Era el cumple de Felipito y la gran mayoría de
medios dejaron claro que llevan la cortesanía en
las venas. Se aplicaron para contar todos los detalles chorra de los actos de
adoración del líder y su prole.
No faltó ese regustillo mamporrero que dejaría el NODO a la altura de un trabajo de investigación digno de premio importante.
No faltó ese regustillo mamporrero que dejaría el NODO a la altura de un trabajo de investigación digno de premio importante.
El departamento de propaganda de la Casa Real
proporcionó a los medios unos vídeos hagiografícos que TVE anunció como imágenes
“nunca vistas” de la borbundia en su hábitat y que todos difundieron cumpliendo
con su misión de canuto complaciente.
Las empresacas también pusieron rodilla en tierra para
dejarse sus buenos duros arrendando páginas en los diarios en un gesto de pleitesía.
Finalmente, se apresuraron para extender una larga
alfombra de babas e informar al país de que la nena, princesa por la gracia del
ADN, recibía un cadenón muy guapo de manos de su padre, un tipo muy alto,
apuesto e instruido, que además había
salvado a España del golpe de octubre.
Los que empezamos a ser más viejos que el abuelo
del dueño del solar del Stonhenge ya nos sabemos esta película de memoria.
Por entonces, no sabía que más de 40 años después repetirían la misma función rancia para perpetuar el apalanque de la borbonía.
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