Vas a tener razón, a los antifascistas
nos gusta mucho recordar la historia, y hasta nos gustaría enterrar
dignamente a nuestros muertos.
Y es que somos gente muy rara, que además
no ha perdido una guerra sino miles, y todo porque tenemos la
particularidad de odiar la violencia por principios y por norma solo nos
hemos defendido durante toda esa historia a la que tú y los tuyos sí
acudís cuando de amenazar se trata.
Y hablando de amenazar, esa es otra
diferencia entre la gente normal y los fachas. Las personas sensatas no
suelen amenazar a nadie ni tampoco acostumbran a justificar las amenazas
ajenas.
Tan perdido en tu transtorno te
encuentras que hasta confundes una apreciación o una definición con un
insulto, y una reivindicación justa con una afrenta. Y no, para tu
información no son lo mismo.
Pero ya nos dirás qué apelativo merece
quien se dirige a las víctimas de la guerra y de la posterior dictadura
con un: “todo el día pensando en la guerra del abuelo y en la fosa de no
sé quién”. Quizá a lo de miserable habría que añadir mezquino y
canalla. Y además precoz, porque es inusual encontrar a alguien tan
joven con tanto veneno dentro.
Pablo Casado compara las amenazas a Carmena con la protesta de Rita Maestre...
*
En cualquier caso, ojo con los consejos, Pablito, que proyectas.
Porque si para mostrar tu rechazo a unas gravísimas amenazas (y lo que es peor, por parte de policías) tienes que recurrir a reducirlas a insultos y añadiendo el “y tú más”, el que necesita que se lo miren, pero que muy bien, eres tú.
Ya de paso, si es que decides hacértelo mirar, invita a todos los tuyos a una sesión de diván, que peor ya no podéis acabar ni aunque el psiquiatra fuera como Antonio Vallejo-Nágera, y con suerte hasta os arreglan un poco.
Pepito Grillo
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