La organización International Rights
Advocates, especializada en la protección de los derechos humanos, ha
presentado una demanda colectiva contra los gigantes tecnológicos de
EEUU en nombre de las familias de niños que perecieron o resultaron
heridos en las minas de cobalto de la República Democrática del Congo.
Los activistas consideran que estas
empresas apoyaron a cadenas de suministro de cobalto que obligaban a los
niños a trabajar en condiciones peligrosas, a pesar de que tienen
políticas específicas que prohíben el trabajo infantil en la industria.
«Su fallo en la implementación de estas
políticas destinadas a detener el trabajo infantil en las minas de
cobalto representa un acto intencional realizado con el objetivo de
evitar poner fin a sus extraordinarios beneficios», escribió
la International Rights Advocates en una demanda presentada en un
juzgado en Washington.
Desde Apple y Dell comunicaron haber
observado la política de suministros responsables de materias primas.
Ambas compañías eliminaron a los refinadores de cobalto de sus cadenas
de suministro, que eran incapaces o no querían seguir las normas.
Actualmente, Dell está investigando las alegaciones presentadas en la
demanda, mientras que los representantes de Google, Microsoft y Tesla no comentaron a Financial Times estas acusaciones.
Los activistas de International Rights
Advocates presentaron su demanda contra las tecnológicas de EEUU, porque
contaban con pruebas que apuntaban a su vínculo con la muerte y las
heridas sufridas por los niños en la República Democrática del Congo.
Este pleito es el primero en desafiar a las compañías tecnológicas por
haber realizado prácticas ilegales en las minas de cobalto. Además,
redobla la presión sobre la industria, urgiendo a tomar medidas más
estrictas para prevenir el uso de mano de obra infantil.
La República Democrática del Congo
extrae el 60% del cobalto que utilizan las compañías tecnológicas para
producir smartphones y autos eléctricos. Casi la tercera parte de estos
suministros proviene de minas artesanales no reguladas que los
trabajadores excavan a mano.
Se espera que la demanda de este metal
incremente rápidamente a medida que aumente su uso en autos eléctricos.
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