Un hombre con un altavoz sobre una
motocicleta mientras pasa junto a un vehículo desinfectante en la
provincia de Guangdong (China)
La comparación con el virus del SARS del año 2003 no tiene mucho sentido: China es ahora un gigante con un peso económico más elevado
El país asiático produce más del 10% de los bienes intermedios que consumen los países. Un parón muy prolongado de su actividad tiene la capacidad de afectar a las cadenas globales de producción
“Es muy pronto para valorar el impacto económico”.
Es la respuesta que se repite desde Bruselas hasta el Gobierno español,
pasando por las empresas cuando se pregunta por el coronavirus. "Me
parece totalmente prematuro hacer estimaciones del posible impacto que,
en todo caso, sería bastante indirecto en nuestro país”, ha asegurado
este jueves la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación
Digital, Nadia Calviño.
En España ya sabemos que el virus se ha cargado el Mobile World Congress de Barcelona.
Adiós a 500 millones de euros de ingresos por esta feria. La cifra, sin
embargo, es una especie de gota en el mar si se piensa en la capacidad
de impacto económico que podría tener la epidemia si se prolonga en el
tiempo.
Las
consecuencias tanto humanas como en la actividad y vida de la gente se
concentran en su epicentro: China. Ha caído el consumo, los
desplazamientos, las aerolíneas domésticas están hundidas, el turismo ha
dejado de llegar, las cadenas de comida rápida han cerrado parte de sus
tiendas, muchas industrias se han visto obligadas a cerrar...
Pero el impacto ya ha traspasado fronteras porque hablamos de la paralización de parte de la economía de uno de los mayores exportadores de manufacturas del mundo.
“En comparación con el brote de SARS no ha comparación porque el tamaño
que tiene ahora China en la economía global es totalmente diferente”,
explican los analistas de Allianz. “Una caída del PIB de este país ahora
tiene la capacidad de dañar mucho más a la economía global que hace 20
años”.
La clave de los bienes intermedios
La capacidad de disrupción que puede generar el coronavirus
reside también en el peso de los llamados bienes intermedios chinos. Se
trata de productos necesarios para poder terminar un artículo: desde un
teléfono hasta una lavadora, pasando por un ordenador o un coche. China
es el proveedor de más del 10% de estos bienes intermedios a nivel
mundial, según Oxford Economics.
“Encontrar proveedores
que puedan sustituir su producción será especialmente complejo. La
produción industrial a nivel global crecerá este año por debajo del 1%,
el nivel más bajo desde la crisis”, pronostica el análisis de esta
consultora.
De hecho la primera industria en notar el parón de la actividad en China ha sido el sector del automóvil. Hyundai obligada a cerrar la mayor planta de coches de Corea del Sur. Nissan,
lo mismo en Japón.
Esta empresa ha dicho por segunda vez en tres meses
que va a ganar menos de lo esperado. Volkswagen ha tenido que retrasar
la vuelta a la normalidad en sus plantas chinas.
Otro sector donde el virus se está notando es el del transporte marítimo. La líder mundial del sector, la danesa Maersk,
que actualiza a diario la información sobre la afectación del
coronavirus, mantiene cerrado sin fecha de apertura el almacén de Wuhan.
En los últimos días ha solicitado a las autoridades chinas el permiso
para reabrir otros tres centros de operaciones.
La compañía está
aumentando las cancelaciones de rutas por una reducción de la demanda a
causa de la extensión de las vacaciones del Año Nuevo Chino adoptada en
muchas fábricas para luchar contra la expansión del coronavirus. Solo el miércoles llegó a suspender hasta once rutas.
La moda española, la más afectada potencialmente
En el caso de las relaciones entre España y China, nuestro país compra mucho más de lo que vende.
En el periodo enero-noviembre de 2019 las importaciones crecieron un
8,6% interanual, alcanzando los 26.968 millones de euros, según los
datos del ICEX. Estos son los principales productos que traemos de China:
- La moda representa el 20% de las importaciones.
- Equipos y componentes electrónicos 15%.
- Muebles y hogar, 11%.
- Industria química, 8%.
- Maquinaria y material eléctrico 5%.
La
mayoría de estas mercancías llegan a nuestro país en barco. "Es pronto
para calcular el impacto que tendrá el coronavirus sobre el tráfico
marítimo de mercancías entre China y España", explican fuentes del Puerto de Barcelona.
Señalan que la actividad comercial se paraliza todos los años con
motivo de la celebración del Año Nuevo Chino, y que al coincidir esas
fiestas con el brote de la enfermedad no se evidencia todavía cuáles
serán las consecuencias reales de la crisis sanitaria.
Valencia lidera
la llegada de mercancías procedentes de China. De los 11,5 millones de toneladas de tráfico portuario, el 40% se descargan en Valencia.
Además, el trayecto entre China y los puertos españoles del Mediterráneo dura aproximadamente 25 días,
así que los primeros barcos con mercancía tras la habitual suspensión
de las vacaciones del año nuevo deberían comenzar a llegar a finales de
la semana que viene.
“Habrá que ver como de ágiles son para recuperar el
trabajo que se ha suspendido por la prolongación de los paros a causa
del coronavirus”, apuntan desde puerto de Barcelona.
Es todavía pronto
para saber si habrá o no disrupción en el transporte marítimo con
España.
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