Ante la
marea humana que despide estos días al líder de la Revolución Cubana
Fidel Castro Ruz, no falta quien la compare con la que suscitó, en los
días posteriores al 20 de noviembre de 1975, la muerte del dictador
Francisco Franco.
De entrada,
comparar la figura de Fidel Castro, que se levantó contra un dictador,
Fulgencio Bastista, con la de Franco, que lo hizo contra un régimen
legalmente constituido, la II República, es de ignorantes.
No está
entre mis preocupaciones más inmediatas cuantificar las "mareas" humanas
de gente que tanto interés despiertan en los perrodistas estos días,
pero, por curiosidad me acerqué a la hemeroteca a consultar el ABC,
periódico de cabecera y portavoz de la dictadura, nada sospechoso de
recortar la marea que acompañó a Franco en sus exequias; al contrario,
es de suponer que esos días hubo pleamar.Allí me encuentro que entre
trescientas mil y medio millón pasaron por su capilla ardiente y que
desde la explanada siguieron el funeral unas cien mil.
Recojo el
diálogo de un plumilla con el benedictino encargado del Valle de los
Caídos: "Padre, ¿cuántas personas cree usted que habrá aquí, dentro de
la basílica, para la ceremonia del entierro del Generalísimo Franco? Y
el buen padre me contestó: "Mira hijo, que yo sepa, aparte de
autoridades y altos dignatario, creo que están invitadas unas dos mil
personas". No había caído en la cuenta de que, además, este tipo de
eventos, por esta parte del mundo, se hacen con invitación. No vaya a
ser que el demonio... Teniendo en cuenta que en los 70 la población del
Estado Español ascendía a unos 34 millones de personas, no me parece
tanta marea humana como ahora algunos nos quieren hacer creer.
Cuba cuenta
con 11 millones de habitantes y dice "La Vanguardia" (periódico
bastante lejos de ser considerado comunista...ni siquiera de izquierdas)
que más de seis millones le rindieron tributo (sólo dos millones
abarrotaron la Plaza de la Revolución). Quien quiera y tenga interés,
que haga el porcentaje.
Merche
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