sábado, 26 de enero de 2019

El pozo del Mediterraneo



El pozo

 
Rafa León

Descanse en paz. Tras tantos y tan denodados y generosos esfuerzos, que han tenido en vilo a medio mundo, no pudo ser. 

Como tampoco podrá ser con tantos otros niños que, olvidados de todos y huyendo de la guerra y la miseria, perecerán hoy mismo y mañana y el año próximo y siempre en la inmensa fosa común, el ignominioso pozo del Mediterráneo, porque unos grandísimos hijos de puta, asesinos de cuello blanco y mullida poltrona, tras arrebatarles el pan y llenarles las carnes de metralla sin descanso, impiden a las organizaciones humanitarias acudir en su rescate.
 

 Descansen en paz. 

Y puedan perdonar nuestra indolencia.





Cuando termine este horror (porque terminará) se harán museos y en las vitrinas habrá zapatos, cartas, fotos pequeñas, mechones de pelo, montones de ropa rasgada.

Y habrá clases en los colegios (porque habrá) que se preguntarán cómo fue posible.

Y habrá supervivientes que dirán si esto es un hombre.

Y habrá quienes tornen sus ojos en vergüenza.

Y callarán.

Y dirán que han obedecido órdenes.

Y habrá quienes hayan tenido el coraje de desobedecer y volverán para mirar hacia arriba.

Y habrá nietos que preguntarán a sus abuelos de qué lado estaban.

Y habrá unos abuelos, unos pocos, que responderán con la verdad "yo estaba del lado de la humanidad".

Y habrá otros que bajarán los ojos y no responderán.

Traducido del italiano

(Ilda Curti)







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