Esta noche, el tal Felipe, ataca de nuevo con su discurso navideño grabado y que Falsimedia transmite en cadena como en las dictaduras.
Catalunya se ha convertido en vanguardia de la lucha por la
República.
Tras cuarenta años de monarquía borbónica, ligada al “atado y bien atado” que diseñó el franquismo, la izquierda no ha sido capaz de generar un gran movimiento de masas de repudio a una institución tan profundamente antidemocrática y feudalista como es una monarquía
Una cena de confraternización cada 14 de abril, una carpeta con los tres colores en una rueda de prensa, y un pin en la solapa son ejemplos del republicanismo que se ha practicado desde las instituciones por parte de organizaciones que se autoproclaman republicanas.
La llama de la necesidad de la Tercera se ha tenido que mantener en
las calles por parte de miles de personas, pero sin convertirse en un
movimiento de masas. Y en eso apareció consolidada en Catalunya la idea
de que no hay independencia sin república.
El discurso ligado a lo más casposo y retrógrado de la sociedad española que ejecutó Felipe VI, lo dejó -definitivamente- en la trinchera de los poderes fácticos y sus prebostes del ibex.
Esta noche, el tal Felipe, ataca de nuevo con su discurso navideño grabado y que Falsimedia transmite en cadena como en las dictaduras.
Hay dos opciones: apagar la tele o cacerolear en las ventanas y balcones para decirle que no.
Que los Jefes de Estado es necesario elegirlos, que es inaceptable que un espermatozoide y un óvulo decidan quién es el mandamás.
Insurgente
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