Mostrando entradas con la etiqueta ERA TRUMP. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ERA TRUMP. Mostrar todas las entradas

martes, 10 de noviembre de 2020

Biden gana, Abascal pierde

 

 

Biden gana, Abascal pierde

 

El candidato demócrata, Joe Biden se ha alzado con la victoria, después de una larga carrera electoral, y de un recuento de votos extenuante. Ahora sólo nos falta por ver cuál va a ser el espectáculo que Donal Trump nos tiene preparados para su fin de mandato, porque ya ha empezado a dar los primeros pasos para la batalla legal que va a desplegar para deslegitimar la victoria del candidato demócrata.  

 

No es que quiera emular al general Custer y morir con las botas puestas. Es lo mucho que se juega el trumpismo en estas elecciones.

 

Los cuatro años de mandato de Donal Trump nos han deparado situaciones de lo más surrealistas,  pero lo vivido durante la campaña electoral y el recuento nos está dejando muchas señales y muchas pistas para que la sociedad mundial valore el peligro del populismo de extrema derecha, porque Donal Trump y el trumpismo no deja de ser el espejo en el que se mira la extrema derecha de todo el mundo y la española no es una excepción. 

 

Hay que intentar discernir entre el personaje estrambótico que es Trump y que sólo por su modo de actuar debería de generar rechazo a cualquiera que esté en su sano juicio, sin perjuicio de la ideología que uno profese, y lo que representa el trumpismo. Esto último es lo que debemos tener presente a la hora de analizar esta ideología.

 

No se puede caer en el error de pensar que Trump es un iluminado y lo que él representa es un delirio. No, el trumpismo es pura ideología populista de extrema derecha, apoyándose en la xenofobia y en el supremacismo blanco. Detrás está el ultraliberalismo económico y la negación de derechos fundamentales y civiles (el antiliberalismo político).

 

 Por ello, todas las decisiones que se han adoptado en su mandato han tenido un objetivo muy nítido: legislar en favor de los intereses de las grandes élites de los EEUU y para atraer el voto de las capas más populares de la población tiraba de manual: culpaba a la inmigración que venía a quitar el trabajo y lo que tienen a los de casa y que el resto de políticos son todos iguales, buscando en todo momento el enfrentamiento entre comunidades y creación de enemigos sobre los que proyectar todos los peligros y odios.

 

 Para el éxito de su discurso era necesario tener una maquinaria de propaganda que allanara el camino, utilizando los métodos que está utilizando la extrema derecha en todo el planeta: llenar las redes sociales y los medios de comunicación de bulos y noticias falsas. La diferencia entre Goebbels y Donald Trump es que el primero no tuvo acceso a las nuevas tecnologías y el segundo está sumergido en todas ellas.

 

El espectáculo que ha dado el Partido Republicano, su líder, Donald Trump y su legión de seguidores está sacada del manual que lleva tiempo usando la derecha más reaccionaria y la extrema derecha mundial, pero con el agravante que todo eso se ha estado dando en lo que hasta la fecha es la mayor potencia occidental. 

 

En la actualidad el Partido Republicano es Trump, nadie va a cuestionar su discurso porque es el partido de Ronald Reagan y Bush padre e hijo. Un partido que siempre ha estado en la línea que separa la derecha extrema de la extrema derecha.   

 

Lo vivido desde el cierre de los colegios electorales en EEUU, las continuas acusaciones de fraude electoral hasta la situación esquizofrénica de un presidente que cuestiona el sistema electoral del país que ha gobernado durante los últimos cuatro años son el concepto que el trumpismo tiene de la democracia y la legalidad americana.

 

 Hemos visto a un presidente de los EEUU acusar de fraude electoral a sus rivales, ha presionado a los jueces para paralizar el recuento electoral cuando todavía los votos escrutados le daban la victoria parcial y ha llamado a sus seguidores a salir a la calle para defender su reelección.

 

 Las imágenes que nos han mostrado los medios de comunicación han sido muy elocuentes. No ha faltado de nada, hasta darse el caso que algunos de sus incondicionales han salido armados a la calle. Y si esto no fuera suficiente, lo grave es que su mensaje cala con mucha facilidad en muchas capas de la población de ese país.

 

 Escuchar a sus seguidores que están convencidos que ha habido un fraude electoral en favor de Biden es una muestra hasta qué punto las noticias falsas, los bulos y la manipulación han calado en gran parte de la sociedad americana .

 

La derrota de Donald Trump no significa que haya desaparecido el trumpismo en los EEUU. Tiene muchos adeptos en la sociedad americana y pueden generar la crispación suficiente como para que el mandato de Joe Biden no sea un camino de rosas. En estos momentos la duda que asalta es hasta dónde puede llegar la fractura que se da la sociedad americana, porque políticamente el país está partido en dos.

 

No hay que dejar pasar por alto el gran apoyo que ha tenido Trump de ciudadanos de un extracto social bajo y de origen inmigrante, en concreto de la comunidad hispana. Personas que salen de noche de su domicilio para ir a trabajar y que llegan a casa después una larga jornada laboral y que su mayor preocupación es conservar lo poco que tienen. Para ellos el discurso que le vende el populismo de extrema derecha les seduce. Escuchan las frases que quieren oír.

 

El candidato demócrata sin levantar grandes pasiones ha sido el candidato más votado en la historia de las elecciones presidenciales de los EEUU, gracias a las fobias que generaba Trump. Una de las conclusiones es que más que votar a Biden votaban contra Trump, que ha sacado un resultado espectacular. En otro momento con el número de votos recibidos hubiera ganado las elecciones. Esto es una muestra del interés que han suscitado estas elecciones americanas.

 

Del mandato de Joe Biden tampoco se pueden esperar grandes milagros. La política norteamericana no tiene un gran parecido a la europea. No se puede esperar que durante su mandato se produzcan unos cambios radicales. Ni es Bernie Sanders, ni dentro del Partido Demócrata es precisamente del ala más izquierdista.

 

 Fue vicepresidente durante los dos mandatos que estuvo Obama por lo que se le puede atribuir una responsabilidad importante en la frustración que generaron las políticas de Obama en las clases más bajas de los EEUU, de lo que supo aprovecharse Trump.

 

La  primera consecuencia de la derrota de Trump es que los movimientos de extrema derecha populistas han perdido un referente en el poder y un altavoz de sus políticas, entre los que se encuentra la derecha española en general y VOX en particular. Si por algo destaca la derecha española es por llevar años utilizando algunas de las formas de hacer política de los republicanos y del trumpismo.

 

 Quien no recuerda la bronca política que montó la derecha española de la mano de la Brunete mediática cuando Zapatero ganó las elecciones de 2004 o la que organizó después del éxito de la moción de censura de Pedro Sánchez.

 

 Todo vale a la hora de atacar al adversario. Pero sin duda alguna, la formación política española que más empatía tiene con Trump y sus políticas es VOX. Sus mensajes vienen perfectamente elaborados de la factoría trumpista. 

 

La forma de hacer política de VOX, la estrategia de la crispación, su relación con los medios de comunicación, ese discurso subliminal de incitación a la violencia, el uso de las redes sociales para hacer circular bulos y noticias falsas es un calco de lo que lleva haciendo Trump y un sector muy importante del Partido Republicano desde hace muchos años.

 

El tiempo nos dirá lo que puede repercutir en VOX la derrota de Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas, pero a día de hoy no puede pasar inadvertidas las imagenes que hemos visto en casi todos los medios de comunicación.

 

La imagen de un presidente haciendo el mayor de los ridículos cada vez que hacía una declaración o escribía un tuit, negándose a reconocer los resultados electorales y ver a sus partidarios llegando a utilizar la violencia pueden gustar a un número importante de votantes de VOX, todos aquellos reaccionarios y nostálgicos del franquismo, que no son pocos, pero, por el contrario, pueden generar un rechazo en mucho despistado que ha votado a VOX, pensando que son el partido que lucha contra las élites de la política.

 


 

 A partir de ahora VOX no va a poder tener de referencia al primo americano de Zumosol.

 

El término derrota aplicado a VOX no lo debemos de entender desde el punto de vista que tenga una bajada en las próximas citas electorales. No sería de extrañar que VOX tenga un recorrido al alza gracias a un electorado proveniente de los otros dos partidos de la derecha extrema española (PP y Cs).

 

 Dentro del corral que comparten esos tres partidos la moción de censura ha dado alas a VOX. Por ello, donde hay que poner la mirada no es en cómo se reparten estos tres partidos su electorado fiel sino en la capacidad que pueda tener VOX en captar votos de sectores de la población que nunca han votado a la derecha o que sencillamente nunca han votado.

 

 Y el resultado de las elecciones estadounidenses y todo lo que hemos visto en los medios de comunicación en teoría no es un mensaje que beneficie a VOX o del que pueda casar un rédito electoral.

 

El deseo de VOX de que el Estado español se aleje de Europa y su deseo de acercarse a los países latinoamericanos, a través de ese término que utilizó Abascal en la moción de censura, la Iberosfera, ha encontrado un obstáculo con la derrota de Trump.

 

 A ello hay que añadir que muchos de los gobiernos que hay en Latinoamérica no tienen una sintonía con la ultraderecha española y para mayor de sus desgracias, la victoria del MAS de Evo Morales en Bolivia es otra piedra más en ese camino de VOX a emular las políticas franquistas tendentes al acercamiento al otro continente pero siempre con un tono de cierto tutelaje, como si todavía fueran provincias de ultramar.

 

El hecho que la inmensa mayoría de los líderes europeos hayan reconocido al Biden no deja de ser expresión del alivio que sienten. Es dar portazo a los últimos cuatro años de la política estadounidense y ello representa y una mala noticia para VOX, que hasta el momento no se han prodigado en ningún tipo de declaración. 

 

Quizá todavía no se atrevan a dar el pésame a Trump por la derrota electoral.

 

mikelcastrillourrejola.wordpress.com
 

 

 

 

 

 

martes, 3 de noviembre de 2020

Javier del Pino: "Si gana Trump, se agotarán los antidepresivos en las farmacias"

 


El director y presentador del programa A vivir que son dos días, de la Cadena SER, se encuentra estos días en Washington para cubrir el proceso electoral estadounidense

 

Hemos podido hablar con él por teléfono. Aún mantiene su casa en las afueras de la capital. 

 

Sigue viviendo algunas temporadas en un país que conoce muy bien por los años de trabajo como corresponsal y porque desde muy joven estuvo especialmente interesado en visitarlo y recorrerlo en toda su extensión. Pocos periodistas españoles tienen una experiencia tan intensa de lo ocurrido en aquel país durante las últimas tres décadas.

 

Javier del Pino: “Si gana Trump, se agotarán los antidepresivos en las farmacias”

 

  *

  

Tras haber vivido más de 15 años en Estados Unidos como corresponsal de la SER, el director y presentador del programa 'A vivir que son dos días', cree “el Trumpismo está a punto de desaparecer”.

 

La crispación en Estados Unidos

 

Ha habido un enorme crecimiento de la crispación, no solamente durante la época de Trump sino también durante los años de Obama, promovida por algo de lo que ya no se habla ahora mismo, que es el famoso Tea Party. Antes hablábamos mucho de ese ala ultraconservadora del Partido Republicano. Ahora se nos ha olvidado porque todo el Partido Republicano se ha convertido básicamente en parte de esa facción más conservadora.

 

 En los últimos años empezaron a sentar las bases del clima de crispación que durante la etapa de Trump se ha establecido y es increíble ver cómo ahora es muy difícil tener una conversación, por ejemplo, en el ámbito familiar o entre amigos. Personalmente creo que se pasará. No es tanto como España, que tiene la pinta que está ahí para quedarse. Yo creo que aquí forma parte de ese trumpismo que, si tenemos un poco de suerte, está a punto de desaparecer.

 

Si gana Joe Biden

 

Devolvería la dignidad a este país, la dignidad a la política de este país, y desde luego conseguiría que la imagen de EEUU volviera a ser una imagen de un país con sus defectos y sus virtudes, pero con una cierta normalidad democrática. Una victoria de Biden cerraría el capítulo más oscuro que ha tenido la historia política de este país que es el que ha protagonizado Donald Trump. Lo que no sé si conseguiría es devolver al cargo de la presidencia la dignidad que Trump le ha arrebatado. 

 

Trump ha convertido la presidencia en una especie de negocio personal para el que no se ha comportado de la manera más digna. Yo creo que la herencia de estos últimos cuatro años va a tener consecuencias a largo plazo, y va a costar mucho que pueda haber diálogos permanentes y diálogos sosegados entre republicanos y demócratas, incluso entre miembros de una misma familia.

 

Si gana Donald Trump

 

Una victoria de Trump sumiría en una enorme depresión a una gran parte de este país. Se acabarían los medicamentos contra la depresión de las farmacias, los pozos se llenarían de gente que se ha arrojado a ellos. Mucha gente, como decía el otro día el escritor David Eggers, se exiliaría, porque cuatro años más de impertinencia por parte de este presidente serían demasiados para su estabilidad mental

 

 Hay mucha gente para la que realmente sería un miércoles horrible si se levantara sabiendo que le quedan cuatro años más de Trump. Pero además, el problema no es ese. El problema es lo que significaría también para la imagen de este país en el exterior y lo que significaría para una sociedad que está completamente partida y enfrentada. Yo creo que sería desastroso y sería muy difícil que este país pudiera recuperarse políticamente de esto.

 

Polarización en EEUU y en España

 

Yo creo que no es similar, es distinto. Yo creo firmemente que es una polarización pasajera, artificial. En Estados Unidos tiene más que ver con la figura de Trump que con las conciencias ideológicas de unos votantes y de otros. Los republicanos están empezando a abandonar el barco. Muchos ya están diciendo: “Es que yo apoyé a Trump porque no me quedaba otro remedio". Muchos líderes republicanos ahora van a tener que recomponer un poco su figura política.

 

 El hecho de que empiecen, ya no tan veladamente, a renegar de Trump, significa que están dispuestos a acercarse a una posición más conciliadora con los demócratas. En España, creo que el enfrentamiento político es más de fondo y está mucho más enquistado. Aquí yo creo que es más pasajero y está provocado por una figura que vive muy a gusto en el conflicto, que es la del presidente actual.

 

Convivencia y confrontación

 

El rumbo que tiene este país no es muy distinto al que tiene cualquier otra democracia moderna en los últimos años. No es distinto a lo que puede haber pasado en Italia, en el Reino Unido, en Brasil y sabe dios si no es muy distinto a lo que pasará en España. Es depositar la esperanza de algunos votantes en líderes que dicen lo que esos votantes no se atreven a decir en público. Esa es la base del populismo. Insisto, tengo la sospecha y la creencia de que este es un mal pasajero y en Estados Unidos hay mucho respeto por la política. 

 

Hay gente que nunca discutiría en público y hay gente que se lleva bien aunque tiene ideas controvertidas. Ese odio en España es más genuino. Aquí en cambio puede haber una contraposición ideológica o puede haber una diferencia de opinión entre unos y otros, pero yo creo que hay un respeto por lo que es la actividad de la política y la clase política que no es comparable al español.

 

Entender Estados Unidos

 

Tengo un amigo que siempre suele decir que este país se fundó en torno a tres cosas. Este país se fundó cuando los peregrinos que huían de la persecución religiosa en Holanda y en Inglaterra y en Irlanda, de repente llegan a la costa de este país. Poco a poco van avanzando hacia el Oeste, buscando el oro, buscando una vida mejor.

 

 Lo hacen además de manera muy violenta, lo hacen cometiendo un genocidio. Es decir, este país está basado en tres elementos: la religión, el dinero y las armas. Es lo que ocurrió en esa conquista del Oeste. Esos tres elementos, la religión, el dinero y las armas, son los mismos elementos que siguen rigiendo la actualidad de este país.

 

 Lo que ocurrió con la llegada de los afroamericanos a este continente es un segundo genocidio. Y las consecuencias de ese genocidio se están viviendo ahora. Afortunadamente, eso tiene mucha más visibilidad y se ha puesto en un primer plano. Da un poco de pena pensar que es a costa de las vidas de personas que mueren en la calle con la rodilla de un policía en el cuello.

 

La subsistencia del racismo

 

Estados Unidos es un país en el que cualquier cosa que ocurre puedes buscar su origen y te lleva al hecho de que hay racismo, sencillamente. Desde la desigualdad hasta el capitalismo, todo está basado en el racismo y ese racismo perdura. Ese racismo forma parte de la historia de este país. Queda mucho por delante hasta que se pueda erradicar. Es un país tremendamente joven. Apenas tiene 250 años de historia. Todavía se está acostumbrando a convivir con su propia historia.

 

 Es un país en el que las cosas se dirimían con duelos al sol entre dos personas con pistola, en el que a los negros y a las mujeres no se les permitía votar hasta hace poco. Es mejor fijarse en que parece mentira que en un país con tan poca historia, la democracia esté tan asentada. En esa corta historia hay una serie de errores que todavía no se han corregido y el mayor, sin duda, es el racismo.

 

La pérdida de credibilidad de los grandes medios

 

Creo que los medios tradicionales han cruzado una línea. A mí no me ha gustado que grandes periódicos a los que todos respetamos como The New York Times o The Washington Post o el Daily Times incluso el Wall Street Journal hayan cruzado determinadas líneas editoriales y hayan ido demasiado lejos en su crítica contra Trump. El trumpismo ha afectado a medios que no habían cambiado en nada en los últimos cien años. Y luego está el otro tema: ¿Qué es un medio de comunicación?

 

 Hace unos pocos días, Jack Dorsey, el CEO de Twitter, decía: "Yo soy como el arquitecto de una plaza y no puedo controlar lo que la gente dice en esa plaza". Y no es verdad, yo no estoy de acuerdo. Los nuevos medios están jugando a ser medios de comunicación. Y si juegan a ser medios de comunicación tienen que ajustarse a las normas que rigen para todos los medios de comunicación.

 

El auge de las teorías conspiranoicas

 

Tiene que ver con el descrédito de los medios tradicionales y con esta tendencia de, en lugar de informarse, reforzar aquello que tú ya piensas. En lugar de buscar una opinión crítica para tu propia opinión, vas a buscar aquello que refuerza lo que ya crees. Estados Unidos es un país muy, muy distinto a España. Estados Unidos es un país en el que siempre ha existido ese sector de la sociedad, no digo conspiranoico, pero sí que se ha mantenido muy al margen de las nociones más básicas incluso de la información y de los contactos más directos con la actualidad. 

 

El otro problema está en hasta qué punto determinados lugares en las redes sociales han de ser considerados medios de comunicación o han de ser considerados sencillamente basuras o falsedades. Hasta que no encuentre la manera de regular esos dos mundos y conseguir que el uno se acerque al otro, no conseguiremos que la gente esté parcialmente bien informada.

 

El impacto de las redes sociales

 

Yo abogaría por una cumbre mundial en la que los gobiernos se pusieran de acuerdo en qué hacer con las redes sociales para regular su actividad. Las redes sociales y algunos de sus grandes dueños están empezando a darse cuenta de que pueden tumbar un gobierno de un país, de que pueden provocar una revuelta o una guerra civil. Están empezando a darse cuenta de que no son solamente redes sociales, son medios de comunicación. Hay gente que se informa solamente a través de redes sociales. Si son medios de comunicación tienen que ajustarse a unas normas que tienen que ver sobre todo con la ética, que tienen que ver con la verdad. Además, este es un mundo libre y cada uno puede poner lo que quiera. Aquí el problema es también de educación. Es que la gente entienda que no todo lo que aparece en una red social es verdad, igual que no todas las opiniones que aparecen en un periódico se ajustan enteramente a la realidad.

 

Las elecciones en EEUU y en España

 

El sistema político de Estados Unidos tiene una cosa buena, y es que, aunque cueste creerlo, el presidente manda poco. En este país manda la clase política, manda el Capitolio, que es donde se elaboran las leyes. La gestión del día a día no se hace en la Casa Blanca, se hace en el Capitolio y los acuerdos con los países son los que son. Por ejemplo, hay muchos presidentes de Estados Unidos que nunca han visitado España. Eso pasa porque habitualmente dividen a los países del extranjero en dos categorías: los amigos y los enemigos. 

 

A los amigos no hay que prestarles atención, porque ya son amigos. Entonces muchos presidentes no han venido a España por la sencilla razón de que no es necesario. También es importante entender que para Estados Unidos muchos lugares son un pequeño punto en un radar. Por eso creo que gane Trump o gane Biden las consecuencias de cara a España son pocas.

 

 

 https://www.infolibre.es/noticias/com...

 

 


 

jueves, 8 de octubre de 2020

El aborto que salvó la vida a Trump

 

 

El aborto que salvó la vida a Trump

 

Trump está tratando su contagio por COVID-19 como una victoria pero, en realidad, no sólo prueba su imprudencia saltándose todas las medidas de seguridad sanitaria y publicitando fármacos sin respaldo científico contra el coronavirus, sino también su hipocresía: el tratamiento que recibió para su recuperación procede del tejido de un aborto, contra el que él se posiciona abiertamente.

 

Desde que Trump llegó a la Casablanca ha empleado su cruzada antiabortista para seguir alimentando su granero de votos. Tanto es así, que entre sus anuncios estrella se encontraba la prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo para el último trimestre del año
 
 
 
Lo ha hecho acudiendo a manifestaciones bautizadas como ‘pro-vida’ y, además, reduciendo el número de Institutos Nacionales de Salud que investigan basándose en tejido fetal de abortos, lo que ha sido decisivo para que el republicano supere la COVID-19.
 
 

Tal y como ha revelado el MIT, ni Trump ni su hinchada antiabortista han puesto una sola objeción al tratamiento recibido por el presidente, que dependía de células fetales.

 

 Según detalla el prestigioso instituto de investigación, el origen de las células con que la farmacéutica Regeneron fabrica su cóctel de anticuerpos es tejido renal de un aborto de Países Bajos de la década de los años 70

 

Desde entonces, estas células, llamadas HEK 293T se han ido dividiendo en el laboratorio, modificándolas genéticamente.

 

El hecho de que el origen de esas células se remonte a los años 70 y, desde entonces, hayan sufrido tantas modificaciones en el laboratorio es la válvula de escape para que Trump y sus seguidores nieguen la evidencia: de no haberse producido un aborto, no habría existido ese tratamiento.

 

Algo difícil de encajar para, por ejemplo, el Panel de Ética de Trump que si algo ha hecho desde que se constituyó en febrero es arremeter contra la investigación con tejido fetal. 

 

El pasado verano, la Junta Asesora de Ética en la Investigación de Tejidos Fetales Humanos, que es como oficialmente se denomina, emitió un informe para retirar los fondos a 13 de 14 líneas de investigación distintas al respecto.

 

 Una decisión que cosechó grandes críticas, entre las que destacaron las de la Sociedad Internacional para la Investigación de Células Madre.

 

El resultado es que Trump prohibió que el personal investigador que trabaja en centros asociados a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) pueda desarrollar trabajos alrededor del estudio de tejido fetal y retiró la financiación estatal. Además, cualquier nueva propuesta está sometida al veto de un consejo asesor de ética.

 

 Entre los primeros damnificados, el proyecto de unos dos millones de dólares que venían desarrollando los NIH con la Universidad de California en San Francisco (UCSF), que utilizaba tejido fetal para probar tratamientos contra el VIH. Lo mismo ha sucedido con investigaciones similares contra el Alzheimer, por ejemplo.

 

Quién le iba a decir a Trump que, después de todo, una de esas personas a las que acusa de "ejecutar bebés" podría haberle salvado la vida.

 

 

 

lunes, 5 de octubre de 2020

Vaticinan derrota de Trump en elecciones de noviembre

 

 

 

“Creo que Trump se irá con rencor y pasará el resto de sus días diciendo que le robaron las elecciones”, subrayó el hombre que acertó en sus predicciones de las últimas nueve elecciones en declaraciones citadas por Prensa Latina.

 

Lichtman señaló que como historiador, aprendió que hay que estudiar el pasado imparcialmente. “Mi modelo de predicción tiene en cuenta todas las elecciones en el país desde 1860”.

 

Por eso, gracias a las “13 Llaves de la Casa Blanca”, predijo con éxito los resultados de todas las elecciones presidenciales desde Ronald Reagan en abril de 1982, dos años y medio antes de las elecciones.

 

“Mi modelo tiene en cuenta el hecho de que los estadounidenses votan según el desempeño del partido gobernante. Examinamos los resultados de las elecciones de mitad de período, los terceros, la situación económica a largo y corto plazo, las políticas adoptadas, la presencia de disturbios sociales, los escándalos y los éxitos y fracasos de la política exterior”, agregó.

 

Si las respuestas a seis de estas afirmaciones son falsas, se puede predecir la derrota del partido gobernante.

 

No obstante, hace un año, su sistema predijo que Trump ganaría las elecciones. ¿Qué ha pasado?, señala Radio Canadá.

 

Al respecto, indicó que el gobernante no entendió el significado de las claves, que es que es gobierno, y no la campaña, lo que tiene un impacto en la elección. Y en lugar de abordar sustancialmente los desafíos, Trump volvió a su plan de juego de 2016. Pero no funcionará.

 

En 2019, aclaró, “Trump sólo tenía cuatro de las llaves, así que estaba a dos llaves de la derrota. Y luego, por supuesto, todo cambió en Estados Unidos en 2020, con la peor pandemia de los últimos 100 años, un pobre desempeño económico y llamados a la justicia social y racial”.

 

“Cuando eres presidente, se te juzga por tu mandato”, precisó el académico.

 

“El mandatario pasó de cuatro a siete afirmaciones falsas, que es más de las seis claves necesarias para predecir la derrota”, subrayó.

 

Resaltó que el descontento social y los malos resultados económicos le llevarán de repente a esa derrota. Nunca en la historia del país sufrió ningún otro partido una inversión tan repentina y dramática de la fortuna en tan sólo unos pocos meses, aseveró Lichtman.

 

Afirmó que “no digo que Trump fuera carismático en 2016 y no lo volveré a hacer esta vez porque aunque es un buen showman, sólo es popular con cierta parte de la población”. Más del 60 por ciento de los estadounidenses no creen que sea honesto o digno de confianza.

 

Lichtman puntualizó que no cree que su predicción pueda cambiar entre ahora y el día de las elecciones porque las circunstancias que llevan a un cambio en una de las declaraciones no cambian rápidamente. Nunca cambiaron unas semanas antes de las elecciones.

 

Sin embargo, alertó sobre la supresión de los votos y que los republicanos tratarán de limitar el voto de la base demócrata, las minorías y la juventud.

 

“Vemos a Donald Trump intentando ferozmente suprimir el voto, está atacando el voto por correo, que es una opción esencial durante una pandemia. Incluso ha amenazado con enviar gente armada a los colegios electorales”, dijo.

 

Lichtman descartó una crisis constitucional y opinó que Trump se irá del gobierno con rencor y pasará el resto de sus días diciendo que le robaron las elecciones.

 

 

 Vaticinan derrota de Trump en elecciones de noviembre

 

 

Trump sale del hospital por sorpresa para saludar a sus simpatizantes desde un coche


*  

Trump sale del hospital por sorpresa para saludar a sus simpatizantes desde un coche

 

 

Trump, con mascarilla y las ventanas cerradas, apareció en uno de los vehículos blindados de su comitiva presidencial y saludó a las personas que se han concentrado fuera del complejo Walter Reed, en Bethesda (Maryland), con banderas con el nombre del presidente y mensajes de apoyo al mandatario, que lleva ingresado desde el viernes por la noche tras dar positivo por la COVID-19. Dos agentes del servicio secreto, también con mascarillas, le condujeron en esta breve salida del hospital. 

 

El viaje no fue anunciado y ni siquiera el grupo de periodistas de la Casa Blanca que hace guardia para informar sobre el presidente fue avisado con antelación. 

 

Trump anunció su salida en un video en Twitter un poco después de las 5:00 pm (hora local): "Vamos hacer una pequeña visita sorpresa a algunos de los patriotas que están en la calle, que llevan ahí mucho tiempo, con banderas de Trump y que aman nuestro país".

 

 


"Ha sido un viaje muy interesante, he aprendido mucho sobre la COVID. Lo he aprendido yendo a la verdadera escuela. Esta no es la escuela de leer libros. Lo he aprendido y entendido", aseguró Trump como si su estadía en el hospital estuviera llegando a su fin. El presidente dijo que ha tenido la ocasión de encontrarse con soldados y personal de emergencias, pese a que un enfermo de COVID-19 debería estar en total aislamiento. 

 

Críticas por la salida

 

James Philips, el médico responsable de los residentes del hospital Walter Reed, criticó duramente la decisión de Trump de salir brevemente del hospital en Twitter. "La camioneta (en la que se traslado el presidente) no es sólo blindada, sino que está sellada herméticamente contra ataques químicos. El riesgo de transmisión de la COVID-19 es el más alto posible a excepción de procesos médicos. La irresponsabilidad es escandalosa. Lo siento por los agentes del Servicio Secreto que se vieron forzados a participar". 

 

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca emitió un comunicado en el que criticó que el equipo del presidente no comunicara la salida con antelación a los periodistas de guardia. 

 

"Es un escándalo que el presidente abandone el hospital, aunque sea un momento, en una crisis sanitaria sin el pool (grupo asignado) de periodistas presente para asegurar que el pueblo estadounidense sabe qué hace y cómo se encuentra el presidente", aseguró la asociación, que defiende una cobertura independiente de las actividades de la Presidencia. 

 

Los médicos creen que podría volver a la Casa Blanca el lunes

 

Trump ingresó el viernes por la tarde en la suite presidencial del hospital Walter Reed tras dar positivo por la COVID-19 y experimentar una caída en el oxígeno en sangre y fiebre. Desde el viernes, el presidente ha mejorado, según su equipo médico, y, aunque ha registrado una segunda caída en sus niveles de oxígeno, sólo ha mostrado síntomas leves. 

 

Los médicos que lo atienden aseguraron este domingo que en su tercera jornada ingresado en un centro hospitalario su evolución es positiva y podría recibir el alta el lunes, aunque persisten los "altibajos" y señales preocupantes, como el hecho de que su tratamiento es normalmente reservado para casos graves de coronavirus. 

 

En el parte médico de este domingo en, el Hospital Militar Walter Reed, a las afueras de Washington, uno de los miembros del equipo médico que atiende al presidente estadounidense, Brian Garibaldi, aseguró que si Trump "sigue sintiéndose bien nuestro plan es que pueda ser dado de alta mañana y volver a la Casa Blanca, donde continuará su tratamiento". 

 

El médico personal del presidente, Sean Conley, reconoció que hay "altibajos", pero el equipo que atiende al presidente está "extremadamente feliz" con los progresos desde la hospitalización.

 

 

 

 

 

 

sábado, 3 de octubre de 2020

La semana en que Trump dio positivo al coronavirus

 

 

El presidente Trump reveló la madrugada del viernes que él y su esposa, Melania Trump, habían dado positivo por el coronavirus. No está claro cuándo o cómo Trump contrajo el virus.

 

 Pero durante la semana pasada, interactuó con decenas de miembros del personal, donantes y simpatizantes. Los fotógrafos de The New York Times capturaron algunas de esas reuniones.

 

El presidente Donald Trump aplaudió a su nominada a la Corte Suprema, la jueza Amy Coney Barrett, en la Oficina Oval antes de su anuncio público. También se reunieron con senadores y altos funcionarios de la administración antes del evento. Foto: Doug Mills/The New York Times.

Un evento de Great American Comeback en Middletown, Pensilvania. Foto: Pete Marovich for The New York Times

Trump durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca el domingo. Foto: Al Drago for The New York Times

Trump pronunció comentarios sobre la nueva camioneta con motor de cubo Lordstown Motors Endurance 2021 en el jardín sur de la Casa Blanca el lunes. Foto: Tom Brenner for The New York Times

Trump y el vicepresidente Mike Pence en la Casa Blanca. Foto: Tom Brenner for The New York Times

Trump y la primera dama partieron de la Casa Blanca, ante una multitud de simpatizantes con máscaras, camino del primer debate presidencial en Cleveland el martes. Foto: Oliver Contreras for The New York Times

Trump y Joseph R. Biden Jr. durante el debate en Cleveland. En el escenario, Trump se burló de Biden por su hábito de usar una máscara en público. Foto: Doug Mills/The New York Times

El médico del presidente dijo que Trump estaba "bien" después de dar positivo por el coronavirus, sin decir si estaba experimentando síntomas, y agregó que el presidente permanecería aislado en la Casa Blanca por ahora. Foto: Erin Schaff/The New York Times

 

(Tomado del New York Times)

 

 

 

 

jueves, 24 de septiembre de 2020

México investiga extirpaciones de úteros a mexicanas migrantes en un centro de detención de EE UU

 Una migrante mexicana en un centro de detención de EE UU.

 

Exteriores sigue el rastro del caso de histerectomías masivas a inmigrantes latinoamericanas, denunciado por ONG estadounidenses y una exempleada de la institución

 

El Gobierno mexicano sigue el rastro de un presunto abuso masivo a migrantes, incluidas mexicanas, detenidas en un centro de detención estadounidense. El canciller, Marcelo Ebrard, confirmó este martes que su equipo está entrevistando a al menos seis mexicanas que pudieron haber sido víctimas, junto a decenas más de latinoamericanas, de esterilizaciones masivas —a través de histerectomías— sin su consentimiento en el Irwin County Detention Center, en el sureño Estado de Georgia. Las autoridades mexicanas no han informado todavía de la magnitud del que, de confirmarse, sería uno de los mayores abusos a migrantes cometidos durante la Administración de Donald Trump.

 

“Desde luego es algo inaceptable que rechazamos de antemano, aun sin tener toda la información confirmada, cuando la tengamos se las compartimos, pero incluso en Estados Unidos hay toda una reacción importante de muchas organizaciones con las que estamos en contacto y esto tiene que esclarecerse; en su caso, si se confirma, es un asunto mayúsculo, no solo sancionarse, sino tomarse otras medidas”, apuntó Ebrard durante la conferencia de prensa matutina del martes. Fuentes cercanas a Exteriores han añadido a este diario: “Se informa que hasta el momento no se han detectado dichos casos en nacionales mexicanas pero la investigación sigue en curso”.

 

Congresistas demócratas y organizaciones defensoras de los inmigrantes en Estados Unidos han presionado estos días para que se esclarezca la denuncia que destapó la semana pasada una de las enfermeras que trabajaba en el centro, Dawn Wooten y que recogieron algunas ONG como Project South, Georgia Detention Watch y la Alianza Latina de Georgia por los Derechos Humanos. En su queja pública, la extrabajadora aseguró que el Centro de Detención del condado de Irwin practicó histerectomías masivas a migrantes de diferentes países de América Latina, se negó a hacer pruebas de covid-19 a los detenidos y destruyó documentos médicos. 

 

Y apuntó hacia un ginecólogo de la institución a quien señaló como el “coleccionista de úteros”. “Toda la gente a la que ve tiene una histerectomía; prácticamente todo el mundo”, añadió Wooten. La enfermera señaló también que algunas víctimas le habían contado que no habían entendido del todo por qué debían someterse a la operación en la que se remueve parcial o totalmente el útero.

 

Wooten no mencionó nombres de las presuntas afectadas por estos procedimientos y en la queja interpuesta ante el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) tampoco aparecen testimonios en primera persona, solo referencias de detenidas entrevistadas por las organizaciones denunciando dichas prácticas médicas. Una detenida, entrevistada por Project South, comparó el centro con “un campo de concentración en el que experimentan con personas” y añadió: “Es como si estuviesen experimentando con nuestros cuerpos”.

 

Los demócratas no tardaron en sumarse a las acusaciones después de que en los últimos tres años han condenado duramente el trato que brinda el Gobierno de Trump a los inmigrantes, incluyendo la separación de familias y la detención de niños en la frontera. “De ser ciertas, las deplorables condiciones que se describen en la queja de la denunciante — incluyendo las acusaciones de que se les están practicando histerectomías masivas a mujeres inmigrantes vulnerables — serían un abuso impactante contra los derechos humanos”, expresó la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en un comunicado.

 

Por su parte, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), respondió en un comunicado: “En general, las acusaciones anónimas sin pruebas, hechas sin ningún detalle específico comprobable, deben tomarse con el escepticismo apropiado que merecen”. Este miércoles el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Chad Wolf, ha señalado en una audiencia en el Congreso que se encuentran investigando “los hechos sobre el terreno”. 

 

Desde su llegada al poder, Trump ha mostrado su empeño en reforzar al ICE tanto con la ampliación de más centros de detención, como con la contratación de más personal, con el fin de detener a la mayor cantidad de migrantes posible, según las medidas que anunció en 2017 en esta materia, y que abrieron las puertas a grandes redadas contra migrantes en el país.

 

La presidencia de Trump ha elevado también la presión migratoria sobre México, cuyo Gobierno ha aceptado la implementación de políticas muy criticadas por las organizaciones de derechos humanos y la oposición, como el Remain in Mexico (Quédate en México) —para que los migrantes que se encuentran en trámites migratorios en Estados Unidos lleven su proceso del lado sur de la frontera—y el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera con Centroamérica, para frenar desde el sur la llegada de migrantes. Unas medidas que en la práctica han convertido a México en el muro deseado por su vecino del norte.

 

Sin embargo, en este caso, la Cancillería mexicana se ha adelantado a otros países de la región, donde también puede haber víctimas, y se ha comprometido públicamente a “esclarecer los hechos”, identificar a las mexicanas afectadas y “garantizar el respeto a sus derechos”.

 

 

 https://elpais.com/mexico/2020-09-23/mexico-investiga-extirpaciones-de-uteros-a-mexicanas- 





 

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Proponen a Donald Trump para el Premio Nobel de la Paz



 La Internacional populista mundial vuelve a promover la candidatura para relanzar la imagen del presidente estadounidense, maltrecha por el desastre en la gestión del coronavirus 
 

Cuenta la Fox, la tele de los ultraconservadores yanquis, que Donald Trump ha vuelto a ser propuesto para el Premio Nobel de la Paz, un titular que bien podría ser portada de El Mundo Today. Bien mirado, en una sociedad neurótica como la nuestra, donde el negacionismo mendaz se abre paso y se propaga como la nueva ideología imperante, el Nobel de la Paz no podía ser para nadie más que para Trump, faro y guía del pensamiento estúpido.


 El fatuo magnate neoyorquino es el exponente perfecto de los tiempos revueltos que vivimos, una época oscura de la humanidad marcada por la decadencia de Occidente, la posverdad y el hundimiento de la democracia y los valores de la Ilustración. ¿Quién mejor que este monstruoso personaje para simbolizar la degradación política, ética y moral que sufre la civilización humana?


La noticia de la nominación de Trump, que acaba de saltar a los telediarios de todo el planeta, puede parecer una broma de mal gusto. Sin embargo, la cosa va muy en serio y obedece, como suele ocurrir siempre que hablamos de la Nueva Internacional Fascista, a un plan establecido para relanzar la imagen del presidente de USA, seriamente tocada por su desastre de gestión en la pandemia.


 Si miramos quién propone al millonario americano como candidato a tan elevado galardón, vemos que se trata del parlamentario noruego de nombre impronunciable Christian Tybring-Gjedde, que ha visto en Trump la pieza clave en la firma del reciente acuerdo de paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos


En realidad, lo que se ha querido vender como un hito histórico y un logro del rubio Tío Gilito de Nueva York no es más que un contrato mercantil para que sus amigos de Halliburton puedan seguir vendiendo petróleo a mansalva a costa de cargarse el planeta con el cambio climático.


 Por no hablar de los intereses armamentísticos yanquis en la zona y los intereses geoestratégicos de la CIA. Nada de eso tiene que ver con la paz, ni con la solidaridad entre los pueblos, ni con el espíritu fraternal, principios que deberían mover a todo aquel que aspira a un Nobel de la Paz.


El tal Tybring-Gjedde cree que su candidato favorito ha “intentado crear más paz entre las naciones que la mayoría de los nominados al Nobel de la Paz”, una declaración que no deja de ser un dardo envenenado para Barack Obama, premiado en el año 2009. 


El proponente acaba de explicar a la Fox que con su apuesta por Trump no pretende ganarse el favor del presidente de Estados Unidos sino que se analicen las decisiones históricas del inquilino de la Casa Blanca y no “la forma en la que se comporta a veces”. Sin embargo, no hay más que echar un vistazo al currículum del diputado de Oslo para concluir que estamos ante otro apóstol del trumpismo mundial, de modo que entre ellos se guisan los premios y ellos se los comen.


 En efecto, en 2014 el susodicho Tybring-Gjedde publicó un libro bajo el título Mientras la orquesta sigue tocando, donde advierte de que Noruega va camino de la “ruina cultural y económica” y atribuye la crisis a una inmigración excesiva, a una integración deficiente y al despilfarro del Estado de Bienestar


También aseguró que la islamización de Europa está en “pleno apogeo” y criticó el compadreo de su partido con los liberales, “ya que era imposible unir las políticas migratorias de ambos partidos”


. Es decir, un supremacista en toda regla, un xenófobo de la escuela escandinava, uno de esos que desde los verdes y cristalinos fiordos mira hacia abajo, hacia el sur, y no ve más que el culo de Europa con sus chinches morenos, o sea españoles, portugueses, italianos y griegos.


Queda claro, por tanto, que la propuesta para elevar a Trump a los altares de los hombres pacíficos proviene de la pandilla ultraliberal, del gang xenófobo internacional, así que la nominación no tiene demasiado mérito. Nadie en su sano juicio puede llegar a pensar que alguien como el presidente estadounidense ha hecho algo bueno por la humanidad. 


Hablamos del hombre que dijo que los inmigrantes mexicanos son “violadores”, aunque algunos sean buenas personas; del tipo que no hace mucho apostó por prohibir la entrada de los musulmanes en el país; del sujeto que se jactó de que podría disparar a la gente en la Quinta Avenida y no perdería votos. 


Por no hablar de aquella infame frase sobre la guerra de Siria −“dejad que se maten entre ellos, que después recogeremos los restos”− o de su reciente y cruenta represión contra el movimiento antirracista Black Lives Matter, que lo sitúa ideológicamente más cercano a los postulados del Ku Klux Klan que de Luther King.


 En suma, de pacifista tiene más bien poco, como demuestra su descabellada idea de lanzar algún día “la madre de todas las bombas” sobre Afganistán, acabando así, de un plumazo, con el terrorismo internacional.


A Satán lo quieren canonizar. Ese es el mundo al revés al que hemos llegado en este extraño siglo XXI de pandemias, distopías y redes sociales que difunden bulos, odios y mentiras como bombas radiactivas. 


Darle el Premio Nobel de la Paz a Trump es un delirio planetario que solo puede entenderse en el contexto de los populismos ultrarreligiosos, los revisionismos históricos y las filosofías friquis anticientíficas que se están instalando peligrosamente en los cinco continentes.


 Si a Trump le terminan dando el cabezón de oro sueco, ¿qué será lo siguiente, beatificar a Adolf Hitler en la Iglesia Evangélica de Ohio, en los mormones y otras marcianas sectas trumpistas? 


Todo se andará.