Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número. 
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.

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Hay una parte del Caribe en la que viven los seres humanos despojados, los marginados. En Tasajera, Colombia, decenas de empobrecidos intentaban conseguir litros de gasolina de un camión que se había accidentado al borde de la carretera. Fervorosamente sus manos llenaban pequeños bidones, promesa de unos platos de comida para sus familias.

 El camión se incendió súbitamente: decenas de antorchas humanas en suplicio corrieron gritando hasta desgarrar el aire. Varias personas quedaron calcinadas en el acto.

 Otras decenas de heridos, con la piel cayéndose a tiras y la carne viva, llegaron en camionetas entre alaridos y espanto a los paupérrimos hospitales de la región, que no cuentan con unidad de quemados y que están ya saturados por Covid19.

 Los huérfanos quedaron contemplando los cadáveres calcinados de sus padres, otro golpe brutal de este sistema a sus vidas ya terribles. 

Las casuchas sobre el basural que es hoy la Ciénaga convertida en muerte de peces y humanos por causa del desastre ambiental de la carretera, se estremecen de llantos que nadie querrá escuchar.

Los comentarios de los medios de la burguesía ante la tragedia, rebosantes de cinismo, apuntalaron su habitual clasismo y manipulación: «¡eso les pasa por ladrones!»(por querer llenar unos bidones)... 

La burguesía, por supuesto, no señalará nunca a los verdaderos responsables de estas tragedias, no señalará nunca a los verdaderos ladrones que son las multinacionales que saquean a lo grande y empobrecen países inmensamente ricos como Colombia.

 Los alienados por los medios y su fascismo boyante repiten a coro: «¡Eso les pasa por ladrones!».

La parte más empobrecida de la clase explotada tiene que arriesgar su vida para comer...

 Los llaman «saqueadores» y «ladrones», pero los verdaderos ladrones y saqueadores son los grandes capitalistas, los que capitalizan precisamente a costa de la explotación de las y los trabajadores, a costa del saqueo de la naturaleza, a costa del desplazamiento y despojo de poblaciones, a costa del empobrecimiento de países riquísimos como Colombia, a costa de excluir a millones de seres humanos de una vida digna. 

 

La población de Tasajera es víctima del capitalismo y su barbarie, excluida y marginada, obligada a vivir en medio de un basural (que bordea las rutas del Caribe confiscado por grandes capitalistas), teniendo que arriesgar su vida para conseguir con qué comprarle algo de alimentación a sus familias. 

Los verdaderos saqueadores son las multinacionales y la burguesía transnacional y nacional que saquea a Colombia, que ha transformado un paraíso de abundancia en un infierno de empobrecimiento por saqueo, en un infierno del “sálvese quien pueda”, en un infierno de la revictimización infinitamente cruel contra los despojados, explotados y marginados.

Descarnada la situación y los comentarios de los medios de la burguesía acusando a las víctimas, a esos seres humanos corriendo espantados de dolor, descarnado llamar "saqueadores" a quienes tienen que arriesgar su vida para luego intentar vender un galón de gasolina, descarnada la vida de los empobrecidos y descarnado que los envíen a arrodillarse en vez de alzar la necesaria lucha por abolir el capitalismo y su barbarie.

 Fotos de algunos de los quemados y de la población de Tasajera (omití las fotos más terribles de calcinados para evitar la censura de FB)

 https://www.facebook.com/100000793054200/posts/3058708530832219/?app=fbl