El
periodista Jamal Khashoggi entró en el consulado de Arabia Saudí en
Estambul el pasado 2 de octubre de 2018. Y no volvió a salir. "El
periodista y disidente saudí fue torturado y descuartizado con una
sierra". Esas son las "autoridades" de Arabia Saudí. Así se las gastan.
Es la hora de recordarle al ministro español de Exteriores, Josep Borrell lo que dijo el pasado mes de septiembre: que las 400 bombas vendidas a la dictadura árabe son "de precisión" y "no producen efectos colaterales".
Es la hora de recordarle a la ministra portavoz Isabel Celaá sus palabras, cuando aseguró que las bombas vendidas a Riad "son de alta precisión y no se van a equivocar matando a yemeníes". Asuntos como éste marcan el ser o el no ser de un Gobierno.
Exigimos que el Gobierno español informe con detalle y "alta precisión" de las desgracias que provoquen las 400 bombas 'inteligentes' fabricadas para matar seres humanos.
¡Si la dictadura saudí hace esto con un periodista disidente y en una embajada, qué no harán con los yemeníes!
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