Orlando
Oramas León - Prensa Latina.- La Habana recibió y recibe solicitudes
desde diversas partes del orbe para que sus expertos sanitarios ayuden a
combatir la pandemia, aunque desde antes sus especialistas estaban
presente en 59 países.
Mientras Estados Unidos intenta
descalificar la cooperación médica internacional de Cuba, crece la lista
de brigadas enviadas por la isla para combatir la Covid-19 en diversas
latitudes del planeta.
Son los integrantes del Contingente Henry
Reeve, creado en 2005 por Fidel Castro para afrontar situaciones de
graves epidemias y desastres naturales.
Resulta una herencia de la
tradicional práctica solidaria de la Revolución Cubana que no dudó en
acudir en ayuda de otros pueblos que sufrieron terremotos, inundaciones y
otras calamidades, como epidemias de dengue y del Èbloa, como hizo en
tres países de Africa occidental.
Con tal historial, La Habana
recibió y recibe solicitudes desde diversas partes del orbe para que sus
expertos sanitarios ayuden a combatir la pandemia, aunque desde antes
sus especialistas estaban presente en 59 países.
Por ello en los
últimos tres meses la mayor de las Antillas envió 38 brigadas sanitarias
a 31 países y territorios, un despliegue que marca nuevo hito en esa
práctica cubana.
Para encarar el contagio del nuevo coronavirus se
movilizaron en ese tiempo desde Cuba tres mil 440 colaboradores de la
salud, de los cuales el 65 por ciento son mujeres.
En esos contingentes laboran mil 944 licenciados en enfermería.
Los
cubanos de batas blancas están en Venezuela, San Vicente y las
Granadinas, Dominica, Surinam, entre otros países de la región.
Lo hacen además en Angola, Togo, Guinea Bissau, Sudáfrica, Cabo Verde y la República de Guinea.
Crece
la presencia de expertos de la salud cubanos en naciones del Golfo
Pérsico, como Omán, Kuwait, Emiratos Àrabes Unidos, Qatar, entre otras.
Los
de la isla caribeña fueron prestos a salvar vidas en Italia y Andorra,
pero también en islas Turcos y Caicos (territorios de ultramar del Reino
Unido), y Martinica, bajo soberanía francesa.
Resultan países
cuyos gobiernos son considerados históricamente aliados de Estados
Unidos, pero que no compran la cruzada de Washington contra el desempeño
internacional de Cuba en materia de salud.
Mientras Donald Trump
acusa a La Habana de someter a sus galenos a trata de personas e incluso
a formas de esclavitud, la realidad es que en el mundo aumenta el
interès por contar con el concurso de Cuba para combatir la pandemia e
incluso para una etapa post Covid-19.
Y ello ocurre cuando
Washington amenaza con tomar represalias contra quienes pidan y utilicen
la cooperación médica de la pequeña y bloqueada vecina, a despecho de
los estragos que hace la pandemia en el mundo.
Cuba ha sido enfática en que sus expertos de salud no salen a buscar trabajo.
Ellos
viajan voluntariamente en cumplimiento de un convenio por el cual en su
patria preservan su puesto de trabajo, salario mensual íntegro, la
seguridad social, y además reciben un estipendio.
La cooperación cubana tiene varias modalidades. En algunas Cuba paga el estipendio y el país receptor la logística local.
Otras
forman son por la vía de Servicios Médicos y asistencia técnica, una
exportación de servicios con alto contenido humanitario y en defensa de
la salud y la vida.
Los ingresos por estos servicios contribuyen a
sostener el sistema de salud cubano, universal y gratuito para toda la
población. También para la compra de tecnología e insumos necesarios a
ese sector.
Paradojas de estos tiempos. Estados Unidos quiere
cortar la cooperaciòn médica cubana, pero en la isla estudian medicina y
se han graduado como galenos jóvenes de la norteña nación.
Ello
ocurre en la Escuela Latinoamericana de Medicina, que desde 1999 formó a
cerca de 30 mil doctores de alrededor de un centenar de países.
Orlando Oramas Leon - Prensa Latina.-
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