Una intervención militar para resolver la crisis venezolana es la
solución que puso en el escenario Luis Almagro Secretario General de la
OEA.
Estados Unidos, la OEA, Europa y el Grupo de Lima han ido estrechando el circulo alrededor de Venezuela.
Una intervención militar en Venezuela es la guerra, y la guerra es la prolongación de la lucha política a través de las armas.
Nicolás Maduro y su gobierno son solo una excusa.
Crisis, migraciones, atropellos y violación de los derechos humanos
las han habido en casi todos los países del continente a la lo largo de
nuestra historia.
Las intervenciones militares se han dado solo cuando están amenazados los intereses de los Estados Unidos en la región.
La crisis venezolana se ha vuelto compleja y ahora intervienen los
intereses geoestratégicos, geoeconómicos y militares de Rusia y China.
Venezuela es una pequeña nación, muy rica y mal administrada,
apetecida por los chacales de la comarca y los grandes tiburones del
mundo.
¿Cómo ir a una guerra en defensa de nuestra nación con hambre, sin
transporte, sin producción, con una población desmoralizada y diezmada?
Saltarán los arrechos del internet a acusarnos de cobardes desde sus teléfonos inteligentes y desde sus latops Made in Usa.
Una cosa es invocar al diablo y otra vaina es verlo llegar.
Hay poderosos intereses que nos quieren embarcar en una guerra y los
venezolanos no somos gallos de pelea que nos dejamos azuzar en la
gallera.
Nuestro principal deber y principio es defender la integridad territorial de nuestro país.
Sin arrebatos y sin desenfrenos debemos estar serenos y reflexivos
para tomar las decisiones correctas en el medio de esta situación tan
difícil que nos ha tocado vivir.
Las políticas equivocadas en lo interno y los errores de la “diplomacia sentimental petrolera” nos han llevado a este desastre.
Es responsabilidad de todos cuidar la nación y conducirla
acertadamente para que sobreviva a las amenazas de una intervención
militar extranjera.
LENIN AQUINO
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