Ha muerto el compañero Julio Anguita, comunista, líder de
Izquierda Unida, un referente de las izquierdas y la lucha por los
derechos laborales, sociales y políticos. Pero por sobre todas las cosas
un ser humano honrado e incorruptible. Hasta siempre, compañero!
Julio
Anguita, excoordinador general de IU, ha fallecido en Córdoba tras
permanecer una semana ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI) del hospital Reina Sofía de Córdoba, según han informado fuentes
sanitarias. Anguita tenía 78 años.
Julio
Anguita González, uno de los políticos de trayectoria más significativa
en la España de las últimas décadas, ha muerto en Córdoba a causa de
un infarto de miocardio a los 78 años de edad. El histórico dirigente de
Izquierda Unida tenía ya un historial de problemas cardiacos. Fue esta
circunstancia lo que le separó de la política activa.
Anguita
fue uno de los referentes de la izquierda española en la ‘segunda
etapa’ de la Transición, o más bien cuando esta se dio por consolidada.
Nacido en Fuengirola (Málaga), el 21 de noviembre de 1941 en el seno de
una familia militar, cursó estudios de magisterio y se afilió al Partido
Comunista de España en 1972, cuando aún era ilegal.
Comenzó
su carrera política pública como alcalde de Córdoba, en 1979, ganando
ceirta fama por ser el único alcalde comunista de una capital de
provincia. En un primer momento lo fue como cabeza de un gobierno de
concentración, pero pese a los problemas y enfrentamientos en su
seno, en 1983 revalidó el cargo, esta vez por mayoría absoluta. Aquella
época le valió el apodo de «el Califa Rojo».
El
fracaso del Partido Comunista de España en las elecciones generales de
1982, ganadas por mayoría absoluta por el PSOE, motivaron un proceso de
reestructuración interna, en el que Anguita destacó como uno de los
nuevos rostros.
En 1986 el PCE integró la marca electoral Izquierda
Unida, que consiguió relativamente buenos resultados en las autonómicas
andaluzas. Anguita pasó a ser secretario general del PCE en 1988 y fue
elegido diputado en el Congreso en 1989, revalidando el escaño en 1993 y
1996.
Como secretario general del
PCE y líder en la práctica de Izquierda Unida, Anguita propugnó una
política independiente de izquierdas, y no de acuerdo primordial con el
PSOE liderado por Felipe González. De hecho, fue muy crítico con la
etapa final de Felipe González como presidente del Gobierno, marcada por
frecuentes escándalos de corrupción.
Su
respuesta: «Programa, programa, programa», a cualquier intento de
acuerdo acabó haciéndose famosa. Llegó, de hecho, a contar con una
cierta benevolencia del Partido Popular, puesto que su postura ayudaba a
desgastar al PSOE por la izquierda. Siempre proclamó la necesidad de
que IU y el PCE recuperasen su hegemonía en la izquierda, pero sin
conseguirlo.
Abandonó la secretaría
general del PCE en 1998 y en el año 2000 dejó la política activa por
motivos de salud. Desde que alcanzó la edad de jubilación, renunció a la
pensión de diputado y recibió la correspondiente a su condición de
profesor.
En su ideario, siempre defendió el republicanismo y el
federalismo, y recordó siempre que el PCE aceptó la monarquía como
compromiso para llevar a cabo la Transición.
Su
hijo, Julio Anguita Parrado, murió el 21 de marzo de 2003 en Irak como
consecuencia de la II Guerra del Golfo: un misil iraquí impactó en el
convoy con el que se desplazaba.
Anguita había abandonado ya la política
pero había estado entre las voces críticas contra la intervención
contra Sadam Hussein, apoyada entre otros por el entonces presidente del
Gobierno de España, José María Aznar.
«Malditas sean las guerras y los
canallas que las hacen» fue la frase que pronunció al serle comunicado
la muerte de su hijo.
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