domingo, 25 de agosto de 2019

Mohamed VI recurre a Dios para mentir a su pueblo.

Foto ilustrativa/ECS

 

Mohamed VI recurre a Dios para mentir a su pueblo.


Invocando a Dios, hace creer a su pueblo que sólo el 1% de los marroquíes vive en la precariedad. 
 
 
No hace falta acudir a ningún ulema para acreditar la herejía del miramamolín, basta con ver los datos de la oficina de estadísticas de la UE donde se refleja el número de marroquíes que han arriesgado su vida para alcanzar suelo Europeo.
 
 
 Evidentemente, si no hubiera mucho más, pero mucho más, que ese 1% de marroquíes en la precariedad, no habría tantos inmigrantes marroquíes en la UE ni tampoco tantos MENAS sueltos en las ciudades españolas.
 

Aún con todo eso, los ulemas marroquíes y los políticos españoles y franceses, dirán que eso es cierto. Sin embargo, el mar y las estadísticas de la UE lo desmienten categóricamente.
 

“Dios sabe hasta qué punto me aflige ver que ciudadanos marroquíes, aunque solo sea el 1% de la población, siguen viviendo en la precariedad”.

El monarca en su discurso llamó al sector privado, durante el discurso televisado con motivo del 66º aniversario de ‘la Revolución del Rey y del Pueblo’, a movilizar inversiones en el sector agrícola para reducir las disparidades en el ámbito del campo.
 
 
 El monarca insistió en la necesidad de crear actividades generadoras de empleo y acelerar el ritmo de acceso a los servicios sociales básicos en el mundo rural.


En el discurso a la nación que dirigió el martes 20 de agosto, el rey de Marruecos volvió a las principales orientaciones del "nuevo modelo de desarrollo" que anunció el 31 de julio, con motivo de los veinte años de su reinado. Este nuevo modelo, según Mohamed VI, tiene como objetivo reducir las desigualdades sociales e impulsar a Marruecos en el camino del desarrollo, basándose en suspuetos logros y avances registrados en las últimas décadas. Marruecos es un país con grandes desigualdades sociales que, pese al crecimiento económico sostenido de estos últimos 20 años, apenas se han atenuado.


En su discurso, transmitido por canales públicos, el soberano marroquí ha expresado el deseo de que este modelo sea la base de la nueva etapa que describió en el último Discurso del trono, pronunciado el 31 de julio pasado, etapa en la que Mahoma VI asignado como lemas: "Responsabilidad y Crecimiento".
 

Marruecos es uno de los países más desiguales del mundo

 
En el discurso del 31 de julio, el rey de Marruecos, haciendo un balance de sus 20 años de gobierno, reconoció la persistencia de las desigualdades, a pesar de los proyectos prometidos por el monarca cada vez que ofrece un discurso. 


"La renovación del modelo de desarrollo, así como los proyectos y programas lanzados bajo nuestro ímpetu, tienen como objetivo avanzar a Marruecos en el camino del progreso, mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, reducir las desigualdades sociales y espaciales", reiteró el soberano, en su discurso del martes 20 de agosto.


Según Mohamed VI, es particularmente en las zonas rurales y en las periferias urbanas donde se concentran los segmentos más desfavorecidos de la población, de ahí la necesidad de dar a su situación un apoyo más firme, una mayor atención, trabajan incansablemente para satisfacer sus apremiantes necesidades.


La desigualdad y la pobreza en Marruecos no cesa. Es lo que ha denunciado Oxfam Intermón en un informe publicado que evidencia que la recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los ricos que a los pobres. 
 
 
Según la organización, la "desigualdad en el reino continúa en niveles desorbitados y está fuera de control", fruto de un modelo económico que incentiva la concentración de riqueza en manos del Palacio Real (Majzén).
 

El documento recuerda que durante los últimos veinte años, el crecimiento en Marruecos ha sido dinámico (4.4% por año en promedio entre 2000 y 2017), lo que permite una reducción considerable en la tasa de pobreza, de 15.3% en 2001. al 8,9% en 2007 y al 4,8% en 2014. Sin embargo, estos datos, recuerda la ONG, se basan en un enfoque puramente monetario de la pobreza. 
 
 
Excluyen otros factores como el acceso a la salud o la educación. Sobre todo, esta tasa ignora a las familias que están justo por encima de la línea de pobreza y es probable que caigan al menor golpe, lo que la ONG llama "tasa de vulnerabilidad"
 
 
Sin embargo, esto afectaría a uno de cada ocho marroquíes en todo el país y a casi uno de cada cinco en las zonas rurales.


 
 
 
 
 
 

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