La sentencia sobre el caso Nóos en
general, y muy particularmente en lo que afecta a Cristina de Borbón, no
hace sino poner de manifiesto una vez más que el Estado que configura
el Régimen del 78, ni es democrático, ni es de derecho. Excepto la
prensa y los partidos del Régimen nadie defiende que la sentencia
dictada por la Audiencia Provincial de Palma sea justa y mucho menos
ejemplar.
Los voceros del Régimen tampoco se lo creen en el fondo, pero
les pagan para que jueguen ese papel de mercenarios mediáticos y
políticos del Régimen monárquico-postfranquista, el Régimen de la mafia,
que es realmente ante lo que nos encontramos.
El Régimen del 78, el de la II
Restauración Borbónica, ha tenido desde sus orígenes evidentes déficits
democráticos. El primero de ellos, su pecado original, el que impugna su
legitimidad, es que no es fruto de un Proceso Constituyente, sino de
unas elecciones generales al amparo del marco de la reforma política del
Régimen franquista, impulsada por Adolfo Suárez, en las que una parte
significativa de los partidos políticos no pudieron concurrir como tales
porque eran ilegales.
En ellas Juan Carlos I nombró 40 senadores a
dedo, por si a pesar de todas las precauciones la cosa se le iba de las
manos en el Congreso de los Diputados.
Además las cuestiones esenciales
que tiene que abordar una constitución estaban totalmente
predeterminadas por los llamados poderes fácticos (ejército, aparato
judicial, aparato policial…) tal como es la forma de Estado (monarquía o
república) o la organización territorial, es decir, el derecho de
autodeterminación.
Es en ese contexto y en esas condiciones
en las que a l@s diputad@s elegid@s el 15 de junio de 1977 se les
permite elaborar un texto al que se acabaría llamando Constitución.
Pero con el paso de los años, como
ocurre con los malos vinos o en general con las cosas de mala calidad,
no ha hecho más que empeorar. Y a medida que sectores cada vez más
amplios de la sociedad expresan su desafección con el Régimen, éste no
hace otra cosa que recurrir a más y más medidas represivas, a más y más
medidas de manipulación social, a más y más políticas de intento de
embrutecimiento de la población. La mafia que sostiene y vive del
Régimen, incluida la mafia de los borbones, ya no tiene nada que ofrecer
al pueblo trabajador, salvo la precarización moral y material de la
vida.
La destitución del Régimen del 78 es una
necesidad cada vez más imperiosa y urgente. No perdamos ni un minuto en
el abordaje de esa tarea.
Izquierda Castellana | lahaine.org | 21/02/2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario