viernes, 8 de junio de 2018

Sánchez ficha para su gobierno al creador de la campaña xenófoba de Albiol en Badalona


Sánchez ha decidido hacer un gobierno digno de Ciudadanos para recuperar muchos de los votantes que se le han ido al partido naranja. El PSOE sabe que muy pocos votantes de su partido se van a Podemos, partido con muchos nuevos votantes jóvenes, en cambio son muchos los que se van a Ciudadanos, principalmente por el miedo, infundado, de que algún día los socialistas acepten la democracia y permitan una negociación con Catalunya.


Pensando solamente en el siguiente ciclo electoral, y no en el bien de España ni en la resolución de conflictos que permitan mejorar la convivencia, la sociedad y las libertades, Sánchez ha llenado el gobierno de ministros conservadores y anti catalanes.


Nos encontramos des de Màxim Huerta, con desafortunados tweets racistas y anti catalanistas, a Borrell con sus ansias de desinfectar a los independentistas al lado de Sociedad Civil Catalana; un ministro que rinde homenaje a sanguinarios franquistas en Marruecos; a un ex juez (Grande-Marlaska) con un currículo que va desde el secuestro de una portada de la revista El Jueves hasta la permisividad con las torturas, o una ministra que compara el 155 con el toreo.


Por no hablar de la ministra de los ERE o la que “regaló” miles de millones a Florentino Pérez.


Pero para acabar de completar este gobierno conservador Sánchez ha fichado a Iván Redondo como director de Gabinete y su mano derecha.


 Este consultor político cercano al PP fue el responsable de la campaña racista de Limpiando Badalona de García Albiol, así como la mente detrás de un indignante video donde se relacionaba la inmigración y la delincuencia.


 Los estamentos europeos han señalado a García Albiol como unos de los políticos más xenófobos precisamente por esta campaña.


Después de mentir descaradamente e insultar al President Torra, parece que Sánchez sí que ha ido a buscar a racistas para completar su gabinete.


 España es irreformable y el PSOE lo ha demostrado situando en el Gobierno a candidatos que gustan más a los partidos de derecha y extrema derecha que a los partidos que le han votado.


 






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