Los recientes acontecimientos en Venezuela constituyen un intento de
golpe de Estado: un golpe de derecha, planeado y cocinado en Washington y
servido en Caracas.
Es una vieja receta. Trump, Pence, Bolton, Marco Rubio y otros en Washington encontraron a un Don Nadie que les gustó y a quien le dijeron que se declarara Presidente, luego lo reconocieron como el “presidente” legítimo y a la par reclutaron a un grupo de Presidentes títeres latinoamericanos para completar la payasada.
Esperan que los desertores de las Fuerzas Armadas asalten a Miraflores y maten al presidente Maduro, a su esposa y a sus asesores más cercanos.
Me recuerda el 11 de septiembre de 1973 en Santiago, Chile, cuando los golpistas arrastraron al presidente Allende fuera de La Moneda, en una bolsa para cadáveres.
Pero Venezuela no es Chile. Hay muchas personas en Venezuela que apoyan al gobierno de Nicolás Maduro y al PSUV. Se han estado preparando para este momento. Además, el ejército de Venezuela es diferente al de Chile. Los soldados no son los hijos e hijas de los ricos. Vienen de la clase más desfavorecida.
En cuanto al impacto de los hechos de hoy en el resto de América
Latina, los latinoamericanos tienen memoria.
Conocen las muchas intervenciones de los Estados Unidos a lo largo de los años: en Guatemala, Chile, Cuba, Santo Domingo, Haití, Panamá, Honduras. Saben del apoyo de Washington a los gobiernos militares de derecha: en El Salvador, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay.
Llegará el momento en que este tipo de intervención volverá a convertirse en el fantasma que atormenta y persigue a Washington.
Los latinoamericanos son personas dignas, orgullosas de sus países y contrarias a la injerencia extranjera. Estados Unidos y sus gobiernos títeres deben saber que Venezuela no les pertenece.
Es un país soberano que debe y tiene que ser respetado. Cada vez que Estados Unidos interviene y participa en intentos de cambio de régimen, las cosas se vuelven terriblemente para la gente a las que Washington dice “salvar”.
En cuanto a lo que hará el presidente Maduro, sé que no se rendirá.
Es el legítimo Presidente de Venezuela. Continuará ocupando ese puesto en nombre de su pueblo. Conozco personalmente al Presidente Maduro.
Es un hombre bueno y decente que ha sacrificado su vida por el bien de los pobres de su país.
Es valiente. Estoy seguro de que resistirá esta nueva tempestad estadounidense
Por:
José Pertierra
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