jueves, 13 de agosto de 2020

El capitalismo no es la solución, es el problema

    

El capitalismo no es la solución, es el problema



David Harvey, geógrafo y teórico social británico , catedrático de la Universidad de Nueva York 
 

 Este artículo fue escrito en mayo, antes de que comenzaran las protestas en curso.


Es posible que cuando salgamos de los tormentos infligidos por COVID-19, nos encontremos con un panorama político en el que la reforma del capitalismo esté presente.



Incluso antes de que el virus atacara habían algunos indicios que proponían una mutación.


 Los líderes empresariales que se reunieron en Davos, por ejemplo, oyeron algunas voces que les alertaban que debían reducir la obsesión por los beneficios y el descuido por los impactos sociales y medioambientales que produce el capitalismo.


 Se les aconsejó que se protegieran ante la creciente irritación pública en alguna forma de «ecocapitalismo» o “capitalismo con conciencia”.


Tras cuarenta años de políticas neoliberales, con la embestida del virus se ha puesto en evidencia el lamentable estado de la salud pública .


 La austeridad aplicada a todo lo que no sean gastos militares o subsidios a las grandes corporaciones (aunque sean inmensamente ricas) ha dejado un sabor amargo y un creciente malestar entre la ciudadanía.


 Por el contrario, las adopción de medidas por parte del estado para hacer frente a la pandemia producido cierta esperanza entre la gente.


El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha dicho recientemente que cuando salgamos de la actual crisis “no sólo se requerirá reimaginar del horizonte económico, social y político, sino que también deberemos reconciliar el interés del pueblo con el poder político”.


Para los que hemos vivido la pesadilla provocada por el virus en Nueva York esta declaración que implica la intervención del Estado parece lógica.


Desafortunadamente la salida de la crisis que propone Cuomo va en otro sentido .


El gobernador demócrata decidió que para “reimaginar” la economía y las relaciones sociales era necesario reclutar a selecto un club de multimillonarios integrado por Michael Bloomberg (para organizar los análisis), Bill Gates (para coordinar las iniciativas de educación) y el ex CEO de Google, Eric Schmidt (para recalibrar las comunicaciones y las funciones gubernamentales).


Al parecer la oleada democrática que se ha hecho evidente en la calle aún no ha llegado con suficiente fuerza a las cúpulas del poder político. Para Cuomo, la reconstrucción y reimaginación del sistema debe amoldarse a las necesidades del capital y a lo decidan una élite capitalista “progre”.


Las ciudades que necesitamos


A lo largo de una larga historia de gobierno burgueses en Estados Unidos ha habido periodos de reformas; a principios del siglo XX con gobiernos liberales, un New Deal en los años treinta con Roosevelt  y la llamada Gran Sociedad con Johnson en los años sesenta. Parece que ahora de nuevo las clases dominantes están construyendo un consenso para otra reforma cosmética del sistema.


En ese contexto se está pensando en reconstruir la vida urbana a fin de promover no sólo formas más racionales –y ecológicas- de desarrollo económico, sino también formas más adecuadas de organizar la vida cotidiana.


Además de causar un daño directo incalculable a la calidad de la vida cotidiana el coronavirus también ha revelado la enorme cantidad de podredumbre que hay bajo el brillo superficial el consumismo ostentoso, el individualismo indulgente y de las intervenciones arquitectónicas extravagantes.


Con este espíritu, las reflexiones del Consejo Editorial del New York Times sobre «Las ciudades que necesitamos» invita a hacer algunos comentarios. El tema central es bastante simple. “Alguna vez las ciudades funcionaron. Pero, ahora no funcionan». Tenemos que cambiarlas».


Detrás de esto hay una visión algo nostálgica de una época en la que «las ciudades norteamericanas eran el motor del progreso económico de la nación, el escaparate de su riqueza y cultura, el objeto de la fascinación y admiración mundial».


Para el NYT “en aquellos buenos tiempos las ciudades proporcionaban las claves para liberar el potencial humano; pues tenían una infraestructura de escuelas y colegios públicos, bibliotecas y parques, agua potable limpia y segura y buenos sistemas de transporte publico», a pesar de que estaban «deformadas por el racismo, desangradas por las ganancias de las élites y viciadas por la contaminación y las enfermedades», pero,  por encima de todo esas ciudades «ofrecían oportunidades».


Según el NYT ahora el virus a descubierto que «nuestras áreas urbanas están encadenadas por demarcaciones invisibles e impermeables de enclaves de riqueza y privilegio de los bloques separados por terrenos baldíos y viejos edificios donde los trabajos son escasos y la vida es muy dura y a menudo demasiado corta».


La esperanza de vida en los suburbios más pobres es de sólo sesenta años, en comparación con los noventa años de los barrios más ricos. Para aclarar este punto, el NYT publicó mapas con las diferencias de esperanza de vida en las ciudades de EEUU.


¿Todos juntos ahora?


Es indiscutible que las oportunidades de la vida dependen del código postal de donde uno nace. La letanía de fracasos del sistema es demasiado larga y está lejos de ser invisible como observa el New York Times.


Durante el último medio siglo la infraestructura de las ciudades se ha deteriorado considerablemente.


 Las escuelas públicas ya no preparan a los estudiantes. Los trenes subterráneos no son confiables.


 El agua tiene plomo en proporción alarmante. La falta de viviendas asequibles exige extensos y tediosos viajes para los trabajadores de bajos salarios con un transporte público que falla continuamente. Miles de personas sin hogar acampan en las calles, en los autobuses y en el Metro.


 El mapa de las oportunidades educativas muestra las diferencias de ingresos y de riqueza, lo que sirve para cristalizar y profundizar las divisiones raciales y de clase.


La conclusión del Consejo Editorial del NYT es que «los ricos necesitan mano de obra y los pobres necesitan capital. Y la ciudad necesita de todos».  Y todos “deberíamos unirnos para crear una urbanización más satisfactoria y equitativa”.


Esta es una conclusión absurda porque lo que hace es confirmar la primacía de las estructuras económicas que están en la raíz de la mayoría de los problemas de la vida urbana contemporánea.


Sin duda, los ricos necesitan mano de obra porque es la mano de obra la que los hace ricos. Pero es el capital el que se ha llevado la riqueza producida por los trabajadores .


También es el capital el que ha reducido el trabajo a la precariedad, a producido los desplazamientos tecnológicos, la desindustrialización y los demás males que dejan a las ciudades con una población incapaz de sobrevivir sin recurrir a la caridad de los bancos de alimentos y de los vales de comida .


 Es el capital es que produce una población que no puede pagar el alquiler y mucho menos pagar una hipoteca.


En los 80 Ronald Reagan sentenció «el estado no es la solución a nuestros problemas, el estado es el problema». Bueno, yo pienso que hasta que no nos demos cuenta de que «el capital no es la solución de nuestros problemas, porque el capital es el problema” estaremos perdidos.


El capital construye Hudson Yards y no viviendas asequibles para los que tratan de sobrevivir con menos de 40.000 dólares al año. Mientras los capitalistas pueda hacer esto, todo intento de reforma, por muy bienintencionado que sea, se verán absorbidos por los ciclos de acumulación del capital en beneficio de unos pocos.


El capital seguirá funcionando independientemente de las inhumanas consecuencias sociales y ecológicas que produce, dejando a una importante parte de población en situación de atroz pobreza .


Una melodía familiar


El NYT en una exhortación llena de esperanza apuesta por unos seres angelicales y  desinteresados: «reducir la segregación requiere que los americanos ricos compartan, pero no necesariamente que se sacrifiquen» dicen el Consejo Editorial del periódico. Me pregunto ¿acaso el cielo prohíbe que los ricos tengan que sacrificarse?


La receta para los editorialistas es, «construir vecindarios más diversos, y desconectar las instituciones públicas de la riqueza privada…. estas políticas enriquecerá en última instancia la vida de todos los estadounidenses haciendo que las ciudades en las que viven y trabajan sean de nuevo un modelo para todo el mundo”.


Tengo ochenta y cuatro años, y he escuchado este tipo de cosas demasiadas veces antes para tomarlas en serio. En 1969, me mudé a un Baltimore segregado un año después de que gran parte de la ciudad fuera quemada tras el asesinato de Martin Luther King.


No tardé mucho en agotarme de esa “sentida moralidad” – del tipo que el NYT resucita- la «ética» de aquellos que ingenuamente creen que todo saldrá bien si los ricos de buena voluntad reconocieran que nuestros destinos están entrelazados, por qué todos estamos juntos en esta ciudad.


Escribí un libro sobre toda esta experiencia, Social Justice and the City, en el que traté como abordar a largo plazo del problema urbano del capitalismo. Y aquí estamos, cincuenta años más tarde, y pareciera que estamos listos para repetir una creencia ingenua que comete exactamente el mismo iluso error.


En aquel entonces estaba muy claro que el mercado capitalista – que requiere de la escasez para funcionar – era el principal culpable de este sórdido drama humano. Pensar en esos términos ayudó a explicar por qué casi todas las políticas concebidas para el alivio de la desigualdad urbana terminan siendo crucificadas por una contradicción subyacente.


Si nos dedicamos a la «renovación urbana» nos limitaremos solo a desplazar la pobreza de los centros de lujo (Engels, ya por 1872 explicó que esta era la única solución que la burguesía tenía para los problemas urbanos).  Ahora,  si no aplicamos esta “solución”  y nos quedamos de brazos cruzados veremos comó se produce una continua decadencia de la ciudades .


«Disimular el gueto» – como se llamó entonces – no ha funcionado en ninguna parte. Y la dispersión de la población pobre tampoco ha funcionado. Este último enfoque puede dispersar un poco el gueto, pero no reduce los niveles de pobreza ni disminuye la discriminación racial.


La frustración con tales resultados llevó a la conclusión política que los pobres deben cargar con la culpa de su lamentable condición, y por eso viven encerrados en distintas «culturas de la pobreza».


 La única respuesta adecuada, dijo Daniel Patrick Moynihan, es una «negligencia benigna».


Esta apreciación presagiaba el tropo neoliberal de la responsabilidad personal y del espíritu emprendedor, una idea que culpa a las víctimas, y que la vez evade el tipo de preguntas incómodas por los fracasos de los políticos reformistas.


Pocos especialistas examinaron las fuerzas que gobiernan el corazón del sistema económico capitalista. (Moynihan resulta, por cierto, ser el mentor político y modelo de Cuomo).


Turismo emocional


En esos días hay todo tipo de soluciones ideadas para enfrentar los graves problemas urbanos… excepto las que combatan la economía de mercado. Sin embargo, es la economía de mercado la que produce inevitablemente una espiral de empobrecimiento como la a revelado crudamente por la pandemia.


Si el 40% de los 30 millones de personas – que ahora están desempleadas – ganaban menos de 40.000 dólares al año, seguramente hay que reconocer la bancarrota del capitalismo contemporáneo en cuanto a la satisfacción de las necesidades humanas básicas.


La política neoliberal de responsabilidad personal y formación de “capital humano” que se desarrolló en la década de 1970 sólo ha demostrado ser una buen y conveniente método de dominación de la clase capitalista. Esta estrategia le permitió huir de los fracasos reformistas de la década de 1960, mientras que se llenaban a manos llenas las faltriqueras.


Es vital, por lo tanto, someter la base de nuestra sociedad a un examen riguroso y crítico. Esta es una tarea inmediata. Pero permítanme decir primero lo que esta tarea no implica.


A principios de los años 70, llegue a la conclusión que no se trata de otra investigación empírica de las condiciones sociales de nuestras ciudades. De hecho, cartografiar la patente de inhumanidad del hombre en nuestra sociedad puede  resultar contraproducente.


 Lo digo en el sentido que esta actitud permite al liberal o la progresista pretender que ellos están contribuyendo a una solución cuando en realidad lo que están haciendo es salvar al capital. Este tipo de empirismo es irrelevante, aunque pueda hacernos ganar un Premio Nobel.


Ya hay suficiente información disponible para proporcionar todas las pruebas que necesitamos.


 Nuestra tarea no está en ese campo. Ni tampoco en lo que puede llamarse «masturbación moral», característico de montaje masoquista que muestran los medios de comunicación sobre las injusticias diarias a las que se somete la población urbana.


No sirve de nada golpearnos el pechos y compadecernos antes de replegarnos a nuestro espacio de confort. Esto también es contrarrevolucionario, ya que sólo sirve para expiar la culpa sin obligarnos a enfrentar los problemas fundamentales, y mucho menos a hacer algo al respecto.


Tampoco es una solución el turismo emocional que nos lleva a trabajar “por los pobres por un tiempo» con la esperanza de que podamos ayudarles a mejorar su suerte ( ofreciéndonos, por ejemplo de voluntarios en un comedor de beneficencia o haciendo donaciones a un banco de alimentos ,aunque esto puede ser útil a corto plazo).


¿Y qué pasa si ayudamos a una comunidad escolar a construir un lugar de recreo durante  un verano?


Lamentablemente  sólo descubriremos que la escuela va seguir deteriorando en el próximo otoño.


 Estos son los caminos que no llevan a ninguna parte. Simplemente sirven para desviarnos de la tarea esencial que tenemos entre manos.


Un nuevo marco


La tarea inmediata es ni más ni menos que la construcción consciente de un nuevo marco político que aborde la cuestión de la desigualdad, a través de una crítica profunda y exhaustiva de nuestro sistema económico y social.


Necesitamos movilizarnos colectivamente para formular conceptos, categorías, teorías y argumentos, que podamos aplicar a la tarea de lograr una transformación social.


Estos conceptos y categorías no pueden ser formulados con abstracción de la realidad social. Deben ser forjados de manera realista con respecto a los eventos y acciones que se desarrollan a nuestro alrededor.


Las pruebas empíricas, los expedientes y las experiencias adquiridas en la comunidad pueden y deben utilizarse. Y la ola de empatía política que está creciendo en todos aquellos que han vivido la amenaza mortal de la pandemia debe ser transformada en energía y organización revolucionaria.


Esa ola no llegará a nada si no se consolida.


Se dice que el virus no discrimina. ¡Pues no es cierto!  La mayoría de la población tiene que lidiar con dos terribles opciones; por un lado el desalojo de su vivienda y la inanición por el desempleo o, por el otro mantener de los servicios básicos con riesgo para sus vidas en beneficio de la ciudad y las redes de cuidado de los más ricos, y todo esto trabajando por un mísero salario.


¿En qué código postal residen esos trabajadores? ¿Qué proporción de ellos son gente de color, inmigrantes latinos y latinas? ¿ Poseen portátiles sus niños?


Hay una angustiosa continuidad de miseria durante el último siglo y medio. Seguramente es hora de romper con esta larga y bien conocida historia. Necesitamos hacer una ruptura con el sistema, y trazar la creación de formas de urbanización más democráticas y socialmente justas, animadas por una economía política distinta y una estructura diferente de relaciones sociales.


Las disparidades que propugnaron los levantamientos urbanos de la década de 1960 todavía están con nosotros. De hecho, son heridas más profundas que nunca. Unos pocos meses más de encierro y es casi seguro que los levantamientos volverán. Pero recuerden: «el capital no es la solución, es el problema».
 
 


 





miércoles, 12 de agosto de 2020

La pandemia ha sido buen negocio para los multimillonarios en EU



 Cada vez más ejecutivos y banqueros expresan alarma por lo que llaman el caos del Gobierno de Trump, sobre todo en su inepto manejo de la crisis del coronavirus.


Nueva York., La doble crisis –salud pública y económica–, ha devastado la vida de millones, pero para unos cuantos multimillonarios, la pandemia ha resultado ser buen negocio en Estados Unidos.


Entre el 18 de marzo y principios de agosto, la riqueza total de los multimillonarios estadunidenses (aquellos que poseen fortunas mayores a mil millones de dólares) se incrementó en 685 mil millones de dólares.


Hoy día los multimillonarios estadunidenses gozan de una riqueza combinada de más de 3.65 billones de dólares, revelaron investigadores de inequality.org, un proyecto del Institute for Policy Studies (IPS).


Unos 467 multimillonarios vieron incrementar su riqueza desde mediados de marzo, cuando oficialmente se declaró una emergencia nacional por el coronavirus, con la riqueza total de este club incrementándose 30 por ciento desde inicios de la pandemia hasta la fecha.


Entre los que más se han beneficiado durante este periodo: Jeff Bezos (Amazon) con un incremento de su riqueza neta de 71 mil millones, Mark Zuckerberg (Facebook) con un incremento de 38 mil millones de su fortuna personal (de hecho, ya superó los 100 mil millones en su riqueza personal); Elon Musk (Tesla) con 46 mil millones, y Bill Gates con 14 mil millones.


Durante ese periodo, unas 160 mil personas han fallecido por Covid-19 de un total de más de 5 millones de contagiados en Estados Unidos. A la vez, unos 30 millones están recibiendo beneficios de desempleo, sin contar a los que no tienen derecho a esa asistencia, incluido todo migrante indocumentado y sus familias. 


Nuevos cálculos indican que un tercio de los inquilinos en Estados Unidos no podrán pagar sus rentas en agosto, reportó Bloomberg.


El senador Bernie Sanders está promoviendo un proyecto de ley para imponer un impuesto de 60 por ciento sobre el incremento de estas fortunas durante este periodo, lo cual podría generar más de 400 mil millones de dólares para dedicarlos a gastos médicos de los más necesitados.


Un impuesto de emergencia sobre la riqueza de multimillonarios es justo lo que se requiere. Éstos permanecerán miles de millones de dólares más ricos que el año pasado y una porción de su extrema riqueza sería desplegada para abordar la crisis del Covid-19, argumenta Chuck Collins, director del programa sobre desigualdad de IPS.


Los nuevos datos son una actualización del informe sobre los multimillonarios en tiempos de pandemia emitido este año (https://ips-dc.org/billionaire-bonanza-2020/). 


Para más detalles, lista completa de multimillonarios y más: https://inequality.org.


Por otro lado, aunque el gobierno de Donald Trump ha beneficiado a los más ricos a través de una reducción en impuestos, desmantelamiento de normas y regulaciones y menos controles sobre el manejo de capital, los guardianes de Wall Street están invirtiendo cada vez más en la campaña del contrincante demócrata, Joe Biden.


De hecho, durante los últimos meses, el sector financiero ha apoyado la candidatura de Biden cuatro veces más que a la de Trump, otorgándole hasta la fecha unos 44 millones de dólares para el demócrata por sólo 9 millones para el presidente, según datos calculados por el Center for Responsive Politics.


Entre las razones de la creciente desconfianza hacia Trump, según varias entrevistas con altos ejecutivos de Wall Street en los últimos meses, entre ellos Jamie Dimon, el poderoso ejecutivo en jefe del banco estadunidense más grande, JPMorgan Chase, es un reconocimiento explícito de que la creciente desigualdad económica extrema no es sostenible.


Asimismo, cada vez más ejecutivos y banqueros expresan alarma por lo que llaman el caos del gobierno de Trump, sobre todo en su inepto manejo de la crisis del coronavirus, reportó el New York Times.


La Jornada






Trump es sacado abruptamente de rueda de prensa tras "tiroteo"



 Los guardias del Servicio Secreto dispararon a una persona, que aparentemente estaba armada, afuera de la Casa Blanca, dijo el presidente Donald Trump justo después de ser evacuado brevemente en medio de una conferencia de prensa.


Washington. 


 El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes a periodistas que agentes del Servicio Secreto a cargo de su seguridad le dispararon a una persona, aparentemente armada, "en el exterior de la Casa Blanca".


Minutos antes, el presidente había sido sacado abruptamente de la rueda de prensa y agentes del servicio secreto vestidos de negro con rifles automáticos corrían por el césped al norte de la Casa Blanca.


Trump reapareció poco después en la sala de prensa, donde los periodistas habían quedado confinados, y anunció que alguien había recibido un disparo afuera de la Casa Blanca.


"Los agentes del orden le dispararon a alguien, parece ser el sospechoso. Y el sospechoso está de camino al hospital", dijo.


Trump dijo que no sabía nada sobre la identidad o los motivos de la persona baleada, pero cuando se le preguntó si la persona estaba armada, respondió: "Por lo que tengo entendido, la respuesta es sí".










El Gobierno concede la nacionalidad española a descendientes republicanos vascos en Filipinas

El Gobierno concede la nacionalidad española a descendientes republicanos vascos en Filipinas



El Consejo de Ministros ha procedido a reconocer, a través de petición de carta de naturaleza, la nacionalidad española de 6 filipinos, descendientes de vascos, exiliados por motivos políticos.
Buenaventura de Erquiaga Palacios nació en casa de sus abuelos maternos en Elantxobe, Bizkaia el 24 de Abril de 1895 y murió en Manila, Filipinas el 22 de Octubre de 1959.


Su mujer, Concepción Goitisolo Aramburu (hija de Ignacio Goitisolo Erquiaga y Ma. Juana Aramburu, ambos españoles) nació en Manila, Filipinas el 6 de Febrero de 1897, regresando con su familia a España en 1898, naciendo el 5 de Diciembre de1898, Ignacio Francisco Goitisolo, siendo el domicilio familiar sito en Lekeitio, Bizkaia.

Lo que ha sido reconocido en Consejo de Ministros, sobre la familia Erquiaga, es el amparo de quienes fueron víctimas del exilio español, a quienes se les robó toda una vida, y solicitan, por orgullo y dignidad, su nacionalidad española, que el franquismo les robó

En 1934 se firmó el “Tydings Mcduffie act” por el cual los EEUU proclamaban la independencia de Filipinas en el plazo de 10 años (1946).


 A su vez, en 1946 se promulgo el “Bell trade act” por el cual solo filipinos y estadounidenses tenían la posibilidad de desempeñar actividad empresarial en el territorio filipino, con lo que, y ante la imposibilidad de volver a España por la marcada ideología republicana, toda vez que Buenaventura de Erquiaga, abuelo de Miren Edurne Erquiaga, encabezó el Partido Republicano en Filipinas, en apoyo a la Segunda República Española, y su hijo Santiago, forzosamente tuvo que adquirir la nacionalidad filipina.


En 1966 la familia volvió a España, residiendo en Madrid. Ante la imposibilidad de comunicar con el exterior, puesto que la correspondencia llegaba a destino en Madrid abierta, y la precaria situación económica familiar en España, en 1969, la familia volvió a Filipinas, sin perder el sentimiento vasco, hasta el extremo que los descendientes actualmente dominan la lengua euskera, el castellano, así como la lengua inglesa. 


BOE


Finalmente, Santiago Erquiaga Goitisolo falleció en 1976, en el exilio en Filipinas, y sin haber recuperado su nacionalidad española.
 

Desde 1993, su hija Miren Edurne Erquiaga Fuentes ha intentado obtener la nacionalidad Española, por orgullo, tanto para ella como para el resto de sus hermanos, adquiriendo la nacionalidad Española por los nietos de exiliados durante la Guerra civil y la dictadura, en el año 2009, a través de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura.


En 2017, la ciudad de Legazpi cambio el nombre de una calle principal (Gov. Forbes) a nombre de Buenaventura por agradecimiento por toda su ayuda en vida. 


Entre sus méritos estuvo la Fundación de una Universidad (Legazpi College, hoy Aquinas University) por la que, las familias no podían alcanzar para pagar los estudios, accedían de forma gratuita.



 
 
 
 
 

martes, 11 de agosto de 2020

Un grupo de jóvenes mata a un gato en Manacor tras torturarlo y sacarle un ojo

Un grupo de jóvenes mata a un gato en Manacor tras torturarlo y sacarle un ojo
 
 
 
Brutal agresión contra un felino en Manacor a manos de un grupo de jóvenes, que se ensañó con el animal antes de matarlo. Le sacaron un ojo de la cuenca. Hay dos detenidos.
Dos jóvenes han sido detenidos acusados de un presunto delito de maltrato animal en Manacor. Los hechos ocurrieron este pasado sábado, a las 2.30 horas de la madrugada.



VIOLENCIA EN GRUPO CONTRA EL FELINO

Los maullidos desesperados de un gato despertaron a los vecinos, que pudieron observar que cuatro jóvenes tenían atado al animal. Uno de los jóvenes comenzó a meter los dedos en los ojos del felino y terminó sacándole un ojo de la cuenca. Después acabaron con su vida y dejaron su cadáver en la calle.





Uno de los vecinos depositó el cuerpo sin vida del gato en un contenedor, que fue donde lo hallaron los agentes de la Policía Local antes de iniciar una batida por la zona, que sirvió para localizar a dos de los presuntos autores

Fueron detenidos como presuntos responsables por un delito de maltrato animal.
  
Se instruyeron diligencias en la Comisaría de la Policía Nacional donde se hicieron cargo de las gestiones al objeto del esclarecimiento de los hechos.
  
No se descartan nuevas detenciones ya que la investigación continúa abierta.



 Brutal agresión contra un felino en Manacor a manos de un grupo de jóvenes, que se ensañó con el  





Alfonso XIII, Eduardo VIII y Víctor Manuel III: tres huidas reales que marcaron la historia de las monarquías europeas

El rey Alfonso XIII en 1916.

      El monarca español, cercano a las dictaduras de Primo de Rivera y luego al golpe del 36, marchó entre acusaciones de corrupción y con una abultada fortuna    

 El rey inglés cambió corona por amor, arriesgándose a causar una crisis constitucional, y al italiano jamás se le perdonó su connivencia con el fascismo


La marcha de Juan Carlos I, rey emérito, de España, ha agitado un verano que se pensaba ocupado solo por las noticias sobre la crisis sanitaria. Las implicaciones de su partida para el futuro inmediato de España aún son inciertas, pero ya es seguro que la decisión le acompañará en los libros de historia. 


No es la primera vez que un rey, o un exrey, abandona el país sobre el que ha reinado. Las monarquías europeas están marcadas por huidas de monarcas que han acabado marcando su historia. 


Entre ellas, las de Alfonso XIII de España, Eduardo VIII de Inglaterra y Víctor Manuel III de Italia quizás fueran de las más sonadas. 


Alfonso XIII: "¡Alirón, alirón, el rey es un ladrón!"

 
Cuando la multitud republicana, el 14 de abril de 1931, celebraba el triunfo en las municipales, y mientras el todavía monarca hacía las maletas para salir del país, un cántico se repetía en las calles según el diario El Sol, además del de "¡Viva la República!": "¡Alirón, alirón, el rey es un ladrón!".


 La opinión pública estaba clara: se "echaba" orgullosamente a Alfonso XIII no solo porque se prefiriera el modelo republicano, sino porque ese monarca en concreto se había enriquecido ilícitamente, según le acusaban sus detractores


A su imagen pública no ayudó que, una vez fuera de España, se paseara por los hoteles parisinos y romanos convertido en una especie de dandy real, que su fortuna se hubiera multiplicado por tres, de 8 a 21 millones de pesetas, desde su llegada al trono o que, antes de su exilio, la familia se hubiera asegurado de que buena parte de este capital quedaba a buen recaudo en el extranjero. 


¿Qué había de cierto en las acusaciones contra Alfonso XIII? No es tan sencillo.


 Y la historia tiene mucho que ver con el escritor Vicente Blasco Ibáñez, escritor de enorme éxito en la época, comprometido republicano y finalmente exiliado a Francia con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera, que el monarca apoyó. 


No es extraño que allí publicara un folleto llamado Alfonso XIII desenmascarado. El terror militarista en España, donde detallaba pormenorizadamente la connivencia del rey con las corrientes autoritarias, algo por otra parte conocido —y que repitió cuando apoyó sin reservas el golpe de Estado de 1936—. 


Pero en la publicación, que fue prohibida en España y que quizás precisamente por ello corrió como la pólvora, también abordaba otro asunto, en el capítulo "Los pequeños y grandes negocios del Rey".  


En él, el escritor le acusaba primero de enriquecerse gracias a su asignación pública, y luego de participar en negocios turbios: "El Rey", decía Blasco Ibáñez, "ha expuesto en numerosas ocasiones el prestigio de la monarquía comprometiéndose, con la ligereza de su carácter, en todos los negocios que le han propuesto. 


Pero se trata de negocios en los que el Rey no arriesga fondos particulares y en los que no aporta más que su influencia personal".


 Lo cierto es que habría ocasión de comprobar si estas acusaciones eran ciertas: en 1931, el Gobierno republicano puso en marcha una Comisión Dictaminadora del Caudal Privado de Alfonso XIII, que estudió minuciosamente la contabilidad del Palacio Real, a la que tuvieron acceso.


 Conclusión: "Refiriéndose los datos existentes solamente alas entradas y salidas de numerario, no hay rastro de aquellas operaciones que se hiciesen sin contrapartida en metálico".


 Es decir, según las pruebas disponibles lo que el rey acumuló, fue comprado, no regalado a cambio de favores. 


El historiador Gonzalo Gortázar, autor del libro Alfonso XIII, hombre de negocios, ha sido muy crítico con el Gobierno de la República en su relación con el monarca. 


El autor argumenta que, pese a que el resultado de la Comisión fue claro, el Ejecutivo no solo no lo publicó, sino que mantuvo la acusación de enriquecimiento ilegítimo y no revertió la confiscación de los bienes de la Corona. 


Otro aspecto mucho más ambiguo es si para sus numerosísimos negocios —invirtió en bancos, seguros, hoteles, construcción, cine, acero, industrias químicas...— usó su posición como monarca o la información privilegiada que pudiera recibir como jefe de Estado. 


Algo que quizás en la época no interesara especialmente y se diera casi por supuesto pero que hoy, como deja claro el caso Nóos y el propio debate en torno a la fortuna de Juan Carlos I, constituiría un escándalo. 


Eduardo VIII: el exrey incómodo

La historia es de sobra conocida, y como para no serlo: el nuevo rey de Inglaterra renuncia al trono para poder casarse con una actriz que se encuentra inmersa en un segundo divorcio. 


La abdicación de Eduardo VIII en favor de su hermano Alberto, que accedería a la corona como Jorge VI, parece la trama de una comedia romántica. 


Eduardo VIII permaneció solo unos meses en el trono y ni siquiera llegó a ser coronado: su padre, Jorge V, murió en enero de 1936; el nuevo monarca expresó sus deseos de casarse con la estadounidense Wallis Simpson en noviembre, y, temiendo la dimisión del Gobierno y una posible crisis constitucional si seguía adelante con sus planes, abdicó antes de que terminara el año. 


La renuncia del después conocido como duque de Windsor no era solo un encontronazo entre distintas percepciones morales del valor del matrimonio. El rey británico es también cabeza de la Iglesia de Inglaterra, y por entonces esta se oponía a las nuevas nupcias de los divorciados si el cónyuge anterior seguía con vida.


 El matrimonio con Simpson hubiera supuesto un desafío a las normas sociales, pero también a la misma naturaleza de la corona. El Gobierno del conservador Stanley Baldwin opuso a la boda y, ante la disyuntiva, Eduardo VIII eligió el amor. 


Pero este movimiento supuso un duro golpe para la Corona, para su relación con el Gobierno, para su imagen pública e incluso para las relaciones con el entonces Estado Libre Irlandés, que aprovechó para eliminar las referencias al rey de su constitución, entrando en un extraño periodo a caballo entre la monarquía y la república antes de que se proclamara formalmente la segunda. 


Pero lo peor vino después: había que buscar acomodo para el exrey, una figura que la Casa Real no contemplaba. Eduardo VIII volvió a ser el príncipe Eduardo, antes de que su hermano le otorgara el título de duque de Windsor y el tratamiento de alteza real —tratamiento del que se excluyó específicamente a su esposa y descendientes—, y marchó a Austria al día siguiente de su abdicación. 


En 1937, con Wallins Simpson ya divorciada, contrajeron matrimonio en Francia, donde se instalaron. 


Al nuevo duque se le prohibió regresar a Inglaterra sin permiso previo de su hermano, que negoció directamente con él la asignación de una paga


La ingresaría finalmente el mismo monarca, desde sus propios fondos, después de que la Casa Real, muy molesta con el exrey, se negara a incluirle en sus cuentas. 


Las relaciones con el antiguo Eduardo VIII no mejoraron. Las personales con su familia, ya fuera con su madre o con su hermano, se hicieron cada vez más tensas.


 Y tampoco tuvo gran sintonía con el Gobierno: en 1937, poco después de haber salido del país, viajó junto a su esposa a la Alemania nazi contra la voluntad del Ejecutivo, donde se encontraron con el mismísimo Hitler. 


Las fuerzas fascistas incluso llegaron a proponerle devolverle el trono si Alemania lograba invadir las islas. La sombra de su cercanía con el fascismo le perseguiría durante toda su vida.


Víctor Manuel III: el rey del fascismo


Mucho más que una sombra es lo que cae sobre la memoria de Víctor Manuel III, el penúltimo rey de Italia —su hijo, Humberto I, reinaría solo un mes antes del referéndum republicano—. En 2018, los restos del monarca de la casa Saboya, muerto en el exilio en 1947, regresaron a Italia en medio de un fuerte debate.


 Como jefe del Estado, no solo permaneció impasible ante el ascenso del fascismo, sino que reinó con Mussolini y firmó de su puño y letra las leyes racistas y antisemitas que se han convertido en unas de las marcas más oscuras de la historia del país. 


Pietro Grasso, presidente del Senado cuando se produjo el traslado, fue claro: "Su responsabilidad antes, durante y después del fascismo no permiten ningún revisionismo de la figura de Víctor Manuel III".


Quizás las palabras más conocidas del rey sean: "Estoy sordo y ciego". No eran palabras literales, sino una respuesta a quienes le echaban en cara su inacción frente al secuestro y asesinato de Giacomo Matteotti, diputado y líder socialista, a manos de los fascistas en 1924.


 El rey se refería a que, sin la iniciativa del Congreso y el Senado, él no podía tomar ninguna iniciativa frente al ascenso fascista.


 Sin embargo, previamente, en 1922, cuando la Marcha sobre Roma amenazaba la ciudad, el rey se había negado a firmar la ley marcial planteada por el presidente Lugi Facta, que pretendía movilizar las tropas contra los grupos paramilitares, por supuesto miedo al estallido de una guerra civil.


 Lo que hizo en cambio fue aceptar la dimisión de Facta y encargar a Mussolini formar Gobierno


Víctor Manuel III continuó firmando todas y cada unas de las leyes que permitían el establecimiento del Estado fascista, como la aprobación del partido único o la porhibición de la libertad de expresión o de prensa.


 En 1936 aproyaría incluso con su presencia la invasión de Etiopía, asumiendo el rango de emperador, y lo mismo sucedería en Albania. 


En 1938, firmaría también las conocidas como leyes raciales, por las que se prohibirían los matrimonios entre italianos y judíos —entendiendo que era imposible ser ambas cosas—, la sistencia de los niños judíos a la escuela, el empleo de judíos en las administraciones públicas, su acceso a ciertos sectores privados, como la banca o el periodismo, la propiedad de tierras o negocios por encima de un cierto valor... 


En 1943, con la evidencia de que se avecinaba la derrota frente a los Aliados, el rey comenzó a negociar un armisticio en el que pretendía incluir la garantía de que él mismo permanecería en el trono.


 Con la invasión de las tropas alemanas, poco dispuestas a aceptar la rendición, el monarca huyó a Brindisi, en el sur, quizás la última estocada para su imagen pública.


 La abdicación en su hijo fue un movimiento desesperado para tratar de mantener la corona italiana, pero era tarde: un año después de la liberación de Roma, los italianos votaron la forma de Estado. 


Recordando la connivencia durante décadas entre el rey y el fascismo, un 54% eligió la república. Víctor Manuel III murió en Egipto poco después. 









lunes, 10 de agosto de 2020

La Habana, en aislamiento otra vez ante propagación de la pandemia




 Quédate en casa.


Ante el aumento y la dispersión de los casos de la COVID-19 en La Habana, el grupo temporal de trabajo para la prevención y control de la epidemia decidió retroceder a la capital a la fase de transmisión autóctona limitada, haciendo un llamado a cumplir con las medidas establecidas para esta etapa, poniendo énfasis en la disciplina como factor imprescindible.




Medidas de protección en establecimientos de La Habana. 





Pasa el transporte público a apoyar al enfrentamiento a la COVID-19 




Así amanece La Habana en la Fase de Transmisión autóctona limitada de la COVID-19. 






La lucha contra la COVID-19 no cesa en La Habana. 




Suspenden el transporte público como parte de las medidas de enfrentamiento a la COVID-19 en La Habana. 




Pasa el transporte público a apoyar al enfrentamiento a la COVID-19. 




Medidas de protección en establecimientos de La Habana.




Retorna La Habana a la Fase de Transmisión autóctona limitada de la COVID-19.



Abascal promoverá inútiles manifestaciones en otoño que propagarán el virus pero no le llevarán al poder



 El líder de Vox insiste en una moción de censura que no apoya ni siquiera el PP


Vox amenaza con un otoño caliente. Es el ultimátum de un partido que ha llegado a la política española con el único objetivo de desestabilizar nuestro sistema de derechos y libertades. A Vox le produce grima la democracia y lo que representa, ellos son claramente autoritarios, populistas, nostálgicos del régimen anterior, y su obsesión es acabar con el Gobierno “socialcomunista” como sea. 


De ahí que Santiago Abascal ya haya dado la orden de agitar las calles, una gran manifestación de protesta que incluso “podría provocar la caída del Gobierno de coalición”, según sus cálculos y predicciones.


Abascal está seguro de que la situación económica y social de España empeorará el próximo otoño y los ciudadanos no dudarán en exigir a sus políticos “explicaciones” por la gestión en la crisis de la pandemia. Lo dice en una entrevista con Europa Press, donde aclara que el clima de “descontento social” hará triunfar la moción de censura que prepara para la vuelta de las vacaciones.


 En realidad es perfectamente consciente de que sacando gente a la calle no conseguirá el poder, solo llenar los hospitales de contagiados. El mayor riesgo para el país en estos momentos no es el auge de la extrema derecha sino la segunda oleada de coronavirus provocada por los botellones veraniegos juveniles, las corridas de toros de Cádiz y los pinchadiscos que escupen su calimocho infecto en las discotecas de moda.


 Si es cierto que Abascal piensa sacar a sus militantes a la calle para crear un clima de inestabilidad política, la propagación del virus está más que garantizada. Ya se sabe que Vox no es un partido caracterizado precisamente por respetar las medidas sanitarias de prevención que propone el doctor Fernando Simón.


 Al igual que Donald Trump y Boris Johnson, ellos son negacionistas y cualquier día incluyen en su programa electoral el terraplanismo, las delirantes ideas de los antivacuna y las rogativas en misa de doce. Vox siempre se muestra más preocupado por proteger y preservar el folclore y las fiestas y tradiciones españolas que por invertir en ciencia para frenar al coronavirus. 


A Abascal nos lo podemos encontrar posando a las cinco en punto de la tarde con una cuadrilla de matadores de toros y banderilleros en traje de luces, pero nunca lo veremos rodeado de batas blancas. 


Los médicos y científicos son la gente de la razón, del conocimiento y la sabiduría, y esos caminos están muy alejados de las vísceras, la exaltación y el fanatismo radical que promueve Abascal.  


Con todo, cabe preguntarse cómo serán esas protestas callejeras del otoño caliente que predice Abascal. 


El líder de Vox es de los que creen que una manifestación feminista entraña un altísimo riesgo exponencial de contagio mientras una riada de patriotas enfervorecidos con banderas al viento no supone ningún peligro para la salud pública.


 Como si el virus llevara en su núcleo el ADN rojigualda que protege a los españolazos de bien.


 La última vez que Vox movilizó a sus legiones lo hizo en coche, pero lo más probable es que esta vez los ultras salgan a gritar “Sánchez paredón” a pecho descubierto y sin mascarilla. La escalada de tensión siempre exige ir un paso más allá, siguiendo el manual joseantoniano.


No obstante, entre arengas, discursos del odio, falsedades y consignas demagógico/patrioteras, Abascal deja en su entrevista con Europa Press algunas claves políticas importantes que conviene no pasar por alto.


 Así, el líder ultraderechista está convencido de que el Partido Popular terminará sumándose a su moción de censura contra Sánchez e incluso cree que algunos diputados del PSOE sopesan a esta hora participar en una traición al presidente solo para echar al antimonárquico Pablo Iglesias del Consejo de Ministros.


 “Creemos que de aquí a dentro de dos meses, con la situación social que va a vivir España, puede haber diputados socialistas que reflexionen sobre qué está antes, si su partido o España”, asegura en una de las afirmaciones más delirantes que se le recuerdan al dirigente vasco. “Si los españoles quieren, el Gobierno puede caer muy pronto.


 Si los españoles son conscientes de la gravedad de la situación y están dispuestos a comprometerse, el Gobierno puede caer por las movilizaciones sociales”, añade. Incluso es capaz de meterse en el papel de generoso estadista que lo hace todo por amor a la patria, no por intereses personales ni para cobrar protagonismo, e insinúa estar dispuesto a dar un paso a un lado para que sea otro, probablemente Casado, quien lidere el Gobierno alternativo. 


A esta hora el líder popular ya estaría informado de los planes de Vox, puesto que ambos han mantenido contactos para tratar sobre la moción de censura, según el propio Abascal. “Mantengo una buena relación con Pablo Casado desde hace años pero no siempre analizamos las cosas de la misma manera”, reconoce en la entrevista. 


De cualquier modo, la moción de censura está abocada al fracaso, ya que en política por encima de los sueños están las matemáticas y el líder bilbaíno de la extrema derecha no cuenta con los apoyos suficientes de las distintas fuerzas parlamentarias en su intento de derrocar a Sánchez.


La estrategia de la derecha para los próximos meses parece, por tanto, meridianamente clara. Promover la agitación callejera a costa de propagar el virus, tratar de convencer a Pablo Casado para que lo apoye en sus ensoñaciones e intrigar entre los diputados socialistas para que algunos de ellos caigan en el tamayazo y claven el puñal al César Sánchez en la escalinata del Congreso. 


Mientras tanto, Vox intensificará su discurso en defensa de la Casa Real, un maná que les ha caído del cielo y del que pueden sacar no poco provecho político.


 Idolatrar al rey emérito, ensalzar su figura como gran patriarca de la Transición y del Régimen del 78 y cerrar filas alrededor de la monarquía frente a los enemigos de España que supuestamente pretenden instaurar la república −finiquitando la concordia entre españoles−, es un plan que encaja como un guante en la estrategia del miedo y el odio en la que Vox se mueve como pez en el agua.


 José Antequera



Denuncian represión y atropello policial en la 1ª manifestación republicana en Madrid tras la huida de Juan Carlos I




 La manifestación republicana convocada para este domingo,  partió a las 20:30 desde la Plaza de Oriente. Más de cien manifestantes han exigido el fin de la monarquía corrupta y de toda la herencia franquista. 


No obstante las fuerzas represivas han obstaculizado en todo momento su desarrollo, llegando a impedir el paso en varios tramos del itinerario programado hasta Sol, identificando a sus pacíficas participantes y  periodistas que trabajaban en la cobertura del evento. 


Finalmente han procedido a detener a un manifestante (al que han golpeado y empujado al suelo) por motivos -desde luego- aún desconocidos. Hasta esta madrugada, momento en que cerramos esta noticia, continuaba detenido en Moratalaz.
 
 Las organizaciones convocantes informan que habiendo pasado ya más de 12 horas y el compañero detenido ayer en la manifestación comunicada contra la Monarquía continúa sin poder reunirse con su abogado. El compañero detenido es diabético y necesita atención sanitaria. 
 
Desconocemos el estado de salud y dónde de encuentra, pese a nombrar abogado nada más entrar en comisaría. El letrado designado ha llamado a la comisaría de Moratalaz, donde supuestamente fue trasladado el detenido, y los funcionarios de la policía nacional no le dan ningún dato sobre el detenido. 

Vergonzosa actuación de la policía que no sólo intentó impedir la celebración de una manifestación comunicada, sino que agredió y detuvo a un compañero sin ningún motivo, impidiendo que su abogado se reúna con él tras más de 12 horas desde la detención.


Actualización:



12.30 pm: Finalmente el manifestante detenido se encuentra en libertad. 
 

  Denuncian represión y atropello policial en la 1ª manifestación republicana en Madrid tras la huida de Juan Carlos I

Manifestación 9 de agosto detención


*

 Detención en la manifestación del 9 de agosto en Madrid.



Hemos recibido hace instantes la denuncia sobre la represión acaecida en la tarde de este domingo. La consignamos a continuación:
  

Las organizaciones convocantes de la manifestación contra la monarquía tras la huida del borbón denuncian represión y atropello policial, al tiempo que reafirman su voluntad de continuar la lucha contra la Monarquía y toda la herencia franquista.


Hay momentos privilegiados en los que se concentra el significado de décadas y la tarde extremadamente calurosa del 9 de agosto en la que ha tenido lugar la manifestación contra la monarquía ha sido una de ellos.


Contra todo pronóstico, en un Madrid desierto y ante el silencio mediático más absoluto, más de doscientas personas han acudido al llamamiento de organizaciones políticas, sindicales y sociales.


Éramos conscientes de la extrema gravedad política de la evidencia del latrocinio de la monarquía, escenificado con la huida del monarca “emérito” ladrón, y de que era necesaria una inmediata respuesta del pueblo.



Sobre todo cuando, para mayor escarnio, la huida fue organizada por el gobierno y pagada con fondos públicos


La convocatoria de movilización popular, aún simbólicamente, debía servir para expresar la ira de un pueblo – mil veces pisoteado – pero el único depositario de una dignidad y soberanía enfangada, ahora, una vez más, por un gobierno “progresista”.


Y nos encontramos en la Plaza de Oriente, con el Palacio Real a la espalda y cara a cara con el Estado policial. Una dotación policial desmesurada y con las furgonetas de antidisturbios mandados por el gobierno “progresista”.




A pesar de que la manifestación estaba debidamente comunicada (y aunque no lo estuviera) y el silencio administrativo debe interpretarse positivamente, sobre todo cuando se trata de derechos fundamentales como el de manifestación, el desproporcionado dispositivo policial pretendió impedir la manifestación en su comienzo en la plaza de Ópera.


Allí fue brutalmente detenido nuestro compañero Luis, quien – obviamente desarmado – fue derribado y aplastado contra el suelo, perdió sus gafas y fue esposado con la brutalidad que las imágenes muestran.


Ante el avasallamiento del derecho de manifestación y tras haber sufrido la identificación de varias decenas de manifestantes por la policía, el grueso de los asistentes decidió encaminarse hacia la Puerta del Sol por calles aledañas que confluyeron en la calle Mayor y finalmente, en la Puerta del Sol.




Allí con la rabia acumulada y las gargantas desgañitadas por los gritos con los que se denunciaba tanta ignominia se leyó el Manifiesto que se adjunta.


Tenemos todavía fresco el recuerdo de los fascistas ocupando las calles en pleno confinamiento y sin intervención policial alguna. 


Ante ello, y lo ocurrido hoy y la represión sistemática contra quienes reclaman derechos y libertad, cabe preguntarse ¿es que quizás al gobierno progresista le interesa agitar el espantajo de la extrema derecha, al tiempo que le conviene aplastar cualquier movimiento que surja a su izquierda?


Cuando desde el Gobierno se aplastan de derechos fundamentales en una situación tan grave como la que estamos viviendo, hay que afirmar ,como hace el Manifiesto leído en la Puerta del Sol que
“no queda, ni en el Gobierno, ni en las instituciones, el mínimo de decencia para perseguir a los mayores delincuentes” y por lo tanto “Tendrá que ser el pueblo quien lo haga. 


Tendrá que asumir la clase obrera y los pueblos del Estado español, la tarea pendiente desde la Transición: barrer tanta podredumbre y arrumbarla en el basurero de la Historia”.


La sumisión vergonzosa del gobierno y del poder judicial al encubrimiento de un delito de Estado de tal envergadura deja tras de si un vacío democrático – nunca mejor dicho – que el pueblo debe llenar.


 El enfangamiento del gobierno en la huida del borbón padre, no sólo no apuntala al borbón hijo, sino quede la forma más escandalosa hace al PSOE y a Podemos, cómplices de toda su podredumbre.


Si, para mayor escarnio nos caen multas por “alterar el orden público” éstas serán un acicate más para ampliar la solidaridad y la voluntad de lucha, en primer lugar con el compañero detenido.


 Pero sobre todo, las organizaciones convocantes reafirmamos que asumimos que ha empezado una etapa de lucha nueva y que la continuaremos hasta acabar con la Monarquía y con toda la herencia franquista representada en la Constitución y las instituciones del Régimen del 78.



Ángeles Maestro