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jueves, 27 de agosto de 2015

Las mamadas del arzobispo

 
 
La Iglesia Católica siempre se ha caracterizado por querer meterse en nuestras camas, en nuestros momentos de intimidad con nuestras parejas, en nuestras relaciones sexuales. Nunca han respetado nada, ni han sabido comprender que las personas somos seres libres para optar por lo que nos de la gana, siempre y cuando no hagamos daño al prójimo.

El surrealista y vergonzoso libro del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, titulado, “Cásate y sé sumisa”, viene a confirmar esas injerencias en nuestras vidas de esta tropa de sotanas, crucifijos, rosarios, flagelaciones y amigos invisibles envueltos en luces y coronas.

Las perlas del elemento metido a consejero matrimonial, son muchas, demasiadas para que quepan todas en este artículo, tan fuertes como decir textualmente que, “Mujer, practicarás felaciones a tu marido siempre que te lo ordene. Pero cuando lo hagas, piensa en Jesús. Recuerda: ¡No eres una pervertida!”. Esta pretensión de un tipo que se supone que no hace el amor con nadie, que por su celibato desconoce el placer sexual, el amor, el cariño, el arte de entregarse a las pasiones, se ame o no se ame. La verdad que resulta altamente insultante para millones de mujeres y hombres, que tenemos el derecho de hacer con nuestros cuerpos lo que queramos, sin que nadie se meta por medio a marcarnos lo que debemos hacer y de qué forma.

El arzobispo Martínez no respeta, es intolerante, como toda su institución o al menos la oficial, no la de los religiosos y religiosas que si trabajan por la gente desfavorecida, que son incapaces de meterse en la vida personal de nadie, porque basan su credo en el que cada persona tiene el derecho a la intimidad y a la dignidad.

El concepto de “Mujer” de esta institución sigue siendo caduco y medieval, muy parecido a otras creencias a las que tanto critican los sectores reaccionarios de la sociedad, empezando por el Partido Popular, entidades antiabortistas, etc., que atacan a los talibanes, a los islamistas por no respetar los derechos de las mujeres, cuando ellos actúan y piensan en muchos casos de la misma forma.

El título del libro lo dice todo, habla de “sumisión”, de pleitesía al macho, ese es su concepto de familia, la mujer para las tareas domésticas y para follar o mamarla pensando en Cristo cuando al marido le apetezca. Unos postulados que insultan a la inteligencia, que ofenden, que agreden, que humillan a las mujeres, que pretenden inculcarnos un modo de vida anquilosado en los tiempos de la Santa Inquisición, donde la Iglesia torturó, violó y asesino a millones de seres humanos en todo el planeta.

Las palabras del arzobispo denotan odio, machismo, violencia, exigiendo la obediencia femenina a las necesidades maritales, incluso “Sin derecho al descanso”, porque según dice “Dios la ha puesto al lado del marido”, “Ese santo que te soporta a pesar de todo. Obedece y sométete con confianza” o “Sé una mujer del siglo XXI. Práctica el coito de espaldas. Así mientras tanto podrás aprovechar para planchar”.

Hasta ahora este libro no ha sido rectificado por la entidad para la que trabaja este individuo, lo cual quiere decir que lo acatan y que forma parte de la filosofía de la mayor secta de la tierra. De la misma forma que tampoco han sido capaces de pedir perdón por su colaboración directa en el holocausto franquista en España, de su implicación directa con los nazis, con el genocidio sobre millones de judíos, comunistas, anarquistas, republicanos, personas discapacitadas…, exterminadas en los campos de concentración alemanes, el apoyo directo a dictaduras tan sanguinarias como la argentina, la chilena, la uruguaya, que asesinaron a cientos de miles de activistas de la izquierda y la defensa de la democracia.

La falta de vergüenza del “arzobispo de las mamadas”, como ya se le conoce popularmente, es una muestra de la degradación infernal de la Iglesia, de cómo se han alejado de la defensa de los derechos sociales y civiles, de la tolerancia con las personas que pensamos diferente, de cómo se burlan de la evolución humana, del avance hacia un mundo más igualitario y fraterno, donde mujeres y hombres podamos ser libres y felices.


Otro caso de pederastia consentido por la Iglesia



Y van… Eso sí, muchas buenas palabras, promesas de colaboración con la justicia, afirmaciones contundentes de tolerancia cero contra la pedofilia, pero la Iglesia española sigue consintiendo con una inusitada comprensión y con una encendida defensa a sus curas pederastas.


Y si no, a las pruebas me remito. He aquí el último caso: el párroco de Villanueva del Duque, Ignacio Mora Vilaltella fue detenido por la Guardia Civil, acusado de tocamientos a una niña de diez años en abril pasado, la jueza de Pozoblanco dictó una orden de alojamiento que obligó al párroco a retirarse.


Mientras tanto el obispado de Córdoba comunicó su intención de colaboración absoluta y de una tolerancia cero contra cualquier caso de abuso a menores. Eso fue por abril, sin embargo, ahora sabemos que hace diez días este párroco ha sido trasladado de pueblo y que hoy preside otra parroquia, la de San Sebastián de Espiel, sin que haya sufrido, por parte de la jerarquía la mínima sanción.


Está claro que la diócesis de Córdoba, con su obispo al frente, está mucho más preocupado por los fetos que por los niños, puesto que mientras que condena y llama asesinos a los que cometen un aborto, deja libre a un presunto pederasta, a pesar de que sobre él pesan graves acusaciones.



Y no es el único caso, se sabe que la diócesis de Córdoba mantiene a un cura condenado por pederastia trabajando en la diócesis. Se trata de José Domingo Rey Godoy, religioso sentenciado en mayo de 2003 a 11 años de cárcel por abusar sexualmente de ocho menores de entre ocho y nueve años.


Es increíble que mientras el Papa condene estos actos, algunos obispos españoles –el de Córdoba no es el único caso—, defiendan a capa y espada a presuntos pederastas sin que el castigo vaya más allá de un traslado a otra parroquia –y no tanto como castigo sino con el fin de hacer olvidar el asunto--. Parecen olvidar, aunque estoy seguro de que son conscientes de ello y no les importa, de que los pederastas son personas que suelen repetir sus delitos.


Ellos con su corporativismo insultante cambian de parroquia a los curas pederastas sin importarles lo que pueda ocurrir en el futuro, a sabiendas de que pueden seguir delinquiendo en el nuevo lugar asignado. Está claro que su prioridad es defender a su gente, a los que perdonan y redimen por el simple hecho de que pecar es humano, algunos incluso han llegado a decir que los jóvenes les provocan, sin que ello haya supuesto ninguna reprimenda por parte de la jerarquía eclesiástica. Y todo esto mientras que excomulgan a las mujeres y a los médicos que practican el aborto.


Por cierto que en el caso citado, el tal Ignacio Mora ya ha pasado por la cárcel, en los años 90, por haber pertenecido a un grupo terrorista ultraderechista, llamado “Milicia Catalana” que ayudaba a preparar cartas bombas y las enviaba a distintas instituciones, una organización que también atacaba a locales de ambiente gay.


En fin, le han premiado y a olvidar el asunto. Parece como si les enviasen a nuevos destinos para ver si son capaces de superar sus tentaciones, aunque el riesgo lo corran los niños. Pero eso, ¡Qué más da!


Salud y República



 





lunes, 3 de agosto de 2015

La Iglesia inscribió 4.500 propiedades sin publicidad y sin pagar impuestos



La Iglesia experimentó un boom inmobiliario muy particular, sobre todo, a partir del año 2003. Una reforma de la ley Hipotecaria en 1998 durante el Gobierno Aznar permitió a la Iglesia, y solo a la Iglesia, inscribir lugares de culto y otras propiedades que no estuvieran registradas. La consecuencia de esta reforma fue una movilización de los ecónomos de las diócesis, algunos de los cuales llegaron a contratar aparejadores o personal técnico. En este proceso, la Iglesia registró a su nombre 4.500 propiedades, según fuentes fiables cercanas a los registros de la propiedad, algunas tan notables como la mezquita de Córdoba.


El registro se hizo sin necesitar otro requisito que una certificación del Obispo, sin estar obligada a hacerlo público por edicto y sin pagar el impuesto de transmisión patrimonial. Los ciudadanos de Córdoba averiguaron en 2009 que la mezquita había sido registrada a nombre del Obispado tres años antes (el 2 de marzo de 2006), acto que le costó 30 euros.


Si el Gobierno Aznar liberalizó el suelo, también le concedió a la Iglesia católica un resquicio legal que le permitió hacerse con templos, ermitas, casas parroquiales, cementerios y fincas de todo tipo, algunas de las cuales vendió con posterioridad a su registro y le permitió obtener las correspondientes plusvalías, por una cuantía desconocida porque ni siquiera tienen la obligación de rendir cuentas a la Conferencia Episcopal en este asunto. “La inmatriculación [el acto del primer registro de una finca] de una propiedad a través de un notario es un proceso complejo, que exige certificaciones y testigos y que, en este caso, es obviado por una certificación del Obispo”, señala una fuente del Consejo General del Notariado.


Esto es así porque en la Ley hipotecaria de 1944 se equipara al eclesiástico (el obispo) con un fedatario público, es decir a un notario, una norma no derogada que, según algunos expertos, es inconstitucional. Alejandro Torres, catedrático de la Universidad Pública de Navarra, ha divulgado numerosos artículos sobre este particular: “Este proceso no es compatible con los principios constitucionales de igualdad religiosa, neutralidad y separación entre Iglesia y Estado”.




Los privilegios de la Iglesia no acaban en la certificación: también está exenta de hacer pública la adquisición mediante un edicto. Esa ausencia de publicidad ha permitido en casi todos los casos que transcurran los dos años de carencia de que goza una primera inscripción sin que nadie lo advierta y, por tanto, pueda recurrir.


No todas las diócesis han sido igualmente diligentes a la hora de registrar propiedades. Es conocido que Lucio Vallejo, el anterior ecónomo del obispado de Astorga (actual número 2 de las finanzas del Vaticano) hizo que contrataran los servicios de una aparejadora para llevar a cabo el proceso de inmatriculaciones. Menos problemas tuvo su colega de la diócesis de Pamplona y Tudela, Javier Aizpún, por el mero hecho de que es arquitecto.


Precisamente Navarra es la comunidad donde el fenómeno de las inmatriculaciones ha sido más estudiado y ha dado lugar al nacimiento de una Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro a la que se han adherido 117 municipios. Dicha plataforma ha llegado a censar hasta 1.087 propiedades a nombre de las diócesis navarras. “A principios de 2007, de manera casual”, reza un documento de la plataforma, “se descubrió que la Diócesis navarra estaba inmatriculando masivamente todo tipo de edificios religiosos, casas, tierras, arbolados, cementerios… Más de mil escrituraciones desde el año 1998, por unas docenas de euros, al amparo del artículo 206 de la Ley Hipotecaria, más que cuestionado por ser totalmente anticonstitucional”.


La conclusión de la plataforma es que la Iglesia se ha convertido en la mayor inmobiliaria de Navarra. “El procedimiento no exige exposición pública alguna, por lo que los pueblos navarros no se han enterado y se han encontrado de la noche a la mañana con que una parte de su patrimonio público, mantenido siempre con gran esfuerzo, está privatizado”. Alguna poblaciones ha iniciado denuncias ante los juzgados con escasa fortuna.


Esta movilización inmobiliaria se realizó sin una coordinación central a través de la Conferencia Episcopal. “Las diócesis tienen un elevado grado de autonomía”, señala José Manuel Vidal, experto en temas religiosos y director de religiondigital.com, “incluso en temas económicos por lo que no dan cuentas mas que a Roma cada cinco años. Los ecónomos se reúnen una vez al año en unas jornadas, pero no han tratado conjuntamente el asunto de las inmatriculaciones. Las diócesis se han limitado a solicitar informes jurídicos a la Conferencia Episcopal. No creo siquiera que Fernando Giménez Barriocanal, el gerente del Episcopado, tenga una información detallada al respecto”.



Asociaciones como Europa Laica han tratado sin éxito de llamar la atención de la opinión pública sobre este fenómeno que parece irreversible. El asunto se trató en una moción debatida en el Senado el pasado mes de octubre, presentada por el grupo catalán Entesa. Se pedía la supresión de la reforma que hizo el Gobierno Aznar en la Ley Hipotecaria. Pero fracasó por 8 votos contra 12. PP y PNV votaron en contra, a pesar de reconocer la complejidad jurídica del asunto y las dudas de inconstitucionalidad.



 Miembros del cabildo catedralicio durante el acto de canonización de Juan Medina en la mezquita de Córdoba en enero de 2010.

Entradas a la mezquita de Córdoba sin pagar IVA

Un ciudadano cordobés se preguntó un buen día de quién era la mezquita de Córdoba porque comenzaba a sospechar del comportamiento del obispado. La diócesis, dirigida por el recalcitrante Demetrio Fernández, un hombre de ideas muy conservadoras, había cambiado el nombre de la mezquita y denominado al lugar como Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Había cambiado también los folletos para los turistas.


En la denominación oficial, la Iglesia hacía el añadido, entre paréntesis, de “antigua mezquita” posiblemente para que nadie pensara que se trataba de otro lugar. El ciudadano acudió al registro y se encontró con la sorpresa: la mezquita era del obispado desde el 2 de marzo de 2006, que justificó la inscripción con el argumento de que era propiedad suya “desde tiempo inmemorial”. Inscribirla costó 30 euros.


Desde entonces hay circunstancias curiosas alrededor de la mezquita y su gestión por la iglesia. Instituciones como Cultura y la Junta de Andalucía que han invertido millones de euros en obras de mejora y mantenimiento, no reaccionaron a este hecho, a pesar de las quejas de colectivos como Europa Laica.


La diócesis no se hizo cargo de esas inversiones, pero sí de los ingresos que genera el monumento, que camufla como donativos y por los que no paga impuestos, puesto que en las localidades (al precio de 8 euros para quienes no están domiciliados en Córdoba) no consta la palabra “precio” ni, el desglose del IVA. La diócesis no aclara cuánto ingresa por la mezquita, el lugar más visitado de Córdoba.


La confusión es tal que alcanza a la difusión por internet. La página en apariencia oficial (mezquitadecordoba.org) es de agencias de viajes. La oficial es catedraldecordoba.es.


Las diócesis vivieron un boom inmobiliario a partir del año 2003

El obispado de Córdoba registró la mezquita en marzo de 2006 por 30 euros




sábado, 1 de agosto de 2015

Italia: descubren red de curas que difundía orgías por internet

iglesia italia
El Tribunal eclesiástico incluyó un expediente con esos videos, fotos y conversaciones en chat (a través de Facebok o Skype) que también probarían episodios de prostitución, por lo que ya ha intervenido la magistratura.
 Una red de sacerdotes que realizaba orgías documentadas con videos y fotografías transmitidos por internet y que llegaba al Vaticano, fue destapada con la denuncia de uno de los participantes ante autoridades religiosas de la ciudad de Taranto en Italia.


De acuerdo al diario Il Corriere del Mezzogiorno, un laico de 32 años de edad presentó la denuncia ante el Tribunal eclesiástico de la región de Puglia, lo que llevó al arzobispo de Taranto, Filippo Santoro a remover de sus funciones a un cura.


El acusador -que también dio a conocer los hechos al diario- aseguró haber conocido a través de Facebook al sacerdote removido, con el que estableció una estrecha amistad y quien le confesó su homosexualidad.


El sacerdote reconoció mantener una intensa vida sexual con otros religiosos y hasta con un miembro de las Guardia Suiza del Vaticano, con la realización de orgías documentadas a través de videos y fotografías intercambiados en la web.


Según Il Corriere del Mezzogiorno, la denuncia ante el Tribunal eclesiástico incluyó un expediente con esos videos, fotos y conversaciones en chat (a través de Facebok o Skype) que también probarían episodios de prostitución, por lo que ya ha intervenido la magistratura.


Ante el escándalo, la curia de Taranto emitió una nota en la que confirmó la destitución del sacerdote tras “los hechos aparecidos en la prensa sobre la conducta moralmente reprobable y no compatible con el ministerio presbiterial”.


Aseguró que el cura acusado no pertenece al clero de Taranto, sino a una orden religiosa cuya identidad no fue revelada.


De acuerdo a las fuentes, en el expediente en poder del vicario judicial de la sede tarantina del Tribunal eclesiástico de Puglia, monseñor Giuseppe Donato Montanaro, no figura solamente la presunta actividad sexual del ahora ex párroco, sino de sacerdotes de toda Italia que se mantenían en contacto por internet.


(Con información de Notimex)


 http://owl.li/LiY11





jueves, 30 de julio de 2015

Psiquiatras preparan terreno para declarar la religión una enfermedad mental



En un reciente artículo de la revista Time se entrega una visión acerca de los daños que podría causar la religiosidad.

La religión puede ser una fuente de consuelo que mejora el bienestar. Sin embargo, algunos tipos de religiosidad podrían ser una señal de problemas más profundos de la salud mental.

Al ver a sus hijos orar con más ganas que de jugar videojuegos, la mayoría de los padres gritarían: “¡Aleluya” o cualquiera que sea su expresión de alegría. Y deberían. La investigación muestra que la religión puede ser una fuerza positiva en la vida de los niños, al igual que lo puede ser para los adultos.

“La religión“, dice Bill Hathaway, una psicóloga clínica de la religión y Decano de la Facultad de Psicología y Consejería en la Universidad Regent, “tiene que ver con que el niño tenga un mayor sentido de autoestima, un mejor ajuste académico y menores tasas de abuso de sustancias y comportamiento delictivo o criminal.”


Así que si su niño está inmerso en las Escrituras después de la escuela y ora con regularidad durante todo el día, puede respirar un suspiro de alivio. Es un buen chico. Mi hijo está bien.


O tal vez no… La devoción de su hijo puede ser algo grande, pero hay algunos niños cuyos ritos religiosos necesitan una mirada más profunda.


ninoreza


Para estos niños, una práctica con exceso de celo de su fe familiar – o incluso de otra fe – puede ser un signo de un problema de salud mental subyacente o un mecanismo de defensa para lidiar con el trauma o el estrés sin dirección.


Los terapeutas privados informan que están viendo a niños y adolescentes a través de una serie de creencias religiosas cuya práctica puede ser problemática. La cantidad de tiempo que dedican a la oración, o a otros actos de la práctica espiritual, no es tan importante, dicen, como la calidad de esta devoción, y si ayuda a los niños o lugar de ello los aíslan y debilitan su trabajo escolar y sus relaciones. Los niños con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), por ejemplo, rígidamente pueden repetir versos sagrados, por ejemplo el Ave María o centrarse en otros rituales menos por un sentido más profundo de su fe, sino más bien como una expresión de su trastorno. “Parece positivo, pero podría ser negativo”, dice Stephanie Mihalas, profesor de la UCLA y psicólogo clínico licenciado.


Tal comportamiento ritualista, dice, también puede reflejar la manera de un niño de hacer frente a la ansiedad, y en realidad no podía ser más espiritual que el lavado de manos fanático o el temor a caminar sobre las grietas de las baldosas de la calle. “Estos niños temen que si no obedecen sus reglas religiosas perfectamente”, explica Carole Lierberman, MD, un psiquiatra de Beverly Hills, “Dios les castigará”.


Algunos niños sufren de escrupulosidad, una forma del trastorno obsesivo compulsivo que implica un sentimiento de culpa y vergüenza. Las víctimas se preocupan obsesivamente de que han cometido blasfemia, han sido impuros o han pecado de otra manera. Ellos tienden a concentrarse en ciertas reglas o rituales en lugar de en la totalidad de su fe. Se preocupan de que Dios no los perdonará. Y esto puede señalar el inicio de la depresión o la ansiedad, dice John Duffy, un psicólogo clínico del área de Chicago que se especializa en adolescentes. “Los niños que han cometido “errores” con el sexo o el consumo de drogas”, dice, “pueden tener dificultad para perdonarse a sí mismos”.


Tal meticulosidad con las prácticas religiosas no parece tan dañina, pero los comportamientos extremos, como los delirios o alucinaciones pueden ser un signo de enfermedad mental grave. Al ver y escuchar cosas que no están allí pueden ser síntomas de psicosis maníaco-depresiva, trastorno bipolar o esquizofrenia de inicio temprano. Pero los padres pueden estar menos en sintonía con tal comportamiento poco saludable cuando se produce bajo el pretexto de la fe.


No es raro que los niños de familias en las que la discordia marital, la dura disciplina, el abuso o la adicción están presentes, realicen rituales de protección. Si saben que sus padres aprueban la religión, dice Lieberman, “se trata de ser niños buenos y permanecer por debajo del radar del cáos de la familia o de la rabia de los padres. O, como Mihalas ha visto, algunos niños incluso empujan a sus ya practicantes padres a ser aún más estrictos, por temor a que la catástrofe golpee si no.


¿Cuándo levanta estas banderas rojas la religiosidad? La prueba fundamental se centra en cómo los niños están funcionando en el resto de sus vidas. ¿Están haciéndolo bien en la escuela, practican deportes o música, se socializan con amigos? Si es así, entonces su fe es probablemente una fuente de fortaleza y capacidad de recuperación. Si, parece que las prácticas religiosas y rituales pueden haberse adueñado de su vida cotidiana, y desplazado sus actividades normales, los expertos sugieren tomar medidas para comprender lo que está provocando que se centren en la fe.


Fuente: Time