recuerdo una en especial, me preguntó por Omar Ajete, lanzador de Pinar del Rio. Le dije que según había leído, seguía lesionado. De inmediato me expresó: “Tengo que hablar con él, ese brazo hay que cuidarlo, hoy mismo lo llamo y veo como está”.
Este fue uno de mis primeros encuentros con el Comandante en Jefe y que jamás olvidaré, por su jocosidad, pero -sobre todo- por su gran humanismo. ¡Gracias, Fidel!
Fidel, nuestro
Gobierno cubano envía mensaje de condolencia por el fallecimiento de Maradona
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, envió hoy un mensaje de condolencias a su par argentino, Alberto Fernández Pérez, por el fallecimiento del gran hijo de ese país y América Latina, Diego Armando Maradona.
A continuación texto del mensaje.
La Habana, 25 de noviembre de 2020
“Año 62 de la Revolución”
Estimado Presidente:
En nombre del pueblo y gobierno cubanos y del General de Ejército Raúl Castro Ruz, le traslado las más sentidas condolencias por el fallecimiento de Diego Armando Maradona, entrañable y fiel amigo de Fidel y de nuestro pueblo.
Ruego hacerlas extensivas a sus familiares y amigos.
Fraternalmente,
Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Presidente de la República de Cuba
Excmo. Sr. Alberto Fernández Pérez
Presidente de la República Argentina
Dicen que el día a día del «emérito» en Abu Dhabi trascurre entre escoltas, fisioterapeutas, llamadas y hastío.
Hasta los huevos… ¡Pobre!
Dicen que el día a día del «emérito» en Abu Dhabi trascurre entre escoltas, fisioterapeutas, llamadas y hastío. El locutor ultra Carlos Herrera dice que Juan Carlos vive pendiente de España, obsesionado con volver a Zarzuela y que «está hasta los huevos«. Tal cual… ¡Pobre!
La periodista Silvia Taulés pudo contactar desde su Medio (Vanitatis) con algunos amigotes del «Borbón fugado que constatan dicho hastío y confirman que las jornadas transcurren monótonas, casi encerrado en un lujoso hotel de la capital de Emiratos Árabes y pasando las horas centrado en su salud. Para mejorar o mantener al menos su forma física, «Marca España» también le paga un equipo de especialistas con el que realiza ejercicios a diario.
Quizá sea masoquismo pero otra de sus rutinas de Juan Carlos debe ser leer la prensa española, de la que le entregan cada día un buen dossier con todas las noticias que se refieren a su persona, a su familia y a cuestiones de interés nacional. Además, está pendiente del trasiego político, la crisis sanitaria y, sin duda, de todo lo que hace referencia a su hijo.
Y así, entre visita y visita (como la de su hija mayor, a la que «Marca España» le ha subvencionado su reciente viaje a Emiratos), pasa los días en Abu Dhabi, destino que escogió para blindar su privacidad.
Se trata de un emirato de corte dictatorial donde el respeto a los Derechos Humanos brillan por su ausencia y la libertad de prensa, simplemente, no existe. El heredero de Franco ya contaba con que allí no se pueden tomar fotografías ni en los restaurantes, así que puede salir a cenar o comer con total libertad aunque rodeado de varios escoltas del Ministerio de Interior español de total confianza. Son guardias civiles «entregados» (y bien remunerados) a servir a su monarca en el extranjero.
Pero el Departamento de Marketing y Publicidad de Zarzuela y el Gobierno de «Marca España«, haciendo -ambos- gala de su tradicional «transparencia» no dicen nada. Al parecer la ciudadanía no tiene derecho a saber sobre el despilfarro diario dedicado a semejante sátrapa.
Así, Zarzuela «informa» que nunca hacen el menor comentario sobre cuestiones de seguridad y que, sea como sea, es cosa de Interior y desde el Ministerio, por su parte, recuerdan también que no pueden dar detalles sobre servicios de protección personal, y que cuando se refiere a la seguridad de Casa Real, siempre depende “orgánicamente” de Zarzuela…
Para variar, mareando la perdiz o, lo que es lo mismo, riéndose a la cara de sus conciudadanos que, al fin y a la postre, son quienes soportan tanto el desmesurado gasto como aguantan el mamoneo.
Tanto policías nacionales como guardias civiles son quienes se encargan de velar por la seguridad de los familiares del monarca. Así sucede por ejemplo con Elena y Cristina. La duquesa deFormentera tiene nada menos que a 20 personas a su servicio para proteger su seguridad, la de su «ex» (el del patinete) y la de sus hijos ultras Froi «el binguero» y Vickyfé, su novio DJ, su yegua Dibelunga y su cerdito vietnamita).
Mientras, la del famoso «soy tonta no recuerdo nada y todo lo hice por amor» (Cristina) cuenta con 14 escoltas (y ha pedido uno más al cumplir su hijo Miguel 18 años) que se reparten las tareas en grupos, ya que tienen que proteger a esos delincuentes fiscales en Ginebra, Barcelona, Madrid y Vitoria-Gasteiz.
El presidiario Urdangarin cuenta con, al menos, dos policías nacionales para protegerle de «la nada» en un ala de Brieva (una prisión de mujeres que solo ocupa él). También la consorte griega del «emirato fugado» cuenta con servicio de escoltas e, incluso, «la fiesta» se extiende a su hermana Irene, una parásita que, pese a no tener ningún título oficial en «Marca España«, también posee su propio equipo de seguridad.
Con la que está cayendo, mejor ni hacer la cuenta del pastizal que se gasta en esa familia y sus parásitos que ni siquiera están ahí «Por la gracia de Dios» sino por otra serie de «gracias» que abarcan desde la de un asesino dictador hasta la de un simple espermatozoide.
¡Viva el vino!
miércoles, 25 de noviembre de 2020
Maradona en Cuba para homenajes a Fidel Castro
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Maradona en Cuba para homenajes a Fidel Castro
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Juan Carlos I repartió títulos nobiliarios a los jerarcas franquistas para asegurarse su lealtad
En su libro Los ricos de Franco, el escritor Mariano Sánchez Soler desgrana cómo la Monarquía española fue fabricando a sus “grandes de España” porque la corte estaba vacía
Cuatro días después de acceder al trono, Juan Carlos I hizo grandes de España a los Franco. “Iba con tiento. Arrancaba el tránsito hacia la democracia y se trataba de integrar los símbolos familiares de la dictadura en la corte, entonces ficticia, del nuevo jefe de Estado”. Con estas palabras explica Mariano Sánchez Soler, en su libro Los ricos de Franco, cómo la Monarquía recién restaurada quiso agradecer los servicios prestados a la estirpe del dictador. Los tiempos estaban cambiando rápidamente y también entre la aristocracia era preciso realizar el necesario camino hacia la Transición. Se trataba de renovarse o morir y uno de los primeros pasos en la operación de cosmética franquista era hacer tabla rasa, borrón y cuenta nueva, pasar página para integrarse en el nuevo sistema. Juan Carlos les abrió la puerta a todos ellos.
Por primera vez en su vida el nuevo rey pudo conceder títulos nobiliarios y lo hizo con un sentido “político compensatorio” para quienes habían posibilitado su acceso al trono desde el franquismo. Juan Carlos no podía romper con quienes lo habían elegido para mantener España “atada y bien atada” y de esta manera empezó a conceder favores y prebendas nobiliarias. Así, el 31 de enero de 1976 la “señora de Meirás”, o sea la esposa del Generalísimo, cambiaba el Palacio de El Pardo por un pisazo en la calle Hermanos Bécquer de Madrid. De esta manera, “el tiempo la depositaría en un lugar discreto de la historia”, escribe el autor alicantino.
Otro de los halcones del franquismo que recibieron favores y títulos del hoy monarca emérito fue un viejo conocido de los españoles. El 2 de febrero de 1976, en cuanto fue destituido como primer presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro recibía el título de “marqués de Arias Navarro” con grandeza de España. Un año más tarde, entre enero y abril de 1977, le siguieron a título póstumo los tres presidentes de las Cortes franquistas y del Consejo del Reino, tan esenciales para el nombramiento del sucesor de Franco a título de rey: Antonio Iturmendi Barrales, conde de Iturmendi; el alférez provisional Alejandro Rodríguez de Valcárcel; y muy especialmente Torcuato Fernández Miranda y Hevia, “duque de Fernández Miranda”, título en posesión de su hijo, Enrique Fernández Miranda y Lozana, secretario de Estado para la Inmigración en el segundo Gobierno de José María Aznar. Junto a todos ellos destaca Alfonso Escámez, “marqués de Águilas”, por sus méritos como “banquero del rey”, pues llevaba las cuentas de la Casa Real.
Algo más tarde, en 1988, uno de los primeros agraciados iba a ser Francis Franco, nietísimo del dictador. “Por 154.000 pesetas pagadas mediante impreso de Hacienda y otras 4.850 por una carta para el Ministerio de Justicia, Francisco Franco Martínez-Bordiu se convirtió en señor de Meirás, un título que el rey Juan Carlos había concedido a su abuela, la señora de El Pardo, el 26 de noviembre de 1975, seis días después de la muerte de su marido”. Así relata Mariano Sánchez Soler los honores que la familia del dictador cosechó, por ser quien era, en los primeros días de la Transición. Recién llegado al trono, el nuevo rey quiso reconocer los servicios prestados por Carmen Polo y extendió también el honor a su hija, Carmen Franco Polo, desde entonces “duquesa de Franco”.
Las dos, con Grandeza de España, entraban a formar parte del club selecto de la nobleza española, compuesto por cuatrocientos miembros que destacan entre los 2.700 títulos nobiliarios existentes. La concesión del señorío de Meirás está reseñada por el Elenco de la nobleza con estas palabras: “A doña Carmen Polo de Franco, viuda del Caudillo, Generalísimo y jefe del Estado español”, y añade sus méritos: “Doña Carmen Polo y Martínez Valdés, dama de honor de la Cruz Roja, Gran Cruz de Sanidad, Medalla de Oro y presidenta de honor de la Fundación Nacional Francisco Franco”. En los mismos términos está inscrita la concesión del “ducado de Franco”, aunque cambiando viuda por hija, según escribe Sánchez Soler.
En cuanto Francis obtuvo el título de “señor de Meirás”, haciendo suyo el pazo hoy devuelto al pueblo gallego por sentencia judicial, dos cuestiones singulares desencadenaron la polémica. En primer término el rango de señorío estaba suprimido legalmente por un real decreto de 27 de mayo de 1912 que advertía: “Desde la publicación de este decreto no se autorizará la conversión del título de señor en otra dignidad nobiliaria. No se concederán nuevos títulos de esta clase”. Para darle tal dignidad a Carmen Polo hubo que recurrir a una norma de rango superior al habitual: un decreto firmado por el presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro.
En segundo lugar, la concesión del señorío no contenía ninguna cláusula sucesoria especificada, si bien en el documento firmado entregado a la viuda de Franco fue añadida la frase: “concedido a perpetuidad”, a diferencia del ducado de Franco, cuyo decreto especifica que la merced es “para sí, sus hijos y descendientes”. Los juristas especializados en heráldica polemizaron sobre estas singularidades mientras el nuevo “señor de Meirás” heredaba un título que le convertía en el último “excelentísimo” señor de su familia.
A sus treinta y cuatro años, el nieto favorito del dictador declaró satisfecho: “Ser el nuevo señor de Meirás vale para saber que eres el responsable de una tradición, que ha habido gente en tu familia que ha hecho cosas. Lo importante es para uno, pero no tiene utilidades”.
Los ricos de Franco son los ricos de hoy
“Nuestra Cruzada es la única lucha en la que los ricos que fueron a la guerra salieron más ricos”. Esta frase lapidaria, atribuida a Francisco Franco un 21 de agosto del año 1942, resume a la perfección lo que fueron nuestros cuarenta años de oscura dictadura.
El escritor y periodista Mariano Sánchez Soler ha indagado,
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