* El actor Lander Otaola
"La vida padre' es la película definitiva sobre Bilbao; la ciudad es un personaje más"
La película, rodada en el Casco Viejo de Bilbao, promete convertirse en una de las más taquilleras de este otoño.
Lander Otaola vuelve a trabajar con Karra Elejalde, con el que ya compartió reparto en Ocho apellidos vascos, en este filme, que tras la premiére en el museo, llegará a la gran pantalla el próximo 16 de septiembre.
La historia comienza cuando Karra Elejalde (Juantxu) regresa a Bilbao después de treinta años, enganchado a la década de los noventa.
Ve la ciudad como la recuerda, con los astilleros, las chimeneas...
A su regreso, se encuentra con Mikel (Lander Otaola), el hijo al que tampoco conoce.
La vida padre, que se rodó en 2021 y contó con el apoyo de Bilbao Bizkaia Film Commission y la Diputación de Bizkaia, tiene también en el reparto a Enric Auquer, Megan Montaner, Maribel Salas, Gorka Aguinagalde y Manuel Burque.
¿Cómo es su papel en la película?
Interpreto al hijo de Karra y hago del hermano crápula de Eric Auquer, que es un chef con muchas estrellas Michelín.
Me meten de jefe de sala para darme un pequeño puesto.
Es uno de los personaje cómicos de la película.
Vuelve a trabajar con Karra Elejalde.
Es un honor, ¿qué voy a decir?
Me parece el actor más completo de España.
Creo que los actores cómicos pueden hacer drama, pero, rara vez, comedia.
Y Karra es un actor con todo abanico de posibilidades, aparte de ser un grandísimo compañero, antepone siempre la película a sí mismo, y eso no suele pasar en actores de su talla.
Tiene una generosidad y un talento descomunal.
Si viviera en Estados Unidos, tendría ya un par de Oscars.
¿Cómo definiría ‘La vida padre’?
Es un filme para todos los públicos que va a llegar al corazón de todo el mundo, pero con el que también se van a reír.
Pero, aparte de todo esto, creo que es el mayor homenaje cinematográfico que se le ha hecho jamás a Bilbao, la película definitiva sobre la capital vizcaina, que es un personaje más.
¿Por qué?
Muestra los dos Bilbaos, ese Bilbao ochentero lleno de grafitis, con mucha droga, con lluvia y terrorismo de fondo; y el de ahora, que parece de postal.
A la gente mayor y a los jóvenes, les va a llevar a un punto muy nostálgico recordando también ese Bilbao que se fue, y que era muy gris, aunque también era fascinante y muy cinematográfico.
Los exteriores se rodaron sobre todo en el Casco Viejo.
El restaurante está ubicado en el Casco Viejo, pero también sale la ría, el Guggenheim, Ciudad Jardín, la Alhóndiga...
El director Joaquín Mazón dice que Bilbao es una ciudad con muchas posibilidades que todavía están por descubrir.
También la gastronomía es un elemento importante en la película.
Sí, tanto Karra como Eric y yo nos dedicamos en la película a la cocina, aunque hay un poco de parodia de la gastronomía moderna, de cómo reiventar el bacalao al pil pil o unos pimientos rellenos, los platos clásicos bilbainos...
La gente que vea La vida padre se va a reír mucho, al público de Bilbao le va a emocionar, pero además aborda un tema universal.
Al final, trata sobre la relación entre un padre y un hijo.
El objetivo es también arrasar en taquilla, sale con muchas copias en septiembre y esperamos que la gente vaya en masa al cine, ahora que después de la pandemia está volviendo.
¿Tuvieron que aprender a cocinar? Ja, ja, ja...
Como era el jefe de sala no tuve que aprender, pero me encanta cocinar.
Karra y Eric sí tuvieron que hacer algún curso.
En la Aste Nagusia, también le veremos con ‘Yo soy pichichi’, en la Sala BBK.
Es la tercera temporada.
Estuvimos dos en Pabellón 6 y lo llenamos todo.
La obra es un viaje nostálgico a un Euskadi que no volverá, pero, sobre todo, es un cabaret divertido, socarrón, emocionante y para toda la familia.
Es un musical con piano y batería en directo sobre Rafael Moreno Aranzadi, que fue el primer futbolista de la historia del fútbol español, nacido y criado en el Casco Viejo de Bilbao y sobrino de Unamuno.
Las 10 funciones de la sala BBK coinciden precisamente con el 100 aniversario de la muerte de Pichichi.
Teníamos claro que si no había Aste Nagusia, no podía volver la obra, así que hemos esperado dos años y hemos vuelto.
Buscando llenar el teatro...
Esperamos que ocurra lo mismo que las dos anteriores temporadas.
Tiene que ir bien porque vamos a taquilla y si la gente no viene, perdemos dinero.
Así que digo a todo el mundo que venga en masa porque es una producción nuestra, sin ningún tipo de subvención ni ayuda pública.
Dependemos mucho de que el público venga.
Además, somos la opción más barata de Aste Nagusia con entradas a quince euros.
Son precios populares, queremos llenar el teatro.
Últimamente, hace mucha comedia...
Es curioso, en cine y televisión casi siempre hago personajes cómicos y, sin embargo, en el teatro me tocan muchos autores con textos dramáticos.
He hecho mucho Chejov, Shakespeare...
Es como si tuviera dos carreras, una cómica en cine y televisión y otra dramática en el teatro.
¿Y cómo se siente más cómodo, como actor cómico o dramático?
Mientras el papel sea interesante, me da igual, me importa el personaje, no el género.
Dicen que es más difícil hacer reír que llorar, ¿está de acuerdo?
Estoy completamente de acuerdo, los premios se los dan a personajes dramáticos.
Si tú interpretas a uno que está sufriendo mucho, que tiene una enfermedad terminal, que se acaba de divorciar o se ha quedado huérfano, tienes más posibilidades de llevarte un premio que si haces un personaje cómico.
Y creo que hay más actores cómicos buenos que dramáticos
El drama se puede conseguir de una manera más efectista y la comedia solo se puede desde el talento.
En España, los últimos actores que se llevaron un Goya con una comedia fueron Karra (Elejalde) y Carmen Machi por Ocho apellidos vascos y en los Oscar no recuerdo la última vez.
Quizás Jack Nicholson por Mejor... imposible en los años 90.
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