Estos bombardeos del 6 y 9 de agosto de 1945 precipitaron la rendición de Japón y el final de la II Guerra Mundial.
Han pasado 75 años desde que los bombarderos estadounidenses Enola Gay y Bockscar arrojaran sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki las primeras, y hasta ahora únicas, bombas nucleares usadas contra civiles.
Estos bombardeos del 6 y 9 de agosto de 1945 precipitaron la rendición de Japón y el final de la II Guerra Mundial.
Los bombarderos
El Enola Gay fue el avión que el 6 de agosto de 1945 soltó sobre la ciudad de Hiroshima la primera bomba nuclear utilizada en combate real y bautizada como Little Boy.
La aeronave, pilotada por el coronel Paul Tibbets y con otros once
tripulantes, estuvo acompañada en la misión por otros cuatro aparatos,
dos de reconocimiento y dos que volaron junto a ella con instrumental de
medición y labores fotográficas, The Great Artiste y un aeroplano sin nombre posteriormente renombrado Necessary Evil.
El Enola Gay también participaría en la operación de
Nagasaki (pilotado por George W. Marquardt), como avión de
reconocimiento del objetivo primario del bombardeo, Kokura, que
actualmente forma parte de la ciudad de Kitakyushu (sudoeste).
El bombardero que el 9 de agosto de 1945 soltó la bomba atómica Fat Man sobre Nagasaki fue Bockscar.
En la aeronave viajaban trece tripulantes, comandados y pilotados por
Charles W. Sweeney, que ya había participado en el ataque a Hiroshima a
los mandos de la aeronave que se le asignaba habitualmente, The Great Artiste.
Cuando el Bockscar llegó a Kokura, la ciudad estaba cubierta
de nubes y humo por los incendios tras el bombardeo el día previo en la
cercana Yahata, hoy también parte de Kitakyushu. El avión puso entonces
rumbo a su objetivo secundario, Nagasaki, acompañado por The Great Artiste y The Big Stink.
Tanto el Enola Gay como el Bockscar eran bombarderos modelo Boeing B-29 Superfortress y parte de los Silverplate, nombre en clave de unas aeronaves con la bodega modificada para lanzar bombas atómicas.
Ambos aviones salieron de la base aérea North Field en Tinián (Islas
Marianas del Norte), bajo soberanía estadounidense tras su conquista en
la Segunda Guerra Mundial y desde donde partieron la mayoría de los
aviones que bombardearon Japón durante el conflicto.
Las bombas
La bomba nuclear Little Boy, responsable de la devastación en Hiroshima, fue construida con uranio-235, el único isótopo natural fisible del uranio.
El artefacto explotó a las 08:15 a unos 600 metros de altura. La
detonación provocó una explosión equivalente a 16 kilotones de TNT y se
calcula que destruyó cerca del 70 % de la ciudad.
La bomba Fat Man arrojada sobre Nagasaki se fabricó principalmente con plutonio-239,
un elemento sintético. Su sistema de detonación era más complejo, así
que se probó con anterioridad en la denominada Prueba Trinity del 16 de
julio de 1945 en un área desértica de Nuevo México (EE. UU.).
El 9 de agosto, Fat Man fue arrojada sobre Nagasaki. Explotó
a las 11:02 a unos 470 metros de altura, con una detonación equivalente
a 21 kilotones de TNT. Más del 40 % de la ciudad fue destruida.
Las víctimas
La bomba de Hiroshima acabó de forma inmediata con la vida de unas 80 000 personas, cerca del 30 % de la población de entonces. A finales de 1945 el balance se elevaba a unas 140 000 y en los años posteriores las víctimas por los efectos de la radiación sumaron más del doble.
En el momento del bombardeo, Hiroshima era una base menor de
abastecimiento y logística para el ejército imperial japonés, aunque en
los alrededores había algunos campamentos y dos importantes enclaves de
la división que comandaba la defensa del sur del país.
Nagasaki ha sido durante siglos uno de los puertos más importantes
del sur de Japón y tuvo gran importancia durante la Segunda Guerra
Mundial por su actividad comercial, que incluyó producción naviera, de
artillería y otro equipamiento militar.
Se calcula que ambos bombardeos son responsables de la muerte de cerca de 400 000 personas hasta la actualidad.
Guterres pide la "eliminación" de las armas nucleares y lamenta que el mundo sigue "sin lograr ese objetivo"
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha pedido a los Estados, especialmente a los poseedores de armas nucleares, la "eliminación total" de las mismas, al tiempo que ha lamentado que el mundo sigue "sin lograr ese objetivo".
Así se ha expresado con motivo de la conmemoración del 75º
aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre la ciudad japonesa
de Hiroshima.
"Desde sus primeros días y resoluciones, la ONU ha reconocido la
necesidad de eliminar por completo las armas nucleares", ha insistido,
remarcando que el nacimiento del organismo, ese mismo año, está ligado a
la historia de Hiroshima y Nagasaki.
A juicio de Guterres, "el riesgo de que las armas nucleares se usen,
ya sea intencionalmente, por accidente o por falta de cálculo es
demasiado alto como para que continúe esa tendencia".
En este sentido,
ha afirmado que ahora es el momento de dialogar sobre el asunto y ha
instado a salvaguardar y fortalecer los instrumentos y políticas de no
proliferación y desarme.
"Los Estados tendrán la oportunidad de retornar a esta visión
compartida el próximo año durante la conferencia para revisar el Tratado
de No Proliferación de Armas Nucleares", ha especificado, subrayando
que este instrumento es un "pilar" del régimen de desarme que espera que
entre en vigor.
Asimismo, ha agregado que la red de control de armas y los
instrumentos creados durante la Guerra Fría y los años que le siguieron
para propiciar la confianza y la transparencia se están "deshilachando".
De forma paralela, ha advertido de que la "división, desconfianza y
falta de diálogo" amenazan con una vuelta a la carrera balística
incontrolada.
Hiroshima y Nagasaki, 75 años de los primeros bombardeos nucleares.
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