sábado, 16 de diciembre de 2017

Los rusos hacen desaparecer el libro de la reina Letizia



Digo yo que habrán sido los rusos, porque a falta de otros supervillanos, desde hace un tiempo todo es culpa de ellos, que deben estar flipando o descojonándose.


 Y menos mal que en la época de los GAL, Filesa, Flick, o en la más próxima de Gürtel, Púnica, ERE’s, Lezo, etc. a nadie se le ocurrió utilizarlos como chivo expiatorio, porque de habérsele ocurrido antes a algún lumbreras, más allá de lo que los rusos pudieran pensar de nuestra salud mental.


La española sería explicada como una democracia modélica con unos políticos honradísimos que sufre el constante y despiadado acoso del Oso del Este, y los cuatro que expresamos sin partidismos que lo que salió del engendro del 78 es una porquería por delante y por detrás, seríamos poco menos que unos conspiranoicos y unos amargados que no saben disfrutar de esta Arcadia feliz.


En fin, el caso es que la biografía sobre la Leti (Reina Letizia para los creyentes), mujer del titular de la parasitaria Casa Real, tras varios retrasos inexplicables, y tras ser anunciada en Amazon y hasta con su número de páginas e identificación ISBN, ha dejado de estar disponible.




Y según informa Es Diario, explican en la editorial, aunque les debe dar la risa al hacerlo, que el motivo es que el autor sigue trabajando en ello -“no hay prisa”, remachan-, pero tampoco garantizan que finalmente su obra vaya a ver la luz. Ni dentro de un año, ni de dos, ni de cuatro. Porque no todos los manuscritos que llegan a los editores, dicen, acaban publicados.


Vamos, lo que se dice todo un argumentazo tras haber tenido hasta número de páginas e identificación.


Debe ser muy gordo lo que hizo esta muchacha en México, como comerse niños crudos o algo así, para que los tiralevitas de la corte, presuntamente claro está, se hayan tomado tantas molestias a la hora de sacar de la circulación la biografía de marras. Aunque bien pensado quizá no sea para tanto, y solo se hable de algún inocente folleteo, o de pecaminosas promiscuidades o cosas así. 


Ya se sabe que en la muy real casa son protectores de la castidad ilustrada hasta el punto de secuestrar publicaciones impúdicas, aunque esto acabe definitivamente con la ya muy dañada imagen de la protodemocracia patria. O que se lo pregunten a El Jueves si alguien no se lo cree.


De todas formas, excepto Leonardo Faccio –el autor–, el resto, especialmente en lo informativo, tampoco parece que nos perdamos tanto –y lo de que el autor ha perdido algo también es hablar por no callar–, porque lo único que debería importarnos es el anuncio de la fecha en la que esta gente por fin va a dejar de vivir del cuento y/o se va a exiliar. 


Por lo demás, ¿para qué vamos a perder nuestro valioso tiempo con las merdés de los compiyoguis?


 Como si los operan.


 Tomado de Sé Fuerte





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