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Yvan Sagnet, de Camerún, lucha contra la explotación en los campos de
Italia. Él mismo trabajó como jornalero en condiciones de esclavitud.
Hoy lucha por los derechos de los migrantes y lleva ante tribunales a
los intermediarios criminales.
Yvan Sagnet se refiere a ellos como esclavos: cientos de miles de
jornaleros, provenientes de África y Europa del Este, trabajan en los
campos de Italia. Sin ellos no se cosecharían ni tomates, ni naranjas,
ni aceitunas pero son explotados y a menudo viven en condiciones
inhumanas, en casas en ruinas y en situación de aislamiento.
En 2011 Sagnet también fue jornalero cerca de la pequeña ciudad de
Nardo, en el sur de Italia. Durante cuatro días llenó cajas de 350 kilos
de tomates, sufriendo fuertes dolores. Ganaba 14 euros por día de los
que tenía que pagar 10 al caporale, a cuenta del transporte y el agua.
Los caporales son intermediarios criminales que controlan y explotan a
los trabajadores. Al final de una jornada de 14 horas bajo el sol
abrasador y recibiendo golpes, Yvan solo podía quedarse con 4 euros. Por
eso decidió organizar una huelga, la primera protagonizada por
jornaleros del campo, y tuvo éxito.
Desde entonces continua su lucha por
los derechos laborales de los jornaleros y contra el sistema del
caporalato. Su activismo le ha supuesto amenazas de muerte.
Sin embargo,
fundó NoCap, una organización con la que quiere certificar productos
fabricados en condiciones éticamente correctas y también ha denunciado
la explotación y la esclavitud ante los tribunales.
Pero su lucha apenas
acaba de empezar.
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