jueves, 20 de agosto de 2020

La actualidad del ferrocarril en España




 Durante las últimas décadas España ha construido una enorme red de trenes de alta velocidad. 


Hablamos ni más ni menos que de la segunda mayor red de todo el planeta y la primera sí la medimos en relación con el tamaño de la población española.


 Y es que el consenso político entorno a esta infraestructura es prácticamente total.


 El AVE, que es como se conoce a la red española, es casi un motivo de orgullo nacional.


 Sin embargo, los datos económicos nos dicen algo muy diferente.


 Tras una inversión de casi 60.000 millones de euros, la red española es una de las más infrautilizadas del mundo. ¿Qué supone todo esto? ¿Por qué España se lanzó a una frenética carrera por dominar la alta velocidad? ¿Qué papel está jugando? 


 En este vídeo, que hemos preparado junto a nuestros amigos del IJM y especialmente junto al economista Santiago Calvo respondemos a todas estas preguntas y te acercamos a la realidad de esta infraestructura más allá de los grandilocuentes palabras de los políticos españoles. 


 Les invito a ver un video sobre la historia de los trenes de alta velocidad, su desarrollo hasta ahora y el problema económico que representa y representará para España, para nosotros y la próxima generación, a causa de la inoperancia político-económica de este país.
 

El PROBLEMA de ESPAÑA con los TRENES - VisualPolitik


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En España existe un gran follón en el tema infraestructuras, hoy pero, hablaremos del ferrocarril.


 Estos, ya de entrada, han tenido un gran hándicap a causa del ancho de vía diferente del europeo cosa que le ha perjudicado en todos los sentidos, impidiendo el transporte de mercancías así como dificultar el tránsito de pasajeros. 


Todos recordamos que, al llegar a la frontera, se tenía que hacer el transbordo de los viajeros y equipajes a otro tren de vía europea, cosa imposible con las mercancías.


Lo que hoy sería el corredor mediterráneo no existe y, todas las exportaciones circulan por carretera con el coste que esto representa. 


Se había considerado añadir un tercer raíl y que pudieran circular todo tipo de trenes con la red ya existente pero esta posibilidad se desestimó pero, he aquí, que un buen día a las luminarias del estado se los ocurrió invertir en trenes de alta velocidad, modernizar la red y todo el sistema ferroviario.


Este medio de transporte ha sido la muñequita de los ojos de los diferentes gobiernos del Estado.


 Se inició con la línea Madrid-Sevilla, inaugurada hace 28 años, en la época del binomio González/Guerra en el gobierno.


 Posteriormente, el AVE siguió progresando de manera imparable, tanto en tiempo de bonanza como de crisis, mandara quién mandara en Madrid.


 A estas alturas, hay extendidos 3.100 km de vías de alta velocidad y hay  previstas para el futuro 5.700 más.


Solo con la red actual, España es el país europeo con más kilómetros. 


 A escala mundial solo superada por China, un país de 9,5 millones de kilómetros cuadrados (19 veces la superficie española) y 1.300 millones de habitantes (27 veces la población española).


Esta semana la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), agencia creada por parte del gobierno español el 2013, a instancia de la UE, acaba de publicar un informe sobre infraestructuras de transporte que resulta demoledor por lo que respecta al AVE. 


El Airef concluye que se repiensen las inversiones para el AVE que hay previstas en el futuro y que se empiece a pensar algo más en cercanías y media distancia.


Que la inversión en AVE estaba injustificada tanto desde el punto de vista de la viabilidad económica como de su aportación al beneficio social, era un hecho que hace muchos años iban denunciando economistas de primera línea. 


Pero como que la decisión de crear la red respondía a la voluntad política de soldar España con su ombligo, Madrid, y como todos los partidos que han mandado se han sentido cómodos con el proyecto, las voces discordantes tenían pocas posibilidades de ser escuchadas.


No me entretendré a dar detalles de los argumentos que daban los expertos, porque el informe del Airef los ha validado. 


Lástima que lo ha hecho muchos años después de que se hayan dilapidado decenas de miles de millones de euros en muchas líneas injustificables, al servicio de la política, porque unos pocos viajeros (un 10%) fueran y vinieran de Madrid muy rápido, mientras la mayoría de usuarios ferroviarios (90%), los de cercanías y media distancia se fastidiaban y cabreaban (por decirlo simple y llanamente).


El Airef reconoce algunos puntos muy relevantes. En síntesis:


1/ Los proyectos se diseñan hinchando las estimaciones de viajeros, con el resultado que los usuarios reales vienen a ser un 40% inferior a los previstos. Recordamos que Renfe suspendió el trayecto de AVE que comunicaba Toledo, Cuenca y Albacete a causa de la «demanda insuficiente» del servicio en estas ciudades. 


El jefe del área de viajeros, Enrique Urkijo, informó que el balance de seis meses de servicio entre las tres ciudades era «un desastre» al contar con solo 9 viajeros al día en ambos sentidos, de los 2.190 potenciales calculados (?)


2/ Los proyectos se diseñan subestimando las inversiones, con el resultado que el coste de inversión ha sido un 75% superior al previsto.


3/ La experiencia demuestra que no ha servido para mejorar la cohesión social.


4/ El beneficio social es claramente inferior a los costes fijos.


5/ De los 61.000 millones invertidos, prácticamente una cuarta parte han sido obsequio europeo (la mayoría de países sin el equivalente al AVE).


El Airef concluye que se repiensen las inversiones para el AVE que hay previstas en el futuro, de 73.000 millones de euros para completar la red hasta los 8.700 km, y se piense más en cercanías y media distancia.


Veremos si el enorme déficit público, por la crisis económica por la Covid-19, el endeudamiento, que subirá hasta niveles del 125-130% del PIB, y las restricciones que impondrá la UE para repartir el dinero del Acuerdo, podrán poner las cosas en su lugar. 


Porque lo que es cordura por parte de los políticos para gestionar como es debido el dinero público en España, se espera muy poco, como lo demuestra la historia desgraciadamente.

 




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